Archivo de la categoría: Una cama de enfermo de seis pies de largo (Elías)

Entrega nº 81. 1 de agosto

-Sobre la comida

* Me parece que, a diferencia de la cocina de los restaurantes comunes, se espera que la buena cocina que se sirve como parte de la ceremonia del té, experimente muchas variaciones. Pero lo cierto es que cuando encargas comida en un restaurante especializado, con comidas del tipo de la ceremonia del té, siempre tienen la misma carta: sopa de miso, algún plato de encurtidos, estofado a fuego lento y carne a la parrilla. Como esto es así, un buen cocinero en la casa puede ser inventivo, sin copiar nada de ningún restaurante. Parece que el verdadero espíritu de la cocina de la ceremonia del té, es renunciar a una cierta variedad de platos, y rechazar cualquier tipo de invención o experimentación.

* La cocina de Tokio destaca lo que es dulce y azucarado. Los paladares de Tokio parecen tan delicados como los de las mujeres o los niños.

* En la cocina de Tokio, nos gusta que el caldo esté claro, no nos gusta que esté oscuro. Por lo tanto, usamos solo un poco de salsa de soja. Esto explica por qué los guisos son sosos. ¿Un poco de color dañaría al gusto?… ¿no es esto el colmo de la estupidez?

* Los pasteles blancos de arroz glutinoso cuestan un centavo, y los rojos valen dos centavos y medio. No hay diferencia el en sabor entre ellos. La diferencia de un centavo y medio es el precio del color. Puede parecer un lujo gratuito, pero ¿la belleza en la presentación no aumenta la calidad de los sabores?

* Las huevas de besugo son mucho mejores que las huevas de bacalao. Pero, como a la gente no le gustan tanto, son mucho más baratas.

* La intensidad del sabor de una salsa de soja, no tiene nada que ver con su sal. El picor del wasabi, no es el del jengibre.

 

Notas del traductor y las fuentes

– El apetito y la alimentación que lo sacia, son para Shiki de tremenda importancia y un tema recurrente. Ya se ha hablado de ello en numerosas entregas anteriores.

– Por ejemplo, sobre lo suave de la cocina de Tokio, ya habló en su día, comparándola con la de Nagoya, en su entrega 59 de 10 de julio.

– Recordemos, en Japón es muy apreciado el mochi, un pastel hecho de mochigome, un pequeño grano de arroz glutinoso. Una variedad muy frecuente es la del mochi relleno de judías rojas dulces.

Entrega nº 80. 31 de julio

– Martes 29 de julio. Nublado. Anoche, alrededor de la medianoche, después de que Hekigotô se fuera, no pude dormir. Inmediatamente volví a hacer otro ejercicio y compuse diez poemas sobre lirios. Después de una hora, me quedé dormido.

Desperté alrededor de las 6 a.m. Me quitaron el mosquitero, abrieron las persianas y eché un vistazo al periódico. Leí con impaciencia el artículo del Dr. Tamari sobre las peras occidentales. Las historias de los ermitaños indios están llegando a su fin.

Duermo un par de horas.

Aproximadamente a las 9 am, después de defecar, tengo dolor y, como de costumbre, tomo analgésicos. Incluso antes de que las drogas hayan hecho efecto, ya me siento feliz.

Luego le pido a mi vieja madre que me lea el periódico. Gracias a los pequeños signos agregados que indican la lectura de los caracteres chinos, ella logra descifrar de alguna manera la transcripción de una mala historia épica, solo la escucho con un oído, su tono calmado… me estremece y es el mejor momento del día.

Un tazón de leche y un poco de pan.

«Aquí hay algunas nueces y frijoles viejos»: alineo cuatro o cinco de cada uno y los dibujo en mi Cuaderno de frutos. Para el almuerzo, sushi a la líe. Este es un tipo de sushi donde la carne de pescado se mezcla con tofu.

Nueva siesta. Cuando me despierto, disfruto de una sopa dulce de frijoles rojos en polvo. Poco después de las 4 de la tarde, Sachio llega para hacer su turno de apoyo.

Cena. Tres tazones de arroz, carnes a la parrilla, batatas, berenjenas, guisantes, verduras confitadas con tres condimentos (vinagre, salsa de soja y azúcar). Yo como con apetito. Desenterramos del jardín con las raíces un iris doméstico en flor, que le doy a Sachio para su casa. En la alcoba decorada, una pintura de tortuga con hierbas acuáticas, firmada por Bunpô, pero seguramente es falsa. La pintura del salón es un sumi-e de Fusetsu, se trata de una vista de la quinta etapa del ascenso del Monte Fuji.

En un jarrón de latón, coloco un iris.

En una pequeña maceta, colocaron una piedra volcánica del Monte Fuji, alrededor de la cual han puesto dos o tres tallos cortos de caña de tigre, de aproximadamente tres pulgadas de largo: fue un regalo de Shizetsu-sei, hecho con sus propias manos.

 

Notas del traductor y las fuentes

– Recordemos que lo que Shiki va escribiendo, es publicado dos días después en el diario Nihon. Así, él escribe el martes 29 de julio (de 1902) y la fecha de la entrega al público, aparece como 31 de julio.

– Shiki leía la columna en el periódico de Tamari Kizô (1856-1931), primer doctor en Agronomía (1899) de Japón, de la primera promoción de la Escuela Agrícola de Komaba. Se quedó en Nueva Orleans para la Exposición Universal de 1884-1885, con Takamine Jokichi (1854-1922), estudió en Michigan entre 1885 y 1887, importó el piretro de los Estados Unidos, fue el primer catedrático del departamento de Horticultura en la Universidad Imperial de Tokio (1891), antes de ser director de la Escuela de Agua y Bosques de Shizuoka, y más tarde de Kagoshima. Fue nombrado miembro de la Cámara de los Pares en 1922.

– Con respecto a la prensa con explicaciones sobre los caracteres chinos, para gente menos formada, ya se habló en la entrega 65 de 16 de julio.

– Desde el mes de junio, Shiki llenó con pinturas tres cuadernos que le ofrecieron sus amigos: un cuaderno de frutos, un cuaderno de plantas y flores, y un cuaderno de juguetes de niños. Por ejemplo, en el primero dibujó 18 imágenes de vegetales y frutas entre el 27 de junio al 6 de agosto de 1902 (ya encuadernado tiene 12 cm de alto por 9 cm de ancho). También incluyó dos haigas de Izan Shimomura. Son momentos en que Shiki empeoraba aún más, necesitaba morfina diariamente para aliviar el dolor, pero aun así, tumbado de espaldas, dibujaba imágenes mientras su hermana lo apoyaba en los momentos en los que la morfina surtía su mayor efecto.

– Shiki toma productos de cuajada de soja (tofu) porque tienen propiedades laxantes, de lo que ya se habló en la entrega 5 de 10 de mayo.

– Hay un postre japonés hecho de frijoles rojos y azúcares en sopa. La característica especial es el detalle de lo que toma Shiki, que es a base de frijoles secos y reducidos a polvo. Así, es fácil de transportar y se recompone fácilmente agregando agua caliente y mezclando todo. Muchos dulces típicos japoneses tienen como base la harina de arroz glutinoso y el anko (pasta de judías/frijoles rojos dulces azuki). Se habló de ello en la entrega nº 41 de 22 de junio

– De Bunpô, Shiki ya ha hablado, y se han expuesto las imágenes que él comentaba en las entregas 6, 1012, 22 y 53, de 12 de mayo, 22 al 24 de mayo, 3 de junio y 4 de julio.

– La caña de tigre, es uno de los nombres de la «Fallopia Japónica”. También se le conoce como “nudo de hierba japonés”. Tiene tallos huecos con distintos nodos planteados de forma que tiene cierta apariencia de bambú.

– El regalo de Shizetsu-sei, con esa concreta presentación, es tal vez una probable alusión a las Cuatro Maravillas de las Montañas Huang, o montañas amarillas, famoso macizo montañoso de la provincia de Anhui en el este de China. Las «cuatro maravillas bajo el cielo” son: sus elevados y singulares pinos, sus rocas con formas extravagantes, el imponente cúmulo de nubes y sus abundantes fuentes termales. Han fascinado a poetas, pintores y visitantes durante muchos siglos.

– El monte Fuji siempre ha sido un lugar sagrado y de referencia para los japoneses. Les estaba prohibido a las mujeres llegar a la cima hasta la era Meiji (finales del s. XIX).

Entrega nº 79. 30 de julio

Nota: En esta entrega, Shiki se encuentra con fuerzas y compone algunos poemas: A fin de facilitar la comprensión y excepcionalmente, las notas se irán insertando en el cuerpo del texto, y aparecerán claramente diferenciadas en color rojo con sus habituales enlaces. No obstante, y para quien lo prefiera, también se dispone de la misma entrega con el formato habitual a continuación de esta. Ojalá os sea útil.

 

Un emperador Tang, al que le gustaban los largos días de verano, parece haber alcanzado la comprensión, pero para mí, por otro lado, qué dolor acostarse día y noche en un catre mohoso y mirar siempre el mismo techo.

A quienes están muy ocupados, les suele gustar tumbarse y descansar un poco doblando los codos para echarse una siesta. Yo, en cambio ¡qué feliz sería si pudiera dar un paso o dos por el jardín, a la sombra de los árboles, apoyado en un bastón!

  • El traductor al francés, comenta que la obra La alta hiedra en los pinos (Shôra gyokueki) de 1897, puede ser considerada una precursora de Una gota de tinta y Una cama de seis pies de largo, pues su autor la escribe en un periodo que pasa inmovilizado, y las palabras de Shiki recuerdan a las del comienzo de esta obra “El mal me da un respiro. Me apoyo en mi bastón y camino en todas las direcciones de este estrecho jardín que podría sostener en la palma de mi mano”.

 Pero nada que hacer. En los días calurosos, sufro por el calor, y en los días lluviosos, sufro por la lluvia. Paso largos días inactivo, confundido, sin siquiera poder leer, y al final, angustiado, con el corazón atormentado y falto de aliento, agito las manos, lloro sin aliento… pierdo la cabeza. En los últimos tiempos, aprovechando un ligero respiro en mis sufrimientos, he pensado sobre cuál sería la forma en la que los poetas de haikai de otros tiempos pasaban estos días de verano, tanto, que he llegado, no sin dificultad, a componer unos poemas… ah, ¡qué emocionante!

Así, he visto aparecer ante mí, tal como son, como visiones, el destino de estos poetas, su hogar, y después, verso tras verso, he llegado a escribir más de diez poemas sobre más de diez poetas.

  • Shiki mismo escribió en 1891:

Kotogotoku

Yabure uchiwa mo

Atsusa kana

 

Sin excepción…

todos los abanicos rotos

¡Qué calor!

 

Los anoto aquí, esperando que les mantengan despiertos a la hora de la siesta, o que les hagan reír con una buena taza de té.

Bashô:

Yareuchiwa

Natsu mo ichiro no

Sonae kana

 

Abanico rasgado.

¡También en verano con la estufa!

Ha pensado

 Sí, hace mucho calor, pero aún así Bashô está siempre preparado para una taza de té. Quizás también sea necesario escuchar como un eco ese kigo de yare-bashô, que significa las hojas del plátano (bashô) que se rasgan (yare)… bajo la lluvia y el viento cuando llega el final del otoño.

 

Kikaku:

Shukuzan no

0-aite atsushi

Hiru itto

 

En compañía de Shukuzan

¡qué calor!

de desayuno, un barril

 

  • Takarai Kikaku (1666-1707) fue uno de los discípulos más importantes de Bashô. En cuanto a Matsudaira Yorimoto (1629-1693), alias Shukuzan, fue uno de los consejeros del señor feudal de Matsuyama-han. Durante sus estancias en Edo, estudió haikai con Bashô y Kikaku.
  • Un “barril” de sake era un tonel estándar con una capacidad de 18,39 litros, lo que sin duda es mucho sake para una tarde.

Kyorai:

Kaki no hana

Chiru ya shikan no

Itoma nashi

 

Flores de caqui dispersas,

las responsabilidades oficiales

no permiten el ocio

 

  • Mukai Kyorai (1651-1704) fue uno de los discípulos más importantes de Bashô. Aunque se había entrenado en el uso de las armas, finalmente no quiso tomar al respecto ninguna responsabilidad oficial (shikan).
  • Rakushi-sha (El hogar de los caquis caídos) es el nombre de la casa de campo de Kyorai. Tiene su origen en una noche ventosa donde, aún sin madurar, todos los kakis de los árboles del jardín habían caído, pero ya se habían vendido a un comerciante. Hoy es lugar de visita de seguidores y curiosos.

 

Jôsô:

Aoarashi

Kyorai ya kuru to

Kado ni tatsu

 

Chubasco sobre el follaje.

Esperando a Kyorai

de pie en el portal

 

  • Naitô Jôsô (1662-1704) fue otro de los principales discípulos de Bashô, siendo un respetado poeta haiku durante la era Genroku. Comenzó siendo un samurái de Owari, pero dejó el servicio militar y por problemas de salud. Al fallecer Bashô, le guardó luto durante tres años y fue su seguidor devoto de por vida

 

Chigetsu:

Gichû-ji e

Otokuni tsurete

Gebana tsumi

 

Templo Gichû:

recoger flores de verano

mientras cargo con Otokuni

 

Kawai Chigetsu. Fue monja y discípula de Bashô, así como una de las cuatro famosas haijines de la era Genroku. No sabemos mucho sobre los primeros años de Chigetsu. Se cree que nació en Usa, cerca de Kyoto, alrededor de 1632, y sirvió en la Corte Imperial cuando era joven. Se casó con Kawai Saemon, un comerciante que operaba en la bahía sudoeste del Lago Biwa. Cuando Saemon murió, sin haber tenido hijos con Chigetsu, esta decidió adoptar a su hermano menor, Kawai Otokuni, para que heredara el negocio familiar.

– El templo Gichû es un templo de la escuela Tendai, en Ôtsu, donde se encuentra la tumba de Bashô, así como la de Minamoto Yoshinaka (1154-1184), también conocido como Kiso, un general de finales del período Heian y el comienzo del período Kamakura, héroe de El Cantar de Heike. En un bosque de montaña que pertenece al templo, pasó sus últimos días Jôsô.

Kawai Otokuni (fechas desconocidas), discípulo de Bashô, hermano menor (entonces hijo adoptivo) de la monja y haijin Chigetsu.

– Estas «flores de verano» (Illicium anisatum) se ofrecen en el altar en honor de los muertos durante el período de ascesis, dite ango (varsa en sánscrito), durante el cual el practicante budista permanece recluido en su celda.

 

Sonome:

Keshi saku ya

Tazuneatetaru

Chigetsu-an

 

¡florecen las amapolas!

¡Por fin encontré

la ermita de Chigetsu!

 

Shiba Sonome (1664-1726), discípula de Bashô, fue otra de las Cuatro mujeres famosas haijin de la era Genroku.

 

Izen:

Hiru gaya ni

Kojiki to mireba

Izen-bô

 

Bajo los mosquiteros de día,

parece un vagabundo

el bonzo Izen

 

  • Hirose Izen, murió en 1711, fue discípulo de Bashô.

 

Onitsura:

Sake o niru

Otoko mo deshi no

Hokku tsukuri

 

El hombre que cocina sake

también, para sus discípulos,

compone unos versos

 

  • Uejima Onitsura (1661-1738), haijin muy influenciado por Bashô. Dirigió una fábrica de sake. Según Blyth escribió el primer “haiku de verdad” escrito en la historia:

Koi koi to iedo hotaru ga tonde yuku.

“Ven, ven,” le dije, / pero la luciérnaga / se fue volando

Igualmente, fue gran defensor del makoto (la autenticidad), y de él es la famosa frase “sin autenticidad no hay haiku”.

 

Taigi:

Haikai no

Hotoke senku no

Ango kana

 

Para el Buda del haikai,

recluso, ¡se entrega al ascetismo

de los mil versos!

Tan Taigi (1709-1771) fue un haijin del periodo Edo. Junto con Yosa Buson y otros poetas que formaron en 1776 la escuela Sankasha, contribuyó a revitalizar la herencia de Matsuo Bashô y el retorno a las formas más serias del haiku.

– El texto aquí es metafórico: Taigi estaba involucrado en el camino del budismo antes de dedicarse al haikai, y era conocido por su celo y por su esfuerzo. Por ello, Shiki compara su intenso trabajo poético con el de un asceta.

 

Buson:

Uchiwafutatsu

Kaku to Setsu to o

Egaki keri

 

Dos paipáis:

están pintados

Kikaku y Ransetsu

 

  • En la entrega 41 de 22 de junio, Shiki habla de su descubrimiento de Buson como gran referencia para el haiku. Coloca en la escena a Kikaku y Ransetsu, dos reconocidos discípulos de Bashô.

 

Shôha:

Mura to hanasu

Korekoma uchiwa

Totte soba ni

 

Dialogo con Mura.

Korekoma con su abanico

a nuestro lado

 

  • Kuroyanagi Shôha (1727-1771) estudió con Hattori Nankaku (1683-1759) y escribió versos en chino (La universidad de Michigan ha expuesto en línea algunas de las obras de Nankaku en formato original, y pueden verse clicando aquí). Más tarde se convertiría en discípulo de Buson. Korekoma es su hijo. No puedo resistirme a reproducir este haiku de Shôha:

En los confines del templo,

se oye cortar bambú:

lluvia fina en la noche

                                                                     (trad. V. Haya)

  • Cuando Shiki habla de Mura, se refiere a Buson. Es un juego de palabras y Lozerand explica que el sinograma (pueblo), puede leerse “son”, como en Buson, o como “mura”, tal y como Shiki, jugando, refiere aquí.

 

Kitô:

Ri Shi-den

Kaze fukikaesu

Hirune kana

 

El viento pasa las páginas

de La Vida de Li Si

¡Qué siesta!

 

– Takai Kitô (1741-1789), fue discípulo de Buson. En la entrega 61 de 12 de julio, se habla de su pertenencia, como la de su maestro, al llamado estilo Tenmei del haiku. Shiki lo imagina con un libro sobre la vida de un prestigioso y ancestral político chino entre sus manos… durmiendo la siesta.

Li Si (fallecido en 208 a. C.) fue abogado y político que sirvió como canciller de la dinastía de Qin (246 – 208 a. C.), escritor reconocido de filosofía legalista y notable calígrafo. John Knoblock, de la Universidad de Stanford, considera a Li Si como una de las dos o tres figuras más importantes de la historia china.

 

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Entrega nº 79. 30 de julio (mismo texto con notas al final)

 

– Un emperador Tang, al que le gustaban los largos días de verano, parece haber alcanzado la comprensión, pero para mí, por otro lado, qué dolor acostarse día y noche en un catre mohoso y mirar siempre el mismo techo.

A quienes están muy ocupados, les suele gustar tumbarse y descansar un poco doblando los codos para echarse una siesta. Yo, en cambio ¡qué feliz sería si pudiera dar un paso o dos por el jardín, a la sombra de los árboles, apoyado en un bastón!

Pero nada que hacer. En los días calurosos, sufro por el calor, y en los días lluviosos, sufro por la lluvia. Paso largos días inactivo, confundido, sin siquiera poder leer, y al final, angustiado, con el corazón atormentado y falto de aliento, agito las manos, lloro sin aliento… pierdo la cabeza. En los últimos tiempos, aprovechando un ligero respiro en mis sufrimientos, he pensado sobre cuál sería la forma en la que los poetas de haikai de otros tiempos pasaban estos días de verano, tanto, que he llegado, no sin dificultad, a componer unos poemas… ah, ¡qué emocionante!

Así, he visto aparecer ante mí, tal como son, como visiones, el destino de estos poetas, su hogar, y después, verso tras verso, he llegado a escribir más de diez poemas sobre más de diez poetas.

Los anoto aquí, esperando que les mantengan despiertos a la hora de la siesta, o que les hagan reír con una buena taza de té.

 

Bashô:

Yareuchiwa

Natsu mo ichiro no

Sonae kana

 

Abanico rasgado.

¡También en verano con la estufa!

Ha pensado

 

Kikaku:

Shukuzan no

0-aite atsushi

Hiru itto

 

En compañía de Shukuzan

¡qué calor!

de desayuno, un barril

 

Kyorai:

Kaki no hana

Chiru ya shikan no

Itoma nashi

 

Flores de caqui dispersas,

las responsabilidades oficiales

no permiten el ocio

Jôsô:

Aoarashi

Kyorai ya kuru to

Kado ni tatsu

 

Chubasco sobre el follaje.

Esperando a Kyorai

de pie en el portal

 

Chigetsu:

 

Gichû-ji e

Otokuni tsurete

Gebana tsumi

 

Templo Gichû:

recoger flores de verano

mientras cargo con Otokuni

Sonome:

Keshi saku ya

Tazuneatetaru

Chigetsu-an

 

¡florecen las amapolas!

¡Por fin encontré

la ermita de Chigetsu!

 

Izen:

Hiru gaya ni

Kojiki to mireba

Izen-bô

 

Bajo los mosquiteros de día,

parece un vagabundo

el bonzo Izen

 

Onitsura:

Sake o niru

Otoko mo deshi no

Hokku tsukuri

 

El hombre que cocina sake

también, para sus discípulos,

compone unos versos

 

Taigi:

Haikai no

Hotoke senku no

Ango kana

 

Para el Buda del haikai,

recluso, ¡se entrega al ascetismo

de los mil versos!

 

Buson:

Uchiwafutatsu

Kaku to Setsu to o

Egaki keri

 

Dos paipáis:

están pintados

Kikaku y Ransetsu

 

Shôha:

Mura to hanasu

Korekoma uchiwa

Totte soba ni

 

Dialogo con Mura.

Korekoma con su abanico

a nuestro lado

 

Kitô:

Ri Shi-den

Kaze fukikaesu

Hirune kana

 

El viento pasa las páginas

de La Vida de Li Si

¡Qué siesta!

 

Notas del traductor y las fuentes

– En la entrega 21 de 2 de junio Shiki ya habló de la comprensión y ya se dijo que <<con la comprensión, Shiki se refiere al satori del zen, que a menudo se traduce como “iluminación” o “despertar”, pero cuyo significado literal es “comprensión” y hace referencia a eso y al “conocimiento”, a la “conciencia” o al “significado verdadero u oculto”>>.

– El traductor al francés, comenta que la obra La alta hiedra en los pinos (Shôra gyokueki) de 1897, puede ser considerada una precursora de Una gota de tinta y Una cama de seis pies de largo, pues su autor la escribe en un periodo que pasa inmovilizado, y las palabras de Shiki recuerdan a las del comienzo de esta obra «El mal me da un respiro. Me apoyo en mi bastón y camino en todas las direcciones de este estrecho jardín que podría sostener en la palma de mi mano »

– Shiki mismo escribió en 1891:

Kotogotoku

Yabure uchiwa mo

Atsusa kana

 

Sin excepción…

todos los abanicos rotos

¡Qué calor!

– Sí, hace mucho calor, pero aún así Bashô siempre está preparado para una taza de té. Quizás también sea necesario escuchar como un eco ese kigo de yare-bashô, que significa las hojas del plátano (bashô) que se rasgan (yare)… bajo la lluvia y el viento cuando llega el final del otoño.

Takarai Kikaku (1666-1707) fue uno de los discípulos más importantes de Bashô. En cuanto a Matsudaira Yorimoto (1629-1693), alias Shukuzan, fue uno de los consejeros del señor feudal de Matsuyama-han. Durante sus estancias en Edo, estudió haikai con Bashô y Kikaku.

Un “barril” de sake era un tonel estándar con una capacidad de 18,39 litros, lo que sin duda es mucho sake para una tarde.

Mukai Kyorai (1651-1704) fue uno de los discípulos y antólogos más importantes de Bashô. Se había entrenado en el uso de armas, pero finalmente no tomó al respecto ninguna responsabilidad oficial.

Rakushi-sha (El hogar de las frutas caqui caídas) es el nombre de la casa de campo de Kyorai. Tiene su origen en una noche ventosa donde aún sin mudurar, todos los kakis de los árboles del jardín habían caído, pero ya se habían vendido a un comerciante.

Naitô Jôsô (1662-1704) fue uno de los principales discípulos de Bashô, siendo un respetado poeta haiku durante la era Genroku. Comenzó siendo un samurái de Owari, pero dejó el servicio militar y por problemas de salud. Al fallecer Bashô, le guardó luto durante tres años y fue su seguidor devoto de por vida

Kawai Chigetsu. Fue monja y discípula de Bashô, así como una de las cuatro famosas haijines de la era Genroku. No sabemos mucho sobre los primeros años de Chigetsu. Se cree que nació en Usa, cerca de Kyoto, alrededor de 1632, y sirvió en la Corte Imperial cuando era joven. Se casó con Kawai Saemon, un comerciante que operaba en la bahía sudoeste del Lago Biwa. Cuando Saemon murió, sin haber tenido hijos con Chigetsu, esta decidió adoptar a su hermano menor, Kawai Otokuni, para que heredara el negocio familiar.

– El templo Gichû es un templo de la escuela Tendai, en Ôtsu, donde se encuentra la tumba de Bashô, así como la de Minamoto Yoshinaka (1154-1184), también conocido como Kiso, un general de finales del período Heian y el comienzo del período Kamakura, héroe de El Cantar de Heike. En un bosque de montaña que pertenece al templo, pasó sus últimos días Jôsô.

Kawai Otokuni (fechas desconocidas), discípulo de Bashô, hermano menor (entonces hijo adoptivo) de la monja y haijin Chigetsu.

– Estas «flores de verano» (Illicium anisatum) se ofrecen en el altar en honor de los muertos durante el período de ascesis, dite ango (varsa en sánscrito), durante el cual el practicante budista permanece recluido en su celda.

Shiba Sonome (1664-1726), discípula de Bashô, fue otra de las Cuatro mujeres famosas haijin de la era Genroku.

Hirose Izen, murió en 1711, discípulo de Bashô.

Uejima Onitsura (1661-1738), haijin muy influenciado por Bashô. Dirigió una fábrica de sake. Según Blyth escribió el primer “haiku de verdad” escrito en la historia:

Koi koi to iedo hotaru ga tonde yuku

“Ven, ven,” le dije, / pero la luciérnaga / se fue volando

Igualmente, fue el defensor del makoto (la autenticidad), y de él es la famosa frase “sin autenticidad no hay haiku”.

Tan Taigi (1709-1771) fue un haijin del periodo Edo. Junto con Yosa Buson y otros poetas que formaron en 1776 la escuela Sankasha, contribuyó a revitalizar la herencia de Matsuo Bashô y el retorno a las formas más serias del haiku.

– El uso aquí es metafórico: Taigi estaba involucrado en el camino del budismo antes de recurrir al haikai, y era conocido por su celo y por el esfuerzo. Por ello, Shiki compara su intenso trabajo poético con el de un asceta.

– En la entrega 41 de 22 de junio, Shiki habla de su descubrimiento de Buson como gran referencia para el haiku. Coloca en la escena a Kikaku y Ransetsu, dos reconocidos discípulos de Bashô.

Kuroyanagi Shôha (1727-1771) estudió con Hattori Nankaku (1683-1759) y escribió versos en chino. Más tarde se convertiría en discípulo de Buson. Korekoma es su hijo. No puedo evitar reproducir este haiku de Shôha:

En los confines del templo,

se oye cortar bambú

lluvia fina en la noche

                                                                    (trad. V. Haya)

– Cuando Shiki habla de Mura, se refiere a Buson. Es un juego de palabras y Lozerand explica que el sinograma (pueblo) puede leerse “son”, como en Buson, o como “mura”, tal y como Shiki, jugando, refiere aquí.

– Takai Kitô (1741-1789), fue discípulo de Buson. En la entrega 61 de 12 de julio, se habla de su pertenencia, como la de su maestro, al llamado estilo Tenmei del haiku. Shiki lo imagina con un libro sobre la vida de un prestigioso y ancestral político chino entre sus manos… durmiendo la siesta.

Li Si (fallecido en 208 a. C.) fue abogado y político que sirvió como canciller de la dinastía de Qin (246 – 208 a. C.), escritor reconocido de filosofía Legalista y notable calígrafo. John Knoblock, de la Universidad de Stanford, considera a Li Si como una de las dos o tres figuras más importantes de la historia china.

 

Entrega nº 78. 29 de julio

Parece que los especialistas occidentales de la teoría de la Estética han asentado los conceptos de “sensación de realidad” y “sensación de irrealidad” para trabajar con una distinción clara. La “sensación de realidad” es lo que sentimos cuando miramos una cosa real, y la “sensación de irrealidad” cuando miramos, por ejemplo, una pintura. Depende de ellos conceptualizar dichos términos de esa manera, pero en realidad no entiendo cómo diferencian “sensación de realidad” y “sensación de irrealidad”. Cuando miramos una panorámica, por ejemplo, es precisamente algo que está en la unión de la realidad y de la pintura, y el sentimiento experimentado es tanto un sentido de realidad como un sentido de irrealidad. Y cuando se trata de cosas que están en el límite de la realidad y la pintura, ¿cómo nombramos el sentimiento que tenemos con respecto a lo que tenemos problemas para clasificar? Si consideramos las pinturas como reales, ¿podemos decir que sentimos una realidad frente a la pintura? Por otro lado, si uno percibe por error una cosa real como una pintura, ¿cuál es el sentimiento entonces? ¿Podemos decir que sentimos una sensación de ficción frente a algo real? No sabemos si el sentido de la realidad es un sentimiento de ficción, o lo contrario. En cualquier caso, tal vez esté bien haber llamado «sensación irreal» a lo que se siente frente a una pintura, ya que es cierto que aún ese hecho no se ha explicado suficientemente desde un punto de vista psicológico, la discusión pues no tiene ningún objeto. El sentimiento cuando miramos una pintura es propio, único, es variado y complejo, tiene parte de cierta sensación de realidad, que uno nota con respecto a lo representado, pero también se suman otros sentimientos en ese sentido. Por ejemplo, también sentimos una sensación de belleza en los colores o en la fuerza del pincel. Pero si simplemente llamamos a todo esto último «sensación irreal», no entenderemos lo que verdaderamente es. Nunca he leído libros sobre Estética Filosófica y nunca podré leerlos. Si mis ideas son inexactas, me gustaría conocer y que me enseñasen dicha teoría.

 

Notas del traductor y las fuentes

– Los dos términos que Shiki usa para referirse a “sensación de realidad” y “sensación de irrealidad”, tuvieron un devenir diferente en el idioma japonés. El primero, jikkan, se sigue refiriendo hoy al sentimiento de presencia, de realidad; mientras que el segundo, kakan, ha desaparecido. Además de en Shiki, se en cuentran rastros de ambos a fines del siglo XIX, en los textos del crítico Ishibashi Ningetsu (1865-1926), por ejemplo.

Etimológicamente, Estética es “sensación”.

– Finalmente, no será cierto que Shiki no podrá leer textos de Estética Filosófica, lo hará y escribirá comentarios al respecto en la entrega 95 de 15 de agosto, dentro de 17 días según este diario.

Entrega nº 77. 28 de julio

– Aunque los haikus publicados en el diario Nihon no son objeto de un llamamiento público, las personas que lo deseen pueden presentar sus composiciones. Solo se debe tratar un tema por hoja. Cada uno debe estar firmado y con el nombre del haijin. Cualquier tema de temporada puede ser adecuado. Aunque tengamos la idea de no hacer llamamiento a los autores, en absoluto significa eso que rechacemos las contribuciones externas. Simplemente, si apelamos al público, se reciben muchísimos más, muchos se envían por enviar, y entonces la responsabilidad de evaluar todo lo recibido se vuelve pesada y excede las capacidades de un enfermo. A veces eso nos lleva a que dejamos escapar un buen haiku, o que solo leemos los primeros cuatro o cinco haikus para juzgar la calidad del autor y rechazamos los otros poemas sin poder echarles un vistazo. Así que aquellos que tengan sentido de la responsabilidad y sean conscientes de lo que envían, que no duden en hacernos llegar sus haikus.

– En un folleto publicado recientemente, en el encabezado pone “Aviso con motivo de la suscripción para erigir un monumento en el décimo aniversario de la fundación del santuario de Bashô cerca de los restos del Viejo Estanque, y con ocasión de la publicación del Anuario de Poesía Haiku del Gran Japón”, se publica una lista de participantes y otra de apoyos, y mi nombre aparece como “apoyo”, pero yo no estoy al corriente de eso. Conocí y me encontré con el viejo Mikio una o dos veces hará ya diez años. Y en el año 26 de la era Meiji (1893), cuando viajé por las tierras de Oshu, el viejo tuvo la amabilidad de enviarme una carta de recomendación 406. Pero debe quedar claro que no tengo ninguna relación con La Iglesia del Viejo Estanque ni con el Anuario de Poetas Haiku.

– Todas las semanas, recibo en mi ermita los miércoles y domingos. Cualquiera puede venir desde el momento en que tenga algo que decirme. Sin embargo, en mi estado actual, cuando me despierto, tengo grandes sufrimientos, así que no debo ser visitado demasiado temprano en la mañana. Por supuesto, como estoy enfermo, no puedo manifestar ni comportarme a veces con todo el respeto a mis visitantes, me debo permitir a veces ciertas groserías, e incluso puede suceder de vez en cuando, que cuando estoy con grandes dolores, deba interrumpir la visita. Además, no se excluye que diga todo lo que pasa por mi cabeza o que haga peticiones caprichosas. Pido que la gente sea consciente de esto. Podemos hablar de todo, ya sea refinado o vulgar. Lo que prefiero son las conversaciones especializadas, en cualquier campo, incluso si son temas científicos o prácticos. Señalo que rechazo categóricamente cualquier solicitud de escribir o pintar algo en una hoja de papel, un cuaderno de bosquejos o lo que sea. Incluso también recibo fuera de mis días previstos para las visitas.

Notas del traductor y las fuentes

– En 1893, Shiki fundó la columna «Haiku» del diario Nihon. Su discípulo y amigo Kawahigashi Hekigotô lo sucedió en julio de 1901 cuando ya no pudo seleccionar los versos enviados.

– Bashô había sido «deificado» en el período Edo, ya que la corte imperial le otorgó el título de «Hion myôjin» en 1808, literalmente «Gran deidad luminosa del ruido en vuelo» o más simple y próximamente “Dios del sonido del salto”, en referencia al famoso haiku de «la rana y el viejo estanque». En la era Meiji, esta deificación tomó otra forma. En sus inicios, el gobierno resultante de la Restauración Imperial intentó difundir una ideología nacional, la «Gran Enseñanza». Para hacer esto, contrató a misioneros de diversos orígenes, incluidos poetas haikai como Mimori Mikio (1829-1910), también conocido como Shunshû-an, de quien habla Shiki. La empresa de la «Gran Enseñanza» fracasó. En 1884, sin embargo, Mikio fundó una “Rama Bashô de Shintô”. Muy activo, incluso en la prensa (en el periódico Miyako shinbun y la revista Taiyo), logró en 1893 crear un santuario Bashô en Fukagawa (puede conocerse clicando en este enlace de La Ermita Shintô de Bashô, Fukagawa Bashô Iori Hermitage) en el lugar de una vieja casa del poeta, y en 1901 el gobierno reconoció la Iglesia del Viejo Estanque (Furuike kyôkai) como entidad religiosa de obediencia sintoísta. En 1902, Mikio se comprometió a recaudar fondos para conmemorar la fundación del Santuario Bashô de 1893. Por lo tanto, tanto por su actividad pública como también por muy diferentes aspectos, incluida por supuesto también su estética, Mikio (un representante puro de la “vieja escuela mensual”) resulta ser un destacado oponente de Shiki y su gente.

Ôshû es una ciudad japonesa localizada en la prefectura de Iwate. En julio-agosto de 1893, Shiki había hecho un viaje al Tôhoku (región en la isla principal de Japón, Honshû), siguiendo los pasos de Bashô (Sendas de Oku <<Camino estrecho del interior>> / Oku no hosomichi), y se había encontrado con muchos maestros de haikai. Pero en ese momento aún no estaba comprometido tan radicalmente en su lucha de renovación.

– Shiki habla de que recibe en “la ermita”. Recordemos que, como ya ha referido él mismo en alguna entrega, Shiki llama a su casa en clave de humor la “casa del ermitaño de las fragancias” o “ermita de las frangancias”.

Entrega nº 76. 27 de julio

– Recientemente pude ver una pintura de formato grande de Chô Gesshô.

Era un perro mapache caminando en la nieve, iluminado por una luna creciente a través de las nubes. El animal ocupaba el centro de la imagen y estaba rodeado de nieve acumulada entre juncos secos. Por lo tanto, el tema representado es muy simple, pero lo más extraordinario es la parte superior de la boca del perro mapache, así como su espalda, que solo fueron pintadas con tinta china clara, mientras que el resto fue negra oscura. La unión de estas tintas chinas claras y oscuras estaba como muy poco trabajada, y cuando se miraba de cerca, parecía absurdo. Pero cuando alejé un poco la pintura, la parte luminosa de la espalda adquirió una apariencia borrosa muy interesante. Parecía que la nieve se le había ido acumulando y que la luna se iluminaba. Es en este tipo de ideas cuando se nos muestra el genio de Gesshô, absolutamente inimitable. Por otro lado, esta forma de pintar como si estuviera un poco alejado del tema, no se puede comparar con el lado muy meticuloso de los pintores japoneses que dibujan hasta uno por uno cada pelo del cabello, son técnicas muy  diferentes.

Alguien me escribió, para contradecirme, acerca de la escasa fama de Gesshô, un tema del que tuve ocasión de hablar en entregas anteriores. No creo que Gesshô sea completamente desconocido, sin duda, pero ¿la escasa fama que tiene se corresponde con su gran talento? Lo dudo. La fama de Buson como haijin sin duda existía, pero no era proporcional a su talento. Es por eso que, llegado a la era Meiji, finalmente adquirió la celebridad que merecía. La persona que me escribió sobre Gesshô me cuenta que un día Rosetsu y él se dispusieron a pintar cada uno cien imágenes que se les habían encargado, pero, a medida que se acercaba la noche, Rosetsu tenía solo ochenta, mientras que Gesshô ya había llegado a noventa y una. Alabó su habilidad con el pincel. Pero es una historia sin importancia y las imágenes pintadas por pedido son entretenimiento de artistas. No es porque uno haya pintado cien o doscientas imágenes que se hace famoso. Sin duda, Gesshô hizo eso porque era un trabajo remunerado. Su gran talento sigue sin ser aún entendido por el público en general.

 

Notas del traductor y las fuentes

– De Cho Gesshô (1765-1832) ya se habló también en las entregas 5, 35 y 53 de 10 de mayo 16 de junio y 4 de julio respectivamente. Estudió Nanga (literalmente «pintura del sur”) con Matsumura Goshun (1752-1811), quien le dio el nombre de Gesshô. Goshun a su vez era un estudiante de Yosa Buson (1716-1784), además de maestro haijin (de hecho Gesshô tiene también libros de haiga), un maestro Nanga, que a su vez estudió con Maruyama Ôkyo (1733-1795), y juntos fundaron la escuela de pintura Maruyama.

El mapache japonés, perro mapache o tanuki (Nyctereutes procyonoides), a veces confundido con el tejón, es una especie de mamífero carnívoro de la familia Canidae de aspecto semejante al mapache común y originario de China oriental y Corea.

– Con el fin de obtener ciertos ingresos, a veces los pintores en Japón realizaban “sekiga”. Se trata de cuadros pintados o dibujados sin mayor preparación en un banquete o una reunión a petición.

– Sobre Rosetsu, ya se habló en la sexta entrega de 12 de mayo: Nagasawa Rosetsu (1754-1799), fue pintor de Edo, discípulo de Maruyama Ôkyo, ha dejado pinturas famosas en algunos shôjis (puertas y tabiques de papel enmarcados en una madera corrediza). Su demonio de montaña (yamanba) del muy reconocible Santuario Itsuku-shima (Miya-jima) es particularmente famoso. Tuvo dos periodos (o dos tipos de pintura) bien diferenciados, uno con pinturas de cierta elaboración, y otro con pinturas de trazos muy rápidos y sencillos.

Entrega nº 75. 26 de julio

– Alguien me preguntó que qué significa resignarse al propio destino. Parece que he adoptado posturas contradictorias: por un lado, he afirmado que uno puede resignarse a una cuestión como la de la vida y la muerte, pero por otro lado, refiriéndome a una prestigiosa publicación de Chômin, expliqué que sabía lo que significa la resignación, pero que no sabía si existe algo más elevado. Ahora, entonces, la pregunta es qué es lo que yo entiendo por ello. Para explicarlo con la ayuda de un ejemplo, imaginemos un niño. Sus padres le dicen que le aplicarán moxas porque es bueno para su crecimiento. En tal situación, el niño quedará asustado, llorará o huirá, y no se resignará a su destino. Pero llegado un momento, cualquiera que sea su deseo, si el niño siente que no puede escapar de ninguna manera, entonces sabiamente aceptará que las moxas le sean aplicadas tal y como lo han ordenado sus padres. Ahí, ya se resignó a su destino. Pero si este niño, incapaz de soportar el dolor de las moxas, siente un tormento espiritual continuo durante todo el tiempo de su aplicación, significará que solo ha renunciado parcialmente a su destino y que está ahí porque no puede alejarse. Si a este niño ahora, se le aplican las moxas sabiamente, tal y como lo han ordenado sus padres, y durante la sesión, realiza alguna actividad, como leer un libro o garabatear sus propias fantasías sin sufrir lo más mínimo, significará que está más allá de la resignación. Al escribir Un año y medio de vida (Ichinen yûhan), el respetado Shômin se resignó a su destino con respecto a la vida y la muerte, pero creo que no alcanzó del todo ese estado, pues habiéndolo hecho, se es capaz de aceptar plenamente el destino.

Cayendo enfermo, con frecuencia escuchaba las recitaciones de Gidayu y las criticaba, demostrando que había comenzado a entender, pero todavía no lo suficiente. Si hubiera estado dos o tres años en la situación de un enfermo, tal vez me habría adentrado un poco más en el territorio del placer de poder disfrutarlas. Cuando uno está condenado a la enfermedad, no hay interés en vivir si no es con su aprobación.

 

Notas del traductor y las fuentes

– Ya se habló de Nakae Chômin en la entrega 23. Chômin murió en diciembre de 1901. Shiki habla de él usando una designación respetuosa, a menudo utilizada en nombres budistas póstumos (añadiendo a su nombre el término Koji). Shiki ya había tocado la cuestión de la “renuncia” (akirame) – “renuncia”, “aceptación”, “consentimiento al mundo” – en la novena entrega de 18 de mayo, y especialmente en la entrega 42 de 23 de junio. Esta no es la primera vez que reacciona al libro de Nakae Chômin, Un año y medio (Ichinen yûhan), publicado en Septiembre de 1901, que fue un gran éxito de la época. Con un cáncer de garganta, Chômin había recibido en abril de 1901 un pronóstico de un «año y medio» de vida. Luego se había embarcado frenéticamente en la escritura de este trabajo que lo había ocupado todo el verano.

Murió en diciembre. Shiki reaccionó fuerte y negativamente a este texto. Habló de ello en su diario privado y en Notas dispersas de un hombre tumbado, escribiendo un extenso relato, en tres entregas, publicado el 20, 23 y 30 de noviembre de 1901 en el diario Nihon bajo el título “Un excedente de vida” (Inochi no amari).

– En “Un año y medio” (Zoku ichinen yûhan, de 1901, traducido del japonés al francés por Romain Jourdan, Les Belles Lettres, 2011), Nakae Chômin también dibuja una imagen muy crítica de las élites japonesas (puede leerse on line en francés –o traducirlo- desde aquí, o puede descargarse clicando aquí).

– Con las moxas se realiza la moxibustión. La RAE define moxa como:

Del ingl. moxa, y este del jap. mókusa; literalmente “hierba para quemar”.

1. f. Med. Mecha de algodón, estopa u otra sustancia inflamable que, con objeto medicinal, se quema sobre la piel.

2. f. Med. Cauterización de la piel por medio de una moxa.

–  Como ya se ha comentado en alguna ocasión, el Gidayû Bushi es un tipo de narración cantada dentro del estilo Jôruri empleado en Kabuki y en el teatro de títeres Bunraku.

Entrega nº 74. 25 de julio

– Ôsaka siempre ha sido un lugar de comercio, no de literatura. Eso no quita para que, ocasionalmente, surjan hombres generosos como Kenkadô o Muchôshi, pero cuando uno piensa en los literatos que han ejercido su actividad, generalmente provienen de otros lugares.

Entre los haijines, son de Ôsaka: Sôin, Saikaku, Raizan, Tantan y Ôemaru, pero cuando piensas que Ôsaka es una de las tres grandes ciudades del país, me parece que esta es una cosecha escasa. Por supuesto, si agregamos a Buson a la lista, es una gran figura, fuera de lo común, pero resulta que pasó la mayor parte de su vida entre Edo y Kioto, tal vez porque no le gustaba Ôsaka.

Pero si pensamos en aquellos que han estado activos recientemente en la nueva escuela de haiku, el número de los que se han comprometido seriamente con él, como Seisei, es excepcional para una ciudad como esta. Y eso no es todo, acaba de aparecer un grupo de jóvenes haijines, que se reúnen en un grupo numeroso, sin rival por su vivacidad y descaro, ya sea por los versos en sí o por las pequeñas piezas en prosa descriptiva. Y si echamos un vistazo a las revistas de haiku de cualquier procedencia, está claro que están repletos de prosa y poemas de gente de Ôsaka, lo que sugiere que esta ciudad está viviendo su apogeo. Sin embargo, cuando considero a este grupo de jóvenes, veo que, si bien todos están dotados de ciertas habilidades, sufren de una gran falta de conocimientos, y por eso el talento que manifiestan es muy superficial. En sus textos en prosa, uno puede observar insolencias, cosas de moda llenas de banalidad, vulgares y frívolas, impertinentes, descaradas, inmaduras… y podría multiplicar las calificaciones, pero entonces podría quedar a la altura de su mal gusto.

Pero actuar de esta manera, conseguir que quienes los leen quieran vomitar, no es bueno para ellos, porque eso obstaculizaría el desarrollo de su talento con el paso del tiempo. La causa de todo esto es, por un lado, el carecer de un Maestro que los guíe, y por otro lado, la falta de conocimientos. Si se me permite hacer una recomendación a todos estos jóvenes, les aconsejo que sean modestos, que sean discretos y que se entreguen a estudiar muy seriamente.

 

Notas del traductor y las fuentes

– Shiki deja entrever de nuevo la rivalidad este-oeste de Japón, ya lo hizo en la entrega 3 de 7 de mayo.

Kimura Kenkadô (1736-1802) era un culto fabricante de saque, amante de las artes y de las ciencias. Ueda Akinari (1734-1809), conocido como Muchôshi, era un poeta, novelista y erudito. Ambos actuaron como mecenas de su época.

Nishiyama Sôin (1605-1682), maestro de renga y haikai, nació en Kyûshû, vivió en Ôsaka, y fundó la reconocida Escuela Danrin. Tanto Matsuo Bashō como el novelista Ihara Saikaku fueron al inicio de sus carreras literarias miembros de esta escuela. Hay autores que creen que el haikai de Sôin (tipo renga con toque cómico) se convirtió en la transición entre el haikai ligero e intelectual de Matsunaga Teitoku y el definitivo haiku más serio y estético de Matsuo Bashô.

Ihara Saikaku (1642-1693), fue un poeta y novelista japonés, prolífico haijin y una de las más brillantes figuras de la literatura japonesa del período Edo en la historia de Japón.

Konishi Raizan (1654-1716), Matsuki Tantan (1674-1761) y Yasui Ôemaru (1722-1805) fueron haijines.

– De Seisei, Shiki tomó un haiku para comentar hace tan solo tres días, en la entrega 71. Matsuse Seisei (1869-1937), colaborador de Hototogisu y encargado de la sección de haiku del Ôsaka Asahi Shinbun, que en 1883, era el periódico de mayor circulación de Japón, con más de 21 000 ejemplares diarios, y hoy con 7 millones de ejemplares diarios, el segundo periódico de mayor tirada de Japón y del mundo, tras el Yomiuri Shimbun, el de mayor tirada del mundo.

– Cuando Shiki critica tan duramente a ese grupo emergente de jóvenes de Ôsaka, lo hace en base a que escriben haikus con el mismo procedimiento de los “escritores mensuales”, sistema que tanto ha criticado y criticará. Lo hizo en la entrega 45, en la entrega 61, y aún cargará contra ellos en las futuras entregas 82 y 102.

Entrega nº 73. 24 de julio

– Para reducir las tareas domésticas, se ha sugerido crear una “Empresa de arroz cocinado”. ¡Es una gran idea! Para cocinar el arroz, necesitas una sirvienta, un horno, … en otras palabras, se debe gastar mucho dinero y energía. En una familia como la nuestra, que no puede pagar una sirvienta, son las mujeres de la casa las que cocinan el arroz, y como requiere mucho tiempo y energía, es necesario dedicarse a ello al mismo tiempo que también se brinda atención al paciente, y esto resulta una carga demasiado pesada. Si es necesario atender a la persona enferma con urgencia mientras se cocina el arroz, puede suceder que se pegue o que quede medio cocido, en resumen, que se eche a perder. Por eso, si hubiera una empresa de este tipo, a la que se le pudiera confiar esta tarea, sería extremadamente práctico, y hoy, además, cuando se pide la opinión de los comerciantes, a todos les parece estupendo. A veces hemos querido recurrir a este método, pero es difícil abandonar las viejas costumbres, y las mujeres de la casa lo detestan y prefieren hacer ellas el arroz la mayoría de las veces. Cuando tienes tiempo, está bien, pero cuando te faltan los brazos, aunque te dé algo de vergüenza, es una muestra de ignorancia querer cocinar el arroz ellas mismas. Todo viene del hecho de que piensan que se pueden ahorrar ese dinero y satisfacer otras necesidades. Pero es evidente que estas necesidades pueden ser diferentes según qué familia. Por poner un ejemplo, puede ser más útil volcar el trabajo en cocinar las guarniciones en vez de cocinar el arroz, pues así lo apreciaremos mucho mejor. En una casa donde hay una persona enferma, estar junto a su cama y contarle historias interesantes, o leerle lo que pida, es mucho más inteligente. Se objetará que el arroz japonés no es como el pan occidental, que no hay dos familias a las que les guste igual, algunos prefieren un poco más duro, otros un poco más blandito, pero deberíamos poder resolver eso. Si se creara una empresa, podría hacer arroz duro y arroz blando, arroz de alta calidad y arroz de menor calidad bajo demanda. Así, en lugar de cocinar arroz en pequeñas cantidades en casa, sería mucho más conveniente pedirlo por encargo.

 

Notas del traductor y las fuentes

Shiki ya adelantó esta idea de una “empresa de cocinar arroz” en la entrega 66.

– El arroz japonés es el elemento esencial de la comida japonesa, hasta tal punto que su denominación gohan, sirve tanto para «arroz blanco» como para «comida».

– En la actualidad, el problema que plantea Shiki sigue existiendo y en Japón se intenta dar solución a través del arroz instantáneo, cada día más popular a medida que aumenta la demanda, especialmente por parte de personas de la tercera edad y gente que vive sola.

Entrega nº 72. 23 de julio

– Entre los poemas enviados a la revista Shûhô (Despachos semanales), encontramos este:

Kyôgoku ya

Yomise ni izuru

Shichô-uri

 

Kyôgoku.

En su puesto nocturno aparece

el distribuidor de mosquiteros

 

que Hekigotô ha seleccionado. Mientras me preguntaba por qué este último había aceptado tal poema, pensé mucho y finalmente me di cuenta de que las siete moras del verso central (Yo-mi-se ni i-zu-ru / en su puesto nocturno aparece) no eran algo común. Mientras que normalmente se habría escrito «yomise dashitaru» (abrió su puesto nocturno), la expresión aquí se ha transformado en «yomise ni izuru» (en su puesto nocturno aparece). Si decimos «yomise dashitaru» (abrió su puesto nocturno), objetivamente solo vemos un negocio nocturno en Kyôgoku, contemplamos desde afuera que se trata de un distribuidor de mosquiteros; pero si decimos «yomise ni izuru» (en su puesto nocturno aparece), entonces nos colocamos ya en la posición del distribuidor de mosquiteros de una manera más subjetiva, exactamente como haría un novelista que describe el personaje que creó, y obtenemos así que nos sitúa del lado del distribuidor de mosquiteros. En otras palabras, es una forma de decir que estamos a su lado y hemos ganado ya cierta familiaridad con él. En el teatro, tendríamos el placer de ver subirse el telón con un panorama de un mercado con puestos nocturnos en Kyôgoku, y en medio, un apuesto comerciante de mosquiteras: el actor Kikugorô; ya conocido por sus apariciones previas en otras escenas y ahora convertido en un distribuidor de mosquiteros. Pero todavía tengo que continuar mi reflexión sobre este poema.

 

Notas del traductor y las fuentes

– Kyôgoku es un barrio de Kioto, y en la actualidad sigue siendo un lugar referente para las compras.

Onoe Kikugorô V (1844-1903) era uno de los más célebres actores de la época y ya se habló de él en la entrega 37.