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LOS ORÍGENES ESPIRITUALES DEL HAIKU 3. El Taoísmo

  1. Taoísmo

El taoísmo, representado por Lao-Tsé (Rōshi) y Chuangts (Sōshi), llegó a Japón en parte directamente y en parte a través de la poesía china. Directamente, tal vez, la influencia fue restringida, porque Sōshi especialmente es muy difícil en el original, aunque no en la traducción inglesa. La relación entre el taoísmo y el zen no es nada fácil de establecer. Pueden haberse originado juntos en la mente china; el Zen puede ser la aplicación práctica de los ideales taoístas, injertados en el árbol religioso budista. La historia ortodoxa del Zen dice que hubo una sucesión ininterrumpida de patriarcas Zen desde Shakamuni, pasando por Daruma, hasta los maestros Zen chinos. Todo esto es de dudosa historicidad y un tanto improbable. Sin embargo, lo importante para el haiku son esas ideas, esos ensayos del alma que se han transmitido a Japón desde aquellos antiguos místicos chinos. Los siguientes son pasajes característicos de Rōshi primero y de Sōshi después:

 

RŌSHI

道沖而 用之、 或不脅。酒子似変物之宗

(等四章)

El Camino es un vacío insaciable, un abismo sin fondo, es decir, el origen de todo en el mundo.

天地不仁、以高物信郊向。

聖人不仁、以百性鶴郊狗。

(第五章)

El Cielo y la Tierra son despiadados; tratan las cosas como a perros de paja. Los sabios son despiadados; tratan a las personas como a perros de paja.

 

上帝若水。水善利高物面不争。

歳衆人所悪、 故幾於道,

(第八常)

El Gran Bien es como el agua, el agua que sirve a todas las cosas sin conflictos. Está donde a los hombres no les gusta estar (en el lugar más bajo). Por eso está cerca del Camino.

 

希言自然,故翼風不終朝,薬雨不終日。

教信此者。天地。天地向不能久而況於人

呼。

(第二十三)

Ser de pocas palabras es seguir la naturaleza. La tempestad no dura toda la mañana, ni una tormenta de lluvia cae todo el día. ¿Cuál es su causa? El Cielo y la Tierra. Y si el Cielo y la Tierra no la mantienen tanto tiempo, mucho menos debería el hombre.

 

知人者智、 自知明。(第三十三参)

Quien conoce a los demás tiene conocimiento. Quien se conoce a sí mismo está iluminado.

反者道之動、 弱者道之用、 天地高物生於

有、有生於無。(第 四十)

Volver (a la Naturaleza) es la actividad del Camino. La debilidad es el uso del Camino. Todas las cosas en el Cielo y en la Tierra surgen de la Existencia, pero la existencia surge de la Inexistencia.

 

驚道日銀、損之又報

鈴摩日益、以至於無烏、無鳥而無不魚。(第四十八章)

Aprender es añadir algo cada día. Seguir el Camino es quitar algo cada día, hablar, quitar, hasta llegar a la Inactividad, esa Inactividad que es Todo-actividad.

 

知者不賞、言者不知。(第五十六章)

Los que saben, no hablan. Los que hablan, no saben.

 

聖人欲不欲、 不費難得之。(第六十四章)

El sabio quiere cosas no deseadas (por otros); no da preferencia a las cosas difíciles de conseguir.

 

信言不美、美言不信、善者不精、

籍者不善、知者不博、博者不知。(第八十一章)

La verdad no es agradable de oír. Las palabras que suenan agradables no son verdaderas. Los hombres buenos no discuten. Los hombres que discuten no son buenos. El que sabe no es culto. El hombre culto no sabe.

 

而 後眼如耳、年如発、鼻如口。

 A partir de ahora, mis ojos son uno con mis oídos, mis oídos con mi nariz, mi nariz con mi boca.

Rishi, 2, 3.

 

Compara esto con Rōshi, 56:

塞其戸、 閉共門、捧其鋭、解其紛、

和其光、同其菓、 是謂玄同。

Cerrar la puerta (de su boca), cerrar los portales (de la vista y el oído), embotar la agudeza, desenredar las complicaciones, templar el brillo, alisar el polvo (de la discriminación): esta es la nivelación misteriosa.

 Es del tipo de haikus como el siguiente, pero no sólo:

海くれて鴨の 整ほのかにしろし

Umi kurete   kamo no koe   honoka ni shiroshi

El mar se oscurece:
las voces de los patos salvajes
son ligeramente blancas.

(Bashō)

 

SŌSHI

 恵子謂荘子日、吾有大樹。人謂之標。英

大本擁麺、 而不中潮張、其小枝容曲、而

不中規短。立之第、匠者不願。今子之言

大面無。衆所前去也。荘子日、.今チ

有大樹、悲其無、 何不樹之於無何有之

繩、臓真之野、街復平無 郎其側、道造学

彩臥其下. 不天斤斧。 物無害者。無所 可

用。 安所国苦哉。(内 詩澄藩遊第一)

Keishi le dijo a Sōshi: “Tengo un gran árbol llamado ‘El orgullo de la India’. Su tronco es tan retorcido y bulboso que una línea de tiza [para marcar la longitud de la madera] es inútil. Las ramas están tan contorsionadas que el compás y la escuadra no podrían hacer nada. Se encuentra al borde de la carretera, pero los carpinteros ni siquiera le echan un vistazo. De la misma manera, Señor, sus palabras son grandes e inútiles, y la gente es indiferente a ellas”. Sōshi replicó “…Señor, te aflige la inutilidad de tu gran árbol; ¿por qué no lo plantas en la Región del No Ser, el Dominio de lo infinitamente Vasto, vagar junto a él en estado de no acción, dormir apaciblemente [El título del capítulo, ‘Placer apacible’, procede de esta frase] reclinado bajo su sombra? Entonces el hacha no le haría daño; nada podría herirlo. No habiendo forma de utilizarla, ¿cómo podría sufrir daño?”

 

唯達者知通露一。篇是不用、而雷諸唐。(斎物論第ニ)

Sólo “quien ha llegado” sabe y comprende que todas las cosas son Una. No se habla a sí mismo como separado de las cosas, sino que se identifica con ellas en su actividad esencial.

 

夫大道不稀、大禁不賞、大仁不仁、

大原不廉、 大勇不伎。(節ニ)

La gran Vía no se expresa; la elocuencia perfecta no habla; la justicia absoluta no es desinteresada; el completo valor no es valiente.

 

注鶏而不溝。酌溝而不。 而不知其所由索、此之謂篠光 (第ニ)

Por mucho que vertamos, nunca va a rebosar; por mucho que repartamos, no se va a agotar; más aún, si no hay ninguna razón para ello, – a esto se le llama la Luz Oculta.

 

上徴武士、則支離撲費於其間。上有大役、

則支離以有常疾不受功、上興病者業、則

受三鐘興十東薪、夫支離其形者、縮是以

養其身、 終其天年、又況文離 徳者学。

(内第、 人間性、 第四)

Cuando la gente es llamada por las autoridades, el jorobado se pavoneaba entre ellos. Cuando la orden fue para hacer obras públicas, el jorobado, ya que es un lisiado sin remedio, no se puso a trabajar. Cuando el gobierno distribuía grano a los enfermos, él recibía tres shō y diez haces de leña. Si un jorobado, debido a su malformación corporal, es capaz de alimentarse y vivir hasta el final de sus días, ¡cuánto más provechoso es ser un jorobado moral!

若然者、其心志、其容疲、其額。渡然

似秋 、渡然似春、喜経通四時、興物有宣,

而莫知其極。 故聖人之用兵也。 亡図面不

失人心。 利深施平高世、不郎障 人。故築

通物非聖人也.有親非仁也。(第六)

Un hombre así (un Hombre Real) no se ve afectado por las circunstancias, su actitud es tranquila, su expresión (facial) poco demostrativa. Su frescura es la del otoño, su calidez la de la primavera. Sus emociones siguen su curso natural como el ciclo de las cuatro estaciones. Su armonía con la naturaleza está más allá de toda estimación humana. Así que cuando el sabio utiliza el ejército de tal manera que arruina el país, no pierde el amor de ese pueblo. Si otorga su benevolencia a éste y a las generaciones venideras, no es por amor al pueblo. Así pues, no corresponde a un sabio hacer felices a otros seres. Ser aficionado a las cosas, esto no es Amor universal.

 

夫蔵舟於峯、蔵山 於潔、謂之固突。然而

夜牢有力者負之而走。除者不知也。藤小

大有宜、縮有所遂。 若夫蔵天下於天下、

而不得所遂。是仮物之大情也。

(第六)

A un barco escondido en un arroyo, o (“una isla montañosa escondida”[1]) en un pantano, se le considera seguro. Aun así, algo fuerte puede llevárselo a medianoche. Los hombres en su ilusión no se dan cuenta de esto. Ocultar las cosas pequeñas en las grandes está bien, pero pueden perderse. Si, por el contrario, escondes el universo en el universo mismo, no hay lugar donde pueda perderse. Esta es la Gran Naturaleza de todas las cosas.

 

俄而子来有病瑞 職然将死、其妻子環而泣

之。 子物往間之日、叱避。無恒化。衛其

戸典之語目、偉哉造化。又将梁J以汝篇、

将築以政適、以政露鼠平。以汝常識管

平。子来日、父母於子、東両南北唯之命

従、陰易於人、不婦於父母、彼近吾死、

而我不聴、我則悼安。彼何罪蒔。夫大塊

載我以形、券我以生、快我以 老、息我以

(第六)

Shirai enfermó repentinamente, jadeaba y estaba al borde de la muerte. Su mujer y sus hijos lloraban a su alrededor. Shiri se acercó y les gritó: “¡Fuera de aquí, no frustréis su cambio!” Luego, apoyándose en la puerta (poste) dijo: “¡Maravilloso es el Creador! ¿Qué hará de él ahora? ¿Será el hígado de una rata o los codos de un gusano?” Shiri respondió: “Un niño debe ir obedientemente… Este, Oeste, Sur, Norte, según le digan sus padres. El Ying y el Yang [los negativos y positivos poderes de la Naturaleza] no son simplemente la madre y el padre de un hombre. Cuando me llevan a la muerte, y me opongo a ellos, soy rebelde; ellos son intachables. Gran Naturaleza, al darme la forma (humana) me da un lugar (en el mundo); por la vida, me permite trabajar; por la vejez, la satisfacción; por la muerte, el cese de la existencia”.

 

孔子日、魚相造平水、人相造平道。 相造

平永者穿池面養給、 相造平道者、無事而

生定。故日、魚相忘呼江湖、人相志平道

(第六)

Confucio dijo: “Los peces están hechos para el agua, los hombres para el Camino. Los que viven en el agua se entregan por entero a los estanques y se alimentan en ellos; los que viven en la Vía, viven en reposo, una vida de certeza. Y así se dice: ‘Los peces son inconscientes de los ríos y los lagos; los hombres nunca piensan en el Camino, y en cómo caminar por él’ ”.

Antes de hablar de la influencia de Rōshi y Sōshi sobre Bashō, podemos mencionar lo que Sōin [Fundador de la Escuela Danrin, 1604-1682] escribió en parte sobre un retrato de Sōshi:

 

荘調が文章にならひ、

守武が録属を仰がざらんや

“¿No nos basamos en los escritos de Sōshi, y veneramos la influencia de Moritake?”

Termina con el verso:

世の中や葉葉とまれくもあれ

Yono naka ya   chōchō tomare   kaku mo are

El mundo
es después de todo como la mariposa,
sea como sea.

(Sōin)

 

Esto, por supuesto, se refiere a lo que es quizás el más conocido pasaje de Sōshi:

不和薦之夢露胡蝶奥,胡蟻之夢鶴周興。

¿Soy un hombre que soñaba con ser una mariposa, o soy una mariposa soñando que soy un hombre?

Este fue el origen de muchos haikus sobre mariposas, por su identificación con el poeta en esa forma ligera y soñadora que forma parte tanto de la naturaleza del insecto como del poeta.

El poeta que más insistió en el hecho de que “los escritos de Sōshi son haikai”, fue Okanishi Ichū, 岡西惟中, fallecido en 1692, discípulo de Sōin. En una de sus obras 俳講栄求 Haikai Mokyu, aparece el siguiente pasaje:

北の海に解と言魚有り、其の魚の大さ幾

千里と云よ、事をしらす、此鳥海の 動く時

北より南の海へうつらんとす。 水にう

つ事三千里、 風c乗てのr る事九高里と

書けリ、 是期心の天遊機化自然の大自在

底なリ。しかれば今する俳謝も、方すの

胸中よb額れ出で、 天地の外に打むか

自由壁化の趣向をおもひめぐらし、 有事

ない事とり合て活法自在の旬微を誠の俳

識と毎るべし

山にかけリ野に遊びて、 花をめで、紅葉

にあこがる 折ふ、しでとに、此心をもて

作する事是俳 の追姦遊ならすや。

En el Océano del Norte hay un pez llamado el Kon, no sé de cuántos ri de tamaño. Cuando el mar se mueve, se prepara para partir hacia el Océano del Sur. Bate sus aletas en el agua durante 3.000 ri. Asciende en un torbellino 90.000 ri[2]. Así es la mente en su actividad celestial, sus transformaciones y libertad natural. Pero el haikai también surge desde un pecho de apenas unos pocos centímetros cuadrados que contemplando lo que está más allá del cielo y tierra, reflexiona y forma su idea de cambio libre. Uniendo lo que es y lo que no es, obtenemos un verso de libertad viva. Esto es auténtico haikai.

Vagando por las montañas, jugando en los campos, admirando los cerezos en flor, anhelando sobre las hojas carmesí del otoño, -siempre que hacemos estas cosas, ¿no es nuestro estado de ánimo el de “Disfrutar con tranquilidad”?

 

Durante el periodo que abarca la vida de Bashō, los estudios confucianos florecieron enormemente [véase apartado 5. Confucianismo], y Sōshi y Rōshi eran leídos junto con Confucio y Mencio como algo natural, publicándose sus libros y comentarios sobre ellos durante esa época. Se dice que el propio Bashō estudió los clásicos chinos, y especialmente a Sōshi y Rōshi, con Tanaka Tōkō, 田中桐江 1668-1742, pero sus fechas apenas coinciden con las de Bashō, 1644-1694.

Cabe mencionar que en esta época era común aplicar la palabra gugen, 寓言 alegoría, al pensamiento de Sōshi, y también al haikai. Esto tiene relación con la alegorización de la escuela Teitoku de haikai.

Es difícil juzgar el conocimiento que Bashō tenía de Sōshi, pero no cabe duda de que el pensamiento y el talante del “filósofo” chino eran muy afines a su propio carácter. El número de citas y referencias a Sōshi es comparativamente grande, mientras que a Rōshi son pocas porque su aplicación es más bien política, y en parte porque no tiene los elevados vuelos de fantasía que caracterizan a Sōshi.

En la obra de Kikaku 田舎の句合 Inaka no Kuawase, de 1680, se dice que Bashō tomó el nombre de くくさい Kukusai. Anteriormente había asumido el seudónimo de 桃 Tōsei, Melocotón Verde, en admiración por Ritaihaku, cuyo nombre significa “ciruela blanca” 李白. El nombre Kukusai, “Volando por ahí”, está tomado del célebre pasaje de Sōshi al final del capítulo 2, El Ajuste de controversias, al que ya hemos aludido:

普者荘周夢爵胡蝶。頼親然胡蝶也。自際

適志興不知周也。俄然党、則選遊然周也。

不知周之夢露胡蝶興。胡葉之夢爵周興。

Antes soñaba que era una mariposa volando disfrutando. No sabía que era Sōshi.

De repente me desperté y volví a ser Sōshi. No sabía si era Sōshi soñando que era una mariposa, o una mariposa soñando ahora que era Sōshi.

 

En el mismo Inaka no Kuawase encontramos los siguientes versos de Yajin, siendo los comentarios de Bashō:

 

壁の姿葬千年をわらふとかや              野人

Kabe no mugi    yomogi sen-nen wo        warō to kaya

La cebada junto al muro
se ríe, puede ser,
de los tres mil años de la hierba de ganso.

  (Yajin)

[NT.- “Hierba de ganso” es un nombre común para diversos pastos o hierbas].

 

壁に生る姿は 菌の聯朔 をしらす冥競大

椿を論するに似たり。

La cebada junto al muro es como la seta que no sabe nada del primer mes ni del último día, como la tortuga que habla del Gran Árbol de la Camelia.

Estas dos comparaciones proceden del primer capítulo de Sōshi.

 

限となりぬ騎牛の容由貝        野人

Kogarashi to   narinu katatsumuri no   utsusega

Ha llegado la tormenta:
el caparazón vacío
de un caracol.

(Yajin)

 

幅牛のうつせ貝もさびたり。されどもか

れが角の上にあらそはんときは、 右いさ

さかまさりなんや。

Esta “concha vacía de un caracol” tiene sabi. ¿Pero no sería mejor que lucharan en los cuernos?

Este fragmento procede del capítulo 25 de Sōshi, en el que Keishi presenta a Taishinjin al rey; Taishinjin le habla de los dos cuernos de un caracol. En un cuerno hay un reino llamado Provocación, y en el otro un reino llamado Estupidez. Estos están siempre luchando, causando miseria y muerte entre sus habitantes.

Sōshi está, por supuesto, señalando la relatividad de las cosas.

Además de estos ejemplos de comentarios de Bashō sobre el haiku, podemos citar algunas de las propias composiciones de Bashō. En el Nozarashi Kiko, 1684:

ニ上山富麻寺に諦で庭上の松を見るに凡

そ千とせも経たるならん、 大いさ牛を腰

すとも云ふべけん。かれ非情といへども

 俳縁にひかれて斧斤の罪をまぬかれたる

ぞ幸にして尊とし

 

僧朝顔幾死に返る法の松

Sō asagao   iku shini kaeru   nori no matsu

Visité el templo Tomaji en el monte Futakami. En el jardín vi un pino; debe tener unos mil años. Se podría decir que es suficientemente grande para esconder un buey.
Aunque insensible por su relación kármica con el Buda, había evitado el pecado del hacha,  y esto era a la vez afortunado y loable.

El monje… una gloria de la mañana,
muriendo una y otra vez;
este pino… ¡la ley budista!

 

Esta referencia al buey proviene del cuarto libro de Sōshi:

匠石之警至於曲藍見機武機。

其大蔽牛

Un maestro carpintero Seki, de camino a Sai, llegó a Kyokuen, y vio un árbol, sagrado para los espíritus de la tierra. Era lo bastante grande como para esconder un buey.

Sōshi se empeña en mostrar la inutilidad de este gran árbol, de cuyas ramas incluso se podría ahuecar una barca. Bashō lo contempla como un árbol, con cariño y asombro, pero también desea tener el peculiar sabor del pensamiento espiritual de Sōshi, el “color local” chino. Lo trae casi por costumbre. En el Oi no Kobumi, de 1687, leemos:

かの三月の糧をあつむるに力を入れす。

No me esforcé mucho en reunir provisiones para
esos tres meses.

 

Esto proviene del primer capítulo de Sōshi:

 

適千里者三月楽織

Aquel que vaya a mil ri tendrá que llevar provisiones para tres meses.

Hay algunos haikus de Bashō que están conectados de alguna manera con Sōshi, por ejemplo:

唐土の俳諧問はん飛ぶ胡蝶

Morokoshi no   haikai towan  tobu kochō

Preguntaré,
sobre el haikai de China,
esta mariposa revoloteando.

 

Esto tiene el proscripto, 非子書賛, “Escrito en una imagen de Sōshi”. La “mariposa” se refiere, por supuesto, a la alegoría de Sōshi mencionada anteriormente. La misma relación se ve en:

君や蝶我や荘子の夢心

Kimi ya chō   ware ya sōshi no   yume-gokoro

Tú eres la mariposa,
¿y yo el corazón soñador
de Sōshi?

 

起きよ起きよ我が友にせん寝る胡蝶

Okiyo okiyo   waga tomo ni sen   nuru kochō

Levántate, levántate,
y sé mi compañera,
¡mariposa durmiente!

 

Dice Bashō, en el Diario Genjuan, 幻住庵記 :

素はまれまれとぶらふ人々に心を野かし、

あるは営守の、黒のをのこども入り本

りで、わのしいの積くひあらし、乗の豆

畑に通ふなど我が開きしらぬ農談、日低

に山の輪にかいれば、 夜確設に月 を待ち

ては影を律ひ、燈を取 ては同雨に是非

をこらす。

Durante el día, mi mente es de vez en cuando estimulada por la gente que me visita. A veces el viejo guardián del santuario, a veces los jóvenes de la aldea vienen y cuentan cómo los jabalíes devoran y arrasan las plantas de arroz, cómo los conejos vienen a menudo a los campos de guisantes, y cosas así, hablando de asuntos agrícolas que son nuevos para mí.

El sol ya está detrás de las montañas, y yo me siento tranquilamente en el crepúsculo con mi sombra, esperando la luna. Enciendo la lámpara y medito sobre la verdad de las palabras de la Penumbra.

 

Esta última frase se basa en un pasaje de Sōshi:

問雨問景日、養子行、今子止。発子、

今子起。何共無特操。最日寄有待而然

者那、香所待、又有持而然者耶。容待蛇

紺鯛葉耶。悪識所以然。悪識所以不然。

(京物幹節二)

La Penumbra preguntó a la Sombra: “Acabas de caminar, y ahora te has detenido; te sentaste y ahora estás de pie; ¿por qué eres tan inconstante?” La Sombra respondió: “Espero el movimiento de algo (forma), y de esto (forma). Espero el movimiento de algo más (el Creador). Mi espera del movimiento es como la espera de las escamas de la serpiente [sobre la que se desliza] o las alas del higurashi [una especie de cigarra]-. ¿Cómo puedo saber por qué hago esto y por qué no hago aquello?”

 

En Oku no Hosomichi, Bashō cita una parte de una waka de Saigyō:

(終夜嵐に渡をはとばせて]

月をたれたる汐越の松

(Yo mo Sugara arashi ni nami wo hakobasete)

tsuki wo taretaru shiogoshi no matsu

                 (Toda la noche, con el violento viento,)

Los pinos de Shiogoshi,

colgando la luna en sus ramas,

(envuelven las olas.)

 

此の一首にで数景書きたり、 若し一禁を

加ふるものは、無用の指を立つるがごと   し。

Luego continúa…

con este poema,  se expresan en su totalidad muchas escenas.
Añadir otra palabra sería “un dedo inútil”.

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[1] Podemos omitir esto por completo y tomar 有力者 como un hombre; o considerar 山 como una colina (isla) y 有力者 como una fuerza mayor que el hombre, es decir, la Naturaleza.

[2] Estas cinco líneas son el principio de Sōshi.

LOS ORÍGENES ESPIRITUALES DEL HAIKU (2 cont.). Bashō y el Zen

Antes de hablar de Bashō y el Zen, podemos referirnos a la relación del renga[1] y el Zen. Muchos de los maestros de renga eran monjes, algunos de ellos de la secta Zen. Entre ellos cabe mencionar a Muso Kokushi, 1271-1346, fundador del templo Tenryuji, que se convirtió en la sede de la rama Rinzai. Otros fueron alumnos de Ikkyu, 1394-1481; entre ellos se dice que estuvo Sōkan 宗鑑, 1458-1546, uno de los más grandes maestros de haikai. Sōin宗因, 1604-82, fundador de la Escuela Danrin de haiku, también fue budista y recibió la tonsura de manos de Houn Zenji del templo Fukushūji, a la edad de sesenta y cuatro años.

庭前に白く咲きたる椿哉

 Tei-zen ni    shiroku saitaru          tsubaki kana

En el jardín
la camelia florece
blanca.

(Onitsura)

Se dice que Onitsura, el gran contemporáneo de Bashō, compuso esto en respuesta a una pregunta de un maestro Zen, Kudō, que le preguntó cuál era su haikai.空道和尚いかなる是衣が俳諸といはれしに即答. Se trata, por supuesto, de una especie de imitación del caso 37 del Mumonkan:

越州因管間

如何是師西来意。州云、庭前柏樹子。

Una vez un monje preguntó a Jōshū,

“¿Cuál es el significado de la llegada de Daruma de Occidente?” (es decir, la esencia del budismo).

Jōshū respondió,

“El magnolio en el jardín”.

Parece haber otras pruebas indirectas pero satisfactorias de la preocupación de Onitsura por el Zen. El contacto directo de Bashō con el Zen fue a través de Bucchō 佛頂, el abad del templo Konponji 根本寺, y la mejor manera de que de hacernos una idea de la relación entre discípulo y maestro es leer lo que escribió Bashō, cuando visitó el templo tras la muerte de Bucchō, en Oku no Hosomichi:

木豚も庵はやぶらす夏木立

Kitsutsuki mo    io wa yaburazu natsu kodachi

Ni el pájaro carpintero
dañará esta ermita
entre los árboles de verano.

(Bashō)

Bucchō fue uno de los maestros zen de Bashō cuando éste residía en Edo. El verso anterior fue compuesto en el templo de Unganji 雲岸寺, que está cerca de Kurobane 黒羽. Más tarde se convirtió en el monje principal de Konponji, en Kashima,鹿島. El pasaje de Oku no Hosomichi en el que aparece el poema es el siguiente:

常闘雲岸寺のおくに伸頂和貨山居の跡あり。

たてよこの五尺にたら0草の魔

むすぶもくやし雨なかりせは

と松の炭して書付け待るといつぞや開へ給ぶ。

其の跡見んと雲岸寺に杖を曳けば、人々すいん

で共にいさなUい、若き人妙 雨く道のほどうちさ

わぎて、おぼへ,彼の 麓にいたる。

けしきにて、谷道はるかに松杉黒く、普したい

って山門に入る。さてかの跡はいづくのほどに、

りて卯月の天令なほ塞し。十景藍く る所橋を渡

やと、後の山にょぢのぼれば、石上の小庵岩窟

に結びかけたり。妙膚師の死開、法雲法師の石

宝を見るが如し。

木啄も庵は破らす夏木立

と、とり あへぬー何を柱に残し侍りし

En esta región, detrás del templo Uganji, en la profundidad de las montañas, se encuentra la morada de Bucchō.

Menos de metro y medio cuadrado,

mi cabaña de paja;

es un fastidio

tener que construir incluso esto,

pero la lluvia…

Una vez me dijo que había escrito esto aquí con carbón de pino. Deseando ver las ruinas, fui al templo. Algunas personas, la mayoría jóvenes, se ofrecieron a guiarnos. Haciendo mucho ruido, antes de que nos diéramos cuenta llegamos al pie de la montaña, que estaba aislada, y al camino del valle distante, entre pinos y criptómeras. El agua goteaba entre el musgo, hacía frío incluso ahora, en el Cuarto Mes.

Después de ver las Diez Vistas, cruzamos el puente y entramos en la Gran Puerta del templo. Pero ¿dónde estaban las ruinas de la ermita de Bucchō? Subiendo por la montaña situada detrás del templo, encontramos una pequeña cabaña sobre una roca ante una cueva, sentíamos como si estuviéramos mirando la Puerta de la Muerte de Genmyo o la Habitación de Piedra de Houn [ambos monjes budistas]. Escribí este poema en el momento y lo dejé en el pilar de la cabaña”.

Este fragmento es una expresión del sentimiento de reverencia del propio Bashō por su maestro muerto. Ni siquiera el pájaro carpintero ha dañado los postes de madera de la cabaña en este lugar solitario, lejos de las de los hombres.

Algunos de los versos de Bashō que tienen el “sabor del Zen” 禪味 en un grado notable son:

咲き乱す桃の中より初桜

Saki midasu   momo no naka yori   hatsu-zakura

De entre los melocotoneros
floreciendo por todas partes,
los primeros cerezos en flor.

 

鐘消えて花の香は鐘く夕哉

Kane kiete   hana no ka wa tsuku   yūbe kana

El sonido se desvanece,
surge el aroma de las flores;
la campana tocada al atardecer.

 

原中やものにもつかず啼く雲雀

Haranaka ya       mono ni mo tsukazu       naku hibari

En medio de la llanura
canta la alondra,
libre de todas las cosas.

 

 

庭掃いて出でばや寺に散る柳

Niwa haite          ide baya tera ni                 chiru yanagi

Barriendo el jardín,
la nieve desaparece
con la escoba.

 

Imagen 2

Glorias de la mañana. Bashō

 

山も庭も動き入るるや夏座敷

Yama mo niwa mo     ugoki irū ya    natsu zashiki

Las montañas y el jardín también se mueven;
el salón de verano
las incluye

(Bashō)

Los discípulos de Bashō se vieron naturalmente afectados por su profundo interés sobre el Zen. Se dice que cuando Kikaku tenía 13 años, en 1674, se convirtió en alumno de Bashō. Aprendió medicina, confucianismo, el Libro de los Cambios, (del que tomó su nombre), caligrafía, pintura, poesía china, haikai y parece que probablemente estudió Zen en cierta medida, pero debe decirse que no tenía ni idea de su verdadero significado. Por un lado, muestra una especie de libertad primitiva, ninguna actitud religiosa. Por otra parte, su profundidad es accidental e irregular, y degenera con facilidad en juegos de palabras y ocurrencias de los que Bashō había librado al haiku.

Ransetsu,嵐雪, estudió Zen con Saiun 湾雪, de Edo. Su poema de despedida [jisei] es:

一葉ちる噛はちるかぜの上

Hito ha chiru   totsu hito-ha  chiru   kaze no ue

Cae una hoja de paulonia;
¡Totsu! una sola hoja cae,
llevada por el viento.

Totsu es una exclamación Zen que expresa gruñido, cólera. Tiene el mismo significado que kwatsu. Este verso de despedida es digno de un adepto del Zen. Se dice que su nombre, Ransetsu, “Tormenta-Nieve”, fue tomado de un Mondō o pregunta y respuesta, entre él y su maestro Saiun, preguntó:

“¿Qué hay cuando la nieve cubre mil montañas? “

雪千山を如めて仕藤

Él Respondió: “Un solo pico no es blanco”.

孤峰不自

De aquí también se dice que vino su nombre Fuhakken, 不白軒 “Aleros que no son blancos”, pero todo esto es muy dudoso.

El discípulo de Bashō que tuvo la comprensión más profunda del Zen fue Josō, 丈草 1661-1704. Estudió con Gyokudō 玉堂 del templo Senseiji, de la rama Obaku del Zen, en su juventud. Aprendió de él a escribir poemas chinos, y compuso un gran número de ellos con un significado Zen. Sus haikus también tienen el sabor inconfundible, por ejemplo:

水底の着におちつく木の葵かな

Misanoko no   iwa ni ochitsuku   ko no ha kana

Hojas,
caídas sobre una roca
bajo el agua.

 

野も山も霊にとられてなにもなし

No mo yama mo   yuki ni torarete   nani mo nashi

Campos y montañas…
todo cubierto de nieve,
no queda nada.

 

水底を見て楽た額の小鴨かた

Minasoko wo     mite kita kao no   kogamo kana

La cerceta
parece como si dijera
“¡he estado en el fondo!”.

Ryōta, 菱太 1707-1787, un discípulo de Ritō 吏登, 1680-1754, también alumno de Ransetsu, tras entrevistarse con Hakuin, visitó Torei, 東嶺,en Ryutakuji, 龍深寺,quien compuso un haiku y se lo entregó a él:

飛込んだ力でうかぶ鮭かな

Tobikonda   chikara de ukabu   kawazu kana

La rana
se eleva con la misma fuerza
con la que salta.

Tenemos aquí un ejemplo de Zen (enseñanza) que no es haiku. El haiku no es didáctico en ningún sentido. Si es, como la poesía, “una crítica de la vida”, esta palabra “crítica” debe entenderse en un sentido poético y no filosófico, psicológico o analítico.

[1] Forma de verso a partir de la cual se desarrolló el haiku (se estudiará más adelante)

De todo el capítulo:

[1]  Fallecido en 996; famoso por el uso del bastón en la enseñanza del Zen.

[2]  751-834; también famoso por el uso del bastón.

[3] Su lengua. Compárese: “No he venido a traer la paz, sino una espada”.

[4] La poesía, como el Zen, no es nada del otro mundo.

[5] Forma de verso a partir de la cual se desarrolló el haiku (se estudiará más adelante)

 

LOS ORÍGENES ESPIRITUALES DEL HAIKU (2)

  1. Zen

El Zen es la puesta en práctica, la realización (hacer real) del budismo Mahayana en la vida cotidiana. Un monje erudito debe mostrar su «saber» cuando un ladrón le amenaza, cuando le aclaman diez mil personas, cuando le sorprende un chaparrón repentino, cuando tiene que esperar horas a un autobús. Al mismo tiempo, en la misma acción, y mismo estado de ánimo, no hay ladrón, ni lluvia, ni espera; no se muestra nada, y no hay nadie que muestre nada. Es decir, por un lado el Zen es rigurosamente práctico, por el otro salvajemente idealista y suprarracional; y, sin embargo, es sólo un hombre escribiendo palabras en un papel, o una madre dando el pecho a su hijo.

¿Y qué tiene esto que ver con el haiku? Ya lo veremos. En próximas páginas, se traducen algunos de los breves pasajes recogidos en el Zetirinkushu. Esta antología fue compilada por Eichō,東陽英朝, fallecido en 1574, discípulo de Seccō de Myōshinji 雪江. Los artículos son lo que se conoce como agyo下語, o chakugo, 著語, recopilados por Eichō de unos doscientos centenares de libros, incluidos varios escritos zen, por ejemplo El Hekiganroku, Mumonkan, Shinjinmei; los Sutras; Las Analectas, La Gran Enseñanza, La Doctrina del Medio; Mencio; Las Odas; Laotse, Chuangtse; la poesía de Kanzan, Tōenmei, Tōhō, Ritaihaku, Hakurakuten; el Tōshisen.

Fueron utilizadas, y aún las utilizan, los monjes que estudian Zen en los monasterios, quienes seleccionan el pasaje que consideran capaz de resolver el problema que les plantea el maestro. Una ojeada a lo que sigue mostrará una profunda relación entre ellos y el haiku. En particular, podemos señalar:

破鏡不重照 落花難上枝

El espejo roto no volverá a reflejarse;
Las flores caídas difícilmente regresarán a la rama.

Compárese con el verso de Moritake:

落花枝に蹄ると見れば胡蝶かな

Ochiba eda ni    kaeru  to mireba    kochô kana

¿Una flor caída
regresando a la rama?
Era una mariposa.

Moritake, 1472-1549, fue sumo sacerdote del Gran Santuario de Ise; es bastante probable que este poema fuera para él un original. Tomemos de nuevo el siguiente:

春来遊寺客 花落閉門曾

Cuando llega la primavera, muchos visitantes se divierten

en el templo;

Cuando caen las flores, sólo queda el monje que cierra

la puerta.

 

Se desconoce su origen, pero podemos compararlo con los siguientes versos:

散って しづか なり円成寺         鬼貫

Hana chitte   mata shizuka nari   Enjyō-ji

Los cerezos en flor han caído,
el Templo Enjoji
vuelve a estar tranquilo.

(Onitsura, 1660-1783)

 

花散るや伽藍の樞 落しゆく    凡兆

Hana chiru ya    garan no toboso    otoshi yuku

Caen las flores;
cierra la gran puerta del templo,
y se marcha.

(Bonchō , fallecido en 1714)

 

花散りて木の間の寺となりにけり
Hana chirite      ko no ma no tera to        nari ni keri.

Las flores de los cerezos han caído,
el templo
a través de las ramas.

(Buson, 1715-1783)

 

Compárese también:

不知何虚寺、風塗鐘撃楽

No sé de qué templo
el viento trae el sonido de la campana.

 

花の雲鐘は上野か渡草か       芭蕉
 Hana no kumo    kane wa ueno ka    asakusa ka

 Una nube de cerezos en flor:
la campana… ¿es de Ueno?
¿es de Asakusa?

(Bashō)

En la siguiente selección, setenta y tres de unos cuatro mil, podemos ver la visión Zen del mundo en su camino a través de la poesía al haiku.

 芭蕉葉上無愁雨

只是時人聴断陽

Las gotas de lluvia repiquetean sobre la hoja del platanero, pero no son lágrimas de dolor;

son sólo la angustia de quien las escucha.

 

渓盤便是鷹長舌

山色覚非清浮身

La voz del torrente de la montaña es la de una gran lengua;

las líneas de las colinas, ¿no son el Cuerpo Puro de Buda?

 

如刀能割不自制

如眼能看不自看

Es [la vida] como una espada que hiere, pero no puede herirse a sí misma;

como un ojo que ve, pero no puede verse a sí mismo.

 

須得人評之

語不令人食

Las palabras no hacen que un hombre entienda;

debes hacer que el hombre las entienda.

 

賢被太虚室

鎌牛也汗出

Para poder pisotear el Gran Vacío,

la vaca de hierro debe sudar.

 

似虎多隻角

如年鉄尾巴

Es [la Verdad] como un tigre, pero con muchos cuernos;

como una vaca, pero no tiene cola.

 

相見阿阿笑

園林落葉多

Al encontrarse, los dos amigos ríen en voz alta;

en la arboleda, las hojas caídas son muchas.

 

資昏難 報藤

牛夜日頭明

El gallo anuncia el alba al atardecer ;

El sol brilla a medianoche.

 

泉撃中夜後

山色夕陽時

La voz de la fuente después de medianoche;

Los colores de las colinas al atardecer.

 

樹密猿聾響

波澄雁影深

Los gritos de los monos resuenan a través del denso bosque;

en el agua clara, los gansos salvajes se reflejan profundamente.

 

木難鳴子夜

狗映天明

El gallo de madera canta a medianoche:

el perro de paja ladra al cielo despejado.

 

山河並大地

全露法玉身

Montañas y ríos, la tierra entera,-

todos manifiestan la esencia del ser.

 

風定花縮落

鳥鳴山更幽

El viento amaina, pero las flores siguen cayendo;

un pájaro canta, y la montaña encierra aún más misterio.

 

有水皆合月

無山不帯雲

Todas las aguas contienen la luna;

ni una montaña sino las nubes la ciñen.

 

入林不動草

入水不立波

Al entrar en el bosque, no perturba ni una brizna de hierba;

entrando en el agua él [el poeta] no causa una ondulación.

 

一旬定乾坤

一剣亭天下

Una palabra [por ejemplo, de Cristo] determina el mundo entero;

una espada pacifica el cielo y la tierra.

 

梅変占春少

庭寛得月多

El ciruelo, menguante, contiene menos de la primavera;

pero el jardín es más ancho, y contiene más luna.

 

波弄月精神

El árbol manifiesta el poder corporal del viento;

la ola exhibe la naturaleza espiritual de la luna.

 

出門逢響迦

入門逢覇動

Sal y conocerás a Shakamuni;

vuelve a casa, y conocerás al Buda Miroku.

 

古今無二路

達者共同途

Desde antaño no había dos caminos

“los que han llegado” recorrieron todos el mismo camino.

 

汲水奨山勤

揚帆発岸行

Sacad agua, y pensad que las montañas se mueven:

iza la vela, y creerás que los acantilados huyen.

 

歳容無背面

鳥道絡東西

En la vasta inanidad no hay detrás ni delante;

el camino del pájaro conquista el Oriente y el Occidente.

 

只見錐頭利

不知要頭方

Sólo viendo el filo del punzón;

sin conocer la cuadratura del cincel de piedra.

 

傷此夜誠度

如薪漆火被

Esta noche el Buda entró en el Nirvana;

fue como leña quemada por completo.

 

一葉一響迦

一競一爾勤

Una hoja, un Shakamuni;

un cabello, un Miroku.

 

護生須是殺

殺索始安居

Para preservar la vida, hay que destruirla;

cuando se destruye completamente, por primera vez hay reposo.

 

雨中看果日

火菜前清泉

Percibiendo el sol en medio de la lluvia

sacando agua clara de las profundidades del fuego.

 

懐洲牛喫未

徐州馬場張

Cuando una vaca de Kaishū come hojas de morera,

el vientre de un caballo de Ekishū se distiende.

 

袖中日月蔵

栄内握乾坤

Tener el sol y la luna en la manga;

tener el universo en la palma de la mano.

 

不向自己食

向什棄虚食

Si no lo obtienes de ti mismo,

¿dónde irás a buscarlo?

 

牛飲水成乳

蛇飲水成毒

El agua que bebe una vaca se convierte en leche;

el agua que bebe una serpiente se convierte en veneno.

 

町寧損君徳

無言画有功

Muchas palabras dañan la virtud;

la falta de palabras es esencialmente eficaz.

 

欄千難共衛

山色看不同

Aunque nos apoyemos juntos en la misma balaustrada,

los colores de la montaña no son los mismos.

 

善哉観世香

全身入荒草

¡Qué bueno es  Todo el Cuerpo

de Kwannon entre en las hierbas silvestres!

 

結起一誓草

作丈六金身

Tomar una brizna de hierba,

úsala como un Buda dorado de dieciséis pies.

 

青山自青山

自雲自自雲

Las colinas azules son de por sí colinas azules:

las nubes blancas son de por sí nubes blancas.

 

不譲東魯書

争食西索意

Si no has leído las Analectas,

¿cómo puedes conocer el significado del Zen?

 

移花象葉到

途磨道不知

Plantar flores a las que acuden las mariposas,

Daruma dice: «No lo sé».

 

火不待日熱

風不待月演

El calor no espera al sol, para estar caliente,

ni el viento a la luna, para estar fresco.

 

法法不機蔵

古今常露

Desde antaño, todo es claro como la luz del día.

No hay nada oculto.

 

古松義般若

匿鳥弄買如

El viejo pino habla sabiduría divina;

el pájaro secreto manifiesta la verdad eterna.

 

有眼不食見

有耳不食聞

Viendo, no ven;

oyendo, no oyen.

 

黙梅花菓

三千世界香

Sólo un pistilo de la flor del ciruelo,

y los tres mil mundos son fragantes.

 

霊門棒頭短

薬山杓柄長

El bastón de Unmon[1] es demasiado corto;

el bastón[2] de Yakusan es demasiado largo.

 

人々脚渡下

有一坐具地

Todo hombre tiene bajo sus pies

suelo suficiente para hacer Zazen sobre él.

 

不是打殺人

被人打殺必

Si no lo matas,

serás asesinado por él.

 

欲問花楽歳

東君赤不知

Tal vez quieras preguntar de dónde vienen las flores,

pero ni siquiera Tōkun [el dios de la primavera]  lo sabe.

 

路逢達道人

不将語獣野

Si te encuentras con un iluminado en la calle,

no le saludes con palabras, ni con el silencio.

 

是非交結歳

聖亦不能知

Donde la interacción de “es” y “no es” es fija

ni siquiera los sabios pueden saberlo.

 

前水復後水

古今相績流

El agua antes y el agua después,

ahora y siempre fluyendo, se suceden.

 

文章千古事

得失寸心知

Lo que está escrito es de hace mucho tiempo,

pero el corazón conoce todas las ganancias y pérdidas.

 

更無薄覚虚

鳥跡印容中

No hay lugar donde buscar la mente;

es como las pisadas de los pájaros en el cielo.

 

元然無事坐

春来草自生

Quietamente sin hacer nada,

llega la primavera, la hierba crece por sí misma.

 

上無片瓦蓋頭

下無寸土立足

Arriba, ni una teja para cubrirse la cabeza;

abajo, ni un palmo de tierra para poner el pie.

 

ロ欲義而命衰

心欲録而裏亡

La boca desea hablar, pero las palabras desaparecen:

el corazón desea asociarse, pero los pensamientos se desvanecen

 

要知山上路

須是去来人

Si deseas conocer el camino que sube a la montaña.

Debes preguntar al hombre que va y viene por él.

 

只可容諸所有

又英寛諸所無

Simplemente hay que vaciar «es» de significado.

Y no tomar «no es» como real.

 

一鷹飛而撃天

Una mota volando oscurece el cielo:

una mota de polvo cubre la tierra.

 

争如著衣爽飯

此外更無伸意

¿Hay algo que se pueda comparar con llevar ropa y comer de los alimentos?

Más allá de esto no hay Buda ni Bodhisattva.

 

識得本心本性

正是宗門大病

Conociendo la Mente original, la Naturaleza esencial,

esta es la gran enfermedad de (nuestra) religión.

 

如茶正法眠蔵

大似南鏡相照

El tesoro ocular de la ley verdadera del Tathagata

es como dos espejos que se reflejan mutuamente.

 

不可以有心得

不可以無心求

No puede ser alcanzado por la mente

no debe buscarse mediante la falta de mente.

 

不可以語言造

不可以彼獣通

No puede ser creado por el habla;

no puede ser penetrado por el silencio.

 

雁無遺微之意

水無選影之心

Los gansos no quieren dejar atrás su reflejo;

el agua no tiene mente para retener su imagen.

 

落霞興孤驚斉飛

秋水共長天一色

La niebla que cae vuela junto con los patos salvajes;

las aguas del otoño son de un mismo color con el cielo.

 

老樹臥波塞影動

野畑洋草夕陽昏

El viejo árbol se inclina sobre las olas, su fría imagen se balancea;

la niebla se cierne sobre la hierba, el sol del atardecer se desvanece.

 

不信只看八九月

紛紛黄葉満山川川

Si no crees, mira septiembre, mira octubre,

cómo caen las hojas amarillas y llenan montaña y río.

 

落木千山天遠大

登江 道月分明

Por encima de las desnudas ramas de mil colinas, un vasto y lejano cielo;

sobre el sendero del río, una luna radiante.

 

物出輸王三寸銭

方知期界是刀鈴

Cuando Buda clavó sus tres pulgadas de hierro[3],

entonces se conocieron por primera vez las espadas y las lanzas del mundo.

 

到得崎索無別事

臓山姻雨街江潮

Fui y volví; no era nada especial[4]:

el monte Ro envuelto en niebla; Sekkô en marea alta.

 

 

[1]  Fallecido en 996; famoso por el uso del bastón en la enseñanza del Zen.

[2]  751-834; también famoso por el uso del bastón.

[3] Su lengua. Compárese: “No he venido a traer la paz, sino una espada”.

[4] La poesía, como el Zen, no es nada del otro mundo.

LOS ORÍGENES ESPIRITUALES DEL HAIKU (1)

Sección I

LOS ORÍGENES ESPIRITUALES DEL HAIKU

 

En el presente volumen se explicará la evolución histórica del estado de la mente zen en la creación del haiku de Bashō y sus seguidores. Podemos rastrearlo desde sus orígenes en el pensamiento prebudista de la India, y a través de la cultura china hasta la cosmovisión japonesa y su expresión poética.

El objetivo de esta primera sección es ofrecer lo que podría llamarse el trasfondo de toda la cultura oriental; pero esta metáfora teatral o pictórica es engañosa, porque surge mecánicamente.

En el haiku, todos esos profundos pensamientos y experiencias de las razas india, china y japonesa, arraigados en el oscuro y abismo del tiempo, muestran aquí sus pequeños, y tiernos rostros floridos, con esa sonrisa tenue y secreta que atestigua instantáneamente su origen y naturaleza celestiales. Nosotros mismos hemos de pasar por todas esas fases una vez más hasta que podamos recitar estos versos, con Masefield:

…Primavera de nuevo en mi corazón

para que pueda florecer en los hombres

No queremos insistir en la idea de que el Zen es lo único común al haiku, a la poesía de la literatura inglesa, el misticismo de Soshi (Chuang Tse) o a los elevados vuelos morales de Confucio; porque cuando hacemos esto, incluso dentro de nuestro propio pecho surge el sentimiento de que, después de todo, cada cosa es ella misma y nada más.

二もとの梅に遲速を愛す哉     蕪村

Futa-moto no   ume ni chisoku wo   aisu kana

Los dos ciruelos…
amo su floración,
uno temprano, otro más tarde.

(Buson)

Y cuando afirmamos la separación de las cosas la mente se vuelve insensible, pero inevitablemente, al otro extremo de la identidad y la igualdad. Esta ley es el reino más profundo de nuestro universo mental. Pertenece a lo inherente, original,  a la inexplicabilidad intrínseca de todo.

El diagrama adjunto representa las distintas corrientes de pensamiento-sentimiento. La relación del pensamiento oriental con el haiku se tratará bajo éstas.

  1. Budismo

Debemos remontarnos al pensamiento indio prebudista si queremos ver los comienzos (hasta donde se conocen) de lo que finalmente se convirtió en la simple instantánea del haiku.

En los primeros tiempos se comprendió que el secreto de la vida está en la comprensión de lo que es el yo:

Aquellos que parten de aquí, sin haber descubierto el yo y los verdaderos deseos, para ellos no hay libertad en todos los mundos. Pero los que se apartan de aquí, después de haber descubierto el yo y los verdaderos deseos, para ellos hay libertad en todos los mundos.

(Chand. Upanishad, 8, 1.)

Existía ese fuerte deseo de encontrar una vía de escape del mundo del sufrimiento:

Guíame entonces, te lo ruego, a la orilla más lejana que está más allá del dolor.

(Chand. Up. 7, 1.)

En la famosa parábola del fruto del árbol de Nyagrodha, vemos el hecho de que la verdad es invisible, pero está ante nuestros ojos y a nuestro alcance. En la semilla, cuando se abre y no vemos nada, está la esencia del gran árbol:

Eso que es la esencia sutil, en eso, todo lo que existe tiene su ser. Es lo Verdadero. Es el Ser, y tú, oh Svetaketu, lo eres.

(Chand. Up. 6, 12.)

El haiku es este » tú lo eres «; cuando un hombre se convierte en un bambú meciéndose bajo la lluvia ventosa, una cigarra llorando y su vida, entonces él es «eso».

Imagen 1

Dainichi Nyorai (Periodo Kamakura)

Aquello de donde estas cosas nacen, aquello

por el cual, cuando nacen, viven, aquello en lo que

al morir vuelven a entrar, trata de saberlo. Eso es

Brahman. (Taiit. Up, 3,1)

 

El efecto del budismo del tipo indio-chino-japonés en la vida y el pensamiento del pueblo japonés, y por tanto sobre el haiku, puede tratarse bajo dos epígrafes:

(a) Ideas populares (b) Ideas filosóficas.

(a) La vida es dolor y sufrimiento. Hay más de un matiz de esto en Bashô e Issa; pero Buson y Shiki, en su objetividad, sienten el significado de las cosas más profundamente que su evanescencia. La naturaleza temprana de todas las cosas, incluso del propio universo, puede suscitar pena; también puede verse, o pasarse por alto, como el elemento inevitable de todo cambio y variedad. En el budismo, la ignorancia es el gran mal del mundo, más que la maldad moral. El gran problema de la vida práctica y cotidiana es, pues, ver las cosas correctamente, no valorarlas en una escala moral rígida de virtud y vicio, utilidad e inutilidad, sino tomarlas sin prejuicios sentimentales o intelectuales.

El politeísmo de los japoneses corrientes, como el de los griegos, tuvo un gran efecto en su modo de vida poética. Los dioses son muchos: Amaterasu, Miroku, Hachiman, Jizo, Amida, Dainichi Nyorai, Tenjin, Kwannon, Emma O, Shakamuni, Benten, y cien más.

Pero, estos dioses no están lejos de nosotros, ni en lugar ni en rango. Tampoco existe una distinción clara entre lo humano y lo infrahumano. La escala de seres del universo budista sitúa al hombre a medio camino. Las primitivas ideas animistas de los japoneses coinciden con el sistema budista, y todos están unidos por la teoría de la transmigración. El resultado es (¿o es causa?) que nuestras simpatías se amplían en ambas direcciones:

留守のまに荒れたる神の落葉かな               芭蕉

Rusu no ma ni    aretaru kami no    ochiba kana

El dios está ausente;
las hojas muertas se amontonan,
y todo está desierto.

(Bashô)

さまづけに育てられたる蚕かな      一茶

Samazuke ni    sodateraretaru    kaiko kana

 

Criando gusanos de seda,
los llaman
«Señor»[1].

(Issa)

(b) La doctrina Mahayana de la identidad de la diferencia o indiferencia de los opuestos, es la que distingue al budismo y el cristianismo como ninguna otra. Esta distinción explica la profunda conexión entre la experiencia budista y la poesía oriental, y por qué el cristianismo se ha mostrado como poetas a Wordsworth, Coleridge, Chaucer, Blake, Shelley. La paradoja es el alma de la religión, como lo es de la poesía, pero donde no se la reconoce, o donde se la anatematiza, religión y poesía se reducen a dogma y sentimentalismo, respectivamente.

De nuevo, la enseñanza Mahayana de la equivalencia de lo fenoménico y lo nouménico ofrece a la mente oriental esa extraña fusión de espiritualidad y sentido práctico que caracteriza al arte chino y al haiku japonés.

Es este mundo, pero no es este mundo. No insinúa otro mundo distinto de éste, un absoluto; es este mundo cotidiano visto por primera vez como realmente es, un patio de recreo de Budas.

El budismo es, en cierto sentido, panteísta, especialmente en las enseñanzas de las sectas Tendai y Shingon, pero el todo, que es uno, no se concibe como una persona, sino como algo que no es ni personal ni impersonal. Lo mismo ocurre con Amida en las sectas Shin y Jodo. Amida sólo se personaliza en aras del discurso o la concepción; en el sentido literal de las palabras, «Dios es amor».

La doctrina de que todas las cosas, incluso las inanimadas, tienen la naturaleza de Buda presenta consecuencias de gran alcance. Mientras que la del budismo primitivo tiende a borrar la idea de una individualidad estanca de las cosas, incluidos nosotros mismos, la creencia de que todo alcanzará un día la Budeidad da valor (da el mismo valor) a los objetos más triviales, y sienta las bases de una democracia espiritual y práctica que el cristianismo como tal nunca podría permitirse.

» ¿No valéis vosotros más que muchos pajarillos? «

La respuesta es «No».

En los siguientes versos de Bashô el elemento budista es obvio:

白魚や黒き目を明く法の網

Shirauo ya   kuroki mewo aku    hô no ami

El pez blanco
abre sus ojos negros
en la red de la Ley.

蛸壺やはかなき夢を夏の月

Takotsubo ya   hakana i yume o   natsu no tsuki

Los pulpos en las trampas:
sueños fugaces
bajo la luna de verano.

 

もろもろの心柳にまかすべし

Moro moro no    kokoro yanagi ni    makasu beshi

Rinde al sauce
todo el odio, todo el deseo
de tu corazón.[2]

 

蓮池や折らでそのまま玉祭

Hasu ike ya    orade sonomama    tamamatsuri

Los lotos en el estanque,
tal y como son:
el Festival de los Muertos.

 

秋の色糠味噌壷もなかりけり

Aki no iro    nukamiso tsubo mo    nakari keri

Señales de otoño;
No tengo olla
de pasta de arroz y salvado.

 

Podemos mencionar aquí a una de las alumnas de Bashô, Sonojo,園女, 1649-1723. Se ganaba la vida como oculista. Tras la muerte de su marido, se trasladó a Edo, donde está enterrada. Más tarde se afeitó la cabeza y estudió budismo. En una carta al sacerdote Unko, 雲, escribe:

不求其不求妄は大道の根源.….柳は緑花は紅ぬ唯其健にして常に句を云ひ歌を綴て遊び申候事に候.….我平日の行は念沸と句と歌となり。極業へ行くはよレ、地獄へ落るは目出たし。

No buscar la Verdad, no buscar el error,- esto es lo fundamental de la Gran Vía… El sauce es verde, la flor es roja; tal como son las cosas, deben componerse el haiku y el waka…Mis días transcurren en la recitación del Nenbutsu, la elaboración del haiku y el waka. Ir al Paraíso es bueno, y caer en el Infierno también es un asunto de felicitación.

誰か見ん誰か知るべき有にもあら市

無きてもあらぬ法のともしび

¿Quién puede verlo?

¿Quién puede conocerlo?

No está en «lo que es».

Ni en «lo que no es».

¡Esta Luz de la Ley!

Su verso de la muerte, un waka, es en la verdad budista, y uno puede decir el espíritu japonés:

秋の月春の曙みし容は

夢かうついか南無阿獅陀傍

Los cielos vistos en el amanecer de la primavera,

Vistos con la luna del otoño,-

¿Eran reales? ¿Fueron un sueño?

¡Namuamidabutsu!

Todo lo que es, todo lo que parece ser el pasado y el presente y el futuro, los mundos descubiertos y los mundos creados, – debemos vivir en ellos y por ellos y para ellos, sin egoísmo, con deseo y sin deseo. Esto es Namuamidabutsu, y la realidad o irrealidad de todo ello debe ser la menor de nuestras preocupaciones. Puede ser un sueño del que nunca despertamos; tal vez la vida sea real, la vida es algo serio; pero la respuesta a cada pregunta debe ser siempre: “¡Namuamidabutsu!”.

[1] La palabra sama implica no sólo respeto sino un sentimiento gentil y piadoso hacia los gusanos de seda.

[2] NT.- Este haiku no aparece recogido en ninguna de las recopilaciones de Kon Eizo, Barnhill u Oseko sobre Bashô. En realidad, se apunta su autoría a Ryoto, uno de sus numerosos discípulos.

PREFACIO Y CONTENIDOS

HAIKU 1

 

Imagen de la portada: Se trata de una ilustración de Buson, 1715-1783, sobre el Oku no Hosomichi de Bashô, que muestra una reunión de haikai de cuatro poetas componiendo un largo poema enlazado en casa de Nagayama Shigeyuki en junio de 1689. Rogan se apoya en su abanico, componiendo un verso; Sora está dispuesto a escribirlo si Bashô (a la derecha del todo) lo aprueba, mientras Jūkō (Shigeyuki) aparece sentado (arriba, con su hijo detrás a la izquierda).

 

HAIKU (Por R.H. Blyth)

EN CUATRO VOLÚMENES

VOLUMEN I. CULTURA ORIENTAL

HOKUSEIDO

© 1949, by R. H. Blyth

Impreso en Japón

Dedicado a Sakuo Hashimoto, con agradecimiento porque su patriótica generosidad hizo posible la publicación de estos volúmenes.

NT: Este haiga que aparece en el interior de la portada de este volumen es de Miura Chora, 1729-1781. El poema también es de su autoría (se explica un poco más adelante, en este primer volumen).

呉竹のよよにあふひのまつりか な     樗良

Kuretake no yoyo ni auhi no matsuri kana

Hoy es el Festival de Aoi:
saludamos nuevamente a los bambúes de muchos nudos,
generación tras generación.

(Chora)

(NT: Aoi = las malvarrosas/alceas)

 

Sora se despide de Bashō (Buson)

 

PREFACIO

La historia de la humanidad, como historia del espíritu humano, puede concebirse formada de dos elementos: una huida de este mundo a otro, y un retorno a él. Cronológicamente hablando, estos dos movimientos, el ascenso y la caída, representan la historia de la humanidad; y ambos tienen lugar muchas veces, de forma microcósmica, en pueblos y naciones. Pero de forma simultánea o, mejor dicho, más allá del tiempo, constituyen una descripción ontológica de la naturaleza humana.

No me parece necesario, sin embargo, hacer un intento spengleriano para mostrar que, a partir de ejemplos históricos, ha habido un movimiento hacia las ideas, los ideales, las abstracciones; y también su correspondiente repulsión hacia ellas. En nuestras vidas individuales y en los movimientos más amplios del espíritu humano, estas dos tendencias contradictorias se manifiestan más o menos de la misma manera y son más o menos visibles siempre, en todas partes. Hay un flujo bastante notable hacia la religión en el mundo primitivo, y en la vida temprana de casi todas las personas, y un posterior reflujo de la misma, usando la palabra “’religión” en el sentido de un medio para escapar de esta vida.

Los japoneses, por un accidente de la geografía y por su carácter nacional, tomaron parte en el desarrollo de este “retorno a la naturaleza”, que en el Lejano Oriente comenzó (para darles un hábitat local y un nombre) con Enō, el 6º Patriarca chino del Zen, 637-713 d.C. Los chinos, quizás también por su geografía, siempre han tenido una fuerte tendencia en poesía y filosofía hacia lo vasto y vago, lo general y sentencioso. Por ello, a los japoneses les correspondió así emprender este “retorno a las cosas” en el haiku, pero debe entenderse claramente que a lo que volvemos nunca es lo mismo que lo que dejamos, porque nosotros mismos hemos cambiado mientras tanto. Así que volvemos al antiguo animismo salvaje, a la superstición y a la vida común del hombre y los espíritus, y los árboles y las piedras; y sin embargo hay una diferencia. Las cosas han adquirido algo de lo tenue de las abstracciones en que se convirtieron. De nuevo, en la primavera y el otoño, por ejemplo, hay distinciones inexistentes, arbitrarias, que han adquirido un cuerpo y una palpabilidad que nunca antes habían tenido. Nosotros también somos las cosas, y sin embargo somos nosotros mismos, en un limbo perpetuo de cielo e infierno.

Fue necesario que nos postráramos ante el Buda, pasando nueve largos años mirando a la pared para nacer en el Paraíso Occidental. Pero ahora, ya no. Ahora tenemos que volver del Nirvana a este mundo, el único. Nosotros tenemos que vivir, no con Cristo en la gloria, sino con Jesús y su madre, su padre, hermanos y hermanas. Volvemos a los amigos de nuestra infancia, la lluvia en el cristal de la ventana; los largos caminos silenciosos de la noche; las olas de la orilla que no cesan de llegar; la luna, tan cerca y tan lejos a la vez; todas las sensaciones de la textura, el timbre, el peso y la forma, esos tesoros preciosos y riquezas inagotables de la vida cotidiana.

El haiku puede parecer a primera vista un pobre sustituto de las brillantes visiones del Cielo y el Paraíso de los ascetas paliduchos. Como dice Arnold:

“Alimentada por largo tiempo de ilimitadas esperanzas, oh especie humana, ¡Con qué rabia escupes todo lo que es más sencillo!”

El haiku es de una sencillez engañosa, tanto por la profundidad de su contenido como por su origen, y el objetivo de este volumen y el de los siguientes es mostrar que el haiku requiere más pura y profunda apreciación espiritual, ya que representa todo un mundo, el Mundo Oriental de la experiencia religiosa y poética. El haiku es la última flor de toda la cultura oriental; es también una forma de vida.

El haiku debe entenderse desde el punto de vista del Zen. Esto puede deducirse más o menos directamente de este volumen, y, perfectamente, de forma indirecta mediante los mismos poemas.

Debemos mencionar que la palabra “Zen” se utiliza de dos maneras diferentes, y el lector debe decidir a la que se hace referencia. Por lo general, a lo largo de estos volúmenes, significa ese estado mental en el que no estamos separados de otras cosas, sino que somos idénticos a ellas y, sin embargo, conservamos nuestra propia individualidad y peculiaridades personales. Ocasionalmente, como en el diagrama de la página 3 (el diagrama que veremos en breve y que representa las diversas corrientes de pensamiento-sentimiento), y en la Parte 2 de la primera Sección, significa un conjunto de experiencias y prácticas iniciadas por Daruma, (que llegó a China en 520 d.C.) como la aplicación práctica a la vida de las doctrinas del Mahayana, y continuó hasta nuestros días en los templos Zen y en los libros de instrucción Zen. El “haiku” se expresa también en dos sentidos diferentes: en plural, para referirse a los poemas; en singular, la actitud poética de los poetas de haiku, su modo de vida, su “religión”.

En Faiths Men Live By (La fe de los hombres) de Archer, hay una descripción del maná polinesio, que tiene cierta aproximación al Zen en su relación con la poesía:

<<El maná está en todas partes, es intangible y omnipresente como el éter. Todas las cosas lo tienen; más bien cada cosa por separado está manaizada, pues el maná no es una entidad espiritual en un cuerpo físico; es un dinamismo que impregna, matiza y colorea todo el objeto. Es, por ejemplo, de la flecha, del veneno en la punta de la flecha; y lo que mata no es el veneno ni la flecha, sino el maná. El maná, sin embargo, no es algo universal sino una porción que impregna cada objeto primitivo que no se ha elevado lo suficiente como para generalizar una realidad primera y universal. Actúa en respuesta a situaciones y cosas concretas e inmediatas, a objetos maná-saturados, ya sean arroyo, piedra, montaña, nube, planta o animal. Además, el maná en sí no tiene ninguna cualidad moral, sino que puede ser bueno o malo, favorable o peligroso, según el momento o el lugar; puede hacer el bien o el mal, según la voluntad del agente. Se ve en funcionamiento cuando un hombre, intentando lo extraño e “imposible”, lo consigue.>>

Aquí sentimos algo de la intangibilidad, la indefinibilidad, la no-cosa, la no-abstracción, la no-moralidad y la no-racionalidad del Zen.

Sin embargo, podemos afirmar rotundamente que el haiku es haiku, con sus propias leyes y normas no escritas, sus objetivos y logros. Tiene poco o nada que ver con la poesía, así llamada, o con el Zen, o cualquier otra cosa. Pertenece a una tradición de mirar, de ver las cosas, una forma de vivir, una cierta ternura y pequeñez de mente que evita lo magnífico, lo infinito y lo eterno. Sus defectos son la tendencia a la debilidad y al sentimentalismo, pero evita el lirismo y el colorido mental tanto instintiva como conscientemente.

Si decimos entonces que el haiku es una forma de Zen, no debemos afirmar que el haiku pertenece al Zen, sino que el Zen pertenece al haiku. En otras palabras, nuestras nociones del Zen deben cambiar para adaptarse al haiku, y no al revés. Puede que nos resulte difícil mostrar cómo el antiguo código de los samuráis, los golpes de los maestros Zen, la ausencia de palabras, la filosofía del Kegon Sutra son en el fondo uno con el haiku; pero se puede hacer.

El sentido del haiku, su franqueza, su sencillez y su falta de intelectualidad, no deben tergiversarse en modo alguno. No olvido, pues, las palabras de Arnold en Human Life (Vida humana):

¡Ah! ¡No reclamemos
en el incognoscible mar de la vida,
una dirección demasiado exacta de nuestro camino!

Entiendo que Zen y poesía son prácticamente sinónimos, pero como dije antes, si alguna vez se imagina que hay algún conflicto entre el Zen y la poesía del haiku, el Zen se va por la borda; la poesía es la norma suprema.

La vida del haiku, el estado de ánimo en que se escribe y en el que debe leerse, es la misma que la de Rōshi, la del Sutra del Diamante y los versos del Hekiganroku (Crónicas del acantilado azul). La diferencia estriba en la concreción y abstracción, respectivamente, de su visión de la realidad. En el haiku el elemento intelectual está ausente, o está tan completamente fusionado con lo intuitivo-poético que ningún análisis puede separarlos. Para expresarlo con otras palabras, los filósofos chinos estimulan a través de su “forma” intelectual ese “estado de ánimo sereno y bendito” que los poetas de haiku suscitan con su representación de las cosas de la naturaleza.

Estos dos grupos corresponden a los aspectos teóricos y prácticos del mismo que llamamos Vida. Sin embargo, en la mente de los japoneses, los comentarios sobre los poemas de este libro parecerían no sólo superfluos, sino un intento de separar elementos inseparables, un intento de sacar a la luz de la razón un organismo que sólo puede vivir en su propia y profunda oscuridad, de hecho, una negación de todo el espíritu del haiku.

Podemos decir que para comprender y leer correctamente un solo haiku se requieren años de absorción inconsciente de toda la cultura de la India, China y Japón, que se materializa en estos pequeños versos. Para ayudar al lector no japonés, se ofrece esta larga introducción con numerosas citas, y un comentario sobre cada haiku en los volúmenes sucesivos.

Pero el japonés medio no ha leído las obras de Rōshi, Sōshi o los maestros zen. Los comentarios le parecerán acartonados, demasiado intelectuales, más que innecesarios. Él entiende el haiku sin esfuerzo, por instinto, por la intuición heredada de siglos. En otras palabras, toda la introducción y los comentarios deben estar en la memoria, en la mente inconsciente, no en la página impresa entre el lector y el verso.

Hay, sin embargo, dos excusas que pueden esgrimirse para las interpretaciones y las citas. La primera está implícita más arriba, la diferencia de bagaje cultural, de la weltanschauung (NT: forma de concebir el mundo y la vida).

La segunda es que el haiku no es sólo poesía, es decir, una representación en palabras del mundo real; es una forma de vida, un modo de vivir todo el día; es religión, y como tal, tiene que ver con la vida social, la política, la guerra, nuestros asuntos y con nosotros mismos.

La poesía, la cultura, la religión son una manera de vivir, y esta forma, como las maneras ordinarias, es hasta cierto punto una cuestión de educación, de pensamiento y de ideas, de hábito y de imitación. Todo haiku, pues, en la medida en que es representativo de un modo de vida, de una forma de vivir lo cotidiano, es involuntariamente didáctico, nos enseña por encima de nuestra voluntad. El gran peligro es confundir la explicación con la poesía, el dedo que señala con la luna, el sermón con la realidad. El objetivo de la explicación, como el del dedo que señala y el de las escrituras, es hacerse innecesaria. Una vez más llegamos a un hecho a través de una paradoja, que hay que deshacerse de lo indispensable para que pueda surgir la verdad.

El haiku registra lo que Wordsworth llama esos “puntos del tiempo”, esos momentos que por alguna razón bastante misteriosa tienen un significado peculiar. Hay una cualidad única en el estado de ánimo del poeta en esas ocasiones; puede ser muy profundo, puede ser más bien superficial, pero hay un “algo” en las cosas externas, un “algo” en la mente interior que es inconfundible. Donde los poetas de haiku superan a todos los demás es en reconocer ese “algo” en los lugares más inverosímiles y en los momentos más inesperados. Pertenece a lo que Pater llama, hablando de Wordsworth,

“la tranquila observación habitual de la existencia inanimada o imperfectamente animada.
El haiku es una especie de satori, o iluminación, en la que vemos la vida de las cosas.”

Captamos el significado inexpresable de alguna cosa o hecho bastante ordinario que hasta entonces habíamos pasado por alto. El haiku es la aprehensión de una cosa mediante la comprensión de nuestra propia unidad original y esencial con ella, y la palabra “comprensión” tiene aquí el significado literal de “hacer realidad” en nosotros mismos. La cosa se percibe a sí misma en nosotros; nosotros la percibimos por simple autoconciencia. La alegría de la reunión (aparente) de nosotros mismos con las cosas, es pues, la felicidad de ser nosotros mismos. Es con “todas las cosas” porque, como explica el Dr. Suzuki en sus obras sobre el Zen, cuando una cosa es tomada, todas las cosas son tomadas con ella. Una flor es la primavera; una hoja que cae tiene todo el otoño, de cada otoño, de lo eterno, el otoño intemporal de cada cosa y de todas las cosas.

El haiku es la creación de cosas que ya existen por derecho propio, pero que necesitan al poeta para que puedan “llegar a la estatura de un hombre”. Estas “cosas” pueden tener la forma de luz de luna, de una no-piedra y de un perro ladrando incluidos en ella:

犬を打つ石のさてなし冬の月      太祇

Inu o utsu / ishi no satenashi / fuyu no tsuki

Ni una sola piedra
que tirarle al perro…
¡la luna de invierno! 

(Taigi)

Puede ser el canto de una cigarra y el silencio que penetra en el sonido, como el sonido lo hace en la roca:

閑さや岩にしみ入る蝉の声     芭蕉

Shizukasa ya / iwa ni shimi iru / semi no koe

¡El silencio!
la voz de una cigarra
penetra en las rocas.

(Bashō)

Puede ser la brevedad de una noche o la duración de un día:

砂浜に足跡長き春日かな         子規

Sunahama ni ashiato nagaki haruhi kana

En la playa arenosa
unas pisadas:
largo día de primavera.

(Shiki)

Históricamente hablando, el haiku es la flor de todos los especuladores religiosos prebudistas, el Budismo Mahayana, el Zen chino y japonés, el Taoísmo y el Confucianismo. Los Upanishads dicen:

De dónde nacen esas cosas, por qué y cuándo nacen y viven, aquello en lo que a su muerte vuelven a ser, trata de saberlo. Eso es Brahman.                     Taitt. Up. 111.i.

El budismo Mahayana dice:

差別郎千等、準等部差別。

La diferencia es identidad; la identidad es diferencia.

El Taoísmo:

故有之以鴬利無之以震用。 老子、十一。

Por lo tanto, de lo que existe tenemos ganancia, y de lo que no existe, utilidad.

El Zen dice:

休有控杖子我輿称控杖子、

休無控杖子我奪休控杖子。無門闘、四ート四。

Si tienes un palo, te lo daré. Si no tienes un palo, te lo quitaré.

(La barrera sin puerta, IV-IV)

 

Nakae Tōju, 中江 藤樹, 1608-1648, famoso confucionista japonés, el primero en enseñar la filosofía de Oyomei, 王陽明, dijo:

El cielo y la tierra, y todas las cosas existen en mi mente…. No hay diferencia entre la vida y la muerte, el ser y el no ser…. La verdadera naturaleza de la mente del hombre es el deleite.

Bashō, nacido cuatro años antes de la muerte de Nakae Tōju, recibió todo esto, además de la poesía de los Tang y los Sung. Mezclando la espiritualidad india, el sentido práctico chino y la sencillez simplicidad japonesa, obtenemos…

落ざまに水とぼしけり花椿芭蕉       芭蕉

Ochizama ni mizu koboshikeri kana tusbaki

Una flor del árbol de la camelia
cae
derramando su agua.

(Bashō)

 

 

曙や麦の葉末の春の霜      鬼貫

Akebono ya mugi no hazue no haru no shimo

Amanece:
en la punta de las espigas de cebada
la escarcha de primavera.

(Onitsura)

 

牛もうもうもうと霧から出たりけり       一茶

Ushi mou mou mou to kiri kara detari keri

La vaca sale
¡muuu, muuu!
de la niebla.

(Issa)

El haiku no busca la belleza como hace el waka. Al igual que la música de Bach, aspira a la significación, y es posible que algún tipo especial de belleza se encuentre rondando cerca. La verdadera naturaleza de todas las cosas es poética. Es porque Cristo era un poeta por lo que los hombres le siguieron y le siguen, y no a Sócrates. Sócrates nos mostró nuestra ignorancia. El haiku nos muestra lo que sabíamos todo el tiempo, pero no sabíamos que sabíamos: nos muestra que somos poetas en la medida en que vivimos. Aquí está de nuevo la conexión entre el Zen y el haiku, el Zen dice…

平常心是道      無門開        十九

Tu mente normal, ¡ese es el camino!

(La barrera sin puerta, XIX)

Nunca debemos olvidar la simplicidad esencial del haiku y del zen. El sol brilla, la nieve cae, las montañas se elevan y los valles se hunden, la noche se hace más profunda y palidece en el día, pero muy pocas veces prestamos atención a estas cosas.

維草紙に鎮置く店の春の風凡童          几菫

Ezōshi ni shizu oku mise no haru no kaze

En la tienda,
los pisapapeles de los libros ilustrados:
¡viento de primavera!
(Kitō)

Cuando captamos el significado inexpresable de estas cosas, eso es la vida, eso es vivir. Hacer eso veinticuatro horas al día es el Camino del Haiku. Es tener vida en abundancia.

Podemos señalar de paso que todos los lectores japoneses tendrán traducciones y significados ligeramente diferentes para dar a la mayoría de estos versos. Este es a la vez el poder y la debilidad del haiku. Es una debilidad porque no estamos seguros del significado del escritor. Es un poder porque el haiku exige al lector una vida poética libre, paralela a la del poeta. Esta “libertad” no es la de la irresponsabilidad salvaje y la interpretación arbitraria, sino la de la creación de una experiencia poética similar a la que apunta el haiku. Corresponde en gran medida, en la poesía inglesa, a la manera diferente, muy diferente, de leer un mismo poema. En la interpretación de la música, los directores varían mucho en énfasis y tempo. Hay casos registrados en los que un director, por ejemplo, ha aumentado enormemente el tempo de un movimiento, con la asombrada aprobación del compositor (Beethoven).

A este respecto, puede ser interesante comparar dos traducciones y comentarios diferentes sobre el mismo haiku, realizados por el autor con un intervalo de algunos meses. Hasta la ortografía de la palabra veranda(h), todo se ve de forma diferente. La segunda es quizá mejor que la primera, en el sentido de que hay menos psicología y más poesía en ella.

二文なげて寺の橡かる凍みかな          子規

Ni-mon nagete    tera  no en karu    suzumi kana

 Echando medio penique,
tomé prestada la veranda del templo,
en el fresco de la tarde.

(Shiki)

Este tipo de versos provienen de Issa. Tienen su inocencia y delicadeza de sentimientos, combinadas con una leve burla de sí mismo.

Shiki va al templo (Sumadera須磨寺), arroja dos monedas de cobre, hace una reverencia y luego se sienta en la veranda del templo y disfruta de la brisa del atardecer.

Las personas sensibles, es decir, moralmente sensibles, saben que no tienen derechos, ningún derecho a nada en absoluto, ni siquiera a la vida misma. Y la naturaleza humana exige algún tipo de justificación para nuestra posesión o uso de las cosas. Esta justificación, una especie de “racionalización” psicológica, se ve en las dos monedas que Shiki arroja a la hucha del templo. Después, se sienta en la veranda con una especie de complacencia, sintiendo que ha hecho algo, por poco que sea, para ganarse el placer de la fresca brisa vespertina en un lugar tan tranquilo y sagrado.

二文投げて寺の椽借る涼み哉     子規

Ni-mon nagete    tera  no en karu    suzumi kana

Echando un par de monedas,
me refresqué
en la verandah del templo.

(Shiki)

Esto fue escrito en el Templo de Sumadera 須磨寺. Lo interesante de este haiku es percibir la secreta vida poética que habita en un lugar tan común. La poesía está en las palabras del verso; no en algo implícito, no en asociaciones o matices de significado. El poeta sube los escalones del templo, saca dos monedas de cobre de su monedero y las echa en la caja de las ofrendas. Se inclina ante Buda, y una vez terminada su devoción, se sienta en la larga, amplia y brillante veranda. Pero el tintineo de las monedas, el olor del incienso, la remota calma de los Budas le acompañan aún en la brisa fresca y sombreada. La poesía está en la esfera donde el tintineo del metal sobre la madera de la gran caja, y el frescor del viento racheado, son percibidos por el mismo órgano espiritual.

Además del haiku descrito anteriormente, debemos señalar también que algunos poetas se han servido de la forma del haiku para expresar pensamientos e ideas de importancia predominantemente intelectual. Tenemos en inglés mucha poesía didáctica que tiene un gran valor; este valor no es poético, pero indirectamente puede ayudar a nuestra comprensión poética de la vida, eliminando los errores de pensamiento que provienen de la costumbre, el interés propio o la abstracción excesiva.

El haiku, y no sólo el haiku, sino todo el arte y la literatura japonesas, apuntan al mismo infinito que el del mundo occidental de los últimos cinco siglos, pero no a través del espacio, no a través del horizonte. Es el infinito captado en la mano, ante los ojos, en el martilleo de un clavo, el tacto del agua fría, el olor de los crisantemos, el olor de este crisantemo. El haiku es la expresión de la unión de dos formas de vida que Spengler consideraba irreconciliables e incomprensibles: el sentimiento clásico del momento presente, del espacio restringido, y el sentimiento europeo moderno de la eternidad, del infinito. Es quizás a este último al que se refiere Matthew Arnold cuando dice.

En muchos aspectos, los antiguos están muy por encima de nosotros y, sin embargo, hay algo que nosotros exigimos y que ellos nunca podrán darnos.

Los interesados en el tema deberían leer la obra de Miyamori titulada An Anthology of Haiku, Ancient and Modern [una antología del haiku, antiguo y moderno], y mejor aún, The Bamboo Broom, An Introduction to Japanese Haiku [La escoba de bambú, una introducción al haiku japonés], de Henderson.

De la gran cantidad de libros japoneses a los que me refiero al escribir éste y los siguientes volúmenes, casi ninguno escapó a los ataques aéreos, pero de memoria o por nuevas compras, doy una lista en el Apéndice 1.

Una versión romanizada de los haiku contenidos en este volumen figura en el Apéndice 2 (NT: en esta traducción se han incluido debajo de cada haiku también en este primer volumen). En los demás volúmenes, la versión romanizada va debajo de cada haiku.

Las ilustraciones de este volumen han sido elegidas para mostrar cómo los poetas y artistas japoneses gradualmente “fueron atenuando” el misticismo y realismo de los artistas chinos orientándolo hacia el delicado humor y la tierna crudeza del haiga.

H. Blyth,
Tokio,
enero de 1947.

 

CONTENIDOS

 Prefacio

 Sección I

Los orígenes espirituales del haiku

  1. El budismo
  2. Zen
    – Bashō y el Zen
  1. Taoísmo
  2. Poesía china
  3. Confucianismo
  4. Arte oriental
  5. Waka
  6. Renku
  7. Nō, Ikebana, Cha no Yu
  8. Shinto

 

Sección II

Zen, el estado mental para el Haiku 

  1. Desinterés
  2. La soledad
  3. Aceptación agradecida
  4. Despreocupación
  5. No intelectualidad
  6. Contradicción
  7. Humor
  8. Libertad
  9. No moralidad
  10. Simplicidad
  11. Materialidad
  12. Amor
  13. Valentía

 

Sección III

Haiku y poesía

Haiku y Poesía
El haiku en la poesía inglesa
Poesía

 

Sección IV

Los cuatro grandes poetas del haiku

Bashō
Buson
Issa
Shiki

 

Sección V

La técnica del haiku 

  1. El humor y los juegos de palabras
  2. Brevedad
  3. La lengua japonesa
  4. Onomatopeyas
  5. La forma del haiku
  6. Kireji
  7. Secuencias de Haiku
  8. Las estaciones
  9. Traducción

Apéndices

  1. Obras consultadas
  2. Haiku Romanizado
  3. Fuentes del Haiku

Índice de escritores

Tabla de ilustraciones

Presentación de Haiku 1 de RH Blyth

LA MÍTICA OBRA DE BLYTH EN EL RINCÓN DEL HAIKU

Se irá publicando semanalmente hasta completar los 6 tomos que la conforman

¡¡Comenzamos el lunes 19 de junio con el clarificador Prefacio!!

 Presentación de la traducción

Blyth es considerado el eslabón a través del cual el conocimiento del haiku llegó a Occidente. Su amplísima obra desgrana en profundidad y aporta un extenso conocimiento sobre el haiku, visto preferentemente desde su perspectiva zen.

No sólo la teoría, también la traducción de sus cientos de haikus de decenas y decenas de diferentes poetas a un idioma occidental (el inglés) sirvió para que durante décadas pudiéramos saber del haiku. Sus haikus recogidos, durante décadas igualmente, han sido una y otra vez traducidos a los diferentes idiomas occidentales, aunque a veces no se citaran (o se ocultaran) debidamente las fuentes…

En español, tuvimos la suerte de contar con el enorme y clarificador trabajo de Fernando Rodríguez Izquierdo, que, en buena medida, tal y como él mismo cita, bebió de aquellas fuentes. Siempre fue un sueño acceder a la obra original de Blyth, pero permanentemente la hallábamos descatalogada, y las compras de segunda mano ofrecían unos precios realmente exagerados. Fue hace unos quince años que finalmente por un préstamo interbibliotecario de la UCLM con una biblioteca pública de Múnich, desde la AGHA (Asociación de la gente del haiku en Albacete) terminamos recibiendo Haiku 1, 2, 3 y 4, y la Historia del haiku 1 y 2. Tener en nuestras manos aquellos libros… Pronto empezaron las sorpresas… esas tapas de lino, las transparencias de sus páginas de papel de seda intercaladas para confeccionar haigas por superposición… en fin, una delicadeza exquisita. Y más allá de la presentación, su ansiado contenido, imprescindible para entender el haiku. Nos prometimos que de una u otra forma habría que traducirlo al español si ninguna editorial se animaba a hacerlo formalmente. Hubo intento de formar grupos para realizarlo que, finalmente, no cuajaron (en cualquier caso, gracias a quienes en su día mostraron su disposición). Hoy, comienza a ser una realidad.

La presente traducción no es profesional y en ningún caso se permitirá la más mínima retribución de cualquier tipo o por cualquier vía, siendo su uso exclusivamente para fines didácticos/pedagógicos y siempre gratuito, publicándose online en El Rincón del Haiku y en el sello de publicación Sabi-shiori en edición no venal, no comercial.

Si bien en la obra original, en el volumen 1 no figura bajo la versión en kanji de los haikus el texto romanizado, sino en un apéndice aparte, se ha preferido incluirlo para mayor comodidad en la lectura. Por otro lado, Blyth emplea mayúscula al inicio de cada verso del poema, mientras que en nuestro caso recurriremos generalmente a la minúscula salvo que vaya precedida de un punto. También se ha reemplazado el británico (–) guion medio por el punto y coma ( ; ) más frecuente en español. Se hará uso del punto y coma o puntos suspensivos ( … ) según proceda.

Esperando que sea provechosa, os dejamos disfrutando de esta maravillosa y mítica obra de la que semanalmente, se irá publicando una pequeña parte.

Elías Rovira Gil.

Jaime Lorente.

-.-

  1. En escasas ocasiones, se ha introducido en el texto alguna pequeña explicación no incluida en el texto original. Siempre va precedida de las siglas NT (nota del traductor).

Bashō Zōdan 芭蕉雑談 (de Shiki). La obra cumbre del haiku moderno

Versión actualizada y corregida el 28 de agosto de 2023

Tal y como habíamos anunciado públicamente el pasado día 15 y comentado anteriormente en diferentes ámbitos, en El Rincón del Haiku os presentamos hoy Bashō Zōdan, el conjunto de artículos en los que el joven Shiki critica la obra del maestro y referente Bashō, considerada la piedra angular del haiku moderno. Traducida desde la edición italiana de Lorenzo Marinucci (con su introducción y muy interesantes anexos) por Jaime Lorente y Elías Rovira.

Puedes leerla en línea, descargarla o imprimirla desde el siguiente enlace. ¡A disfrutar!

Bashō Zōdan de Shiki en español

 

SOLAPA DE LA EDICIÓN ITALIANA:
El mayor maestro e innovador del haiku fue Matsuo Bashō, un poeta brillante que vivió y viajó por el Japón del siglo XVII. Nadie, a lo largo de los años, se había permitido disputar esta afirmación al menos hasta 1894, cuando otro escritor, de apenas veintisiete años, sintió que tenía algo importante que decir. Masaoka Shiki es un joven periodista, un hombre de letras con entusiasmo febril y, sobre todo, un poeta. Desde noviembre de 1893 hasta enero del año siguiente, Shiki publicó en el periódico “Nippon”, veinticinco fragmentos literarios bajo el título Bashō Zōdan. En japonés, zōdan significa un discurso desorganizado, escrito sin mucho cuidado por su forma y sus consecuencias. Pero el verdadero caos fue creado por el contenido de los artículos de Shiki: hasta entonces nadie se había tomado la libertad de criticar el haiku de Bashō, sobre todo en términos tan lapidarios.
Bashō Zōdan es el primer estudio moderno sobre el haiku y el texto que cambió la historia de este género poético, por primera vez (en italiano) en traducción europea.

NOTAS DE TRADUCTORES AL ESPAÑOL
Sin la menor duda, somos partidarios de las traducciones directas del original, es decir en este caso, la traducción del japonés. No obstante, dada la poca obra que se viene traduciendo del japonés al español y el avance e interés que muchos de los documentos imprescindibles para entender el haiku despiertan entre los hispanohablantes, a la espera de que pronto tengamos estas obras traducidas directamente del japonés, valgan traducciones como esta (en este caso del italiano) para conocer una aproximación rigurosa a la obra original.
Aunque muchos haikus que aparecen en este texto habían sido anteriormente traducidos al español, hemos querido en todo momento, por respeto, partir desde la obra de traducción al italiano de Lorenzo Marinucci, a quien queremos agradecer su trabajo y permiso para la publicación de esta obra. También nuestro agradecimiento a El Rincón del haiku por la publicación y difusión, así como a quienes han colaborado en revisar la traducción.
Esperamos que aún con estas reconocidas limitaciones, disfruten y les sea provechoso el presente trabajo: un texto imprescindible que revolucionó el llamado haiku moderno.
(Jaime Lorente y Elías Rovira, 2023).

CONTRAPORTADA:
«Yo nunca he sido seguidor de Bashō, y el bicentenario de su muerte no me alegra ni me entristece: y aquí sin embargo en lugar de callar o tratar de sacar algo de ello, tengo el extraño capricho de pasar algún tiempo en mi escritorio y anotar este discurso en fragmentos, sin prestar demasiada atención a lo que escribo. He aquí mi crítica a Bashō: quien quiera entender, entenderá, quien quiera ofenderse puede ofenderse.» (Masaoka Shiki, 1893).

COMO UN HAIKU:
BREVE VIDA POÉTICA DE MASAOKA SHIKI

Un cuco
El haiku es un antiguo género poético japonés de diecisiete sílabas.
El haiku capta un instante de la realidad tal cual es, sin añadir nada, como un boceto o una fotografía.
El mayor maestro e innovador del haiku fue Matsuo Bashō, un poeta genial, triste e irónico que vivió y viajó por el Japón del siglo XVII.
Hasta ahora, todo parecería muy simple. En cambio, las dos primeras afirmaciones son falsas, o quizás no estrictamente falsas, sino que muestran una verdad parcial y estratificada, que se formó en diferentes lugares y tiempos. La tercera en cambio es absolutamente cierta, pero como suele suceder, si la miras más de cerca revela una historia aún más fascinante, que merece ser contada en su totalidad. Un capítulo fundamental, o quizás el primero, de una historia similar a la del haiku es este pequeño libro de 1894, del que tienes en tus manos una traducción al italiano (español ahora).
El 1894, en Japón, es el vigésimo sexto año de la era Meiji: el impacto de la cultura y la tecnología occidentales ya se ha hecho sentir en el tiempo de una generación, y Japón es un país joven y viejo a la vez: los caballeros en un paseo mezclan kimonos y bombines, la industria avanza, pero los viejos poemas chinos todavía se están estudiando, y el propio idioma nacional es objeto de un feroz debate. El vigésimo sexto año de la época Meiji es también el bicentenario de la muerte de Bashō, al que, la particular devoción reservada a la poesía en Japón ha transformado en este tiempo en un dios, uno entre los muchos miles del panteón nipón. Sin embargo, más allá de las celebraciones y toda la retórica, la poesía de Bashō, que en ese momento todavía se llamaba por su nombre más antiguo (haikai, “verso cómico”), está en una gran crisis. La rana de Bashō se ve obligada a zambullirse cada vez con más cansancio en su antiguo estanque, y como el mundo y la sociedad japonesa cambian rápidamente, los muchos expertos en haikai, que se reúnen para celebrar el nombre de Bashō, componen versos cada vez más banales, olvidando la recomendación del viejo maestro: “No trates de seguir los pasos de los sabios del pasado: busca lo que ellos buscaron”.
En el año veintiséis de la era Meiji también hay otro escritor que tiene apenas veintisiete años -uno más que la fecha del calendario- y tiene algo importante que decir, con toda la urgencia de quien sabe que dispone de poco tiempo. Masaoka Shiki es un joven periodista, un hombre de letras con un entusiasmo febril y, sobre todo, un poeta.
Desde noviembre de 1893 hasta enero del año siguiente, Shiki publicó en el periódico Nippon, (del que es colaborador habitual), veinticinco fragmentos literarios bajo el título 芭蕉雑談 Bashō Zōdan (Fragmentos de Bashō). En japonés, zōdan significa un discurso en desorden, escrito sin demasiado cuidado por su forma y sus consecuencias. Pero el auténtico revuelo es el provocado por el contenido de los artículos de Shiki: nadie hasta entonces se había permitido criticar el haikai de Bashō, normalmente en términos tan lapidarios, y con las pocas credenciales de un periodista que aún no ha cumplido los treinta años.
Los atónitos lectores de Shiki se encuentran, en cambio, frente a frases del tipo:
Entre los haikus de Bashō, los realmente bellos son una minúscula minoría, sepultada por una mayoría de versos malos o poco interesantes que los superan en diez a uno. Incluso buscando esos valiosos poemas, parecen las pocas estrellas melancólicas que quedan en el cielo de la mañana. (pág. 21)
Si lo de Shiki hubieran sido las simples provocaciones de un novato en busca de atención, o una rebelión juvenil contra uno de los símbolos del pasado literario japonés, hoy miraríamos este texto y a su autor con cierta ironía, no muy diferente a la de otros intelectuales poco conocidos que en ese momento luchaban por la abolición de los ideogramas.
En cambio, hoy el nombre de Shiki -el único entre ellos que no vivió en la era Edo-, se incluye junto con el de Bashō, Buson e Issa entre los cuatro grandes poetas que definieron el haiku como género. A lo largo de su vida, Shiki reinventó casi todo lo relacionado con el haiku, incluso el nombre, y sentó las bases para transformarlo en lo que es hoy: un género literario de importancia mundial, aún en evolución.
Para ello, tuvo que crear una separación a partir del antiguo haikai.
Shiki rebautizó con el nombre de haiku 俳句, y consideró como una composición autónoma, las diecisiete sílabas que en la época de Bashō eran solo un hokku 発句: el “poema inicial” de una serie compuesta en el acto por varias personas, según las reglas de un juego de fantasía y referencias poéticas que era la verdadera esencia del haikai.
Una vez logra la autonomía frente a esas sesiones poéticas, el haiku de Shiki se convierte en algo diferente: la red de referencias clásicas, parodias y juegos de palabras, el carácter incluso imaginario y a menudo estilizado del haikai más antiguo se desvanecen, y el motor de esta forma poética -vieja y nueva al mismo tiempo- se convierte en el esbozo de lo verdadero (shasei 写生)
Este nuevo haiku se convierte en literatura por su capacidad de detener, en la extrema brevedad de su lenguaje, la experiencia de un momento vivido por el individuo. Las ideas de Shiki difícilmente podrían haber tenido un mayor impacto: hoy en día, incluso la propia poesía de Bashō se lee instintivamente (con razón o sin ella) en esos términos.
Todo esto hubiera sido un logro excepcional incluso para un hombre de letras que hubiera vivido hasta una edad avanzada, capaz de esperar a que la influencia de su obra se expandiera lentamente. Pero mientras escribe su crítica a Bashō, Shiki ya ha recibido, a la edad de veintidós años, un diagnóstico de tuberculosis que por entonces aún era una sentencia de muerte.
“Ya será mucho vivir otros diez años”, le dice a Shiki uno de los funcionarios infernales que lleva su caso en Tosiendo sangre (1890), una breve y macabra obra cómica presentada para exorcizar el diagnóstico. Y así el personaje ficticio y el verdadero poeta eligen llamarse Shiki 子規, del nombre del cuco. De hecho, una leyenda japonesa cuenta que este pájaro de garganta roja canta hasta sangrar, mientras que a los poetas del waka les parecía que, cantando en las noches de verano, el cuco ya sabía que pronto llegaría el amanecer y el otoño. Estos dos temas se mezclan en los haikus que el imputado Shiki presenta a los jueces del infierno:

Tal vez vino
a por las flores de deutzia
un cuco

Hasta que no caigan
seguirá cantando
un cuco

Los jueces muestran indulgencia, pero no demasiada: Shiki muere en 1902, trece años después del diagnóstico. Tiene treinta y cinco años.

Vivir escribiendo
Según un aforismo clásico, la vida es breve y el arte es prolongado: la biografía de Shiki se quedó reducida al hueso por una enfermedad que, tras alterar radicalmente su esperanza de vida, lo limita a la cama ya en 1897, con dolores que hacen que hasta escribir un haiku se convierta en un desafío. Sin embargo, es precisamente la extrema contradicción de esta vida lo que le hace estallar en palabras, escritos, relaciones personales y correspondencias. Toda la existencia de Shiki supera (¿o utiliza?) la enfermedad al transformarse en literatura, y este arte no es prolongado, pero tiene su propia extensión particular. Shiki escribe poesía china, prosa, ensayos, haiku, diarios, tanka y es un dibujante de mucho talento. Shiki, de pronto, vivió para escribir.
Masaoka Shiki (también conocido como Tsunenori, pero su nombre de niño es Noboru) nació el 14 de octubre de 1867 en Matsuyama, la principal ciudad de Shikoku, la más pequeña y menos poblada de las islas japonesas. Su padre es un samurái de bajo rango, que de hecho cumple funciones de policía, y tiene problemas con el alcohol: muere cuando Noboru tiene cinco años.
Su madre, Yae, es en cambio quien continuará cuidándolo junto con su hermana mayor Ritsu hasta su muerte, es hija de un erudito confuciano local: Ohara Kanzan. Noboru ha estudiado con su abuelo desde la infancia, y es lo suficientemente precoz como para publicar por sí mismo, en su primera adolescencia, transcribiendo a mano, copia a copia, revistas de literatura -cuentos de aventuras, poesía, dibujos, …-. Y poco después, junto con un grupo de compañeros, comienza a dedicarse con empeño a la poesía china. Decidido a estudiar tanto como sea posible, Shiki deja la provincia y, junto con otros compañeros de estudios, es aceptado en la Primera Escuela Secundaria Imperial de Tokio: la institución de educación secundaria más prestigiosa del país, conectada directamente con la universidad de la capital.
Cómplice de la mudanza a Tokio es su tío materno Katō Takusen, un hombre de gran cultura y capacidad política que luego se convirtió en diplomático en Bélgica, y más tarde alcalde de Matsuyama. Takusen organiza el traslado de su sobrino para julio de 1883; a partir del año siguiente Shiki comenzó a asistir a la Primera Escuela Secundaria de la capital, y en 1990 ingresó a la Universidad de Tokio. La primera y fugaz idea de dedicarse a la política, ya estaba abandonada con la aparición de la tuberculosis. El camino para dar sentido completo a la vida privada de un enfermo pasa entonces a ser el de la Estética, y la facultad escogida es la de Filosofía y Letras. El Shiki de los años universitarios ya está más centrado en su producción poética que en su estudio académico, pero un encuentro importante registrado en sus cuadernos de la época es el del ensayo Philosophy of Style, de Herbert Spencer. La idea de una filosofía del arte no solo promete combinar la libertad del artista con el valor de una investigación teórica seria (dos áreas que la tradición confuciana heredada de su abuelo siempre ha luchado por reconciliar), sino que la lectura de Spencer ofrece al joven Shiki algunos principios que parecen ser particularmente adecuados para el haikai, y que tal vez sean capaces de transformar esta forma poética, ya anticuada y en crisis, en “literatura”.
Por paradójico que parezca, en Japón, la idea de “literatura” es de importación no menos reciente que la de las locomotoras. Esto no quiere decir, por supuesto, que en el Japón anterior a la apertura definitiva de 1868 no se escribiera, o que no se les diera un enorme valor a las artes de la palabra, quizás incluso más que en Occidente. Pero lo que viene del oeste (y que el propio Occidente apenas conoce desde hace algunos siglos) es una categoría de “literatura” que incluye en sí misma la totalidad de los textos y géneros de una cultura, es la garantía de su valor, y también posibilita una elaboración teórica y general sobre sus formas y su significado. No es casualidad que precisamente en la era Meiji una nueva palabra para “cultura” (文化bunka) y otra para “literatura” (文学 bungaku) se inspiraran en sus homólogos occidentales, y que los numerosos géneros que se practicaban a finales de la era Edo (la poesía china, el kabuki o el teatro de marionetas, el haikai y la tanka, la prosa de entretenimiento) de repente tienen que demostrar que pueden estar a la altura de una obra de Shakespeare o una novela del siglo XIX, si quieren tener alguna oportunidad de supervivencia. La novela japonesa comienza a formarse precisamente en los mismos años, encontrando gradualmente su lenguaje: Shiki decide entonces concentrar sus esfuerzos en la renovación de formas poéticas clásicas como el haiku y la tanka, que, por su extrema brevedad, parecían incapaces de incluir la riqueza de significados de la poesía occidental.
Precisamente, la lectura de Philosophy of Style revela, a los ojos del joven Shiki, el potencial de esta síntesis extrema. Una de las ideas fundamentales de la filosofía del lenguaje de Spencer es, de hecho, la “economía de la atención”: el lenguaje mismo es una forma de fricción, y la idea perfecta se expresa mejor en un gesto de sorpresa casi silencioso, en una sola palabra, en la parte capaz de expresar el todo. El joven Shiki confiesa entonces que entendió por primera vez el famoso hokku de Bashō sobre el salto de una rana después de leer a Spencer, y la brevedad de la poesía japonesa de repente se convierte en su fuerza. Si la concisión es una virtud, ¿qué podría ser más conciso que las diecisiete sílabas?
Es irónico que este redescubrimiento no provenga -como se supone demasiado a menudo- de una recuperación directa de la tradición asiática: de hecho, el descubrimiento de las posibilidades aún inéditas del haiku moderno se hace posible precisamente a través de la mediación de un ideal poético occidental, o incluso anglosajón (la particular popularidad que disfruta el haiku en el idioma inglés, la facilidad con que estas dos tradiciones se han mezclado en América del Norte, tal vez también pueda explicarse por esta primera conexión).
Una vez convencido de la necesidad de esta reforma, y consciente de tener un tiempo ridículamente corto para implementarla, Shiki ya no tiene paciencia con el estudio. Sus días (y noches) en Tokio están ocupados por sus primeros intensos contactos con otros hombres de letras -entre los que se encuentra Natsume Sōseki, a quien siempre permanecerá unido- y por un monumental trabajo de catalogación “por géneros” del haiku más antiguo. Los fajos de hojas apilados para esta obra, bautizada como Haiku bunrui (Géneros de haiku) pronto superan la altura del propio Shiki, y descuida cada vez más la universidad: en 1892 Shiki abandona definitivamente sus estudios, y siempre gracias a su tío materno, comienza a trabajar como columnista del periódico Nihon. En las páginas de Nihon, además de la correspondencia y comentarios de poemas enviados por los lectores, habitualmente se incluía una columna de haiku, y aparecen en una secuencia muy rápida una serie de escritos teóricos con los que Shiki inicia su revolución del haikai: Conversaciones sobre el haiku de la guarida de la nutria (1892), este Bashō en fragmentos (1893-94), y luego, después de regresar a Matsuyama debido al deterioro de su salud, Elementos del haiku (1895) y Diálogos sobre el haiku (1896). En 1897, Shiki fundó con Yanagihara Kyokudō, un amigo de la infancia y compañero de estudios en Tokio que regresó a Matsuyama y se convirtió en editor, la revista de poesía Hototogisu (El Cuco). El nombre de la revista es, como es lógico, sinónimo del poético nombre Shiki, y a pesar de que a partir del segundo número la publicación se traslada a Tokio bajo el cuidado de Takahama Kyoshi (otro haijin de talento y amigo cercano de Shiki, al que intentará en vano convertirlo en heredero de su visión poética), Shiki sigue siendo uno de los más importantes contribuyentes a la revista. Hototogisu propone un nuevo estilo de haiku y rápidamente se convirtió en la revista más influyente de la era Meiji, permaneciendo así durante la era Taishō y el comienzo de la era Shōwa. También en las páginas de Hototogisu, Natsume Sōseki publicaría más tarde dos de sus cuentos más populares: Soy un gato (1905) y Bocchan (1906). El segundo en particular se basa en el breve período transcurrido de Sōseki en Matsuyama como profesor de enseñanza secundaria en 1895: las desventuras de un hombre de ciudad que acaba en provincias, en realidad fueron mitigadas por el continuo intercambio intelectual con Shiki, ya en aquel tiempo una referencia para el haiku local. En 1906, Shiki ya está muerto, pero parte de su influencia teórica sigue siendo vital, incluso en la gran importancia que tiene la estética del haiku en la obra de Sōseki.
También hacia 1897 Shiki ofreció otra pieza importante de su visión literaria. Habiendo explorado su amor-odio por Bashō en los Fragmentos de 1894, las páginas de Nihon albergan un ensayo igualmente categórico, que convierte al segundo gran haijin de la era Edo, Yosa Buson (1716-1783), en un ideal de poesía y poeta alternativo al propio Bashō.
En los Fragmentos de 1894, Shiki, después de haber atacado con entusiasmo el culto acrítico a Bashō, comienza a reconocer su grandeza precisamente examinando cuáles son sus composiciones “heroicas” o “sublimes” (otra categoría en la que la influencia occidental está presente sin duda). En Buson, sin embargo, Shiki descubre todo un mundo hecho de plena y vigorosa belleza.
Esta “belleza positiva”, ejemplificada por el verano o por las flores de peonía, se contrasta con la predilección por lo negativo – lo borroso, lo seco, lo áspero, el crepúsculo – que es el núcleo del estilo de Bashō, y que jugó un papel históricamente dominante en el arte japonés. El estilo de estos dos gigantes puede entonces complementarse, como sucede con el propio ciclo de las estaciones:

Hay una belleza positiva y una belleza negativa […] en general, la literatura y el arte orientales tienen predilección por la belleza negativa, los occidentales por la belleza positiva¬. […] Es completamente imposible comparar la belleza positiva y negativa y concluir cuál es mejor que la otra: es cierto que ambas son elementos de lo bello. Hablando en términos cuantitativos, podríamos decir que la belleza negativa es un lado de lo bello y que la belleza positiva es el otro. Tomar sólo la belleza negativa y pensar que constituye la totalidad de la belleza es un malentendido que surge cuando uno tiene ojos y oídos poco abiertos. La literatura japonesa después de la era Genpei (siglo XII) cayó en este error y nunca pudo salir de él, hasta el momento en que, justo cuando esta belleza negativa estaba casi agotada, Bashō sacó a la luz la belleza en el haiku en el hecho de dar espacio al lado negativo de la belleza, hay que reconocerle un talento excepcional. Sin embargo, incluso ese talento excepcional suyo, no ha alcanzado el lado positivo de la belleza […] es solo después de cien años de la muerte de Bashō que Buson, en primer lugar, comienza a hacerlo visible. (Haijin Buson, 1897)

No es imposible que esta atracción por la vitalidad de Buson sea una respuesta poética a la creciente desesperación de su propia condición de enfermo: entre 1895 y 1896 las condiciones de Shiki empeoraron de manera definitiva y, además de los problemas pulmonares, el dolor y la hinchazón de las piernas lo obligaron a guardar cama cada vez con más frecuencia. La etapa final de la tuberculosis de Shiki es una caries ósea, que lo inmoviliza y lo devora por dentro durante siete años, hasta su muerte en 1902.

Más allá de las circunstancias
En los Fragmentos, Shiki había subrayado acertadamente cómo el valor de la poesía de Bashō también proviene de su continua confrontación con la vida del viajero:
Después de la muerte de Bashō, no quedó ningún maestro de haikai feliz por pasar su vida como un vagabundo. Buson estuvo lo suficientemente cerca de este ideal, pero no cruzó montañas y ríos como Bashō, no disfrutó hasta tal punto de la tierra y el cielo. (pág. 106)
La total apertura al mundo que se ofrece al viajero es ya en sí misma una dimensión poética privilegiada, y el haiku es la poesía de viaje por excelencia: incluso el mismo Shiki había recomendado a menudo a los lectores de Nihon componer haiku al aire libre, trasladarse a un lugar nunca antes visto y exponerse verdaderamente a la variedad de la belleza natural. Pero a partir de este momento, el haiku de Shiki (y la tanka, la prosa, la poesía en forma libre) logra explorar y alimentarse de una condición exactamente opuesta a la libertad del vagabundo. Dos siglos antes, Bashō había compuesto poesía sobre la inmensidad del espacio: ahora el poema de Shiki descubre el increíble potencial poético de una habitación cerrada, de la mirada limitado en la ventana que da a un jardín (Shiki reemplazará el papel de arroz de las puertas correderas por unos cristales), el aburrimiento del paciente encamado, la neurosis y los antojos repentinos de alimentos, propios de largas estancias hospitalarias. Ahora se convierten el poesía la espera de una visita, la intolerancia hacia una mosca o hacia la hermana y cuidadora, el prolongado tiempo de soledad, la disposición a concentrarse en una sola flor. El haikai siempre ha sido poesía irónica, y esta ironía salva a Shiki de la destrucción tanto moral como física; pero, por otro lado, el espacio por excelencia de la modernidad es la interioridad: si Shiki fue el primer poeta japonés verdaderamente moderno, es también porque las circunstancias de su enfermedad le obligaron a sacar a la luz su interioridad en un mundo reducido a la mínima expresión.

いざ行む
雪見にころぶ
所まで

Iza yukamu!
Tsukimi ni korobu
Tokoro made

¡Venga, vamos!
Admiremos la nieve
hasta caer en ella
BASHŌ

-.-

いくたびも
雪の深さを
尋ねけり

Ikutabi mo
yuki no fukasa o
tazunekeri

Una y otra vez
pregunté cómo
de profunda era la nieve
SHIKI

Sin embargo, incluso en el período de la enfermedad, Shiki permanece enormemente activo: las colaboraciones con Nihon y Hototogisu se mantienen constantes en cantidad y calidad, y la producción poética de haiku está acompañada de una apreciación y un trabajo de renovación igualmente enérgico de la tanka. En su habitación Shiki sigue albergando encuentros de poesía, y el carácter siempre colectivo del antiguo haikai, que Shiki ha destruido como literatura, sigue siendo fundamental para la construcción de una comunidad poética y crítica. Shiki siente la necesidad de dar a conocer a sí mismo y a los demás la situación en el ámbito de la prosa, tanto en simples notas como en algunos diarios literarios hoy considerados obras maestras: Una gota de tinta (1901) y Una cama de seis pies de largo (1902), ambos publicados en Nihon a pesar de algunas reticencias de los editores. Es el último goteo de la vida de Shiki, que se transforma por la belleza de la palabra momento a momento:

31 de enero

Al principio, los deseos del ser humano son vagos y enormes: con el tiempo se aprende poco a poco a que sean más modestos y precisos. Mis deseos como paciente fueron pequeños desde el principio: hace cuatro años, lo bonito que sería poder caminar por el jardín. Luego, después de un año o dos más, ya no podía caminar, y más tarde pensé que sería feliz con solo ponerme de pie. ¡Qué modesto deseo!, me decía la gente riéndose, pero en el verano del año siguiente me quejaba a los dioses de la enfermedad diciendo que ya no quería levantarme, que me bastaría con sentarme. Pero mis deseos aún se reducen más. Ahora ya no me importa sentarme, deseo sólo poder yacer aquí en paz, durante una hora sin dolor. ¡Qué pequeño deseo! Mis deseos no podrían ser más pequeños que eso. Entonces llegará el momento en que mi deseo se convertirá en nada. Un tiempo sin más deseos: quizás esto es lo que el Buda Shakyamuni llamó nirvana, lo que Jesús llamaba salvación.

20 de marzo

Ha venido aquí, junto a mi cabecera, un bonzo de la Tierra Pura, con la cabeza completamente negra, y me ha dicho: “Leo lo que escribes, y veo que por la enfermedad a veces tocas Grandes Temas”. Qué frase tan rara.

Enfermo en la cama:
hay mochi todos los días
en el Nirvana
(de Una gota de tinta)

2 de junio

Hasta ahora, no entendía realmente lo que se llama satori [iluminación] en el budismo zen. Pensé que satori significaba estar listo para morir en paz, al margen de las circunstancias: pero estaba equivocado. Satori significa, más allá de las circunstancias, vivir en paz.
(de Una cama de seis pies de largo)

En realidad, el verdadero nirvana o satori del budismo debe haber interesado muy poco a Shiki, que es un hombre sorprendentemente pragmático, y cuya única religión es la estética. La proximidad de la muerte, sin embargo, lo coloca frente a imágenes religiosas, que se superponen a las sensaciones de enfermedad o a la pequeña escenografía del jardín, y dejan una extraña mezcla de ironía y metafísica trasmitida en sus últimas obras. El último esfuerzo de Shiki es hacer también arte de su despedida: vivir en paz es vivir con la poesía.
No es raro que un poeta asiático se despida de la vida con un último poema, un jisei 辞世: el haikai ha tomado este antiguo hábito a veces con más seriedad, a veces no tanta. Pero la última producción poética de Shiki no es sino un jisei continuo, en el que el desapego a la vida se refleja y expresa en todas las perspectivas posibles. En la mañana del 18 de septiembre de 1902, después de días en los que ahora, sin poder escribir ni sentarse debilitado por la morfina se ve obligado a dictar, Shiki le pide ayuda a su amigo y discípulo que lo visita, Kawahigashi Hekigotō, para escribir tres haikus. Desde la ventana se puede ver el amarillo de las flores de calabaza: de ellas, cuando aún no han florecido, se obtenía un remedio para las flemas, pero a estas alturas, la situación de Shiki es tan crítica que hace que todo sea inútil.
Esas flores amarillas ya son las flores de su muerte, pero hay en Shiki una sincera emoción por su belleza, por la naturaleza que seguirá su curso. Luego bromea sobre su desaparición final, aprovechando el hecho de que la palabra japonesa para “Buda”, hotoke, también significa “difunto”.

糸瓜咲て
痰のつまりし
佛かな

Hechima saite
Tan no tsumarishi
Hotoke kana

La calabaza ha florecido:
lleno de flema
un nuevo buda

Hekigotō se conmueve cuando ve el último ideograma y la determinación con la que Shiki escribe su última palabra.
Después de unas horas, Shiki muere.

N.T.: Últimos 3 haikus de Shiki de su propia mano.

No cabe duda de que la muerte y el dolor, exhibidos entre otras cosas con todo el poder de la imaginación artística, parecen producir un escenario simplemente trágico. Sin embargo, si pensamos en términos de poesía, es difícil imaginar un éxito mayor que el alcanzado en poco más de diez años por las enseñanzas de este “buda enfermo”. Algunas de ellas son hoy tan amplias y generalizadas que se han vuelto obvias, invisibles. Donald Keene escribe al final de su reciente biografía de Shiki:
El aroma de las flores del ciruelo y las nubes de flores de cerezo deleitan a los japoneses, hoy como en el período Heian, y muchos miles, si no millones, de japoneses viajan largas distancias para ver las hojas rojas del otoño; pero los poetas ya casi no los mencionan, prefiriendo componer haiku o tanka para describir la experiencia de vivir en un mundo moderno. Este fue el logro de Shiki.
(Donald Keene, en The Winter Sun Shines, 2013: 201)
Por lo tanto, el éxito de Shiki no es menos grande, no es menos fundamental, que el de Bashō. Eso sí, el segundo es cien veces más traducido, más nombrado, más adorado que el primero -la alegre destrucción de “Bashō en fragmentos” duró poco- y, ya en la década de 1920, autores como Akutagawa volvieron a quedar hechizados por la imagen del poeta errante. Sin embargo, la influencia invisible de Shiki es quizás de un resultado aún mayor: hoy no nos queda la figura esquelética de las últimas fotos de Shiki, sino los millones de haikus compuestos en todos los rincones del mundo siguiendo sus ideas e intuiciones. No está mal para un pequeño cuco.
Berlín, 13 de septiembre de 2016

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BASHŌ ZŌDAN
Bashō en fragmentos
芭蕉雑談
(1894)

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*Un sincero agradecimiento al profesor Makoto Aoki de la Ehime Daigaku de Matsuyama, por su ayuda en los puntos más complejos de la traducción y por su inestimable conversación y guía por los lugares que han marcado la vida de Shiki. Quiero agradecer al PISEAS de Kioto, y en particular a Silvio Vita, por poner a mi disposición los espacios de la Escuela durante la estancia de investigación necesaria para la conclusión de este trabajo.

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La edad 年齢
Si miramos la historia pasada y presente y tratamos de entender un poco cómo van las cosas en este mundo, parecería que la fama de un individuo es en buena medida acorde con su edad.
Y en efecto, al menos entre los hombres de letras y artistas, individuos particularmente necesitados de un ejercicio constante, es normal que en la obra de un “joven inexperto” o del “aprendiz de tal maestro” haya todavía algo de inmaduro, y que en el lapso de una larga vida es posible crear muchas obras exitosas (poéticas o artísticas), de modo que un número creciente de ellas goce de la admiración del público; por el contrario, podríamos pensar que un joven de veinte años, en la primera parte de su vida, luchará por hacerse un buen nombre, generalmente por envidia o falta de consideración de este mundo.
Si tratamos de ver entre los escritores y artistas del pasado de nuestro país, aquellos que se han hecho famosos en vida y que aún gozan de honores milenarios han vivido todos hasta la vejez. Incluso el “poeta divino” Kakimoto no Hitomaro, quien nunca revela claramente su edad, fue el analista oficial de varios emperadores, y está claro que le tocó vivir mucho tiempo.
Si consideramos a otros escritores cuya edad sabemos con certeza, siempre y cuando nos limitemos a los más famosos, las cosas son similares. Y también en otros países no hay diferencias particulares: casos como los de Watanabe Kazan (1793 – 1841), Shikitei Sanba (1776 – 1822) y Naito Jōsō (1662 – 1704) son raros. Los de Robert Burns, Byron y Sanetomo* deben considerarse verdaderas excepciones. [*N.T. Para las tablas biográficas adjuntas por Shiki a este párrafo, ver Anexo I. Los nombres de los demás artistas mencionados por Shiki a lo largo del texto se han recopilado por orden alfabético en el Anexo II junto con una breve biografía.]
Mirando las cosas desde esta perspectiva, encontramos que sin pasar de los cincuenta es difícil volverse famoso, pero cuando tienes sesenta, setenta, alcanzar la fama es un asunto mucho más simple. Incluso si miramos a los personajes famosos del pasado, vemos que la mayor gloria siempre está reservada, no a los más cercanos a nosotros, sino a los más antiguos. Tal vez es normal que quienes se han ganado con más facilidad el respeto de las masas sean hombres que han destacado con su inteligencia en tiempos aún poco civilizados; y por otro lado, los personajes que vivieron hace más de mil años tienen ahora algo de históricos, por lo que son más raramente objeto de envidia. Pero luego está Matsuo Bashō, y solo él: aquí hay un hombre que nació hace apenas doscientos años, cuya escuela llega a todas las provincias de Japón, y cuyos discípulos son cientos y cientos. ¿Su edad? Apenas cincuenta años.
Desde la antigüedad, nadie ha reunido fieles a su alrededor como los fundadores de un credo. Ni siquiera es necesario nombrar a Buda, Jesús o Mahoma: la dignidad y la fuerza espiritual de figuras como Bodhidharma, Kōbō Daishi y Nichiren es realmente algo que puede dejarnos asombrados como un destello de luz o una flor que se abre [1]. Las ideas de Confucio y Laozi estaban alejadas de una religión, pero, después de su muerte, se convirtieron en objeto de fe, y existe sobre ellos la misma devoción que la reservada a un credo. Sin embargo, todas estas figuras vivieron en un pasado muy lejano. Entendemos cómo pudo ser difícil para Nichiren, nacido dos mil años después de ellos, fundar una confesión religiosa propia.
¿Qué decir entonces de Bashô, un hombre que vivió trescientos años después, en la calma de un mundo ajeno a las cuestiones religiosas, y sin embargo logró conquistar a un número tan grande de fieles? No es nada extraño que todos se refirieran a él como okina, “el viejo maestro”, y que al dibujar sus retratos le dieran la apariencia de tener unos sesenta o setenta años, con el pelo y la barba blancos. Pero ¿cuál era su edad? Apenas cincuenta años.

 

Literatura popular 平民的文学
Alguien capaz de ganarse la fe de muchos debe tener necesariamente algo de “popular”. La religión está en buena medida dirigida a ese pueblo: cuando predican o dan sermones, los bonzos siempre tienen en cuenta las capas más bajas de la sociedad, y una religión como el budismo ha podido prosperar precisamente gracias a sus “hábiles medios”[2].
Si observamos la influencia del haikai de Bashō, descubrimos que hay precisamente en él la misma fascinación que está presente en las enseñanzas de un religioso. Sus muchos fieles no siempre aman a Bashō porque conozcan a fondo su carácter y sus acciones, o porque se emocionen al recitar sus versos: ya es el simple nombre Bashō el que suscita en sí mismo esta admiración. Incluso en una conversación sin importancia, no hay nadie que mencione su nombre sin agregar inmediatamente cierta reverencia: algunos lo llaman “el Viejo Maestro”, y otros “Maestro Bashō”, o “Bashō-sama”, tal como lo harían los fieles de alguna confesión con el fundador de su propia secta. Incluso hay quienes han llegado a reverenciarlo como un kami, erigiendo altares en su nombre o dedicándole los pabellones de un templo: estas personas ciertamente no ven a Bashō como un hombre de letras, le rinden homenaje como si fuera el fundador de una confesión budista. Si excluimos el caso de Hitomaro en el contexto de la waka, no hay ejemplos de algo así, y además la proliferación de pequeños templos dedicados a Bashō o la profusión de monumentos que jalonan sus pasos por Japón, van mucho más allá de lo que ocurre con Hitomaro (Sugawara no Michizane es celebrado como «espíritu celestial», sin embargo esto no se debe a la fuerza de su obra sino, sobre todo, a su rango y a las circunstancias de su vida, por lo que no debemos considerar su caso análogo al de Bashō e Hitomaro).
Entonces, la razón del gran respeto que se le tiene a Bashō no es tanto por su producción de haikai, sino por el carácter popular del propio haikai. El haikai es popular: en primer lugar porque no desprecia el lenguaje vulgar, y en segundo lugar porque el ku es breve y sencillo. No es casualidad que hoy se la defina como una “literatura popular”. Sin embargo, el haikai de la era Genroku (1688-1704) no era tan popular como el de la era Tenpō (1830-44) en adelante, como bien sabe cualquiera que haya leído, aunque sea un poco, esta literatura. El haikai de autores de la era Genroku como Kikaku, Ransetsu y Kyorai alude a hechos históricos y dichos célebres del pasado, cita implícitamente las frases de los clásicos, se hace eco del estilo refinado de la poesía más antigua: en varios puntos es difícil de entender incluso para un erudito, podemos imaginar para un plebeyo analfabeto. Llegó la era Tenpō en que Sōkyū, Baishitsu y Hōrō comenzaron a escribir un poema que los niños y porteadores pueden apreciar sin perder palabra y sin necesidad de varias notas, y que incluso los conductores de rickshaw y los mozos de cuadra pueden imitar sin esfuerzo. De hecho, esta es la era en que el haikai tiene su curso más popular y se extiende más ampliamente en la sociedad.
Mientras tanto, sin embargo, la figura de Bashō no solo no ha perdido su carisma, sino que por el contrario la grandeza de su fama ha seguido creciendo hasta llegar a ser el doble, el triple que antes. Lo que compuso se considera perfecto en su totalidad, pero, así como su obra se transforma en algo sagrado, más allá de la crítica, apenas hay alguien que realmente entienda el haikai de Bashō, y si alguno llega a entenderlo, no hay rastro de nadie que intente criticarlo. Así nos comportamos como los fieles de un credo que no entienden el significado de los textos sagrados, que no distinguen lo que tiene sentido de lo que no lo tiene, y que solo pensamos en repetir “damos gracias” o “alabado sea siempre”.

Inteligencia y virtud 智識徳行
Una obra popular no es necesariamente una obra valiosa, y atraer a un gran número de seguidores no significa necesariamente que sus principios sean correctos. Sin embargo, si tratas de entender mejor por qué alguien tiene miles de admiradores y una fama centenaria, siempre encontrarás que hay algo en él diferente a lo común, algún talento que va más allá de lo ordinario. Esto es aún más cierto si esta multitud de fieles no es una mezcolanza de gente tosca y sin discernimiento, sino que incluye en ella a un gran número de hombres de valor. La virtud de Ganshi [Yan Zi], la erudición de Shikō [Zi Gong] o el coraje de Shiro [Zi Lu], eran incomparables [3]. Pero ciertamente no fue el mismo Confucio quien encontró el momento para traer a los tres a su escuela, educarlos en la virtud, ofrecerles esa sabiduría y reprocharles sus errores. En la escuela de Bashō también hubo muchas personas excepcionales, como los diez sabios y los setenta y dos discípulos menores que estudiaron con Confucio. El extraordinario carácter de Kikaku y Ransetsu, la conmovedora fidelidad de Kyorai y Sanpū, la terquedad de Kyoriku y Shikō, la inteligencia de Yaba y Jōsō… ** el hecho de que fuera capaz de juntar individuos con caracteres tan diferentes y convertirse en el punto de referencia en los haikai de la era Genroku es suficiente para demostrar que Bashō fue un individuo brillante, tanto en términos de inteligencia como de fuerza moral.
Todos estos personajes no eran, ni siquiera en un principio, personas sin cultura ni talento, y en el mismo momento en que Bashō cerró los ojos para siempre, cada uno de ellos levantó su bandera y fundó su propia escuela, esforzándose por no ser menos que los demás. Kikaku inició Edo-za, Ransetsu fundó Secchūan, Shikō inauguró la escuela de Mino, y muchos otros hicieron como ellos. Aunque estas otras escuelas no eran entonces muy numerosas, cada una tenía tácitamente el monopolio del haikai en una región: en Edo estaban Sanpū y Tōrin, en Ise Ryōto y Otsuyū, y en la zona de la antigua capital Kyorai y Jōsō, cada una en eterna competencia con las otras. Cuando llegó la siguiente generación, la disidencia entre las escuelas se hizo cada vez más seria, con cada escuela lista para criticar a la otra, cada corriente centrada en culpar a las otras, cada una lista para elogiar a su fundador y burlarse de los demás, preocupándose solo por aumentar su prestigio.
Pero he aquí que en cuanto hablamos de Bashō, la voz de todos es unánime frente a ese único altar: del mismo modo en que los fieles de la Tierra Pura y los del Sutra de la Guirnalda se consideran enemigos acérrimos, pero el Buda Sakyamuni permanece intocable para todos. Tan amplia es esta virtud, que alcanza a todos y a cada uno de la misma manera, como el calor del sol; y es tan vasto y abundante que en él hay sitio para todo y para todos, como en el océano.
La forma obstinada e irrespetuosa con la que Kyoriku mira a los demás discípulos de Bashō, lo hace parecer un niño pequeño. Sin embargo, así como insiste en que solo él comprendió verdaderamente la esencia del estilo de Bashō, continúa mostrando el máximo respeto por el viejo maestro.
Shikō escribía y enseñaba con la convicción constante de ser más inteligente que los demás, y ha demostrado su erudición en textos y enseñanzas en los que suele discutir frecuentemente puros sofismas, como aquel sabio chino dispuesto a preguntarse si una dura piedra blanca es una cosa o son dos [4]. Sin embargo, cuando expone sus teorías no hay nada en ellas, ni una línea, ni una palabra, que no se refiera a las enseñanzas dejadas por Bashō. Shikō incluso ha llegado a producir una gran cantidad de textos falsos, siempre haciéndolos pasar por las enseñanzas de Bashō: es algo que, en la posteridad, nos sigue llenando de indignación, y uno solo puede considerarlo como un gesto mezquino. Sin embargo, si cambiamos nuestra perspectiva y miramos el otro lado de la moneda, incluso esto no es más que un reconocimiento explícito de la gloria que rodeaba el genio y el carácter de Bashō.

Versos mediocres 悪句
Lo que más hace de Bashō una figura brillante, como pueden adivinar por lo que he descrito hasta ahora, no es su identidad como hombre de letras, sino el ser el padre fundador de una religión de haikai. Si uno quisiera conocer mejor al escritor Bashō, tendría que tomar su haikai y examinarlo a fondo. En cambio, los fieles de esta religión de haikai han tomado cada uno de sus ku como una reliquia, lo que hace que no se deba razonar sin tener en cuenta este hecho. Así, ha faltado y falta, alguien que los critique y muestre sus defectos.
Construir templos y honrar altares, erigir monumentos conmemorativos, preparar banquetes, hacer sesiones de renku o ver quién puede componer el mejor poema para responder al hokku del invitado de honor: estos son los únicos deberes que estos adoradores le deben a su religión. Pero el deber de quienes escriben literatura no se agota así en absoluto.
Nunca he sido uno de los fieles de este “bashōísmo”, y el bicentenario de la muerte de Bashō no me alegra ni me entristece: sin embargo, en lugar de callarme o tratar de sacar algo de todo esto, tengo el extraño capricho de pasar un rato en mi escritorio y anotar este discurso en fragmentos, sin prestar demasiada atención a lo que escribo. He aquí mi crítica a Bashō: quien quiera entender que entienda y quien quiera ofenderse que se ofenda.
Me gustaría anticipar inmediatamente la conclusión a la que he llegado. Entre los haikus de Bashō, los realmente bellos son una minúscula minoría, sepultados por una mayoría de versos malos o poco interesantes que los superan en diez a uno. Incluso buscando esos valiosos poemas, parecen las pocas estrellas melancólicas que quedan en el cielo de la mañana.
Incluso si consideramos que entre los “más de mil ku” escritos por Bashō, los apenas decentes serán más o menos doscientos, la proporción alcanza, sin embargo, apenas una quinta parte. No es exagerado hablar de estrellas al amanecer. Pero si consideramos simplemente el número de estos ku, un individuo capaz de componer doscientos por sí mismo es un fenómeno de importancia histórica, y Bashō sigue siendo un gran erudito. La razón por la que esta proporción es tan baja es otra.
La literatura de Bashō no busca imitar el pasado, es una invención autónoma. Más que hablar de su renovación de los haikai de las escuelas Teimon y Danrin, creo que es justo decir que Bashō ha inaugurado su propio estilo personal desde cero. Sin embargo, este estilo personal sólo comienza a difundirse en los últimos diez años de su vida, y la imagen poética de un Bashō ahora deificado se remonta sólo a tres o cuatro años antes de su muerte. Si nos fijamos en su obra como innovador, vemos que escribió esos doscientos excelentes ku en el brevísimo tiempo de diez años. No está nada mal.
En el caso de un escritor corriente, la vitalidad particular de su obra es lo que llega a la posteridad. Pero en el de Bashō, no es la obra la que se considera con respeto, sino que es su carácter y su vida los que reciben toda la atención: los poemas han sido recogidos sin distinguir nunca los ku malos o fallidos, y de esta forma han engrosado las páginas de sus colecciones. De hecho, muchos de los poemas de otros han sido considerados suyos y agregados a algunas de estas colecciones. El número de buenos ku mezclados con ese montón de trozos de barro y piedras no supera la quinta parte del total: no está del todo mal teniendo en cuenta el conjunto.
Si bien el grupo completo de haiku de Bashō se considera un tesoro invaluable, hay algunos que se siguen señalando por todos como superiores a los demás:

古池や
蛙飛こむ
水のおと

Furu ike ya
kawazu tobikomu
mizu no oto

Un viejo estanque:
una rana se sumerge
el sonido del agua

-.-

道のべの
木僅は馬に
くはれけり

Michinobe no
mukuge wa uma ni
kuwarekeri

En el camino
un hibisco devorado
por mi caballo

-.-

物 い へ ば
唇寒し
秋の 風

Mono ieba
kuchibiru samushi
aki no kaze

Una palabra es suficiente
para enfriar los labios –
viento de otoño

-.-

あか/\と
日はつれなくも
あきの風

Aka aka to
hi wa tsurenaku mo
aki no kaze

Rojo, tan rojo
insiste el sol:
viento de otoño

-.-

辛崎の
松は花より
鹿にて

Karasaki no
matsu wa hana yori
oboro nite

En Karasaki
el pino más que el cerezo
en la niebla

-.-

春もやゝ
けしきとゝのふ
月と梅

Haru mo yaya
keshiki totonou
tsuki to ume

La primavera prepara
lentamente su escenario:
el ciruelo y la luna

-.-

年/\や
猿に着せたる
猿の面

Toshidoshi ya
saru ni kisetaru
saru no men

Año tras año:
el mono llevando
una máscara de mono

-.-

風流の
初やおくの
田植うた

Fūryū no
hajime ya Oku no
taue uta

Sopla en el viento
el primer poema: en el Norte
los cantos de la siembra

-.-

白菊の
目に立てゝ見る
塵もなし

Shiragiku no
me ni tatete miro
chiri mo nashi

Un crisantemo blanco
no ve el ojo
una mota de polvo

-.-

枯枝に
烏のとまりけり
秋の暮

Kare eda ni
karasu no tomarikeri
aki no kure

En una rama seca
se ha posado un cuervo
crepúsculo de otoño

-.-

梅の木に
猶やどり木や
梅の花

ume no ki ni
nao yadorigi ya
ume no hana

De un ciruelo
brotan
otras flores de ciruelo

Además de estos hay otros que muchos mencionarían, pero aquí solo indico los ku que han gozado de una mayor difusión popular. Estos ku más que ser conocidos por la habilidad con la que fueron compuestos, se mencionan a menudo porque están asociados con alguna anécdota o comentario famoso [iwaku tsuki]. Muchos “maestros del haikai” de la nada, sin una visión y una mirada crítica propia, precisamente porque no tendrían un punto de referencia propio, no hacen más que aferrarse a las explicaciones de los antiguos; y basta que un ku haya sido elogiado por el mismo Maestro Bashō para que uno de sus discípulos o algún otro maestro lo haya elevado a modelo, y ahí automáticamente se convierte en algo que debe observarse con reverencia: así se siguen difundiendo estos “famosos comentarios”. Pero veamos de qué se trata. El ku del viejo estanque, huelga decirlo, siempre se cita como la reliquia más preciada dejada por Bashō: incluso se le llama “El ku con el que Bashō llegó al satori”.
Y esto no sólo es válido para la posteridad, sino que el mismo Bashō ya lo había tenido bastante claro.
El ku de la flor de hibisco también se considera casi a la par con el del viejo estanque, van en pareja como las dos ruedas de un carro o las alas de un pájaro.
En una colección de dichos de Bashō, el ku sobre los labios fríos está precedido por la frase:
“No hables de las faltas de los demás, no expongas tus propios méritos”
Se ha pensado que este ku habla de la capacidad de enseñar algo de forma modesta e indirecta, y se ha hecho famoso por ello.
El ku sobre el sol rojo es un poema escrito por Bashō durante su viaje al norte: al principio las últimas cinco sílabas eran «montañas de otoño», luego cuando lo habló con Hokushi dijo que sería mejor «viento de otoño». Y su propuesta captó perfectamente lo que Bashō había intentado decir.
Más que el poema, es el comentario lo que tiene cierto interés.
El ku de Karasaki ha sido objeto de mucha discusión entre los discípulos de Bashō por su terminación en nite.
No creo que haya ninguna historia en particular asociada al ku sobre la llegada de la primavera.
El ku de la máscara de mono fue tildado de chapuza por el mismo Bashō, pero quizás se hizo famoso por esta misma razón.
El ku sobre el fūryū fue compuesto al comienzo del viaje de Oku, sobre las costumbres de Shirakawa: probablemente sea tan conocido precisamente porque es el ku que marca el comienzo de su gran viaje poético.
El ku del crisantemo blanco data de poco antes de la muerte de Bashō y fue compuesto en casa de Sonome, como homenaje a su anfitriona. Temiendo que podría parecerse demasiado a un viejo ku suyo que recitó:

大井川
浪に塵なし
夏の月

Ōigawa
nami ni chiri nashi
natsu no tsuki

En el río Ōi
entre las olas sin polvo
la luna de verano

El mismo Bashō habría dicho que tal vez hubiera sido apropiado retirar el ku dedicado al río Ōi.
El ku de la rama seca es elogiado por todos tanto como el del viejo estanque y la flor de aralia, y ha sido llamado “la esencia del estilo de Bashō” y “el punto más alto del yūgen” [5] . La primera versión decía:

枯枝に鳥のとまりたりけり秋のくれ
Kare eda ni / karasu no tomaritarikeri / aki no kure

y el ku fue reelaborado en una fecha posterior.
El ku sobre el ciruelo lo compuso al encontrarse con el hijo de un conocido, con la idea de hacerle un cumplido [6].
Esto es lo que se dice de estos ku “con historia”, pero como mis ideas sobre ellos son bastante diferentes a las reportadas hasta ahora, pasaré a explicarlas más detalladamente.

Una crítica de estos versos 各句批評

古池や蛙飛こむ水のおと
Furuike ya / kawazu tobikomu / mizu no oto
Viejo estanque / se zambulle una rana / el sonido del agua

Este ku probablemente fue compuesto por Bashō durante su estancia en la cabaña de Fukagawa. Apareció por primera vez al comienzo de Kawazu awase, y fue publicado de nuevo en la colección Días de invierno [7] .
No hay nadie bajo el cielo, ni siquiera quien no sepa nada de haikai, que no sea capaz de recitar al menos este ku: basta con decir hokku y todos se imaginan inmediatamente ese viejo estanque. De hecho, no creo que haya otro poema en el mundo tan conocido. Pero si intentas preguntar cuál es su significado, los haijin responden inmediatamente:
“¡Es algo místico, es difícil ponerlo en palabras!”
mientras el profano comenta:
“¡Pero al final no hay nada que explicar!”
Luego, en tiempos más recientes, los estudiosos occidentales comenzaron a decir:
“Cuando una rana salta sobre la superficie lisa del viejo estanque, escuchas el sonido de su entrada en el agua. A un nivel superficial, el ku no expresa esta quietud, pero el sentido de esta quietud se desborda más allá de las palabras. Es fácil comprender cómo esa paz melancólica que rodea al poeta es algo muy alejado del ir y venir de los carromatos y de ese caos en el que se mezclan los gritos de la gente y el ruido de los zuecos de madera. Aquí el pincel del poeta ha eliminado toda retórica, y sigue la ley de la emoción más profunda”.
¿Hay realmente algo místico en estas palabras? ¿O no hay nada que explicar? No lo creo. Quizás las palabras de esos estudiosos occidentales ya estén un poco más cerca de dar en el blanco. Pero, de todos modos, eso no es todo lo que se puede decir sobre este ku.
Mientras Bashō está solo en la choza de Fukagawa, piensa con calma en el haikai que está en boga en este momento:
«Cuando el renga perdió su frescura nos pareció interesante el haikai de Teitoku, cuando la escuela Teitoku también se volvió rancia recurrimos a la de Danrin. Pero Danrin es en sí mismo una moda momentánea, no es algo que pueda durar generaciones y generaciones. En este punto el camino del haikai cambió de nuevo, empezamos a usar ku con muchas sílabas, en exceso, empezamos a mezclar palabras chinas con él, y al final nos desviamos de la ligera elegancia del estilo Teitoku y de la comicidad de Danrin. Mis alumnos han promovido estas tendencias hasta el final, y yo también he compuesto a veces haiku en estos estilos, pero aquellos que exageran y se repiten aburrirán de inmediato: ahora estas modas también me están resultando desagradables. Si no tenemos que volver a la vulgaridad de Danrin, con mayor razón no creo que sea el caso de imitar el estilo inmaduro de Teitoku, y seguir apegados como niños a los viejos modelos del renga. Si empezaba un nuevo estilo propio, podría estar tranquilo: en primer lugar, sería mejor usar un poco menos esas absurdas palabras chinas, y usar palabras japonesas más comprensibles, tanto como sea posible. Sin embargo, el japonés también tiene sonidos más largos y un sentido menos denso; si en diecisiete sílabas no he expresado bastante lo que pensaba, entonces hay que eliminar en lo posible lo inútil del lenguaje y de las cosas…”
Continúa preguntándose cómo podrían ser estos ku para alcanzar su propio estilo original, con una niebla de pensamientos confusos en el paisaje de su corazón, Bashō se sienta allí en blanco, a medio camino entre el sueño y la vigilia. Y así, en un momento en que los mil sonidos que lleva el viento parecen callar, y la corriente de sus ensoñaciones se detiene, en el viejo estanque frente a su ventana se escucha el sonido de una rana. Para Bashō es como haber despertado por primera vez de un sueño, y cuando después de pensar un rato levanta la cabeza que hasta ahora ha permanecido inclinada, una sonrisa aparece en su rostro.
Esta es mi hipótesis, y es imposible saber si realmente las cosas pudieron haber sido así, pero creo que el proceso que llevó a un punto de inflexión en su pensamiento es precisamente eso.
Este es el momento en que nace el «estilo de Bashō» 蕉風 (lo que la gente llama «estilo correcto» 正風 shōfū) [8] . También se dice que en este ku Bashō alcanzó una novedad similar al estudio del Zen, que es una obra de arte producida en el momento del despertar. Sobre este último punto aún sería mejor tener algunas dudas, pero no es casualidad que alguien haya propuesto esta explicación. Ciertamente puede ser que su apertura de los ojos por primera vez como poeta de haikai corresponda en su sentido más profundo a su apertura de los ojos en el estudio del Zen. Se dice que “la práctica del Zen consiste en liberarse de la multitud de ataduras, poniendo en reposo las diez mil realidades del mundo, no pensando en el bien o el mal, estando libre de preocupaciones en el corazón, dando quietud al trabajo de conciencia, sin medir los deseos, ideas y visiones, sin pensar en cómo convertirte en un Buda” [9]. El haikai de Bashō tampoco se aleja de esta idea. Puedes escribir un buen ku por primera vez cuando dejas de meditar, cuando no te importa la fama o los ingresos y no piensas en lo que es mejor o peor, inteligente o torpe, cuando vacías tu propio corazón, se calma el alma y uno no trata de escribir un buen ku a toda costa. El ku sobre el viejo estanque fue el primer ku compuesto de esta manera: este es precisamente el día en que Bashō comienza realmente su práctica de Zen, en el que al separarlo del instante de la iluminación, no cabe ni un pelo. La verdad del practicante Zen, que el gorrión canta y el cuervo croa, el sauce es verde y la flor es roja, es por lo tanto la médula del estilo de Bashō. De hecho, el ku del viejo estanque expresa poéticamente este “tal como son las cosas”. En efecto, es en este “tal como soy” [10] en lo que se ha convertido en poesía.
Lo que nos llega por los ojos siempre es complejo, pero lo que podemos escuchar con los oídos es muy a menudo un estímulo más simple. El ku del viejo estanque se limita a la información auditiva que recibimos del estímulo nervioso, y no sólo no mezcla con ella un movimiento ligado a formas externas y un pensamiento producido por una visión subjetiva, sino que la actividad de esta conciencia se detiene en el momento, instantáneamente, de modo que en este ku casi no hay extensión espacial, sino una de duración temporal. Precisamente la extrema sencillez de este ku es la razón por la que resulta tan difícil imitarlo.
También se dice que Bashō ya había compuesto los versos “se zambulle una rana / el sonido del agua”, pero no pudo encontrar las primeras cinco sílabas: entonces le preguntó a Kikaku qué pensaba. Kikaku había dicho que podría haber comenzado con “flores de kerria”. Bashō no siguió el consejo, y al final decidió poner eso de “un viejo estanque” al principio del poema [11]. “¿Qué significa esto? Que el sentido de lo que Bashō deseaba decir, ya estaba plenamente expresado con los dos últimos versos. Agregar esas “flores de kerria” sería una búsqueda de artificio que habría distorsionado la realidad de las cosas: tanto como pintar patas a las serpientes o estirar las patas cortas de los gansos significaría dejar de ser espontáneos. Por contra, decir “el viejo estanque” no es más que definir un lugar para las dos versos siguientes.
Pero más allá de la historia de este ku, es difícil encontrar declaraciones explícitas de alguien con respecto a su valor. Todos los fieles de la religión del haikai lo consideran sagrado, y los demás no encuentran nada en él para explicar, por lo que finalmente, nadie puede hablar sobre su validez.
Aquí está mi idea: creo que este ku está más allá del bien y del mal, pertenece a una esfera diferente a lo “correcto” y “equivocado”, y es difícil relacionarlo con criterios como “bueno” o “malo”. También por eso, no me parece absurdo que para muchos sea inigualable, inalcanzable, y que a la vez para otros sea demasiado plano y demasiado desnudo, sin perfume y sin hedor, un ku como cualquier otro. Estas dos posiciones parecen opuestas, pero en realidad no lo son. “Más allá de lo bueno y lo malo” realmente significa que ninguna teoría está equivocada. Básicamente, para la historia del haikai no hay nada tan necesario como este ku; literariamente, sin embargo, no es tan indispensable.
¿Hay otros ku en las Colecciones de Bashō tan lejos de lo bueno y lo malo, lo astuto y lo torpe como este? No creo que encontremos ni uno. Aunque el ku con el que Bashō alcanzó el despertar de su verdadero estilo fuera precisamente este, ciertamente un objeto literario no siempre puede ser tan plano y simple: también necesita cierta inventiva técnica, un toque de color. Esta es también la razón por la que han surgido tantas interpretaciones contradictorias en los años siguientes.

道のべの木槿は馬にくはれけり
Michinobe no / mukuge wa uma ni / kuwarekeri
En el camino / un hibisco devorado / por mi caballo

Algunos dicen dicen que el ku se refiere al viejo dicho: “una rosa de Sharon florece solo una mañana”: aquí, sin embargo, el arbusto es devorado por un caballo que no puede esperar ni siquiera el final rápido de esta flor, y es este el carácter efímero que se expresaría en el ku. [En el pasado, “rosa de Sharon” (槿花) también significaba la planta de hibisco (槿mukuge).] [12]
También existe otra teoría, según la cual el significado sería parecido al del dicho popular “es la estaca que sobresale la que se golpea”: lo mismo ocurre con el hibisco que, si florece inclinado al borde del camino, se lo come un caballo: esta sería la advertencia del ku.
O nuevamente, según una tercera explicación, en este ku no hay un significado profundo, y se ha difundido solo por la bondad de su ritmo. En otro texto, los discípulos de Bashō discutieron extensamente si era posible modificar esa “planta de hibisco” (mukuge), aunque tratando de reemplazarla por “espiga de cebada” (homugi) o algo así, pero el resultado no fue nunca bueno. Finalmente, se habían resignado a dejar el hibisco donde estaba.
En el Sabi-shiori se compara con el ku del antiguo estanque, y se dice que “en estos dos ku está el secreto de la escuela Bashō, debes esforzarte por comprenderlos a fondo”.[13]
En el Compendio de explicaciones al ku del Maestro Bashō [Shō-ō kukai taisei 蕉翁句解大成] editado por Nanimaru, encontramos escrito:
Es obvio que un caballo come hierba, pero ese es precisamente el encanto del poema: en esta flor de hibisco devorada por el caballo está esa belleza irónica que fue descubierta en primer lugar por el Viejo Maestro [Bashō], el de este ku es, sin duda, el “estilo de lo que se tiene ante los ojos”.
Hay numerosas ideas diferentes sobre este ku, pero cuando se trata de elogiarlo, todas las voces son unánimes. Sin embargo, incluso si no logramos adivinar cuál fue la idea de Bashō al componerlo y nos limitamos a una crítica de su forma externa, la teoría de que su ritmo es excelente es ciertamente débil.
Incluso el Sabishiori no dice nada abiertamente, en verdad no hace una crítica. La teoría de que la palabra “hibiscus” no se puede desplazar y la del Compendio de Explicaciones son igualmente débiles. No hay nada que te impida reemplazar ese mukuge (hibisco) por homugi (espiga de cebada). Si hay algún sentido en este ku que vaya más allá de lo literario, habría que elegir entre el primero y el segundo. Sin embargo, si quisiéramos transformarlo en un ku como cualquier otro, inevitablemente usaríamos estructuras como:

道のへに馬の喰ひ折る木槿かな
Michinobe ni / uma no kui oru / mukuge kana
Junto al camino / una flor de hibisco / que se come el caballo

道のへや木槿喰ひ折る小荷駄馬
Michinobe ya / mukuge kui oru / konidauma
Al borde del camino: / el caballo de carga se come / una flor de hibisco

Pero esto no se puede hacer: el hecho es que Bashō, intencionalmente dice mukuge wa [la flor de hibisco] y usa el pasivo kuware [para ser comido]. Entonces habría que reconocer la lógica con la que quiso poner el acento precisamente en la planta de hibisco. ¿Es correcta la segunda teoría, según la cual el significado de la poesía es una advertencia para alguien?
En este caso, elegir la flor de hibisco que crece al costado del camino para expresar ese significado sería una elección muy desafortunada. Aunque no puedo entender por qué un ku, que desaparece rápidamente, se ha hecho tan popular, mi idea es que cuando un poema divulgativo se difunde entre los analfabetos, escucharlo repetido tantas veces termina por sobrestimarse: creo que este ku pertenece a esa categoría.
Si consideramos este ku como una metáfora, y lo tendemos en un sentido didáctico, debe ser considerado como mucho como un boceto, una razón más para evitar que pase a la posteridad. En resumen, este ku literariamente ocupa una posición ínfima.

物いへば唇寒し秋の風
mono ieba / kuchibiru samushi / aki no kaze
Basta una palabra / para enfriar los labios – / viento de otoño

Lo que la gente conoce de este ku es su aspecto didáctico. En este nivel didáctico, es ciertamente un ku moral excepcional, pero desde un punto de vista literario no puede considerarse bueno. Sin embargo, es cierto que en el haiku existe este sentido moral, y poder expresarlo de una manera tan simple y tranquila es una verdadera prueba de la habilidad de Bashō: realmente no se puede comparar con el ku de la planta de hibisco.

あか/\と日はつれなくもあきの風
Aka aka to / hi wa tsurenaku mo / aki no kaze
Rojo, tan rojo / insiste el sol: / viento de otoño

En el Compendio de Explicaciones al Ku está escrito:
La forma [風姿fūshi] de una tarde de otoño es algo que va más allá de las palabras: incluso el Sode Nikki la considera una de las dos o tres mejores obras del Viejo Maestro.
siempre en el mismo texto se añade:

Quizás este ku también podría recordar un poema más antiguo:

須磨は暮れ明石の方はあか/\と
日はつれなくも秋風ぞ吹く

Suma wa kure / Akashi no kata wa / aka aka to
hi wa tsurenaku mo / aki kaze zo fuku

Atardecer en Suma / pero hacia Akashi / rojo, tan rojo
el sol que brilla / en el viento de otoño.

Pero si este poema ya existía, entonces Bashō no hizo más que plagiarlo, y de más está decir que este ku no tiene ningún valor. Pero incluso si pretendemos que esta vieja tanka no existe y tomamos el ku de Bashō como propio, sigue siendo muy banal. Si prescindimos de “la insistencia” [tsurenaku mo], el ku se rebaja por completo. Tal vez sería posible convertirlo en:

あか/\と日の入る山の秋の風
aka aka to / hi no iru yama no / aki no kaze
Tan rojo el sol / entre las montañas al atardecer / el viento de otoño.

De todos modos, considerar este ku como una de las dos o tres mejores obras de las colecciones de Bashō es verdaderamente absurdo.

辛崎の松は花より騰にて
Karasaki no / matsu wa hana yori / oboro nite
En Karasaki / es más pino que cerezo / en la neblina

Dado que un final en “nite” es una rareza, varios textos mencionan este ku. El Kyōraishō discutiéndolo señala:
“Cierta persona había criticado este ku porque termina en nite. Kikaku respondió diciendo que nite es análogo a kana y, por lo tanto, si un hokku al abrir una secuencia termina con kana, se debe evitar nite como conclusión para el tercer verso. Pero aquí usando kana, el cierre de este ku sería demasiado brusco, por eso el Maestro usó nite […] El Maestro concluyó: «el discurso de Kikaku y Kyorai tiene su significado: pero sólo me fascinó la forma en que el pino estaba envuelto en la niebla, más incluso que las flores del cerezo”.[14]
Si Bashō hubiera trasgredido una regla de composición y hubiera querido hacer ese cambio por su cuenta, terminando el ku en nite sin reelaborarlo y dejándolo como había surgido en sus labios, no tendría sentido. ¿Pero de dónde viene ese nite? En el Compendio de explicaciones al ku encontramos escrito:
Entre las augustas obras del ex – Emperador Go – Toba, encontramos:

から時の松の緑も朧 にて
花よりつづく春の曙

Karasaki no / matsu no midori mo / oboro nite
Hana yori tuzuku / haru no akebono

Incluso el verde / del pino en Karasaki / en un manto de niebla:
más allá de las nubes de flores / el amanecer de la primavera

El ku de Bashō podría derivar del recuerdo de esta tanka.
Bashō probablemente compuso su ku sin pensar, con la boca siguiendo el ritmo de la tanka de Go-Toba por costumbre. Si ese fuera el caso, incluso si su ku fuera una simple adaptación de la tanka original, ser tan poco hábil en su versión sería un desliz aún peor que el plagio. Y más aún, si no existiera esa vieja tanka, la torpe composición de este ku sería realmente criticable. Encuentro que estos ku deberían borrarse precisamente por el bien de Bashō.

春もやゝけしきとゝのふ月と梅
haru no yaya / keshiki totonou / tsuki to ume
Lentamente la primavera / prepara su escenario: / el ciruelo y la luna

Por más que lo escucho, no sé por qué, el verso del medio me da la sensación de ser algo artificial, como una serpiente con patas.

三日月は梅にをかしきひみつかな
Mikazuki wa / ume ni okashiki / himitsu kana
Luna de tres días: / qué hermoso el secreto / de un ciruelo en flor

Tachiba Fukaku

 

きさらぎや二十四日の月の梅
Kisaragi ya / nijūyokka no / tsuke to ume
Finales de febrero: / ya casi preparados / la luna y el ciruelo

Yamamoto Kakei

 

梅咲て十日に足らぬ月夜かな
Ume saite / tōka ni naranu / tsukiyo kana
Ciruelos en flor / ya antes de las diez: / noche de luna

Katō Kyōtai

 

Algo que se puede decir de todas estas formas diversas, es que la frase “prepara su escenario” [keshiki totonou] es demasiado torpe. Al menos en su momento esas palabras debieron tener el mérito de la extrañeza: luego en las generaciones posteriores, maestros de haikai demasiado pedantes las repitieron hasta envejecer mal, y ahora basta escucharlas para sentir náuseas.

年/\や猿に着せたる猿の面
Toshidoshi ya / saru ni kisetaru / saru no men
Año tras año: / el mono llevando / una máscara de mono

En el Compendio de explicaciones al ku encontramos escrito:
Una antigua nota informa de que uno de los discípulos de Bashō preguntó por qué en este ku no hay referencia a la temporada: decir “año tras año” no significa hablar del comienzo del año”. [15]
En otro texto se dice que este es un mal ku. Kyoriku pregunta si, incluso según el propio Maestro se trata en realidad de un ku fallido, y el Viejo Bashō le responde que por cada ku sufre un poco al ver aquello que está mal: cuando alguien es un inepto, nunca tiene estos problemas.
Son muchos los casos en los que, dado que alguien es considerado un genio, se transmiten hasta sus obras más banales. Este ku también pertenece a esta categoría. Desde un punto de vista literario, no tiene absolutamente ningún interés.

風流の初やおくの田植うた
Fūryū no / hajime ya oku no / taue uta
Sopla en el viento / el inicio de la poesía: en el norte / los cantos de siembra

No es un ku que se exponga a críticas particulares, pero ni siquiera se ve algo hilvanado con interés. Decir “En el viento el inicio de la poesía” [fūryū no hajime] quizás signifique revelar ya demasiado.16

白菊の目に立てゝ見る塵もなし
Shiragiku no / me ni tatete miru / chiri mo nashi
Un crisantemo blanco / el ojo no ve / ni una mota de polvo

De nuevo, en su Compendio de explicaciones al ku, Nanimaru escribe:

Tal vez sea una suposición un poco tonta, pero este ku podría ser una vuelta de tuerca de una tanka de Saigyō:

曇りなき鏡の上にゐる塵の
目に立て見る世には思はばや

Kumori naki / kagami no ue ni / iru chiri no
me ni tatete miru / yo to omowabaya

Un espejo brillante / y encima sólo / una mota de polvo
sobre la que se posa el ojo – / esto es, creo, el mundo

Está bien tener una referencia antigua, pero si solo se ha dicho que un crisantemo es blanco, agregar negativamente que “no hay una mota de polvo” es caer en lo teórico. En Bashō siempre está esa tendencia teórica, por lo que en su obra a menudo vemos ku en los que el paisaje está completamente ausente.

梅の木に猶やどり木や梅の花
Ume no ki ni / nao yadorigi ya / ume no hana
De un ciruelo / aparece otro / con flores de ciruelo

Aquí también sucede lo mismo, Bashō acaba en la teoría y el poema pierde interés.

枯枝に鳥のとまりけり秋の暮
Kare eda ni / karasu no tomarikeri / aki no kure
En una rama seca / un cuervo se ha posado / crepúsculo de otoño

No sé si podemos considerar este ku como “la quintaesencia de yūgen” o “el corazón del estilo de Bashō”. Sin embargo, no se puede decir que no reproduzca fielmente el paisaje tranquilo y algo tétrico de un atardecer otoñal. El giro de la frase en el primer verso es decididamente malo, pero utiliza una expresión de cuatro caracteres que los amantes de la literatura china ya estaban acostumbrados en sus oídos o en sus labios: 古木寒鴉 [koboku kan’a] “árbol seco, un cuervo en invierno” y transportarlo fielmente a ese “en una rama seca, un cuervo de se ha posado”, y es preciso decirlo, a Bashō le resulta también una excelente idea. Hoy la sensación que nos deja ya no es tan particular, pero si pensamos que en la época de Bashō el paisaje evocado por esos cuatro caracteres aún no se había hecho común en la poesía ni en la pintura, este ku gana en valor y se eleva realmente sobre otro nivel.
Quisiera ahora presentar mis malas opiniones sobre algunos ku que ya son conocidos por todos. Pero si tomamos aquellos ku que no son tan famosos y tratamos de someterlos a tales críticas, incluso dudamos de si la colección de poemas de Bashō no es sino un basurero compuesto en su mayoría por ku mal concebidos.

二日にも
ぬかりはせじな
花の春

Futsuka ni mo
nukari wa sejina
hana no haru

El segundo amanecer del año.
no lo perderé durmiendo:
primavera en flor

-.-

叡慮にて
賑ふ民の
庭竃

Eiryo ni te
Nigiwau tami no niwakamado

Agradeciendo al Emperador,
el pueblo celebra:
un brasero en el jardín

-.-

人も見ぬ
春や鏡の
うらの梅

Hito mo minu
haru ya kagami no
ura no ume

Primavera invisible:
detrás de un espejo
flores de ciruelo

-.-

一とせに
一度つまるゝ
菜づなかな

Hitotose ni
ichido tsumaruru nazuna kana

Durante el año
se recoge una vez,
la hierba nazuna

-.-

景清も
花見の座には
七兵衛

Kagekiyo mo
hanami no za ni wa
shichibyōe

También Kagekiyo
bajo los cerezos perdería
lo “cruel” de su nombre

-.-

暫時は
滝に寵るや
夏の初

Shibaraku wa
taki ni komoru ya
ge no hajime

Estaré por un tiempo
solo con la cascada:
retiro de verano

-.-

己が火を
木々の蟹や
花の宿

Ono ga hi o
kigi ni hotaru ya
hana no yado

Con sus luces
las luciérnagas en los árboles:
como posadas en los cerezos

-.-

世の人の
見付ぬ花や
軒の栗

Yo no hito no
mitsukenu hana ya
noki no kuri

Son flores de las que
el mundo no se da cuenta:
castañas sobre un techo

-.-

五月雨に
かくれぬものや
瀬多の橋

Samidare ni
kakurenu mono ya
Seta no hashi

Bajo el monzón
no desaparece bajo la lluvia:
el Puente de Seta

-.-

五月雨の
降の こしてや
光堂

Samidare no
furinokoshite ya Hikaridô

Ha quedado intacto
de las lluvias de verano:
El Pabellón de la Luz

-.-

目にかゝる
時やことさら
五月富士

Me ni kakaru
toki ya kotosara
Satsuki Fuji

Especialmente
cuando puedes verlo:
Fuji del quinto mes

-.-

文月や
六日も常の
夜には似ず

Fumizuki ya
muika mo tsune no
yo ni wa nizu

En el séptimo mes,
también la sexta noche
está fuera de lo común

-.-

あさがほに
我は食くふ
おとこ哉

Asagao ni
ware wa meshi kû
otoko kana

Aquí hay un hombre:
mi comida es solo
flores de asagao

Los ku como estos son innumerables. ¿Queremos decir que no tienen mucho éxito, que carecen de espíritu poético? Si Bashō realmente nos hubiera dejado solo estos, deberíamos estar enojados con aquellos que han querido recopilarlos.

Buenos ku 佳句
Si esta fuera la única forma, Bashō sería uno de los héroes de la historia del haikai y, al mismo tiempo, un individuo sin valor para el haikai como literatura: pero no es así en absoluto. Encuentro que justo lo que está en las Colecciones de Bashō merece una gloria milenaria por su trabajo, sin importar cuán raros sean los ku realmente válidos en ellas. A falta de otros criterios, los distinguiría en algunos géneros.
Lo que pertenece a la categoría más alta en las bellas artes y la literatura, y sin embargo lo que más le falta a la literatura japonesa, es el elemento grandioso y épico [雄揮豪壮yūdai gōsō]. En el waka hasta la colección del Man’yōshū todavía hay algunas composiciones llenas de este poderoso espíritu, pero desde el Kokinshū en adelante (con la única excepción de Sanetomo) simplemente ya no se encuentra algo como esto. Si bien después de la obra de Mabuchi se compusieron piezas poéticas que simulaban el estilo de Man’yōshū, con la modernidad solo ha permanecido en boga una forma poética hecha de sensibilidad y sutilezas, y cuando llega el turno de un estilo majestuoso, todos están como dormidos y se olvidan de eso. El estilo del waka, ahora es así. Podemos imaginar lo que podría pasar con el haikai, un género que requiere mucho menos estudio. Por el contrario, Matsuo Bashō, él solo, se interpuso en ese camino: adoptó en sí mismo este espíritu grandioso, transmitió esa majestuosidad a su pincel, y compuso una poesía que abraza la tierra y el cielo con la amplitud de su mirada, que canta la grandeza de montañas y aguas, dejando extasiada a toda una época.
Antes de Bashō, la poesía de diecisiete caracteres se había vuelto repetitiva, cayendo en la vulgaridad y el humor más estéril, y carecía de un auténtico valor literario; antes de Bashō, el poema chino [kanshi] compuesto en Japón no solo debería haber prestado más atención a los elementos japoneses que se filtraban en él, sino que las ideas eran insoportablemente infantiles. Antes de Bashō, el waka honraba las asociaciones fijas ligadas a cada palabra, daba gran peso a la metáfora, había llegado al punto más bajo de su vulgarización y su estancamiento, y el estilo arcaico de Kamo no Mabuchi aún no había llegado para mostrar sus joyas. En la práctica, el punto de inflexión creado de repente por Bashō, la fuerza con la que sus posiciones se afirman entre las eras Jōkyō y Genroku, no sólo confirió una nueva dignidad al haikai: de hecho dio un nuevo valor a toda la literatura en verso posterior a Man’yōshū. Para difundir esta carga heroica, no solo no hubo nadie antes de Bashō, sino tampoco después (ver nota añadida por Shiki en la sección Apéndice, p. 68).

Ku heroico 雄壮なる句
Tomemos algunos ejemplos del ku heroico, en el que encontramos este sentido de grandeza:

夏草や
兵どもの
夢のあと

Natsugusa ya
tsuwamonodomo no
yume no ato

Hierbas de verano:
las huellas de los sueños
de antiguos guerreros

Es un poema compuesto en Takadate, Ōshū, en que se siente con fuerza el fluir del tiempo. En diecisiete sílabas casi improvisadas, Bashō habla de la gloria y ruina de un pasado lejano, de la grandeza e impermanencia del ser humano. Frente a esta escena, es imposible no ser sacudido por una emoción. Es posible que algunos encuentren este ku demasiado simple y silencioso. Pero esa misma simplicidad es la grandeza de este ku, su alejamiento de la artificialidad y su acercamiento a la naturaleza.

五月雨を
あつめて早し
最上川

Samidare o
atsumete hayashi Mogamigawa

Recoge las lluvias
y fluye más rápido:
el río Mogami

En el Compendio de explicaciones al ku está escrito: “Creo que Bashō aquí se inspira en el maestro Kenkō”:

最上川
はやくぞまさる
雨雲の
のぼれば下る
五月雨の頃

Mogamigawa
hayaku zo masaru
amagumo no
noboreba sagaru
samidare no koro

Río Mogami
sube rápidamente
a las engrandecidas
nubes
y las lleva contigo
con lluvias de verano

Aquí Bashō retomó y reelaboró el tema de la tanka original, pero se le ocurre una expresión perfecta, “recogiendo… fluye más rápido” [atsumete hayashi]. Agregó arte sin caer en la sutileza, solo se ve el fluir caudaloso del río en crecida, lo suficientemente fuerte como para romper rocas y hacer temblar las montañas. Esta vez es la poesía de Kenkō la que no aguanta la comparación. Aquí realmente tenemos que admitir que es el pobre practicante de haikai quien ha dado en el blanco.

荒海や
佐渡によこたふ
天河

Araumi ya
Sado ni yokotau
Amanogawa

Mar tormentoso
sobre la isla de Sado
se extiende La Vía Láctea

Esta es la escena que se presenta ante quienes observan la isla de Sado desde Izumosaki, en la provincia de Echigo. Cuando Bashō compone este ku, todo lo que tiene delante queda impreso en sus ojos: la furia de las olas que rugen, la amplitud sin límites de la bóveda celeste y, entre ambas, tan solo el vago contorno de la isla. El hecho de que la magnitud de todas estas cosas no esté dominada por la galaxia, de alguna manera transmite la impresión de un perfecto sentido de la realidad. “La Puerta del Cielo se ha agrietado a lo largo del Río Long” 天門中断楚江開es el tejido que forma la trama de este ku, y “el agua vuela y fluye y cae desde tres mil pies de altura” 飛流直下三千尺, la otra parte del tejido que se entrecruza con dicha trama. Si lo piensas un poco, es imposible no sorprenderse por la habilidad excepcional de Bashō. [17]
Alguien dijo que yokotau no es correcto desde el punto de vista gramatical, pero esta es una opinión cuestionable. Para responder habría que decir que sí, las excepciones a las reglas de la gramática no deben verse con simpatía: sin embargo, la poesía, en comparación con la prosa, debería ser un poco menos quisquillosa al respecto, y si el significado no se vuelve confuso debido a la desviación gramatical, sería oportuno hacer la vista gorda. Viendo que entre los ku de Bashō también los hay:

一声の
江に横たふや
時鳥

Hitokoe no
e ni yokotau ya hototogisu

Solo una voz
a lo largo del curso del río:
un cuco

Surge la duda de si en su momento se admitió esta forma. En cualquier caso, si hay incluso entre la posteridad algunos que han imitado ese verbo, con mucho gusto perdonaría a Bashō, que es mucho mayor que nosotros. De cualquier manera, quedarse solo con esta palabra y cometer el error de descartar todo el ku me parece intolerable. ¿Qué clase de elección es la de quien descarta un valioso general por cuestión de dos huevos? [18]

五月雨の
雲吹おとせ
大井川

Samidare no
kumo fuki otose
Ōigawa

¡Rio Ōi!
barrerás las nubes
de la lluvia de verano

El río Ōi, después de días de lluvia ininterrumpida, siempre está más crecido: es como si estuviera a punto de romper el cielo lleno de lluvia, y el rugir incesante de sus rápidos resonaba en los oídos.

ほとゝぎす
大竹原を
もる月夜

Hototogisu
ōtake hara o
moru tsukiyo

Un cuco –
sobre la extensión de bambú
cae la luna

Un denso bosque de bambúes centenarios, una ligera brisa que lo atraviesa desde lejos, el fino hilo de la luna nueva que se fragmenta con serenidad en jirones de luz azul. Solo Bashō pisotea las frescas sombras que han cubierto la tierra, y mientras camina pensando en un poema, un cuco hace sonar su canción, una, dos veces, mientras vuela hacia la cima de una montaña, y luego desaparece más allá de las nubes.
Sentimos la sensación de frescor de la noche a principios de verano penetrando nuestra piel y llegando a lo más profundo de nuestros huesos. Sin necesidad de escribir sobre montañas, sobre el agua, este bosque de bambú parece por un instante volverse tan grande como el mundo entero: aquí la habilidad de Bashō es increíble.

かけ橋や
命をからむ
つたかづら

Kakehashi ya
inochi o karamu
tsuta katsura

Un puente colgante –
se aferran a la vida
enredaderas de hiedra

Aquí Bashō está en la orilla de un puente colgante sobre el precipicio del valle de Kiso, curvo y ondulado sobre el abismo. Cruza el puente con paso tembloroso, y girándose para mirarlo observa las rocas afiladas, las columnas de madera que parecen a punto de caer. Y entonces las ramas de hiedra que vio en la cubierta se convierten por un instante en su doble, y es como si sus hojas rojas derramaran sangre. Este ku contiene ese dolor aterrador que es el reverso del heroísmo, y a su vez esconde una belleza terrible. Es uno de esos raros casos en los que el pincel parece estar poseído por un espíritu. A veces, las personas que entienden poco alaban la disposición de los siete caracteres en el segundo verso del poema y no ven qué imagen evoca. No son diferentes a alguien que reverencia algo dorado sin ver el cuerpo de Buda. Después de todo, es precisamente el despliegue de toda esta habilidad en las siete sílabas centrales lo que constituye el defecto de este ku.

一笑を弔う
Isshō o tomurau
Tras de la muerte de Isshō

 

塚も動け
我泣声は
秋の風

Tsuka mo ugoke
waga naku koe wa
aki no kaze

¡Sacude también su tumba!
La voz de mi llanto
es el viento de otoño

Es posible que esta poesía retome un poema más antiguo, “como si la antigua tumba se moviera” [如動古人墓] [19]. Por otro lado, es inconcebible que “la voz de mis lágrimas es el viento de otoño” se compusiera todo de una sola vez. Su tono es aquel en el que Hitomaro dice: ¡Quién puede ver la puerta de aquellos que me son queridos, oh montañas! [妹が門見む靡けこの山]. [20]

 

秋風や
薮も畠も
不破の関

Akikaze ya
Yabu mo hatake mo
Fuwa no seki

Viento de otoño –
incluso en los campos, también en los bosques
en el paso de Fuwa

Aquí vemos que Bashō pensó en una tanka del Regente y Canciller del Reino [Kujō Yoshitsune九条良経, 1169-1206] incluida en el Shin-kokinshū:

人すまぬ
不破の関屋の
板庇
あれにしのちは
ただ秋の風

Hito sumanu
Fuwa no sekiya no
itabisashi
arenishi nochi wa
tada aki no kaze

Nadie vive
en el paso de Fuwa:
el techo de antaño
ha cedido con el paso de los años,
y solo queda el viento de otoño

Fujiwara no Yoshitsune

 

La fuerza de su pincel, que con eso de “incluso en los campos, también en los bosques en el paso de Fuwa” conserva todo el aura de la antigüedad del famoso lugar y describe el momento presente, mostrando cómo en el pequeño universo de las diecisiete sílabas entra fácilmente una infinidad de espacios libres. El ku compuesto en Takadate gana mucho por su sentido de grandeza, éste, por su sentido trágico. Son una pareja perfecta.

猪も
ともに吹るる
野分かな

Inoshisbi mo
tomo ni fukaruru
nowaki kana

Incluso en el aliento
de los jabalíes:
El monzón de otoño

Aquí para quedarse quieta entre el papel y el pincel está la visión de ese tifón que sacude las montañas y hasta sacude a los jabalíes en los campos: hay algo feroz y muy triste en esta belleza.

吹とばす
石はあさまの
野分哉

Futobasu
seki wa Asama no
nowaki kana

En el aire
la roca: en el monte Asama
el monzón de otoño

El monzón de principios de otoño sopla violentamente en el Monte Asama y la roca de lava del volcán se expande hacia el cielo, una escena aterradora. Aquí la concepción del poema es excepcional, pero esa forma de “la roca: en el monte Asama” con que continúa el verso, es un poco fatigosa. Es un pequeño defecto en una joya casi perfecta.
Bashō es un artista nacido mientras en el mundo del haikai se vive del humor y el ridículo. Sin embargo, nunca se permitió ser limitado por el movimiento de la masa que había alrededor, tenía una atención particular en los ojos para lo literario y mostró una dimensión artística completamente nueva: con estos ku llenos de un poder arcaico, Bashō levanta la cabeza y se hace necesario reconocerle algo que desde el punto de vista literario no tiene precedentes. Sin embargo, por una pésima ironía, este estilo se detuvo con su fundador. Dos siglos después de Bashō, ni siquiera hay un nombre que añadir al suyo.
Los discípulos de Bashō no solo no son inferiores a él en términos de habilidades, sino que muchos de ellos incluso logran superar al maestro de vez en cuando. Entre cientos de hombres de valor, tanto por cultura como por talento, ¿cómo es posible que el único que se conozca sea Shinshi Kikaku? Eran hombres que supieron tomar palabras y temas ya viejos y estrujarlos en sus manos, tocar esos términos que la poesía tradicional siempre había evitado, mostrar el mundo del vulgo tal como era, actuar libremente siguiendo sus instintos y comportarse como si no hubiera nadie junto a ellos: sin embargo, ante la mirada ilimitada de estas obras en las que todo el Flujo de la Creación [造化] [21] se abre paso, su obra no es más que un balbuceo apagado.
El que en realidad fue el primero de los Diez Grandes Discípulos de Bashō, Mukai Kyorai, supera con creces a Bashō en la sutileza de sus composiciones, en el tono de su poesía. Pero ¿qué escribe Kyorai? Hay uno o dos de sus ku que tienen algo de heroico, eso es cierto, pero ni siquiera pueden competir con los de Bashō. ¿Y quién hay además de él? ¿Ransetsu? ¿Jōsō? ¿Kyoriku o Shikō? ¿Bonchō o Shōhaku? ¿Masahide, Otokuni, Riyū? Entre todas sus obras, encontraríamos tal vez uno o dos ku con este poder. Al final llegamos a un puñado de poemas. E imaginemos cuál sería la situación con los muchos discípulos menores.
Después de la era Genroku, es entre la era Meiwa (1764-72) y Tenmei (1781-89) cuando emergen haijin muy populares y el movimiento haikai alcanza su punto máximo de éxito. Compilando el Haikai Sabishiori, Shirao elogia el estilo de Bashō durante mucho tiempo, pero cuando trata su esencia, siempre vuelve al yūgen, y no habla de ese poder, de esa fuerza grandiosa. Incluso cuando se detiene su composición, focaliza solo en lo que en cada ku representa como expresión de una habilidad sutil, en lo tácito, y no capta aquello que en Bashō es realmente valioso. Ryōta considera la sensibilidad de su talento y la inteligencia de su ironía: dice que Bashō logró sorprender al mundo entero, pero básicamente su perspectiva tiene la amplitud de un puntito. La fuerza particular que tienen Buson, Kyōtai y Rankō es algo que nace fuera del viejo estilo de Bashō, y constituye en cada uno de ellos un estilo distinto. Los aspectos más característicos de cada uno de estos tres poetas son algo con lo que Bashō y sus discípulos no habrían soñado en su tiempo, y sería justo otorgarles un valor muy particular en la historia del haikai. Por eso en sus haikus no son nada raros un rasgo heroico, el reflejo de un paisaje sublime. Sin embargo, su fuerza no alcanza la fuerza de Bashō, su grandeza sigue siendo inferior a la de él. A partir de la era Bunsei, Sōkyū, Baishitsu y Hōrō se convierten en un grupo de ranas felices de estar encerradas en un pozo de un metro de ancho. ¿Cómo podrían tener algo que decir sobre el gran mar? En este aspecto, Bashō está por encima de todos los demás en el mundo del haikai. ¡Resumiendo! Antes de Bashō no había Bashō, y después de Bashō no hubo más.

Buenos ku de todo tipo 各種の佳句
Incluso si en toda su vida Bashō hubiera compuesto solo los ku mencionados anteriormente, serían suficientes para convertirlo en un autor destacado en la literatura del haikai y para que su nombre se transmita con el mayor respeto a las generaciones venideras. Pero las habilidades de Bashō no terminan aquí: su poesía varía continuamente en estilo y tono. He intentado recoger todas estas diferencias en mi personal “colección de Bashō”. Por lo tanto, me gustaría tratar de presentar el ku de estas otras categorías a continuación.
Primero están los ku en los que hay una naturaleza extrema, además de la del viejo estanque, por ejemplo un ku como:

名月や
池をめぐりて
夜もすがら

Meigetsu ya
ike o megurite
yomosugura

Luna Llena –
toda la noche
alrededor del lago

Están los ku que tienen el encanto indistinto del yūgen:

衰や
歯に喰あてし
海苔の砂

Otoroi ya
ha ni kuiateshi
nori no suna

Vejez –
rasga entre los dientes
la arena de un alga

-.-

ほろ/\と
山吹ちるか
滝の音

Horo horo to
yamabuki chiru ka
taki no oto

Una a una
caen las flores amarillas
el sonido de la cascada

-.-

うき我を
さびしがらせよ
かんこ鳥

Uki ware o
sabisigarase yo kankodori

A mí que estoy triste
préstame tu melancolía
cuco de las montañas

-.-

清波や
波に散込
青松葉

Kiyotaki ya
Nami ni chirikomu
aomatsuba

Rápidos claros:
verdes en las ondas
las agujas de pino

-.-

菊の香や
奈良には古き
仏達

Kiku no ka ya
nara ni wa furuki
hotoketachi

Aroma de crisantemos:
en Nara las antiguas
figuras de los budas

-.-

冬寵り
またよりそはん
此柱

Fuyugomori
mata yorisowan
kono hashira

Retiro de invierno:
una vez más
apoyado en este poste

-.-

人々を
しぐれよやどは
寒くとも

hitobito o
shigure yo yado wa
samuku tomo

Para nuestra reunión
lluvias heladas: qué importa si
hace frío en la casa

Luego están esos ku en los que el arte de Bashō se vuelve muy sutil:

落ちざまに
水こぼしけり
花椿

Ochizama ni
mizu koboshi keri
hana tsubaki

En su caída
gotas de agua ha derramado
una camelia

-.-

青柳の
泥にしだるる
潮干かな

Aoyagi no
doro ni shitaruru
shioi kana

Un sauce verde
que gotea lodo:
marea baja

-.-

草の葉を
落るより飛ぶ
蟹哉

Kusa no ha o
ochiru yori tobu
hotaru kana

De una brizna de hierba
se ha caído y ya está volando
una luciérnaga

-.-

粽結ふ
かた手にはさむ
額髪

Chimaki yū
katate ni hasamu
hitaigami

Envuelve bambú
en tortas de arroz: con la mano aparta
el pelo de la frente

-.-

日の道や
葵傾く
五月雨

Hi no michi ya
aoi katamuku
satsuki ame

Hacia los pasos del sol
gira la malva
en la lluvia de julio

-.-

眉掃きを
俤にして
紅の花

Mayuhaki o
omokage ni shite
beni no hana

Hasta se parecen
a las brochas de maquillaje
las flores rojas

-.-

しら露も
こぼさぬ萩の
うねり哉

Shiratsuyu mo kobasanu hagi no
uneri kana

Ni siquiera desplaza
las perlas del rocío
el susurro de un hagi

-.-

行秋や
手をひろげたる
栗のいが

Yuku aki ya
te o hirogetaru
kuri no iga

Pasa el otoño:
los erizos de los castaños
extienden sus manos

Otros que tienen la belleza resplandeciente de una flor [華麗karei]:

紅梅や
見ぬ恋作る
玉すだれ

Kōbai ya
minu koi tsukuru
tamasudare

Flores de ciruelo rojo –
el amor ciego creado
de una lona baja

-.-

雪間より
薄紫の
芽独活哉

Yuki ma yori
usu murasaki no
me udo kana

Entre nieve y nieve
el violeta pálido
de unos brotes de aralia

-.-

木のもとに
汁も鱠も
桜かな

Ki no moto ni
shiru mo namasu mo
sakura kana

Bajo el árbol
sopa y pescado en vinagre:
¡ah, los cerezos!

-.-

四方より
花吹入て
鳰の海

Shihō yori
hana saki irete
nio no umi

De las cuatro direcciones
las flores llegan en el soplo
de un lago de somormujos

-.-

末は
誰が肌ふれん
紅の花

Yukusue wa
dare ga hifu furen
beni no hana

¿La piel de quién
tocarán en el futuro
esas flores rojas?

-.-

ひよろ/\と
尚露けしや
女郎花

Hyoro hyoro to
nao tsuyukeshi ya
ominaeshi

En su temblor
aún más como el rocío
las “flores de dama”

-.-

金扉の
松の古さよ
冬寵

Kinbyō no
matsu no furusa yo
fuyugomori

En el biombo dorado
envejece el pino:
retiro de invierno

 

Luego, hay algunos excéntricos:

鴬や
餅に糞する
橡の先

Uguisu ya
mochi ni fun suru
en no saki

¡Un ruiseñor!
En el extremo del balcón
haciendo caca en un mochi

-.-

陽炎の
我肩にたつ
紙衣かな

Kagerō no
waga kata ni
tatsu kamiko kana

Sobre mis hombros
un impermeable de papel
ola de calor

-.-

呑あけて
花生にせん
二升樽

Nomiakete
hanaike ni
sen nishōdaru

Acabado el sake
usemos para flores
estos dos barriles de shō

-.-

鮎の子の
しら魚送る
別哉

Ayu no ko
shirauo okuru
wakare kana

Pequeña trucha
saluda al pescado blanco:
nos separamos

-.-

雲雀より
空にやすらふ
峠哉

Hibari yori
sora ni yasurau
tōge kana

Más alto que los gorriones
que descansan en el cielo:
un paso de montaña

-.-

啄木も
庵はやぶらず
夏木立

Kitsutsuki mo
io wa yaburazu
natsu kodachi

Ni un pájaro carpintero
pica en esta ermita:
bosque en verano

-.-

蛸壷や
はかなき夢を
夏の月

Takotsubo ya
hakanaki yume o
natsu no tsuki

Trampas para pulpos:
sueños efímeros
bajo la luna de verano

-.-

生きながら
ーつに氷る
海鼠哉

Ikinagara
hitotsu ni
kōru namako kana

Vive y sin embargo
se congela en un bloque:
caracoles de mar

Entre los versos cómicos:

猫の妻
へつゐの崩より
かよひけり

Neko no tsuma
hetsui no kuzure yori
kayoikeri

Una gata en celo
Encima de una estufa ya rota
gira y gira

-.-

田家に有て
Denka ni arite
Una casa de campo

 

麦めしに
やつるゝ恋か
猫の妻

Mugi meshi ni
yatsururu koi ka
neko no tsuma

Una gata demacrada
¿será culpa de la cebada
o del amor?

-.-

是橘剃髪に
Zekitsu teihatsu ni Zekitsu
Se afeita la cabeza

 

初午に
狐のそりし
頭哉

Hatsu uma ni
kitsune no
sorishi atama kana

Primer día del caballo
pero para afeitarse la cabeza
¡debe haber sido un zorro!

-.-

葛城
Kazuraki
En el monte Kazuraki

 

猶みたし
花に明行
神の顔

Nao mitashi
hana ni akeyuku
kami no kao

Realmente me gustaría ver
el rostro del dios
mientras amanece en las flores

-.-

菖蒲生り
軒の鰯の
髑髏

Iwashi nari
noki no iwashi
no sarekōbe

brotan los iris
en el techo entre calaveras
de sardinas ya secas

-.-

秋之坊を幻
住庵にとめて
Akinobō o
Genjūan ni tomete
Para Akinobō, de visita en la Morada Irreal

 

わが宿は
蚊のちいさきを
馳走かな

Waga yado wa
ka no chiisaki o
chisō kana

Mi retiro
en el mejor de los casos ofrece
mosquitos diminutos

-.-

盤斎うし
ろ向の像
Bansai
ushiromuki no zō
Un retrato donde se gira Bansai

 

団扇もて
あふがん人の
うしろむき

Uchiwa mote
aogan hito no
ushiro muki

Con el ventilador
sopla el aire desde detrás
de su figura

-.-

あら何共なや
きのふは過て
河豚汁

Ara nan to mo na ya
kinō wa sugite
fukutojiru

sin nada raro
ayer ya pasó:
una sopa de fugu

-.-

鳳来寺に詣る途にて
Hōraiji ni itaru
to ni te
A lo largo de la carretera
del templo de Hōrai

 

夜着一つ
祈り出して
旅寝哉

Yogi hitotsu
inori idashite
tabine kana

Tanto he rezado
que ha aparecido una cama:
dormir sobre la marcha

-.-

月花の
愚に針たてん
寒の入

Tsuki hana no
gu ni hari taten
kan no iri

Luna y flores son mi locura:
me curaré con las agujas
del frio que viene

Hay algunos ku que recopilan belleza: [蘊雅unga]

山里は
万歳遅し
梅の花

Yamazato wa
manzai ososhi
ume no hana

Año Nuevo en la montaña
pero el baile llega tarde,
la flor de ciruelo

-.-

御子良子の
一もとゆかし
梅の花

Okorago no
hitomoto yukashi
ume no hana

Vírgenes del templo
alineadas elegantemente,
flores de ciruelo

-.-

陽炎や
柴胡の糸の
薄曇

Kagerō ya
saiko no ito no
usugumori

Vapores de verano:
entre los tallos del saiko
una nube sutil

-.-

枯芝や
まだ陽炎の
一二寸

Kareshiba ya
mada kagerō no
ichi ni-sun

Sobre hierba seca
uno o dos dedos más
de vapores de verano

-.-

春の夜は
桜に明けて
しまひけり

Haru no yo wa
sakura ni akete
shimaikeri

Noche de primavera:
termina con el amanecer
en flores de cerezo

-.-

古寺の
桃に米ふむ
男かな

Furudera no
momo ni kome fumu otoko kana

En un viejo templo
flores de melocotonero:
un hombre descascara el arroz

-.-

原中や
ものにもつかず
啼く雲雀

Haranaka ya
mono ni mo tsukazu
naku hibari

En la llanura
libre de todo,
canta una alondra

-.-

山吹や
宇治の焙炉の
匂ふ時

Yamabuki ya
Uji no hoiro no
niou toki

Flores de kerria,
mientras los hornos de té de Uji
desprenden su olor

-.-

木隠れて
茶摘みも聞や
郭公

Kogakurete
chatsumi kiku ya
hototogisu

Escondido en los árboles
¿Lo escucharán en los campos de té?
un cuco

-.-

静かさや
岩に染み入る
蝉の声

Shizukasa ya
iwa ni shimiiru
semi no koe

Tranquilidad:
la voz de las cigarras
impregna las rocas

-.-

秋近き
心のよるや
四畳半

Aki chikaki
kokoro no yoru ya
yojōhan

El otoño está cerca
en cuatro tatamis y medio
la medida del corazón

-.-

病雁の
夜さむに落て
旅寝哉

Byōgan no
yosamu ni ochite
tabine kana

Un pato enfermo
cae en la escarcha nocturna:
duermo sobre la marcha

-.-

三井寺の
門叩かば
今日のつき

Miidera no
mon tatakabaya
kyō no tsuki

Llamaría a la puerta
del Templo Mii:
la luna de hoy

-.-

旅人と
我名よばれん
初時雨

Tabibito to
waga na yobaren
hatsushigure

De ahora en adelante
¡llámame viajero!
Primeras lluvias de otoño

-.-

しぐるるや
田のあら株の
黒む程

Shigururu ya
ta no arakabu no
kuromu hodo

Lluvia ligera:
de pronto se oscurece
la hierba del prado

-.-

雪散るや
穂屋の薄の
刈残し

Yuki chiru ya
hoya no susuki no
karinokoshi

Ya está nevando,
aún por cosechar el suzuki
para la choza del dios

Y también hay de otros tipos. Bashō pasó media vida viajando, y en sus haikus hay algunos que consiguen emocionar, aún más, precisamente porque reflejan fielmente esa realidad:

一つ脱いで
後に負ぬ
衣がへ

Hitotsu nuide
ushiro ni oinu
koromogae

Me quito una capa
y la cargo en mi hombro:
el cambio de vestuario

-.-

蚤虱
馬の尿する
枕もと

Nomi shirami
uma no shitosuru
makura moto

Pulgas, piojos
y un caballo meando
al lado de mi almohada

-.-

旅に病んで
夢は枯野を
かけ迴る

tabi ni yande
yume wa kareno o
kakemeguru

Viajar enfermo:
mis sueños vagan
por un campo desolado

-.-

寒けれど
ニ人旅寝ぞ
たのもしき

Samukeredo
futari tabine zo
tanomoshiki

Con tanto frío
es divertido pasar juntos
una noche

-.-

すくみ行く
馬上に氷る
影法師

Sukumiyuku
bajō ni kōru
kagebōshi

Me quedo adormecido,
sobre el caballo
una sombra helada

-.-

住みつかぬ
旅の心や
置炬燵

Sumitsukanu
tabi no kokoro ya
okigotatsu

Sin hogar,
mi corazón errante:
una estufa de viaje

-.-

いかめしき
音や霰の
檜木笠

Ikameshiki
oto ya arare no
hinokigasa

Tan fuerte
el sonido del granizo
sobre un sombrero de ciprés

-.-

年暮れぬ
笠きて草鞋
はきながら

Toshi kurenu
kasa kite waraji
hakinagara

El año se va:
todavía llevo un sombrero
y sandalias de paja

-.-

旅寝して
見しや浮世の
煤掃ひ

Tabine shite
mishi ya ukiyo no
susu harai

Lo veo en una posada
tras la limpieza de año nuevo:
este mundo de polvo

Otros son un poco locos:

不性さや
かきおこされし
春の雨

Bushōsa ya
kakiokosareshi
haru no ame

¡Dulce descanso!
desperté con la picazón
de una lluvia de primavera

-.-

君火を焼け
よき物見せん
雪丸げ

Kimi hi o take
yoki mono misen
yuki maruge

Enciendes el fuego
y mira aquí qué bello:
¡una bola de nieve!

-.-

市人に
いでこれ売らん
雪の笠

lchibito ni
ide kore uran
yuki no kusa

¡Intentemos vender
a la gente del mercado
la nieve de nuestro sombrero!

-.-

おもしろし
雪にやならん
冬の雨

Omoshiroshi
yuki ni ya naran
fuyu no ame

Buenas noticias:
se convertirá en nieve
esta lluvia de invierno

Entre los muchísimos ku que tienen excepciones métricas, hay algunos que tienen sílabas de más [字余jiamari]:

明けぼのや
しら魚しろき
こと一寸

Akebono ya
shirauo shiroki
koto issun

Amanece:
el pescado blanco tiene
la blancura de un dedo

-.-

つゝじ活けて
其陰に干鱈
さく女

Tsutsuji ikete
sono kage ni hidara saku onna

Ikebana de azaleas,
en la sombra una mujer
trocea el bacalao

-.-

行く春に
和歌の浦にて
追い付きたり

Yuku haru ni
Wakanoura nite
oitsukitari

Escapando de la primavera
la he encontrado aquí
en Wakanoura

-.-

帰庵
Kian
Volviendo a mi choza

 

夏衣
いまだ虱を
とりつくさず

Natsugoromo
imada shirami o
toritsukusazu

Vestirse en verano:
aun no me he quitado
todos los piojos

-.-

水鶏啼と
人のいへばや
佐屋泊

Kuina naku to
hito no ieba ya
Saya domari

“¡El rascón canta!”
Me ha dicho alguien:
me quedo aquí en Saya

-.-

芭蕉野分して
盥に雨を
聞夜哉

Bashō nowaki shite
tarai ni ame o
kiku yo kana

Un bananero bajo los monzones,
toda la noche escuchando
agua en un cubo

-.-

芋洗ふ女
西行ならば
歌よまむ

Imo arau onna
Saigyō naraba
uta yomamu

Una mujer lava patatas,
si fuera Saigyō
escribiría un poema

Hay otros ku que tienen una composición inusual:

苣摘んで
貧なる女
機による

Chisa tsunde
hin naru onna
hata ni yoru

Cosechando lechugas,
una mujer pobre
vuelve al telar

-.-

乙州餞別
Otokuni senbetsu
Saludando a Otokuni

 

梅若菜
鞠子の宿の
とろろ汁

Ume wakana
toriko no shuku no
tororojiru

Ciruelas pasas y verduras pequeñas
en la estación Toriko
sopa de toro

-.-

奈良七重
七堂伽藍
八重桜

Nara nanae
shichidō garan
yaezakura

Siete emperadores en Nara
y siete pabellones en el templo,
un cerezo de ocho pétalos

-.-

花の雲
鐘は上野か
浅草か

Hana no kumo
kane wa Ueno ka
Asakusa ka

Una nube de flores,
la campana de un templo
¿Asakusa o Ueno?

-.-

関守の
宿を水鶏に
とうもの

Sekimori no
yado o kuina ni
tou mono

Donde vive
el oficial de aduanas:
podría preguntar al rascón

昼顔に
昼寝せうもの
床の山

Hirugao ni
hirune shō mono
toko no yama

Entre las flores de hirugao
dormir durante el día
en el lecho de la montaña

-.-

隠れ家や
月と菊とに
田三反

Kakurega ya
tsuki to kiku to ni
ta santan

Un retiro escondido:
la luna, los crisantemos,
y una hectárea de arroz

-.-

送られつ
送りつはては
木曾の秋

Okuraretsu
okuritsu hate wa
Kiso no aki

Nos despedimos:
he aquí el final
del otoño de Kiso

-.-

蛤の
ふたみに分かれ
行く秋ぞ

Hamaguri no
Futami ni wakare
yuku aki zo

En Futami nos separamos:
dos valvas de almeja
y el otoño se va

-.-

さればこそ
あれたきままの
霜の宿

Sareba koso
aretaki mama no
shimo no yado

Tan solo
una casa silvestre
bajo la escarcha

-.-

かくれけり
師走の海の
かいつぶり

Kakure keri
shiwasu no umi no
kaitsuburi

Oculto
bajo el mar de invierno,
un somormujo

Estas y muchas más son las variaciones que hace Bashō en cuanto a composición.
Por tanto en la posteridad, más allá de la poca novedad que encontremos en el ritmo de las composiciones de Buson, Kyōtai e Issa, realmente no hay nadie que haya ido más allá de Bashō.
También hay algunos ku de Bashō que no tienen nada de sublime, que carecen de una belleza de lo vivo, que no son ni excéntricos ni cómicos, que ni siquiera tienen una composición particular, pero que generan en sí mismos una fascinación notable por la forma en que se limitan a captar un detalle, uno solo en particular, y expresar su realidad tal como aparece.

五月雨や
色紙へぎたる
壁の跡

Samidare ya
shikishi hegitaru
kabe no ato

Lluvia de verano
en la pared el rastro
de unas cartas con poemas

-.-

さざれ蟹
足這いのぶる
清水哉

Sazaregani
ashi hainoburu
shimizu kana

Un pequeño cangrejo
sube por mi pierna-
el agua clara

-.-

海士の家は
小海老にまじる
いとど哉

Ama no ya wa
koebi ni majiru
itodo kana

La casa de un pescador:
junto con los camarones
un grillo

-.-

びいと啼く
尻声かなし
夜の鹿

Bii to naku
shirigoe kanashi
yoru no shika

Hay un eco triste
en su bramido:
un ciervo en la noche

-.-

松茸や
知らぬ木の葉の
へばりつく

Matsudake ya
shiranu konoha no
hebaritsuku

Un hongo: y encima
la hoja de un árbol
que no conozco

-.-

登や
伊勢の白子の
店ざらし

Daitai ya
Ise no Shirako no
tanazarashi

Naranjas amargas
en el mostrador de una tienda
de Shirako en Ise

-.-

行秋の
猶たのもしや
青蜜柑

Yuku aki no
nao tanomashi ya
aomikan

El otoño se va
pero hay algo que esperar:
mandarinas verdes

-.-

鞍壺に
小坊主乗るや
大根引

Kuratsubo ni
ko bōzu noru ya
daikonhiki

Sobre la montura
está su hijo:
la recolección de rábanos

-.-

塩鯛の
歯ぐきも寒し
魚の棚

Shiodai no
haguki mo samushi
uo no tana

Frías incluso
las encías de la dorada
en el mostrador de pescado

Y además de estos, también están:

傘にん
押しわけみたる
柳かな

Karakasa ni
oshi wake mitaru
yanagi kana

Al pasar con mi paraguas
separo
las ramas de un sauce

-.-

時鳥
暗や五尺の
菖草

Hototogisu
naku ya goshaku no
ayamegusa

Un cuco canta:
con cinco palmos de altura
los tallos del iris

-.-

不トー周忌
Fuboku isshūki
Primer aniversario de la muerte de Fuboku

 

杜鵑
鳴く音や古き
硯ばこ

Hototogisu
naku ne ya furuki
suzuribako

Junto a la vieja caja
de escritura
la voz de un cuco

-.-

やどりせむ
あかざの杖に
なる日まで

Yadorisemu
akaza no tsue ni
naru hi made

Podría quedarme aquí
hasta que la caña de akaza
no me haga de bastón

-.-

いなづまや
闇の方行
五位の声

Inazuma ya
yami no kata yuku
goi no koe

Un relámpago:
mirando a la oscuridad
en dirección a las garzas

-.-

蔦植て
竹四五本の
あらし哉

Tsuta uete
take shigo hon no
arashi kana

Hiedra plantada
y cuatro o cinco bambúes
en la tormenta

-.-

菊の香や
奈良は幾代の
男振り

Kiku no ka ya
Nara wa ikuyo no
otokoburi

-.-

Aroma de crisantemos:
en Nara en todas las épocas
la belleza de los hombres

-.-

義朝の
心に似たり
秋の風

Yoshitomo no
kokoro ni nitari
aki no kaze

Realmente parece
al alma de Yoshitomo
el viento de otoño

-.-

馬士は
知らじ時雨の
大井川

Umakata wa
shiraji shigure no
Ōigawa

El palafrenero,
no conoce la lluvia
sobre el río Ōi

-.-

御命講や
油のやうな
酒五升

Omeikō ya
abura no yōna
sake goshō

En el día de Nichiren
espeso como el aceite
diez litros de sake

-.-

振売の
雁あわれなり
夷子講

Urifuri no
gan aware nari
ebisukō

Gran feria de Ebisu,
la lástima por un ganso
con su vendedor

-.-

ともかくも
ならでや雪の
かれ尾花

Tomokaku mo
narade ya yuki no
kareobana

De una manera u otra
todavía vivo: la nieve sobre
el miscanto marchito

-.-

からからと
折ふし凄し
竹の霜

Karakara to
orifushi sugoshi
take no shimo

El ruido hueco
de las cañas con el frio:
escarcha sobre el bambú

-.-

追悼
Tsuitō
Luto

 

埋火も
消ゆや涙の
烹ゆる音

Uzumibi mo
kiyu ya namida no
niyuru oto

Las brasas bajo las cenizas
se apagan con el sonido
de las lágrimas ardientes

-.-

雁さわぐ
鳥羽の田面や
寒の雨

Kari sawagu
Toba no tazura ya
kan no ame

El graznido de los gansos
sobre los campos de Toba-
lluvia helada

-.-

石山の
石にたばしる
あられ哉

Ishiyama no
Ishi ni tabashiru
arare kana

Sobre todas las piedras
de Monte Ishi
cae el granizo

-.-

古郷や
臍の緒に泣く
年の暮

Furusato ya
heso no o ni naku
toshi no kure

Mi viejo pueblo,
lloro sobre el cordón umbilical
acabando el año

En resumen: cuando se trata de ku que destacan por su carácter sublime, Bashō tiene algo especial, no hay nadie que se le acerque. Si concretamos el tipo y hablamos de ku hermoso, ligero, con el encanto misterioso del yūgen, el encanto de los tiempos pasados, original o con un ritmo modificado, si entre los discípulos de Bashō y su posteridad alguien lo supera, cada uno de ellos lo hace tan solo en un determinado tipo. Por ejemplo, Kikaku ha compuesto ku que saben sorprender con su belleza, pero les falta una gracia más serena.
En cambio, solo el propio Bashō recoge en sí mismo cada uno de estos cien estilos diferentes (incluidos los menos exitosos). Después de todo, las mismas cosas que en las ideas del vulgo son opuestas en todo y nunca podrían estar una al lado de la otra, en la mente del genio son a menudo elementos que deben tomarse y mezclarse, y se vuelven inseparables.

 

Algunas preguntas 或問
Alguien me preguntó por qué si en la obra de Bashō los buenos ku son alrededor de una quinta parte, esta proporción se debe considerar baja.

Mi respuesta es que, en este contexto, lo que llamo “buen ku” se define tan solo con respecto al “mal ku”: solo quiero decir que están tan solo lo justo por encima de la suficiencia. No quiere decir que todos estén hechos de oro y piedras preciosas. Si quisiéramos discutir con tal estándar, entonces cada uno de los maestros de haikai de la era Genroku habría escrito “uno de dos” o “uno de tres” de estos buenos ku. “Uno de cada cinco” no sería un ejemplo para los demás.

Otros me preguntan si escribiendo estos diferentes discursos míos sobre Bashō y criticando los haikus del Maestro, una vez que haya terminado de destrozar sus obras maestras, no habré terminado por destruir también su nombre. ¿No sería esto ser un criminal del haikai o mostrar una falta de lealtad al Maestro Bashō?

A ellos les respondo diciendo que si hablamos de esos fieles del Bashōismo, según los cuales Bashō es un dios, su poesía es una composición divina y él es el haiku en sí mismo, entonces estoy dispuesto a profanar esta opinión, esa divina autoridad. Pero considerar a Bashō como un hombre de letras, al haiku como literatura, y tener una perspectiva literaria al criticarlo, no es otra cosa que eso. Y no solo eso: si estos fieles quieren mezclar el ku bueno y el ku malo y ponerlos a todos en el mismo nivel, su respeto por los ku verdaderamente exitosos está muy por debajo del de aquellos a quienes les gustaría hablar sobre ellos. Si no llamamos a esto falta de lealtad, ¿cómo deberíamos llamarlo? Y sin embargo en este mundo todos siguen, con convicción, dejando enterrados los buenos ku y exaltando los malos. ¿Bashō realmente habría sido feliz con la adoración de tales personas?

Alguien dice: el verdadero sabor del haikai reside en el renga[22], el hokku es solo una parte de él. Por lo tanto, para hablar de Bashō uno no puede quedarse en su hokku, debe entender su trabajo en poemas en cadena. El propio Bashō no estaba orgulloso de su hokku, sino de sus composiciones de haikai no renga.

Mi respuesta es que el hokku es literatura y el renga no: por eso no lo discuto. No se puede decir que no haya ningún elemento literario en el renga, pero al mismo tiempo está lleno de elementos no literarios. Por lo tanto, para discutir estos elementos literarios, creo que el hokku ya es suficiente.

Entonces, otros me han preguntado: ¿cuáles son estos elementos extraliterarios?

A ellos les respondo diciendo que a lo que se le da importancia en el renpai [haikai no renga] es a la “variación”. Precisamente esa “variación” es el elemento extraliterario. De hecho, la variación no es entre un orden y una continuidad que une el principio y el final en una sola cosa, sino algo en que el antes y el después están totalmente desconectados entre sí, un cambio abrupto e impredecible. Por ejemplo, lo literario puede existir entre dos poemas enlazados en una unidad entre el anterior y el siguiente, pero no en una sesión kasen en la que hay treinta y seis poemas seguidos.

Algunos han argumentado que aunque los treinta y seis versos de una serie de renga carecen de un único sentido que los conecte, su variación es análoga al gran cambio en el Flujo de la Creación: ¿No hay realmente cierto encanto en esa franqueza y vaguedad suya?

Bien, yo diría que tienen razón. Pero claro, tal variación es idéntica a lo que se obtendría poniendo en treinta y seis versos normales de waka o haiku. No es algo que esté específicamente limitado a renpai. En otras palabras, si el rasgo esencial del renpai es la conjunción entre la mitad superior e inferior de estas líneas, la mayoría de estas obras son más una cuestión de ingenio que de emoción. Incluso si fuera cierto que Bashō era más hábil en renpai que en componer hokku, esto lo único que demostraría es que era un hombre de gran cultura.

Aunque entre los alumnos de su escuela había muchos superiores a él en el hokku y muy inferiores a él en el renpai, esto significa que habían desarrollado su emoción literaria más que Bashō, pero que eran inferiores a él en variedad intelectual.

[1] Renga: poema encadenado (aquí por abreviación de俳譜の連歌 haikai no renga, poesía cómica encadenada). La poesía japonesa tiene desde sus orígenes una tendencia a la composición y uso colectivo. La poesía cortesana desarrollada en la era Heian (794-1185), la tanka (7-5-7 / 7-7 sílabas), se componían frecuentemente con ocasión de concursos poéticos (uta-awase) sobre determinados temas, y posteriormente se instauró la costumbre de concatenar estas composiciones, confiando las primeras 17 sílabas (maeku) a un autor, añadiéndose las otras 14 (tsukeku o waki) a otro poeta; el mismo proceso podría repetirse varias veces. En el renga cada línea se vincula únicamente con la inmediatamente anterior, reuniendo sus atmósferas y referencias estacionales y literarias para trasponerlas en una dirección inesperada. Como en el montaje de una película, la escena del renga cambia varias veces de lugar, estación y tono emocional. Ya se encuentran ejemplos de renga en el Man’yōshū, la primera colección poética japonesa, pero realmente se estableció como género en la segunda parte de la Edad Media japonesa (por ejemplo, la obra del poeta errante Sōgi), y alcanzó mayor popularidad en su versión cómica (haikai no renga o renpai) en el período Edo (1603-1868), típicamente como una serie de 36 líneas concatenadas (歌仙kasen). Bashō es el maestro indiscutible de este género, y su poético peregrinar, registrado en sus diarios, no es solo una oportunidad de inmersión en la naturaleza, sino que también sirve para difundir su estilo a través de la participación en sesiones poéticas por Japón.

El canto del gallo, los cascos del caballo鶏声馬蹄
Eran tres hombres de letras que hacían del propio viaje su casa, que pasaban la vida “entre el canto del gallo y los cascos del caballo” [23] . Son Saigyō (waka), Sōgi (Renga} y Bashō (haikai).
Saigyō murió a mitad de un viaje el día dieciséis del segundo mes lunar del sexto año del período Bunchi (setecientos cuatro años antes del año veintisiete de la era Meiji en la que nos encontramos ahora). Tenía setenta y tres años.
Sōgi murió el trigésimo día del séptimo mes lunar del segundo año del período Bunki (hace trescientos noventa y dos años), tras llegar a la frontera entre Suruga y Sagami. Tenía ochenta y dos años. Bashō murió durante un viaje el día doce del décimo mes del séptimo año de la era Genroku (hace doscientos años), en la casa de Hanaya en Ōsaka. Tenía cincuenta y un años. Unos trescientos años después de la muerte de Saigyō tenemos a Sōgi, y unos doscientos años después de Sōgi estuvo Bashō. Es como si hubiera una promesa silenciosa entre los que llegaron primero y los que llegaron después. Muy raro.
Como poeta de waka, Saigyō deambuló por todas partes bajo este cielo, y entre sus poemas hay muchos que celebran lugares famosos del pasado; como practicante de haikai, Bashō se movía como una ola de este a oeste, por lo que en su ku se revela a menudo la emoción del viaje, la visión de paisajes excepcionales. Solo Sōgi, siendo principalmente un poeta de renga, escribió algunos hokku durante sus viajes. Probablemente porque el renga sólo se dedica a conectar una serie de versos entre sí, por lo que le resulta difícil tomar como material el paisaje que tiene ante sus ojos.
Sōgi es un poco digno de lástima.
Originalmente Saigyō era un noble encargado de proteger el palacio imperial, luego tomó sus votos y se convirtió en poeta de waka errante. Bashō provenía de una familia de samuráis de bajo rango al servicio del señor de Tōdō, y, cambiando repentinamente de vida se afeitó la cabeza [24 ]y se convirtió en un poeta errante de haikai. En sus biografías, el carácter de ambos es muy similar. Quizás por esto Bashō tuvo un gran culto a Saigyō (algunos dicen que hasta en su estilo aprendió mucho de él).
En la obra de Bashō se alude a Saigyō o a sus poemas en varios momentos:

芋洗ふ女
西行ならば
歌よまむ

Imo arau onna
Saigyō naraba
uta yomamu

Una mujer lava patatas,
si fuera Saigyō
escribiria un poema

-.-

西行の
庵もあらん
花の庭

Saigyō no
iori mo aran
hana no niwa

Tal vez esto sea también
un retiro para Saigyō:
un jardín en flor

-.-

露とくとく
試みに浮世
すすがばや

Tsuyu toku toku
kokoromi ni ukiyo
susugabaya

El rocío que cae:
podría lavar con eso
este mundo de polvo

-.-

嘱よりは
海苔をば老の
売もせで

Kaki yori wa
nori o ba oi no
uri mo sede

Más que ostras,
es el nori lo que se vende
cuando se es viejo

-.-

西行の
草鞋もかかれ
松の露

Saigyō no
waraji mo kakare
matsu no tsuyu

Yo también colgaría
las sandalias de Saigyō
al rocío de un pino

-.-

西行上人像賛
Saigyō shōnin gasan
En homenaje a un retrato de Saigyō

 

すてはてて
身はなきもの
おもへども
雪のふる日は
さぶくこそあれ

Sutehatete
mi wa naki mono to
omoedemo
yuki no furu hi wa
sabuku koso are

Lo he abandonado todo,
también mi cuerpo:
y sin embargo
en un día en que cae la nieve,
tan sólo frío

Saigyō

-.-

花のふる日は
浮かれこそすれ

Hana no furu hi wa
ukare koso sure

En un día en que caen las flores
¡qué maravilla!

Bashō

Una parte de la Colección de la ermita de montaña [山家集Sankashū] [25] nunca faltó en la mochila de Bashō, y lo consideró una piedra preciosa. Incluso en un ku compuesto para la muerte de Bashō, encontramos escrito:

あはれさや / しぐるる頃の / 山家集
Awaresa ya / shigururu koro no / Sankashū
Escuchándolo todo: / bajo la lluvia de inverno / la Colección de la ermita

Yamaguchi Sodō

 

También hallamos cómo entre las frases de Bashō está escrito: «Mi alma se vuelve hacia el viejo Du zi mei [Du Fu], mi melancolía sigue el espíritu de Saigyō», y, claro, podemos entender cuál era su reverencia por él. [26]
Después de Saigyō, Bashō también admiró mucho a Sōgi.

世にふるも
さらに時雨の
宿りかな

Yo ni furu mo
sara ni shigure no
yadori kana

Recorrer el mundo:
la lluvia tambien cae
en este refugio improvisado

Sōgi

 

Es un poema compuesto por Sōgi durante su viaje a Shinano.
Bashō a su vez abrió un pobre paraguas con sus propias manos y compuso:

世にふるも
さらに宗紙の
やどりかな

Yo ni furu mo
sara ni Sōgi no
yadori kana

Pasando por el mundo
también bajo la lluvia
en el refugio de Sōgi

Bashō

 

Bashō, mirándose a sí mismo, debió pensar que las circunstancias de su vida eran similares a las de Sōgi, y reuniendo multitud de sensaciones dispersas compuso este ku.
Después de la muerte de Bashō, ya no había ningún talento de haikai, feliz de pasar su vida como un vagabundo.
Buson estuvo lo suficientemente cerca de este ideal, pero no cruzó montañas y ríos como Bashō, no disfrutó tanto de la tierra y el cielo.
Para expresarlo con uno de sus ku:

笠着て草鞋
はきながら
Kasa kite
waraji hakinagara
Con un sombrero
y sandalias en sus pies

 

芭蕉去って
その後いまだ
年くれず

Bashō satte
sono nochi imada
toshi kurezu

Bashō se ha ido
pero el año sigue
y tarda en terminar

Buson

 

Los textos 著書
Bashō no publicó ni un solo libro. Sin embargo, sus discípulos le procesan una enorme devoción y los que han comenzado a escribir son, en efecto, extraordinariamente numerosos. Tal como le pasó al Buda Shakyamuni, a Confucio, a Jesús: ellos mismos no escribieron nada, pero sus discípulos recopilaron libros sagrados. Hoy como ayer, en Oriente y en Occidente, se parece a sí misma la condición de los hombres que alcanzan tan inmensa gloria.
Hay unos libros titulados Las siete colecciones de haikai, que han tenido una difusión muy amplia. Una vez impresos, han tenido incluso más éxito que los sutras copiados como pruebas de fe. Las siete colecciones incluyen las antologías Días de invierno [Fuyu no hi 冬の日], Días de primavera [Haru no hi 春の日], Una calabaza [Hisago ひさご], El campo salvaje [Arano あら野], El impermeable del mono [Sarumino 猿蓑], Un saco de carbón [Sumidawara炭俵] y El segundo impermeable del mono [Zoku Sarumino 続猿蓑], y comenzaron a circular a partir del período An’ei (1772-81). Luego, entre la era Kansei (1789-1801) y la era Kyōwa (1801-1804) aparecen Adendas a Las siete colecciones de haikai y Fragmentos de Las siete colecciones de haikai, y finalmente en el undécimo año de la era Bunsei (1818-30), se publican Las siete nuevas colecciones de haikai. Por otro lado, dado que existen las Siete Colecciones de Kikaku, Siete Colecciones de Buson, Siete Colecciones de Chora, Siete Colecciones de Kyōtai, Siete Colecciones de Biwaen, Siete Colecciones de Michihiko, Siete colecciones de Otsuni y las Siete colecciones de haikai de hoy, para distinguirlas de todas las demás, Las siete colecciones de haikai quizás deberían llamarse Las siete colecciones de Bashō.
También hay muchos otros textos dedicados exclusivamente a Bashō: la Colección del barco atracado [Hakusenshit 泊船集], publicada en el undécimo año de la era Genroku (1698), y la Selección del ku de Bashō [Bashō kusen 芭蕉句選] son colecciones de su ku; La Colección de textos del Maestro Bashō [Bashō okina bunshū 芭蕉翁文集] y la Colección de haikai del Maestro Bashō [Bashō oleina haikaishū芭蕉翁誹譜集 ] publicados en el quinto año de la era An’ei (1772-81) reunieron sus escritos en prosa y sus renpai. En Los papeles descartados del viejo maestro [Okina hogo 翁反古] [Tercer año de la era Tenmei (1783), editado por Taigi] se ordenaron los haiku que no se habían transmitido a la posteridad, examinando los papeles dejados por el propio Bashō, mientras que Escritos en la manga de Bashō [Bashō sode zōshi 芭蕉袖草紙] [octavo año de la era Bunka (1811), editado por Kien] recoge principalmente sus renpai. Los nueve volúmenes de la Colección de hojas de haikai [décimo año de la era Bunsei (1827)] son una colección completa de la obra de Bashō, que obviamente incluye su haiku, renpai, su prosa, pero cubre con mucha precisión también toda su correspondencia, y recopila todos los documentos relacionados con Bashō. Sin embargo, el abandono de la investigación ha llevado a preferir solo la cantidad, y hay que decir que es lamentable que en esta obra queden mezclados muchos ku no compuestos por Bashō. El Compendio de explicaciones del ku del Maestro Bashō [Shōō kukai taisei 蕉翁旬解大成] [noveno año de la era Bunsei (1826)] presenta notas e interpretaciones de sus haikus, mientras que La estera de juncia para el camino hacia el Norte [Oku no hosomichi sugakomo shō] [An’ei 7 (1779)] es una versión comentada del Camino al Norte (Sendas de Oku). Pero incluso estas notaciones suelen ser arbitrarias y forzadas, y no son del todo fiables.
La bibliografía relativa a la biografía de Bashō es algo que estoy estudiando en este momento, pero los volúmenes que la componen no son muchos. La Biografía del anciano Bashō en imágenes y palabras [Bashō okina ekotoba den芭蕉翁絵詞伝] compilada por Chōmu en el quinto año de la era Kansei (1793) y La verdadera biografía del anciano Bashō [Bashō okina shōden 芭蕉翁正伝] compuestas por Chikuji en el décimo año de la era Kansei (1798) se consideran como textos de referencia, pero son más bien una chapuza. Precisamente el otro día estaba mirando el manuscrito de una biografía de Bashō recopilada por un tal Sōshei. Cronológicamente está muy detallada, pero no sé si existe en versión impresa. Y al fin tenemos hoy versiones impresas de las caligrafías de Bashō.
Al tiempo tengo un libro extraño aquí, se llama Escrito incompleto sobre el viejo Bashō. También se conoce como Crónica precisa de las palabras de Bashō en la casa de Hanaya o simplemente como Hanaya nikki [27]. Es un diario de los últimos días de vida de Bashō (compuesto por las crónicas de su muerte dejadas por Kikaku y los demás discípulos). Comienza el undécimo día del noveno mes del séptimo año de la era Genroku (1694), y viene a dar cuenta detallada hasta el funeral y el destino de las reliquias del maestro tras la muerte de Bashō. Se relata la continua alternancia de Inen, Jirobei, Shikō, Kyorai y otros al lado del lecho del maestro agonizante, y más que una crónica del estado de Bashō, de sus palabras o gestos, se relata sin descuidar nada las composiciones poéticas de los discípulos de Bashō o incluso las visitas de sus conocidos. En la primera lectura, es realmente como ver el final de un gran hombre con tus propios ojos. Realmente es un libro especial. Por cierto, ¿no fue acaso en 1811 cuando este libro llegó al grabado para la imprenta? Que después de cien años y más de la muerte de Bashō aún se conserven los pensamientos más íntimos de estas personas, les hubiera alegrado y engrandecido aún más a Bashō.

La era Genroku 元禄時代
En los tiempos actuales, se ha acuñado una nueva expresión: “la literatura de la era Genroku”. Si no te gustan ciertas personas que solo se refieren a las historias de Saikaku e incluyen en ellas la totalidad de la literatura producida en este período (1688-1704), entonces se convierte en un término muy útil. La era Genroku es la que finalmente solidifica los cimientos del régimen Tokugawa, en el que se establece la paz en todo el país, y en el que de hecho la literatura de la era Tokugawa realmente comienza a florecer.
En esta época hay tres genios literarios que han descendido a este mundo después de haber recibido algún don celestial. Estos tres grandes personajes nacieron aproximadamente al mismo tiempo, y cada uno de ellos dirigió su gran talento en una dirección diferente. ¿Quiénes son estos tres genios? El primero es Ihara Saikaku. El segundo Chikamatsu Monzaemon [Sōrin]. El tercero es Matsuo Bashō. Son los tres. Algunas cronologías indican -erróneamente- que los tres nacieron en el año diecinueve de la era Kan’ei (1642). Pero son Saikaku y Sōrin los que nacieron en el año diecinueve de la época Kan’ei, y Bashō nació en el primer año de la breve Shōhō (1644), por lo tanto hay al menos dos años de diferencia [aunque según otra teoría, el maestro Sōrin nacería en el segundo año del período Jōō (1953)].
Saikaku creó un nuevo género de narrativa. No imitó la ligereza y el idealismo reciente del otogizōshi [28], y no repitió las extravagancias y la inmadurez de los libros rojos y amarillos [29]. Para devolver lo que los ojos vieron y lo que los oídos escucharon tal como fue, usó un vocabulario extraordinario y una gramática muy simple. Sin embargo, es realmente una lástima que esas historias licenciosas se hayan puesto en papel de esta manera. Además, Saikaku no fue el primero en intentar reproducir fielmente las emociones humanas después de Genji Monogatari; para inaugurar este nuevo estilo estaba el Hachimonjiya [30], y no Saikaku. Sin embargo, hay que admitir que Saikaku recoge muchos elementos diferentes en el mundo de su narrativa.
Chikamatzu también ha creado un nuevo tipo de teatro. La antigua belleza del teatro Nō ya no podía adaptarse a los gustos del público en general, y los dramas basados en la figura de Kinpira [31] estaban llenos de exageraciones en las fantasías, y ya no eran suficientes para entretener los ojos y oídos de los hombres del mundo: Chikamatzu, efectivamente, reconcilió estos dos extremos con una mirada aguda y una lengua suelta, logró reproducir las emociones que marcan nuestra condición en este mundo y encomendárselas a los títeres. Trazar en líneas de luz las formas de un mundo lleno de mil cosas diferentes, y animarlas sobre el escenario: ahí es precisamente donde reside la gran habilidad de Chikamatzu.
Bashō también abrió el camino para la posteridad a un nuevo tipo de poesía y prosa. Su producción en este segundo género no fue tan abundante como en el primero, pero lo que se crea en colecciones como Prosa de nuestro tiempo [Fuzokū monzen] y El vestido de la codorniz [Uzurakoromo] [32 ]es un género de prosa diferente al cortesano escrito en la era Heian, de la epopeya bélica de la era Kamakura y Muromachi, de la literatura del jōruri: el haibun. Incluso Hiraga Gennai y la “prosa loca” [kyōbun] después del período Tenmei (1781-89) no pueden evitar ser influenciados indirectamente por el haibun.
Y así estos tres grandes personajes, nacidos más o menos al mismo tiempo, trabajaron en tres direcciones diferentes. Si examinamos en detalle sus obras, podemos decir que pueden tener varios defectos, pero no podemos olvidar que cada uno de ellos son los fundadores de una corriente literaria diferente. Debemos prestar especial atención a un punto en particular: los tres se han desviado tanto del ámbito de una literatura hecha de fantasías ridículas y disparatadas como del estilo prolijo y demasiado seco de los clásicos, y han reproducido la realidad de los sentimientos humanos usando el lenguaje de la gente. Cada uno de los tres difiere en su propia voz, pero los tres comparten el mismo matiz. Los extremos de estas ramas son diferentes, pero el tronco es uno. Aquí es donde reside la “literatura de la era Genroku”.

El haibun 俳文
De los tres, el gran Chikamatzu logró la gloria un poco más tarde. En cambio, Bashō y Saikaku se hicieron famosos en la misma época y murieron al mismo tiempo, por lo que hay varios aspectos similares en sus escritos. En lo que Bashō y Saikaku se parecen es en la ruptura con las reglas de la prosa clásica, la predilección por la brevedad y la sencillez, el intento de hacer todo lo posible sin palabras inútiles. En cambio, lo que los distingue es que Saikaku usa más la lengua vernácula [zokugo] mientras que en Bashō los términos chinos son más numerosos.
La prosa de Bashō surge de la de Chōmei, de la del romancero y de su personal genialidad. Desde la antigüedad, la prosa china ha sido la prosa china y la prosa japonesa la prosa japonesa: cada una pertenece a un ámbito totalmente distinto, y también sucedía que una misma persona componía prosa de dos maneras completamente diferentes. Chōmei había armonizado un poco estos dos extremos, y en el Taiheiki [33] están aún más cerca: incluso las diversas “baladas” han llevado a cabo este proceso, pero en última instancia, realmente solo se optó por utilizar muchas palabras chinas, de modo que en la composición de estos textos no hubo una distancia auténtica de la prosa japonesa clásica. En cambio, la prosa de Bashō no se limita sólo a utilizar este léxico extranjero, sino que también en la construcción de cada línea y de cada capítulo se filtra de manera distinta el aroma de estos textos chinos (en rigor, podríamos decir que envuelve todo el aire de la era Genroku). Por lo tanto, los lugares que Bashō dejó en el papel no son paisajes naturales, muy a menudo son la propia fantasía e ideal de Bashō: en particular, a menudo surgen de una visión del mundo taoísta y budista. Podemos tomar por ejemplo el comienzo de Nozarashi kikō [Diario de un esqueleto insepulto]:

Empiezo un viaje de mil leguas sin aprovisionarme, y bajo la luna de medianoche entro en el reino de la nada, dijo un hombre en otro tiempo [34]. Me apoyé en su mismo bastón, y en el primer año de la era Jōkyō, a principios de otoño, dejé mi choza del río. En la voz del viento sentí entonces un extraño frío.

Incluso en una primera lectura, podemos ver cómo su estilo es completamente diferente al de la antigua prosa japonesa. Al comienzo del Diario de Kashima [Kashima kikō] encontramos escrito:
[…] Mis compañeros de viaje eran dos: uno un samurái sin señor, el otro un monje errante. El monje vestía túnicas de un negro similar al manto de un cuervo, la bolsa con sus túnicas sagradas colgaba de su cuello, y, sobre sus hombros, un relicario en el que guardaba la imagen del Buda que regresaba de la montaña. Se fue por el mundo solo, dejando sonar su bastón, y nada obstruyó la puerta sin puerta de su camino. Yo, por mi parte, no soy ni monje ni hombre de este mundo: soy como un murciélago, a medio camino entre ser un ratón y un pájaro. Dice un dicho que en una isla sin pájaros los que vuelan son los murciélagos [35], y así desde el umbral de mi choza me subí a un pequeño bote, y llegué a un lugar llamado Gyōtoku.

Si fuera una prosa común, Bashō tendría al menos que haber escrito: “Había dos compañeros de viaje: uno era [にて] un samurái sin señor, el otro era [なり] un monje errante”. Por otro lado, a partir de la era Genroku, la prosa empieza a preferir esta mayor sencillez: por ello, Bashō también se adapta con naturalidad a este tipo de composición. Es así, en el momento en que las palabras se usan de la manera más hábil para acomodarlas en el sentido del haikai, vemos nacer el haibun. En el comienzo de Oi no kobumi [Pequeño escrito en la mochila] Bashō escribe:
En este cuerpo de cien huesos y nueve agujeros hay algo que, como nombre provisional, lo llamo Fūrabō (風羅坊) [36]. Y es como un trozo ligero de tela, que se rasga fácilmente con el soplo del viento. Todo ésto me condujo a la poesía, y al final decidí convertirla en el trabajo de mi vida. En muchas ocasiones me aburría y pensaba en abandonarla, otras veces he seguido adelante orgulloso de mis éxitos ante los demás. Batallando así nunca he permanecido quieto. Durante un tiempo pensé en hacerme un hueco en el mundo, pero la poesía me lo impidió: durante un tiempo traté de darle paz a esta locura con el estudio, pero luego desistí por la misma razón. Al final, sin talento y sin arte, solo me aferré a este único hilo.

No hay nada aquí en su enseñanza que no surja de los temas de Laozi y Zhuangzi, y no tiene sentido su exposición si no nos remontamos a la estructura de la prosa china. No veo otro ejemplo de un texto en el que la narración exponga un pensamiento filosófico en tal medida, y en el que una mezcla armónica con el tono de la prosa china sea tan extrema: se trata de una verdadera creación de Bashō.
Un año después de este diario, Bashō escribe el diario de viaje Oku no Hosomichi [El camino hacia el Interior], y encontramos pasajes como:
Los meses y los días son invitados que pasan por la eternidad, y los años van y vienen, también ellos son viajeros. La vida de alguien se aleja flotando en un bote mientras que alguien llega a la vejez conduciendo su caballo por el bocado: día a día viajan, y el viaje mismo es su hogar. Hay muchos hombres que murieron en el camino en los viejos tiempos. Pero yo también, desde hace cuántos años, estoy atrapado por ese viento que aleja una nube de las otras, y mis pensamientos no dejan de vagar. Después de vagar mucho tiempo por la costa, el otoño pasado en mi cabaña junto al río, barrí las telarañas ya viejas: el año también terminó poco después, y mientras la niebla primaveral se elevaba en el cielo pensé que cruzaría el paso de Shirakawa. Un espíritu insatisfecho está sobre mí y no da tregua a mi alma, el dios de las calles me susurra su invitación, y no tengo nada a lo que agarrarme de la mano: luego remendé los desgarros de mis pantalones, até un cordón nuevo a mi sombrero, y me preparé para el viaje quemando artemisa bajo mis rodillas. Con la luna de Matsushima ya colgada en mi corazón, dejé mi cabaña por otra y me trasladé al retiro de Sanpū.
[Desde el pasaje de principios de la primavera en adelante, hay varios puntos que se asemejan a la escritura de Saikaku]
[…] Ya se ha repetido demasiado, pero Matsushima es verdaderamente el lugar más hermoso de esta remota región oriental, digno del Lago Dongting o del Lago Oeste de Hangzhou. Abierta al mar hacia el sureste, la bahía tiene cinco kilómetros de ancho y se adentra en la corriente como la desembocadura del río Zhe. Las islas son innumerables, algunas apuntando hacia el cielo, otras agazapadas en las olas; algunas se superponen entre sí, dos o tres juntas. Las islas están más alejadas a la izquierda y se suceden a la derecha: unas emergen como sobre los hombros de otras, y otras se abrazan como si fueran sus queridos nietos.
Si comparamos estos dos fragmentos con otros anteriores, vemos que las impurezas en estas joyas son aún menores. Esto no solo se aplica a su haibun, el haikai de Bashō también cambia de la misma manera durante el mismo período.
Lo que se llama haibun normalmente no transmite esta sensación de fuerza solemne y antigua, pero el asunto es bastante más irónico. Considerando solo estos textos no podríamos hablar directamente del nacimiento del haibun, pero así como nació el haiku yendo más allá del waka, no cabe duda de que aquí también surge un género de prosa ajeno al antiguo estilo japonés. Los haibun producidos por los numerosos discípulos de Bashō tenían que diferir necesariamente de los que había escrito el maestro. Y es precisamente por eso que tienen principalmente un tono irónico: esos hombres nunca habrían sido capaces de componer prosa con la misma habilidad que Bashō, y ellos mismos ya sabían cuáles eran los puntos más o menos fuertes de su talento. Asimismo, encontramos haikus heroicos y majestuosos en Bashō, pero en su obra generalmente están ausentes.

Apéndice 補遺
Habría mucho que escribir sobre Bashō. Aquí he señalado los puntos en los que en un discurso crítico sobre su figura discrepo de muchos otros maestros: pero no disponiendo aquí del espacio para realizar un examen de su obra, por ahora trataré de mantener a raya la mía. Por lo tanto, enumeraré solo algunos puntos que aún deben abordarse, de manera muy genérica, y luego podré concluir mi desordenada cháchara.
♦ Matsuo Tōsei -su verdadero nombre es Munefusa- nació en Ueno, en la región de Iga, en el primer año de la era Shōhō (1644). Es el segundo hijo de Matsuo Yozaemon. A los diecisiete años entró al servicio del joven señor Tōdō Sengin [Tōdō Yōshitada]. En el tercer año de la era Kanbun (a los veintiún años), Sengin muere prematuramente: Bashō abandona la protección de Tōdō y llega a la antigua capital [Kioto], convirtiéndose en alumno de Kitamura Kigin. A los veintinueve años llega a Edo, apoyándose en la casa de Sugiyama Sanpū. En el otoño de sus cuarenta y un años deja la capital de Oriente y pasa por el Tokaidō, regresando a su pueblo natal de Iga; en el segundo mes [abril] del año siguiente parte de Iga y desde el camino Kiso cruza el camino Kōsher, volviendo a Edo. En este año ve la luna en Kashima. A los cuarenta y cuatro años, vuelve a Iga de nuevo. Al año siguiente va en peregrinación al santuario de Ise, luego ve la corte del sur en Yoshino y finalmente llega a Suma y Akashi. Viaja por el camino de Kiso, admira la luna en el monte Obasute y, por tercera vez, vuelve a Kioto. A los cuarenta y seis vuelve a salir de Edo, y pasando por Nikkō, Shirakawa y Sendai, disfruta del espectáculo de Matsushima, tomando luego la carretera que pasa de Kisakata de vuelta hacia la provincia de Hokuestu [Echigo], y pasando por Echizen, Mino, Ise y Yamato, regresa a Iga e inmediatamente llega a Ōmi. Al año siguiente hizo su ermita en Genjūan, “la morada irreal”, al este del monte Ishiyama. A los cuarenta y ocho años regresa a Iga, pasa un tiempo en Kioto y ya, a principios de invierno, regresa a Edo por cuarta vez. En el verano del cincuenta y uno, abandona la choza de Fukagawa y regresa a la antigua capital, deambulando entre Kioto y Mino. El séptimo mes lunar regresa a Iga, y en el noveno mes llega a Ōsaka. En el mismo mes cae enfermo y muere el día doce del décimo mes [28 de noviembre de 1694]. El cuerpo es llevado a Gichū-ji, en Ōmi y enterrado en el cementerio del templo.
♦ Bashō ha colocado su personal itinerante en muchas provincias del Este y en algunas del Oeste. Las diversas regiones por las que han pasado son: Yamashiro, Yamato, Settsu, Iga, Ise, Owari, Mikawa, Tōtōumi, Suruga, Kai, Izu, Sagami, Musashi, Shimousa, Hitachi, Ōmi, Mino, Shitano, Kōzuke, Shimotsuke, Ōshū , Dewa, Echizen, Kaga, Ecchū, Echigo, Harima y Ki’i, veintiocho en total.
♦ Bashō sacó a relucir el llamado “estilo correcto” (正風 shofū). Sin embargo, el terreno sobre el que prosperó el shofū no fue solo en el talento de Bashō: fue más bien el espíritu de la época lo que le hizo desarrollarse tanto. En la época del haiku de Teishitsu ya había elementos cercanos al shofū. Los haiku de Sōin, Kikaku, Saimaro y Tsunenori ya contenían los brotes de la shofū. Incluso aunque afirmemos que es en el momento de la compilación de los Días de Invierno y los Días de Primavera cuando nace el shofū, aun así, no es el solo Bashō quien lo crea, son todos sus discípulos quienes la construyen juntos. Y en efecto, para ello están no sólo los diversos discípulos de su escuela, sino también figuras que pertenecen a otras corrientes. De hecho, fue solo después del nacimiento del shofū que el ku de Bashō tomó gradualmente una estructura similar a las de la colección de Castañas vacías [Minashiguri]. El que todos estos hechos se mezclen y los documentos no sean cuidadosamente observados, hace que no quede claro cómo el ascenso repentino del shofū fue producto de un cambio espontáneo en el espíritu de la época, y que el mismo Bashō se limitó a actuar con rapidez haciendo que esta tendencia se manifestara plenamente.

♦ El haiku de Bashō solo toca lo que está a su alrededor. En otras palabras, o bien consiste en una emoción percibida subjetivamente por él mismo o es objetivamente limitado a paisajes, personas y hechos que se pueden ver y escuchar directamente. Sin duda hay algo de admirable en esto, pero descartar por completo esos escenarios ideales que escapan al alcance de la vista e ignorar hechos y personas más allá de su única experiencia, sin considerarlos nunca como material poético, hace que la mirada de Bashō sea mucho más estrecha (los poetas más antiguos son todos así). Sin embargo, Bashō fue un gran viajero y supo captar una infinidad de espléndidos temas poéticos a partir de su experiencia directa. Los maestros de haikai que le sucedieron no sólo se contentaron siempre con lo que ya tenían a su alrededor, sino que ni siquiera han compuesto poesía más allá de su experiencia concreta. Es decir, se apoyaron solo en el bastón de las enseñanzas dejadas por Bashō. Para las ranas que viven en un pozo, el cielo mide un metro de ancho. Te hace reír. Sólo Buson, doscientos años después, obtuvo material poético de su propia fantasía -una fantasía original, fluida, elegante y majestuosa en cada momento- y compuso a partir de ella haiku, desacreditando a todos los demás.
♦ El viejo maestro Meisetsu dijo que Bashō era un glotón, y probablemente por eso enfermó y murió. Como prueba, consideraba que en sus cartas escribía cosas como:
– Arroz glutinoso: un shō
– Soja negra: un shō
– Arare en proporción [37]
Para esta noche me gustaría tomar prestados estos suministros, Denkichi puede traerlos […] [Genroku 2, carta a Kyoriku].
Ahora mismo han llegado dos o tres invitados del campo. Tienes que sacar algo rápido, porque aquí no hay provisiones. Hace frío. Así que será el momento de preparar un caldo de fideos, y tienes un montón de sōmen. También me gustaría tomar prestados dos shōs de sake.

Además, se dice que la enfermedad que lo llevó a la muerte se produjo después de que comiera setas, por lo que ciertamente debe haber tenido un estómago debilitado. Estas cartas por sí solas no son suficientes para probar que Bashō comía mucho, pero aun así me hacen pensar que Meisetsu tenía razón y que su teoría tiene su propia lógica. Cuando una persona con fuertes pasiones no logra dirigir los deseos de la carne en otra parte, gradualmente descubre que tiene un apetito fuera de lo común. Bashō debe haber sido una de esas personas.
♦ Bashō nunca tuvo esposa. Y tampoco se sabe nada sobre mujeres o niños. ¿Bashō realmente respetó tan fielmente sus votos budistas? ¿O los informes sobre él omiten algo? Al final, nos queda la duda.
♦ Los maestros de haiku que vinieron después de Bashō estudiaron bien sus textos. También vemos que se ha llegado a tenerle una especie de adoración.
♦ Las declaraciones de Bashō sobre la poesía surgen en gran parte de los malentendidos y falsificaciones de Shikō y otros discípulos de Shōmon. A veces, incluso las que pueden considerarse auténticas son pueriles y no del todo lógicas, y no es seguro que hoy debamos insistir en ellas.
♦ Bashō explicó a sus discípulos como Confucio explicó a los suyos. No se dirigía a todos exponiendo una teoría absoluta, sino que observaba a quien tenía delante y exponía un método adecuado para él.
♦ Una vez, Bashō dibujó ¬un “retrato de ronquidos” como broma para Kyoriku. Bashō también poseía un gran sentido del humor. Era un hombre de mil cualidades.
♦ Durante el período Tenbō (1830-44) se compilaron libros con las ubicaciones de los pequeños monumentos que marcan el paso de Bashō por las distintas provincias. Obviamente, están los lugares a los que realmente fue Bashō, pero no faltan incluso las áreas más remotas de Kyūshū y Shikoku, están prácticamente en todas partes. Una vez que crucé Shinshū [hoy Nagano] pasé por estos monumentos de Bashō en el camino, y vi que en su mayor parte habían sido erigidos a partir de la época Tenbō (1830-44). Si intentáramos contar los monumentos a Bashō hoy en día en las más de sesenta provincias del antiguo Japón, estarían más allá de nuestra capacidad de medición.
♦ Durante el período Kanbun se llamaba a sí mismo Sōbō, durante el período Enbō y Tenna sus nombres eran Tōsei y Bashō. En un momento se escribió a sí mismo:

発句なり
松尾桃青
宿の春

Hokku nari
Matsuo Tōsei
yado no haru

Empezar la primavera
con un hokku
en casa de Matsuo Tōsei

Entonces, como había un bananero al lado de su choza en Fukagawa, sus discípulos comenzaron a llamarlo Bashō no okina: “el Viejo Maestro del Bananero”, y él tomó ese como su nombre artístico. Normalmente lo escribía en sílabas はせを. El hecho de que tranquilamente siguiera usando ese nombre nota cierto orgullo. En cuanto al seudónimo Tōsei, no está claro de dónde viene. Mi hipótesis es que en un principio Bashō quiso mostrar su admiración por el alma abierta y alegre de Li Bai, y que alterando el orden de los caracteres de su nombre, 李白 “ciruelo blanco”, obtuvo el nombre Tōsei 桃青 “verde melocotón”. En los años siguientes parece que Bashō ya no habla de Li Bai y estudia mucho a Du Fu, pero en ese año todavía es joven, sigue siendo seguidor de Danrin, y podemos pensar que más que Du Fu seguía estando atraído por Li Bai.
♦ La literatura japonesa tras la era Heian (particularmente el verso) ha caído durante setecientos años en seguir la moda (engo), la comedia ridícula y otras cosas sin sentido, y no ha habido nadie que haya logrado ir más allá de estas categorías y crear conceptos literarios reales. Llegada la caída de los Ashikaga y el comienzo de la era Tokugawa, la decadencia de la literatura alcanza su máximo, y waka, renga , haikai , la prosa en japonés, la poesía y la prosa en chino, es cada vez más frecuente y más torpe. El destino de la literatura, sofocada durante tanto tiempo por semejante manto de nubes, vuelve a mostrar su luz poco a poco a partir de la era Genroku. En haikai surge Bashō, en poesía y prosa en chino Mononobe [Ogyū] Sōrai, en waka Kamo no Mabuchi, en prosa japonesa Taira no Norinaga [Motoori Norinaga]: son ellos quienes dan un nuevo impulso a la literatura, cada uno en su campo, y por primera vez asistimos a la formación de ideas literarias auténticas en nuestro país (a partir de este momento desaparece el renga). Además, el primero en emerger y comenzar su obra de renovación entre estos hombres, el primero en realizar estas magníficas obras, es en realidad Bashō. En otras palabras, Bashō es el primero en inyectar magníficas e innovadoras ideas literarias en la literatura japonesa. Realmente no se le puede considerar como un mero maestro de haikai.

♦ ♦ ♦

(La obra de Saikaku y los antecedentes de Sōrin ya pueden ser llamadas un renacimiento literario: no obstante, si las miramos con los ojos de hoy, no podemos dejar de notar algún aspecto infantil, incompleto. Si observamos hoy toda la obra de Bashō, Sōrai o Mabuchi, nuestro respeto por ella ni siquiera es comparable).

ANEXO I
Vidas de artistas

Aquí informamos la lista de artistas ordenados según la duración de su vida, presentados por Shiki en el primer capítulo. Shiki solo recuerda su nombre en forma abreviada, aquí hemos agregado fechas de nacimiento y muerte y una breve nota biográfica.

Noventa años y más
TOSA MITSUNOBU 土佐光信 (1434-1535): pintor de estilo yamato-e, exponente de la escuela de Tosa.
FUJIWARA NO TOSHINARI 藤原俊成 (1114-1204): poeta y teórico de waka, padre de Fujiwara no Teika.
KATSUSHIKA HOKUSAI 葛飾北斎 (1760-1849): famoso pintor y grabador japonés, maestro del género ukiyo-e.

Ochenta años
FUJIWARA NO NOBUZANE 藤原 信 実 (1176-1265): poeta y pintor, famoso por su serie de retratos.
TOBA SŌJŌ鳥羽 僧正 (1053-1140): monje y pintor, autor de una famosa serie de caricaturas con animales antropomórficos.
KITAMURA KIGIN 北村 季吟 (1624-1705): filólogo y haijin del periodo Edo, alumno de Teitoku.
SESSHŪ 雪舟 (1420-1506): monje y paisajista, maestro de la pintura monocromática con tinta.
SHŌHAKU 肖柏 (1443-1527): maestro de waka y renga, alumno de Sōgi.
SŌCHŌ 宗長 (1448-1532): otro alumno de Sōgi, autor con él y Shōkaku de Minase Sangin (1488), una de las obras maestras del género renga .
YAMAZAKI SŌKAN山崎宗鑑 (1465-1553): autor de renga, y uno de los iniciadores de los primeros haikai.
KANŌ MOTONOBU 狩野 元信 (1476-1559): pintor, miembro de la escuela Kanō.
SAKURAI BAISHITSU 桜井梅室(1769-1852): uno de los tres maestros del haikai de la era Tenpō.
MATSUNAGA TEITOKU 松永貞徳(1571-1654): uno de los principales maestros de haikai, un poco anterior a Bashō, fundador de la escuela Teimon.
SÒGI 宗紙 (1421-1502): monje errante, poeta waka y figura destacada del renga.
YOKOI YAYŪ 横井 也有 (1702-1783): hombre de letras famoso por su haibun y el estudio del haikai.
NARITA SŌKYŪ 成田蒼虬 (1761-1842): maestro de haikai de la era Tenpō.
KYOKUTEI BAKIN 曲亭馬琴 (1767-1848): haijin y prolífico autor de prosa, a menudo ilustrado por Hokusai.
FUJIWARA NO TEIKA 藤原定家 (1162-1241): destacado autor y teórico waka .
lCHIJŌ KANEYOSHI一条 兼良 (1402-1481): anotador del Genji monogatari y poeta.
ŌSHIMA RYŌTA 大島蓼太 (1718-87): haijin de la escuela de Ransetsu, uno de los discípulos de Bashō.
KITSUSAN MINCHŌ 吉山 明兆 (1352-1431): monje zen y pintor del Tōfuku-ji de Kioto.

Setenta años
SATOMURA JŌHA 里村紹巴 (1525-1602): poeta de waka y anotador del Genji monogatari.
OZAWA ROAN 小沢蘆奄(1723-1801): hombre de letras, uno de los principales compositores de waka en el período Edo.
RAI KYŌHEI 賴杏坪 (1756-1834): Erudito neoconfuciano, también políticamente activo.
NISHIYAMA SŌIN 西山宗因 (1605-1682): maestro de haikai y fundador de la escuela Danrin (conocida por el humor popular, los juegos de palabras y el lenguaje vulgar).
SHIDA YABA 志太野城 (1662-1740): comerciante, discípulo de Kikaku y luego de Bashō. Uno de los principales discípulos de Shōmon, y más tarde maestro de haikai en Osaka.
ISHIKAWA MASAMOCHI 石川雅望 (1754-1830): maestro de ukiyo-e y kyōka, originario de Edo.
UEDA AKINARI 上田秋成 (1734-1809): escritor en prosa, célebre por los relatos fantásticos de los Cuentos de la lluvia y la luna. También activo como autor de haikai y waka.
KANŌ TSUNENOBU 狩野常信 (1636-1713): pintor de la escuela Kanō y autor de waka.
TANI BUNCHŌ 谷文晃 (1763-1841): pintor, exponente del estilo pictórico Nanga (pintura de escritores) y poeta.
ARAKIDA MORITAKE 荒木田守武 (1473 – 1549): maestro de renga del período Sengoku, activo junto con Sōkan entre los primeros autores de haikai.
GION NANKAI紙園南海 (1676-1751): poeta y pintor, entre los primeros exponentes de la escuela Nanga.
TOSA MITSUOKI 土佐光起 (1617-1691): pintor destacado de la escuela Tosa, cómplice del renacimiento de las ilustraciones inspiradas en el estilo de la era Heian.
KAGA NO CHŌJO 加賀千代女 (1703-75): monje y autor de haikai, alumno de Kagami Shikō.
KAGAWA KAGEKI 香川景樹 (1768-1843): poeta waka activo en Kioto.
HANABU SAICHŌ 英一蝶 (1652-1724): pintor en su juventud que se convirtió en poeta haikai , conoció a Bashō. Famoso por su frecuentación de Yoshiwara, el barrio de placer de Edo.
KAMO NO MABUCHI 賀茂真淵(1697-1769): poeta y filólogo, uno de los grandes exponentes de los “estudios nacionales” (kokugaku) del período Edo. En particular, fue estudioso de la colección poética japonesa más antigua, el Man’yōhū, actividad que también influyó en su producción poética de estilo arcaico.
KAMEDA BŌSAI 亀田鵬斎 (1752-1826): poeta, calígrafo y pintor de la escuela Nanga.
KANŌ TANYŪ 狩野探幽 (1602-74): pintor de la escuela Kanō, se convirtió en el artista oficial del shogunato.
CHIKAMATSU MONZAEMON 近松門左衛門 (1653-1725): uno de los más grandes dramaturgos japoneses, famoso por obras diseñadas para el teatro de marionetas (jōruri) y kabuki.
MOTOORI NORINAGA 本居宣長 (1730-1801): filólogo e intérprete de clásicos japoneses, fue un destacado exponente de los estudios de literatura nacional en Japón. Trabajó en particular en las crónicas mitológicas de Kojiki y en el Genji monogatari.
KATŌ CHIKAGE 加藤千蔭 (1735-1808): filólogo y poeta, trabajó con Norinaga en un comentario del Man’yōhū.
SHINKEI 心敬 (1406-1475 ): monje de la escuela Tendai, poeta de waka y renga.
EJIMA KISEKI 江島其積 (1666-1735): autor de jōruri y cuentos del mundo flotante (ukiyozōshi).

Sesenta años
JIPPENSHA IKKU 十返舎一九 (1765-1831): autor prolífico de prosa humorística y viajes en la era Edo.
SAKAI HŌITSU 酒井抱一 ( 1761-1829): haijin, maestro del té y pintor, influenciado por la obra de Ogata Kōrin.
NAKANOIN MICHIMURA 中院通村 (1588-1653): noble, pintor y calígrafo.
KAGAMI SHIKŌ 各務支考 (1665-1731): una de los diez principales discípulos de Bashō, tras su muerte continuó organizando trabajos teóricos y filosóficos sobre el haikai como género literario.
YOSA BUSON 与謝蕪村 (1716-84): después de Bashō el segundo gran autor de la historia del haikai, iniciador del renacimiento del género en el siglo XVIII. También fue un pintor de talento.
YAMAZAKI YOSHISHIGE 山崎美成 (1796-1856): autor de prosa del período Edo.
TAKEDA IZUMO 竹田出雲 (1691-1756): dramaturgo, autor de textos para jōruri.
SHIBUKAWA SHUNKAI 渋川春海 (1639-1715): literato , maestro de go y astrónomo.
KOBAYASHI ISSA 小林一茶 (1763-1828): hoy considerado como el el tercer gran poeta de haikai después de Bashō y Buson.
YASUHARA TEISHITSU 安原貞室 (1610-73): estudiante de Matsunaga Teitoku y principal exponente de la escuela Teimon.
KI NO TSURAYUKI 紀貫之 (872-945): poeta de la era Heian, compilador de la colección imperial Kokinwakashū (905) y autor del Tosa nikki.
KEICHŪ 契沖 (1640-1701): monje Shingon, filólogo y poeta.
NODA TEKIHO 野田笛浦 (1799-1859): estudioso confuciano del período Edo.
MORIKAWA KYORIKU 森川許六 (1656-1715): uno de los diez principales discípulos de Bashō. También fue un pintor apreciado por el mismo maestro.
RYŪTEI TANEHIKO 柳亭種彦 (1783-1842): autor de poesía y prosa cómica.

Cincuenta años
CHIKAMATSU HANJI 近松半二(1725-1783): dramaturgo, discípulo de Chikamatsu Monzaemon y más tarde director de su escuela.
TANOMURA CHIKUDEN 田能村竹田 (1777-1835): pintor de la Escuela Nanga y autor en prosa.
ONO NO OTSŪ 小野お通 (1568-1631): dama de la corte sho gunale y autora de jōruri.
SHŌKADŌ SHŌHŌ 松花堂昭乗 (1582-1639): Monje Shingon y calígrafo.
TAKARAI KIKAKU 宝井其角 (1661-1707): el más famoso de los diez grandes discípulos de Bashō: conocido por la gran vitalidad y tono de su obra, incluso en oposición a la sobriedad de Bashō.
TAKEBE RYŌTAI 建部凌岱 (1719-1774): monje y haijin, también fue un pintor de talento.
SANTŌ KYŌDEN 山東京伝 (1761-1816): uno de los principales autores de la literatura de entretenimiento (gesaku) de la era Edo.
TOSA MITSUNORI 土佐光則 (1583-1638): pintor de la escuela Tosa, uno de los mayores exponentes del estilo yamato-e.
OGATA KŌRIN 尾形光琳 (1658-1716): pintor de la escuela Rinpa, famoso por sus lacados y el uso del pan de oro.
HATTORI RANSETSU 服部嵐雪 (1654-1707): uno de los diez principales discípulos de Bashō, después de su muerte fundó una propia escuela, compitiendo con Kikaku como el mayor haijin de Edo .
IKE NO TAIGA 池大雅 (1723-1776): pintor de la escuela Nanga, autor con Yosa Buson de la colección de ilustraciones Diez cosas útiles, diez cosas bellas (1771).
KAYA SHIRAO 加舎白雄 (1738-1791): haijin del periodo Edo, gran admirador de Bashei.
RAI SAN’YŌ 頼山陽 ( 1781-1832): historiador, erudito confuciano y poeta.
IHARA SAIKAKU 井原西鶴 (1642-93): autor de prosa (a menudo con un tema erótico), también famoso como hajin de la escuela Danrin, fue uno de los más grandes escritores de la era Genroku.
MATSUO BASHŌ 松尾芭蕉 (1644-1694): el poeta de haikai más famoso, protagonista absoluto de Bashō en fragmentos de Shiki y otros innumerables textos.

Cuarenta años
SHIMIZU HAMAOMI 清水浜臣 (1776-1824): médico, erudito literario y poeta waka.
WATANABE KAZAN 渡辺宰山 (1793-1841): erudito, político y pintor, con un estilo que mezcla influencias occidentales y pintura japonesa.
SHIKITEI SANSA 式亭三馬 (1776-1822): autor en prosa e ilustrador de ukiyo-e.
KŌNO RIYŪ 河野李由 (1662-1705): monje y haijin, conoció a Bashō en vida y tras su muerte colaboró con Morikawa Kyoriku en la recopilación de sus máximas.
NAGASAWA ROSETSU 長沢芦雪 (1754-1799): pintor del período Edo tardío, conocido por su estilo peculiar, que mezcla el detalle, las primeras influencias occidentales y la rápida ejecución de la pintura zen.
NAITŌ JŌSŌ 内藤丈草 (1662-1704): monje zen, uno de los diez principales discípulos de Bashō.
HIDARI JINGORŌ 左甚五郎 (1584?-1644): arquitecto y escultor, construyó el mausoleo de Ieyasu Tokugawa en Nikkō.

Treinta años
RŌKA 浪化 (1672-1703): monje de la secta Jōdo Shinshū, posterior discípulo de Mukai Kyorai.
KAWASAKI SHIGETAKA 川崎重恭 (1798-1832): erudito, compiló una colección de trajes típicos del período Edo.

Veinte años
MINAMOTO NO SANETOMO 源実朝 (1192-1219): último shōgun del clan Minamoto, fue depuesto muy joven y se dedicó a la poesía bajo la dirección de Fujiwara no Teika, mostrando un notable talento. Fue asesinado a la edad de veintinueve años por su sobrino Yoshinari.
FUJIWARA YASUYOSHI 藤原保吉 (1760-1784): haijin, fue alumno de Kaya Shirao.

ANEXO II
La escuela de Bashō y otros artistas

En su ensayo Shiki cita numerosas figuras del mundo del haikai de la época de Bashō, haijin sucesivos así como a los literatos que les precedieron. En este anexo se recogen sus nombres y una mención biográfica.

Los “diez sabios” de la escuela de Bashō: (蕉門十哲)
La tradición asiática ha llevado a menudo, argumenta el propio Shiki, a reunir en torno a un maestro a muchos discípulos de talento. En una referencia casi seria a los “diez sabios” (十哲) que estudiaron con Confucio, a los diez alumnos con más talento de la escuela de Bashō también se les conoce a menudo con este epíteto. Cada uno de ellos tiene méritos poéticos y literarios diferentes, y su obra ha tenido fortuna dispar (tanto que no todos se ponen de acuerdo en los nombres de esta lista): cada uno de sus nombres, sin embargo, permanece indisolublemente ligado al del maestro Bashō.

TAKARAI KIKAKU 宝井其角 (1661-1707)
Hijo de un médico de Edo, conoció a Bashō a través de su padre ya en los primeros años de su estancia en la capital, y pronto se convirtió en su discípulo: se distinguió tanto por el talento como por la la gran diferencia en la personalidad del maestro. Kikaku ama la comida, el sake (morirá a los 47 años, probablemente por esta costumbre), y en el haikai prefiere ambientes llenos de vida y movimiento. La poesía de Kikaku está ambientada en el mundo burgués de la metrópolis, no desdeña los temas vulgares más cercanos al primer haikai, y a menudo hace gala de su gran capacidad técnica – en esto, sin embargo, es el polo opuesto a la fascinación de Bashō por la vida esencial de taoístas y budistas que se recluyen, y su propensión al ideal estético del sabi (soledad y pátina del tiempo). A la muerte de Bashō, con quien a lo largo de los años había habido cierta tensión por estas diferencias poéticas, se convirtió en el maestro de haikai más importante de Edo, y fundó la escuela conocida como Edo-za.
Las marionetas golpean / sus tambores: / los cerezos están en flor

HATTORI RANSETSU 服部嵐雪 (1654-1707)
Originario de Awaji, fue un fiel discípulo del estilo Bashō. De joven era un visitante frecuente de los distritos de ocio de Edo; en el mismo período, sin embargo, conoció a Bashō y se convirtió en su alumno ya en 1673, siendo de los primeros en unirse a su escuela. A los veintiséis años vio aparecer sus obras en algunas de las primeras antologías de la escuela Bashō (Castañas vacías). Seguirá estando muy cerca del maestro, quien comparará a él y a Kikaku con un sauce y una flor de cerezo: lo que es típico de Ransetsu es de hecho una belleza serena y austera, más cercana a la melancolía. A la muerte de Bashō toma los votos budistas, pero desde su ermita sigue componiendo poesía y “La choza de Ransetsu” será, junto con la escuela Kikaku, quien lleve el control del haikai en Edo.
Una hoja cae, / otra en cambio / vuela en el viento

MORIKAWA KYOROKU 森川許六 (1656-1715)
Morikawa Kyoroku (o Kyoryoku) fue uno de los exponentes de la escuela Bashō de Ōrni (hoy Shiga, es la provincia alrededor del lago Biwa, no lejos de Kioto). Samurai empleado al servicio de un daimyō local, li Naosumi, Kyoriku estudia esgrima, poesía china y pintura (al estilo de la escuela Kanō). Se acerca al haikai solo más tarde, primero estudiando el estilo Danrin y luego con Esa Shōhaku, un maestro local de Shōmon. Fue a Edo en 1691 y estudió tanto con Ransetsu como con Kikaku, y finalmente conoció a Bashō. Él le dio su nombre de haijin: el seudónimo Kyoriku 許六 se refiere literalmente a las “seis artes” dominadas por Morikawa. Bashō le da a Kyoriku sus lecciones durante solo diez meses, pero también estaba contento de aprender técnicas de pintura de él. Bashō recuerda un diálogo entre ellos sobre el tema en uno de sus haibun, Palabras de saludo a Kyoriku: «“¿Por qué te gusta pintar?” le pregunté. “¡Por la poesía!” “¿Y por qué te gusta la poesía?”“ ¡Por la pintura!”» Y así las dos artes tienen un solo uso. Un verdadero caballero debe evitar sobresalir en demasiadas cosas diferentes: por lo tanto, es loable tomar dos talentos y convertirlos en uno. Después de la muerte de Bashō, Kyoriku continúa su trabajo en Ōrni y afirma haber recibido información secreta sobre el verdadero significado de la poesía del Maestro.
El compilador de Fūzoku monzen 風俗文選, una colección de haibun de Bashō (1706), editó junto con Kyorai otro documento central sobre la poética de Shōmon, el Haikai mondō (Diálogo sobre haikai, 1697).
Diez pasteles de arroz / contando los más pequeños / viento de otoño

MUKAI KYORAI 向井去来 (1651-1704)
Kyorai nació en una familia de samuráis en Nagasaki. Inicialmente recibe una educación militar, pero a la edad de veintitrés años renuncia al rango de samurái y comienza a dedicarse a la poesía: en 1684 conoce a Takarai Kikaku, quien le presenta a Bashō.
Es otro de los discípulos de Bashō que vive lejos de Edo: Kyorai vive en una pequeña casa al oeste de Kioto. Se dice que un otoño pensó en vender los frutos de caqui cultivados en su pequeño jardín, pero la noche de antes de venderlos, el viento los había tirado todos; el episodio le recordó el poco sentido que tenía preocuparse por asuntos materiales, y bautizó su morada como Rakushisha, “la Casa de los Caquis Caídos”.
En 1691 el propio Bashō será su invitado en Rakushisha, donde escribirá el Diario de Saga. Kyorai es el compilador de dos de las colecciones poéticas de Shōmon, Arano (1689) y Sarumino (junto con Bonchō, 1691), y de la que ahora se considera la colección más fiel de las enseñanzas de Bashō, las Notas de Kyorai (Kyoraishō, 1702).
Frescor: / más allá de la lluvia torrencial / la sombra del atardecer

KAGAMI SHIKŌ 各務支考 (1665-1731)
Originario de la prefectura de Mino (hoy Gifu), durante su infancia fue aprendiz en un templo zen local, el Daichi-ji. A los diecinueve años volvió al laicado (manteniendo hábitos y actitudes monásticas) y comenzó a viajar y a completar su aprendizaje poético y filosófico. Shikō ingresa en la escuela de Bashō tras conocerlo en Ōrni en 1690 y lo sigue hasta Edo al año siguiente. Poco tiempo después, se compila la primera colección de anécdotas y discusión crítica del Shōmon, Bosque de pinos y kuzus (Kuzu no matsubara, 1692).
Shikō se destaca rápidamente por su tratamiento teórico, incluso más que por su producción poética: discutirá a menudo con otros discípulos de la escuela, y es recordado por carácter difícil. Al morir Bashō, Shikō comienza a viajar por Japón recogiendo y ordenando las cartas del maestro y elabora su propia teoría filosófico-poética, centrada en el concepto de kyojitsu 虚実, una particular mezcla de lo real y lo inventado dentro del lenguaje poético (Otros cinco ensayos sobre haikai, 1699, y más tarde Diez ensayos sobre haikai, 1719). Para dar fuerza a sus posiciones teóricas, Shikō explotará su trabajo de recopilación de los papeles de Bashō, para falsificar documentos y atribuir al maestro el núcleo de su producción filosófica.
El Viejo Maestro me dijo: “haikai no es más que mentir de la manera correcta, pero no hables de esto con aquellos que no saben lo que es verdadero y falso, con aquellos que no entienden completamente lo que es haikai” (Diez ensayos sobre haikai, IV).

NAITŌ JŌSŌ 内藤丈草 (1662-1704)
Nació en el seno de una familia de samuráis en la prefectura de Owari (hoy Aichi) y su infancia estuvo marcada por la muerte prematura de su madre. Se forma en el estudio de los clásicos chinos y del zen: desde muy joven se ve obligado a enfrentarse a problemas de salud y pérdida del estatus de la familia: abandonó entonces el rango de samurái en 1688, y al año siguiente, gracias a la amistad con Kyorai, se convierte en discípulo de Bashō. Continúa dedicándose tanto al haikai como al zen: se tralada al templo Gichū-in (Saga), pero estará junto a Bashō durante su viaje al área de alrededor de Kioto. Es el discípulo de Bashō que más plenamente toma la idea del sabi, pero también sabe dotar a su poesía de una sutil ironía. Es autor de una colección de ensayos en prosa, Durmiendo sobre la hierba (1693), y del epílogo de la colección Sarumino. Es uno de los discípulos que más tiempo llora la muerte de Bashō (se dice que guardó un luto de tres años), y sin dejar de ser una personalidad poética de gran importancia, pasa los últimos años de su vida en una intensa actividad religiosa: la enfermedad empeora progresivamente, y muere con apenas cuarenta y dos años.
Granizada: / cae desde el fondo / de la soledad

SUGIYAMA SANPŪ 杉山杉風 (1647-1732)
Nacido en Edo, en el distrito de Nihonbashi, Sanpū era un comerciante exitoso: el comerciante oficial de pescado del gobierno del shogunato, y poseía una gran cantidad de tierra en el área adyacente al río Fukagawa. Conoció a Bashō poco después de su traslado en busca de fortuna a Edo, y es uno de sus primeros y más fieles discípulos (probablemente ya en 1678). Sanpū usó sus contactos para conseguirle a Bashō un breve empleo como trabajador de obras hidráulicas en Kanda (1678-80), y, sobre todo, le regaló la cabaña de Fukagawa que se convertirá en su hogar poético y en el origen del seudónimo Bashō, inspirado en el plátano de su pequeño jardín. Incluso al comienzo del ya mencionado viaje de 1689 el Camino al norte (Oku no hosomichi) Bashō se hospedó en la casa de Sanpū. En 1694, el shōgun Tokugawa Tsunayoshi se volvió obsesionado con los animales, y además de promulgar edictos en defensa de los perros, también cierra el mercado oficial de pescado de Sanpū, que sin embargo tiene medios suficientes para seguir viviendo una vida cómoda. Sus composiciones están incluidas en muchas colecciones de Shōmon, pero tras la muerte del maestro surgen algunos celos con los dos discípulos restantes en Edo, Kikaku y Ransetsu. Muere a los ochenta y seis.
Mi puerta de paja: / tu viaje comienza / bajo la sombra de las flores

SHIDA YABA 志太野壊 (1662-1740)
Originario de la provincia de Echizen (hoy Fukui); parte todavía joven para Edo, donde trabaja como cambista para Mitsui Echigo-ya, una empresa comercial que realiza este servicio para el shogunato. Yaba rápidamente se convierte en el contratista principal, y en el mismo período comienza a estudiar haikai primero con Kikaku y luego con el propio Bashō. Su obra está incluida en la colección Otras castañas vacías, y es uno de los compiladores de la antología Un saco de carbón (1694). Tras la muerte de Bashō, primero se trasladó a trabajar a Nagasaki (1698- 1701) y desde 1704 estuvo en Osaka, donde se convierte en autoridad del Shōmon local. Luego seguirá viajando por el oeste de Japón, en Shikoku y Kyūshū, reuniendo a nuevos estudiantes. Su estilo está marcado por la idea del karumi, “ligereza”, que Bashō elaboró en el último período de su actividad poética y considera que es el punto más alto de su búsqueda.
Comienza el otoño:/ al terminar el trueno / el canto de un gorrión

OCHI ETSUJIN 越智越人 (1656-1739?)
Originario de la provincia norteña de Echigo (hoy Niigata), se mudó a Nagoya y pasó a formar parte del mundo del haikai local; marcha con Bashō en el viaje que será el punto de partida del Diario de Sarashina, y se queda con él en Edo. Aquí participa en encuentros de poesía como Treinta noches en la cabaña de Bashō, organizado en honor a su regreso, y se convierte en parte del mundo del haikai local . Bashō le envió este retrato suyo en una carta: «Jūzō de la provincia de Owari se llama Etsujin, nombre que proviene de su lugar de nacimiento. Ahora se esconde en la ciudad, pero solo para abastecerse de comida y bebida. Si trabaja dos días, se divierte otros dos; si el trabajo dura tres, tiene tiempo para otros tres días buenos. Le encanta el vino y recita La Saga de Heike cuando está borracho. ¡Un muy buen amigo, por cierto!».
El sonido de una carpa / sobre agua oscura / una ciruela blanca

TACHIBANA HOKUSHI 立花北枝 (1665? -1718)
Nacido en Kanazawa, no se sabe exactamente cuándo, proviene de una familia de artesanos especializados en el pulido de espadas. Es uno de los haijin más importantes de las provincias del norte, y se une al Shōmon relativamente tarde, mientras que Bashō hace escala en Kanazawa en su viaje al norte de Japón, cuenta en El sendero por el Norte (1689), y parte con él desde Kanazawa llegando a Matsuoka (hoy Fukui). De vuelta a Kanazawa, en 1690 sufre el gran incendio que arrasa la ciudad y quema su casa: escribirá un hokku elogiado por el propio Bashō y luego incluido en la colección Sarumino .
Todo está en llamas: / pero los cerezos en flor / ya habían caído

Otros artistas mencionados por Shiki

AMANO TŌRIN 加藤桃隣 (1773-1806): haijin de Edo en contacto con Bashō, colaboró en la compilación del Sumidawara y le presentó Kyoriku.
CHIKUJI 竹二 (1760-1835): haijin y samurái de bajo rango originario de Namegawa, estudió medicina en Edo y se convirtió en médico oficial del señor de Tōdō. En 1798 compiló la biografía Verdadera vida del anciano Bashō.
CHŌMU 蝶夢 (1732-1795): monje y haijin. Originario de Kioto, en 1740 ingresó en el templo Hōkoku-ji (de la escuela de la Tierra Pura). Comenzó a estudiar haikai desde muy joven, y fue uno de los protagonistas del renacimiento de Bashō: organizó una importante celebración en el centenario de su muerte, y compiló una colección de sus hokku, una de sus prosas y otra con sus poesías colectivas y sus aforismos.
ESA SHŌHAKU 江左尚白 (1650-1722): haijin y médico, nacido en Ise pero pronto se trasladó a Ōmi. Inicialmente discípulo de Teimon, conoció a Bashō durante su viaje al Oeste en 1685 y entró en el Shōmon. Se volverá uno de los representantes de Bashō en la región, y acercará a Kyoriku a la poética de la escuela.
HIROSE INEN 広瀬惟然 (1648-1711): haijin, discípulo de Bashō. Nació en la provincia de Mino (hoy Gifu) en una familia de productores de sake; trabajó en Nagoya como comerciante, pero a los treinta y nueve deja a su esposa e hijos para tomar los votos budistas. Conoce a Bashō tras su regreso del viaje al Norte, y se mudará con él a Kansai, permaneciendo cerca de él en los últimos años de su vida y en el momento de su muerte.
IWATA RYŌTO 岩田涼菟 (1659-1717): originario de Ise, colaboró con Kikaku en Edo y luego mantuvo estrechas relaciones con Shikō, fundando una escuela de haikai en Ise.
JIROBEI 次郎兵衛 (? -?): Jirobei es uno de los personajes asociados a la vida de Bashō: no fue un poeta, sino uno de sus más fieles seguidores, desde temprana edad y hasta la muerte de Bashō, tanto que algunos intérpretes han pensado en un vínculo de sangre.
KAKIMOTO NO HITOMARO 柿本人麻呂 (660-724): aristócrata y poeta de la era Asuka, es una de las personalidades más influyentes de la poesía japonesa temprana y uno de los autores más reppresentados en el Man’yōshū, tanto para tanka como para la forma mas antigua del poema largo (la chōka).
KAMO NO CHOMEI 島長明 (1155-1216): poeta y autor de prosa. Nacido en Kioto, en el seno de la familia encargada de gestionar el santuario de Shimogamo, en 1204 a pesar del apoyo del ex-emperador Go-Toba, perdió su cargo por problemas políticos: así que hizo los votos budistas y se retiró a una pequeña choza en Hino. Aquí escribe su obra maestra en prosa, Memorias de una ermita, y el tratado de poesía Notas sin nombre (Mumyōshō).
KATŌ KYŌTAI加藤暁台(1732-1792): nacido en una familia de samuráis de Nagoya, junto con Buson fue uno de los protagonistas de un renacimiento del haikai inspirado en Bashō, reeditó las Notas Kyorai.
KAWAI OTOKUNI 河合乙州 (1675-1720): haijin originario de la zona de Kioto: hacia 1680 fue alumno de Esa Shōhaku, y en 1689 conoció a Bashō, con quien pasó un tiempo en Gichū-ji y en la Morada Ilusoria. Es considerado como uno de los estudiantes que mejor capta la idea del karumi.
KAYA SHIRAO 加舎白雄 (1738-1791): haijin originario de Fukagawa, fue junto a Buson y Ryōta uno de los protagonistas del renacimiento del haikai de la era Tenmei (1780-1789). También famoso por su admiración por Bashō y por su tratado de introducción al haikai, el Haikai sabishiori.
KŌNO RIYŪ 河野李由(1662-1705): monje y haijin, fue exponente del Shōmon en Ōmi. Conoció a Bashō en 1691, durante su visita a la Casa de los caquis caídos (Rakushisha) de Kyorai, cerca de Kioto. Fue muy cercano a Morikawa Kyoriku y compiló varios textos del Shōmon con él, incluida la colección de prosa Fūzoku monzen y el tratado poético El sacerdote de Uda (1701).
KUJŌ YOSHITSUNE 九条良経 (1169-1206): noble y poeta de la familia Fujiwara que vivió entre Heian y Kamakura, fue regente imperial de 1202 a 1206. En 1205 escribió el prefacio del Shinkokinshū, y 79 de sus waka están incluidos en la antología.
MIZUTA MASAHIDE 水田 正秀 (1657-1723): haijin del período Edo nacido en una familia de samuráis, estudió primero con Esa Shōhaku y luego con el mismo Bashō: construirá una ermita poética, la Cabaña Sin Nombre, en el templo Gichū-ji en el área de Shiga, que se convertirá en uno de los centros del haikai local .
MONONOBE SŌRAI 物部祖棟 (1666-1728): más conocido como Ogyū Sōrai, fue el mayor erudito confuciano de la era Tokugawa. Para Sōrai, el estudio de los clásicos chinos, su lengua y su historia política, es la respuesta a la necesidad de renovación del régimen político japonés.
MOTOORI NORINAGA 本居宣長 (1730-1801): nacido en Ise, estudió medicina y literatura en Kioto. Norinaga fue el principal filólogo y teórico del lenguaje de la era Tokugawa: su trabajo se centra en el análisis y la exégesis de clásicos japoneses como el Kojiki y el Genji monogatari, incluso en oposición a los modelos culturales chinos.
NAITŌ MEISETSU 内藤鳴雪 (1847-1926): haijin y político originario de Matsuyama, fue conciudadano de Shiki y su maestro.
NAKAGAWA OTSUYŪ 中川 乙由 (1675-1739) : haijin originario de Ise, en contacto con Bashō y Shikō y luego alumno de Iwata Ryōto.
NISHIYAMA SŌIN 西山宗因 (1605-82): haijin, nacido en una familia de samuráis de Higo (hoy Kumamoto, Kyūshū) se traslada a Kioto siendo aún joven para estudiar poesía por sugerencia del señor feudal Katō Masakata. Tras convertirse en maestro de renga en Osaka, disfrutó de un éxito considerable y más tarde fundó su propia corriente de haikai, el Danrin. El estilo Danrin se caracteriza por la libertad formal, la pasión por los juegos de palabras y una métrica anómala, con mayor atención aún a los temas más populares y al humor que los haikai anteriores. Ihara Saikaku fue discípulo de Danrin, y la escuela ejerció una influencia considerable sobre el propio Bashō.
NOZAWA BONCHŌ 野 沢凡兆 (1640-1714): haijin, probablemente nativo de Kanazawa, fue otro de los principales discípulos del Shōmon (a veces figura entre los “diez sabios”). Se mudó a Kioto y estudió como médico, y conoció a Bashō en 1988, convirtiéndose en su discípulo y mostrando un talento notable. Su esposa Tome también era una haijin de talento, y su trabajo está incluido en las antologías El campo salvaje y El impermeable del mono, compiladas por Bonchō junto con Kyorai. Pronto se aleja de la escuela de Bashō, y los últimos años de su vida se trastocan cuando en 1701 tras un asesinato es encarcelado: después de cumplir su condena, se traslada a Osaka y muere en la pobreza.
ŌSHIMA RYŌTA 大島募太 (1718-87): haijin, originario de Shinano, uno de los autores del renacimiento del haikai de la era Tenmei. Se traslada a Edo y trabaja para el gobierno del Shogunato como experto textil. Comenzó a estudiar haikai en 1740, y en 1742 volvió sobre los pasos de Bashō siguiendo su itinerario del Camino del Norte. Es el autor de Explicación del ku de Bashō (1759).
OZAWA NANIMARU 小沢何丸 (1761-1837): médico, erudito literario y haijin de Shinano (ahora Nagano), fue alumno de Ozawa Roan; compiló el Gran Espejo de las Siete Colecciones, una colección comentada de antologías de haikai, y el Compendio de Explicaciones del Ku del Maestro Bashō (1826).
SAIGYŌ 西行 (1118-1190): noble, monje y poeta que vivió entre los períodos Heian y Kamakura. Abandonar el rango de noble después de haber estado al servicio del ex-emperador Go-Toba con tan solo veintitrés años, en un periodo de incertidumbre y transición política entre la antigua corte y el primer régimen del Shogun. Habiendo tomado sus votos, Saigyō comienza una serie de viajes por Japón que luego inspirarán al propio Bashō. Su waka se aleja de los temas de la corte, y comienza a explorar el tono melancólico de la naturaleza, la soledad (sabi), y escenarios que reflejan su contacto con el mundo de las personas y la vida del viajero. Toda la poesía de Saigyō está atravesada por el conflicto entre la renuncia budista al mundo y el encanto de su belleza. Entre sus obras, La colección de La ermita de la montaña, que recoge 1560 composiciones.
SHIINOMOTO SAIMARO 椎本才麿(1656-1738): haijin, originario de Uda. En Kioto y Osaka estudió haikai al estilo Danrin primero con Ihara Saikaku y luego se convirtió en alumno del propio Nishiyama Sōin. Más tarde se mudó a Edo y se convirtió en discípulo de Bashō.
SŌGI 宗紙 (1421-1502): monje y poeta de renga. De origen humilde, se hizo monje zen en el templo Shokokuji de Kioto, donde estudió waka, renga y poesía china. Con el empeoramiento de la situación política en Japón, que se acerca a una guerra civil, abandona la capital y comienza a viajar, participando en diversos encuentros poéticos en las distintas provincias del país. Entre sus obras maestras, Tres poetas en Minase, de una reunión en 1488 en honor del ex-emperador Go¬Toba, y Tres poetas en Yuyama (1491). También estuvo activo como comentarista de clásicos, incluido el Genji monogatari .
SUGAWARA NO MICHIZANE 菅原道真 (845-903): Poeta, erudito y político de la era Heian, famoso por su habilidad en waka y poesía en chino (kanshi). Deshonrado por razones políticas, murió en el exilio en Dazaifu, en Kyūshū. Las calamidades naturales que sucedieron en la capital después de su muerte se atribuyeron a la ira de su espíritu, y se construyó un santuario en su memoria al norte de Kioto, luego Michizane se declaró oficialmente un kami. Todavía es popular como patrón de los estudiantes.
TACHIBA FUKAKU 立羽不角 (1662-1753): haijin de la escuela Teimon, que evoluciona progresivamente hacia un estilo más sencillo y popular. También fue autor de cuentos sobre el mundo flotante.
TAKAKUWA RANKŌ 高桑闌更 (1726-98): haijin, uno de los nombres del renacimiento del haikai en la era Tenmei. Nacido en una familia de comerciantes en Kanazawa, se mudó a Kioto y trabajó allí como médico. Gran admirador de Bashō, en 1783 construyó un pabellón en su honor en Kioto (Bashō-dō), y recopiló y reimprimió los escritos de Shōmon.
TANAKA TSUNENORI 田中常矩 (1643-1682): haijin, que se convirtió en alumno de Nishiyama Sōin, alcanzó un papel importante en la escuela Danrin de Kioto.
YAMAGUCHI SODŌ 山口素堂 (1642 – 1716): haijin y amigo de Bashō. Nació en Kai (ahora Yamanashi) en una familia de productores de sake. Confiando la actividad a su hermano menor, parte a estudiar poesía, primero en Edo y luego en Kioto. Regresa a Edo en 1675 y conoce a Bashō, de quien se hace amigo (pero no discípulo).
YAMAMOTO KAKEI 山本荷兮 (1648-1716): médico y haijin, nativo de Nagoya: discípulo de Bashō, colaboró en la redacción de Días de invierno, Días de primavera y El campo salvaje. Más tarde se alejó del haikai para dedicarse al renga.
YOSA BUSON 与謝蕪村 (1716-1784): pintor y haijin, es considerado el segundo gran exponente del género después de Bashō. Originario del área de Osaka, primero se mudó a Edo, donde estudió haikai con Hayano Hajin, y luego, a la muerte del maestro, se trasladó a Ibaraki: de aquí, en 1742, partió siguiendo las huellas del viaje de Bashō por el Norte. Continúa viajando y luego se instala en Kioto, donde trabajará como pintor y profesor de haikai . Buson es un maestro del haiga, la integración de la prosa haibun, el haikai y la pintura en una sola obra; en su estilo poético mientras alimenta una sincera atracción por el sabi de Bashō, se inclina naturalmente por un estilo vibrante y visual, más efectivo en el paisaje que en el detalle, y en cierto modo anticipando el “boceto del natural” (shasei) propuesto luego por Shiki.

NOTAS :

[1] Bodhidarma (siglos V-VI), fue un monje indio considerado tradicionalmente como el primer patriarca del budismo Zen [Chan] en China; Kōbō Daishi es el título póstumo de Kūkai (774-835) el fundador de una de las principales corrientes budistas japonesas, la Shingon; y Nichiren (1222-82) es otra personalidad importante del budismo japonés, defensor de una reforma doctrinal y devocional centrada en el Sutra del Loto.

[2] Hōben 方便: traducido del sánscrito upāya, «medio» o » hábil medio», es una idea básica de la enseñanza budista, según la cual está concebida para adaptarse a los tiempos, circunstancias y capacidad de comprensión de cada uno.

[3] Shiki cita con las lecturas japonesas los nombres honoríficos de Yan Hui, Duanmu Ci y Zhong You, tres de los discípulos más famosos entre los setenta y dos estudiantes de Confucio.

**Para un perfil más preciso de los principales discípulos de la escuela de Bashō, véase el Anexo II.

[4] Kenpaku dōi   堅白同異  es una expresión de origen chino que hace referencia a un argumento del filósofo Gongsun Long 公孫龍 (325-250 a.C.). Famoso por paradojas lógicas, en el «argumento de blanco y duro» Long observa cómo la dureza de una piedra se siente con la mano, mientras que el blanco es lo que puedes percibir con el ojo, incluyéndose ambas cualidades en el mismo cuerpo (es decir, son una unidad) sin dejar de ser distintas (y por lo tanto, una diversidad). Si bien esta y otras paradojas exploradas por Gongsun Long y la «Escuela de los Nombres» tienen una relevancia lógica real, la expresión ha adquirido un sentido irónico y ha comenzado a usarse como ejemplo de una sutileza inútil.

[5] Yūgen 幽玄, literalmente «oscuro e indistinto» es un término utilizado inicialmente en China y en el mundo budista para describir el «profundo misterio» del mundo. Luego se extendió en la estética del waka del Japón medieval, hasta ser considerado uno de los mayores modelos estilísticos de este género: retomando su significado original de oscuro, tenue, yūgen es la particular belleza que exhibe una escena en la que lo visible y lo presente están a punto de ocultarse y ausentarse, o ya remiten a estas experiencias de ocultación.

[6] El ku está dedicado a Setsudō, hijo de Ajiro Minbu (1640-83), poeta de haikai y sacerdote sintoísta en Ise. Lo dice en su Cuaderno en la mochila (Oi no kobumi).

[7] Kawazu awase 蛙合es la colección de versos compuestos durante un concurso poético [awase] realizado en abril de 1686 en la choza de Fukagawa: el tema del día fue precisamente «rana», y el hokku de Bashō fue recitado al comienzo de la competición para inspirar el evento. La publicación de Días de invierno [Fuyu no hi 冬の日], una antología de la escuela poética de Bashō editada por Yamamoto Kakei山本荷兮 (1648-1716), se remonta al final del mismo año.

[8] 正風 shōfū: uno de los términos comúnmente utilizados para referirse al estilo de un maestro es el carácter de «viento» 風 , no muy diferente de las expresiones europeas como «aire», «aura» o «atmósfera». El segundo carácter del nombre Bashō tiene la misma lectura que el carácter de «verdadero», «correcto» 正, y así los discípulos comienzan a escribir «estilo Bashō» 風como «estilo correcto» 正風en señal de respeto.

[9] Shiki cita la descripción de la práctica zen expuesta en Fukanzazengi 普勧坐禅議 [Instrucciones universales para la práctica de zazen], una breve serie de instrucciones escritas por el maestro zen Dōgen en 1227, al regreso de su estancia de estudios en China.

[10] ありの儘  ari no mama: la expresión se reporta en japonés coloquial, pero se refiere al concepto budista de tathātā (“talidad” o “así”): idea central en el Zen que indica la condición de las cosas mismas, no afectadas por las distorsiones del pensamiento, y el estado mental que logra sintonizar con este nivel de la realidad.

[11] Esta es una anécdota relatada por Kagami Shikō en Kuzu no matsubara 葛の松原 [El bosque de pinos y kuzu], un tratado sobre el haikai de 1692.

[12] Mientras que hoy con el mismo nombre nos referimos más a menudo al convólvulo o enredadera.

[13] El Haikai sabi-shiori俳譜寂栞, es un compendio de explicaciones sobre haikai pensado como una introducción para principiantes por Kaya Shirao 加舎白雄 (1738-91).

[14] El Kyōraishō 去来抄(Apuntes de Kyorai, 1704) es uno de los textos de teoría literaria más importantes de la escuela Bashō, recopilado por Mukai Kyorai a partir de las diversas ocasiones en que el Maestro había expuesto o discutido con otros los principios de su poética. Una traducción integral está en R. Siéffert, Le Haïkaï selon Bashō, Traités de poétique, POF, París 1989.

[15] El kigo 季語, palabra o tema estacional que es un aspecto necesario en la época de Bashō, tanto como referencia concreta a la época del año en el hokku individual, como elementos que aluden a pasajes estacionales en las composiciones secuenciales de la cadena del haikai. Además de la primavera, el verano, el otoño y el invierno, incluyen el Año Nuevo como su “quinta estación” que, siendo el calendario lunar, se celebraba en febrero, justo antes de la primavera. La discusión citada por Shiki se informa en Kyōraishō (III, 3): a la pregunta de Ushichi sobre el ku sin referencia a una estación, se responde que mientras algunos no tienen una referencia estacional, en otros este detalle debe captarse observando el poema completo. Este es el caso del ku del mono. Véase Siéffert, op. cit., pág. 59.

[16] El de fūryū (風流literalmente “flujo de viento”) es uno de los conceptos más complejos y contradictorios de la poesía asiática: puede indicar la belleza de la naturaleza y la capacidad estética del artista que vuelve a ella, pero también las costumbres tradicionales de un pueblo y su contexto cultural, (una descripción que también se podría aplicar a las canciones de siembra percibidas por Bashō). “El inicio de la poesía” puede considerarse tanto como una observación sobre el inicio del viaje de Bashō hacia el norte de Japón, como una reflexión sobre cómo lo que marca el inicio de la vida poética es precisamente un canto de trabajo durante la siembra, en que el humano descubre el ritmo y el poder de las palabras en medio del cansancio de la supervivencia.

[17] Shiki cita dos versos contenidos en unos poemas de Li Bai (701-762), uno de los poetas chinos más queridos en la historia literaria de Japón. El primero, Observando el Monte de la Puerta Celestial, dice:

天門中断楚江開

碧水東流至此回

两岸青山相对出

弧帆一片日边来

La puerta del cielo se ha agrietado a lo largo del río Long

las aguas de jade fluyen hacia el este y regresan aquí

montañas verdes se enfrentan en ambas orillas

una vela solitaria se puede ver en el resplandor del sol

El segundo describe la cascada de Lushan:

日照香櫨生紫煙

選看爆布掛前川

飛流直下三千尺

疑是銀河落九天

El sol brilla en el pico del incienso, surgen vapores de añil

A lo lejos se puede ver la cascada en el río

el agua vuela y fluye y cae desde una altura de tres mil pies

como la vía láctea de los nueve cielos

En China y Japón, la Vía Láctea es literalmente el “Río del Cielo”.

[18] La referencia es a una anécdota de la historia china: Zi Si (481-402 a. C.), filósofo y nieto de Confucio, regañó al Duque de Wei cuando supo que había rechazado los servicios de Gou Bian, un general de extrema valía, porque como administrador provincial había tomado y comido dos huevos. Por un pecado venial, había advertido Zi Si, el Duque de Wei estaba en peligro de renunciar a una persona de gran talento.

[19] Se trata de una expresión atribuida al Príncipe Jizha de Wu.

[20] Man’yōshū 2-131

[21] 造化zōka: literalmente «creación y cambio», es un término que se refiere tanto a la calidad creativa del mundo natural como a la creatividad artística presente en el proceso de la naturaleza, del cual el propio artista se vuelve partícipe. Es una idea de origen taoísta, que también retoma Bashō como apasionado lector de Zhuangzi.

[22] Renga: poema encadenado (aquí por abreviación de俳譜の連歌 haikai no renga, poesía cómica encadenada). La poesía japonesa tiene desde sus orígenes una tendencia a la composición y uso colectivo. La poesía cortesana desarrollada en la era Heian (794-1185), la tanka (7-5-7 / 7-7 sílabas), se componían frecuentemente con ocasión de concursos poéticos (uta-awase) sobre determinados temas, y posteriormente se instauró la costumbre de concatenar estas composiciones, confiando las primeras 17 sílabas (maeku) a un autor, añadiéndose las otras 14 (tsukeku o waki) a otro poeta; el mismo proceso podría repetirse varias veces. En el renga cada línea se vincula únicamente con la inmediatamente anterior, reuniendo sus atmósferas y referencias estacionales y literarias para trasponerlas en una dirección inesperada. Como en el montaje de una película, la escena del renga cambia varias veces de lugar, estación y tono emocional. Ya se encuentran ejemplos de renga en el Man’yōshū, la primera colección poética japonesa, pero realmente se estableció como género en la segunda parte de la Edad Media japonesa (por ejemplo, la obra del poeta errante Sōgi), y alcanzó mayor popularidad en su versión cómica (haikai no renga o renpai) en el período Edo (1603-1868), típicamente como una serie de 36 líneas concatenadas (歌仙kasen). Bashō es el maestro indiscutible de este género, y su poético peregrinar, registrado en sus diarios, no es solo una oportunidad de inmersión en la naturaleza, sino que también sirve para difundir su estilo a través de la participación en sesiones poéticas por Japón.

[23] Expresión poética que hace referencia a la vida del viajero.

[24] Bashō vivía con la cabeza rapada, ropa similar a la de un bonzo, y en realidad era un practicante de zen, pero nunca tomó votos completos, lo suficiente como para bromear en el Diario de Kashima sobre su estado intermedio entre lo mundano y lo religioso comparándose a sí mismo con un murciélago, una criatura que está a medio camino entre las aves (monjes) y los ratones (laicos).

[25] Sankashū es la principal colección de poesía de Saigyō: consta de 1560 poemas sobre las cuatro estaciones, los viajes, el amor y temas budistas, y refleja directamente sus experiencias como viajero.

[26] Se trata de un fragmento extraído del séptimo día de Hanaya nikki, una colección que reúne los diarios de los discípulos que se encontraban cerca de Ōsaka en el invierno de 1694, durante los últimos días de la vida de Bashō. Además de Du Fu (712 ¬770), un poeta Tang de enorme influencia en la literatura japonesa, el pasaje citado por Shiki también menciona al poeta de la era Heian, Ariwara no Narihira (825-880), al que se hace referencia como modelo de ritmo poético. El Hanaya nikki ahora se considera generalmente una falsificación, muy probablemente elaborado por Bungyō文暁 (1735-1816), un poeta haikai de la era Edo tardía; en la época de Shiki, sin embargo, todavía se consideraba un texto autorizado.

[27] Cf. nota 26.

[28] Otogizōshi 御伽草子: Historias de diversa índole reunidas en folletos ilustrados: a menudo cuentos de hadas o historias de aventuras con una trama muy simple, concebidas para puro entretenimiento o (en el caso de historias de virtud, matrimonio o temas budistas) con fines didácticos.

[29] Akahon 赤本 ”libros rojos” y Kibyōshi 黄表紙 “libros amarillos” son dos géneros de literatura popular impresa del período Edo: los primeros son cuentos cortos ilustrados, especialmente para niños; los últimos, que se hicieron populares más tarde, son variados en temas (misterio especialmente) y en técnicas de impresión más elaboradas, que incluyen ilustraciones en color .

[30] Editorial de Kioto famosa por publicar ukiyozōshi, historias de entretenimiento sobre la vida de libertinos y cortesanas en el mundo flotante, activa desde la era Genroku hasta el siglo XVIII.

[31] Teatro de marionetas desarrollado en Edo (Tokio), centrado en las hazañas de Kinpira, un héroe perteneciente al antiguo clan Minamoto.

[32] 風俗文選Fuzokū monzen y 鶉衣Uzurakoromo son dos colecciones de haibun (prosa compuesta en un estilo afín al haikai, unas veces por su tono y otras por su atención a la sencillez y la belleza natural). La primera fue organizada por Morikawa Kyoriku, uno de los discípulos directos de Bashō, y la otra fue completada más tarde (1788) por Yokoi Yuyū y Ōta Nanpo.

[33] Taiheiki 太平記, “Crónica de la gran paz”: una balada del siglo XIV que combina el relato bélico de los enfrentamientos políticos en la época de Kamakura y un vistazo a las condiciones de vida de la época.

[34] La referencia de Bashō es un poema del monje zen chino Guangwen 広聞 (1127-1279): “Para mi viaje no recojo provisiones, pero río y compongo poesía / bajo la luna de medianoche, entro en la Tierra de la Nada” (路不賚粮笑復歌  三更月下入無何). La referencia a la “Tierra de la Nada” tiene su origen en una expresión del clásico taoísta Zhuangzi.

[35] Dicho de la era Sengoku (1478-1605) que indica cómo en un lugar donde no hay individuos talentosos, incluso una persona mediocre puede parecer inteligente. La “isla sin pájaros” es un nombre tradicional para Shikoku, una de las cuatro islas de Japón: en 1579 Chosokabe Motochika, un señor feudal local, había entrado en correspondencia con Oda Nobunaga, un general a punto de conquistar todo Japón, con la idea de convertirse en su aliado. Se dice que Oda había encontrado esa oferta ridícula, y había comparado a Chosokabe con un murciélago, un animal que vuela, sí, pero que solo se vería bien en comparación con un pájaro de verdad en un lugar donde el segundo no estuviera.

[36] Literalmente un “ser de viento y gasa”: también en este pasaje Bashō está retomando temas y términos de Zhuangzi.

[37] Un shō es una medida que tiene un tamaño aproximado de 1,8 litros. El arare (literalmente «granizada») es un condimento elaborado a partir de pequeños granos crujientes de arroz inflado aromatizado o sazonado con salsa de soja.

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Original:
BASHŌ ZŌDAN
Bashō en fragmentos
escrito por Masaoka Shiki

Traducción italiana:
Editada por Lorenzo Marinucci
julio de 2017

Traducción italiano-español:
Jaime Lorente y Elías Rovira
enero de 2023

Bashō según Shiki: enfermedad y modernidad de un encuentro poético. De Lorenzo Marinucci

En unos días publicaremos en estas páginas de El Rincón del haiku los “Bashō Zōdan” traducidos al español por Jaime Lorente y Elías Rovira, la colección de artículos de Shiki en los que criticaba la obra de Bashō y que sentó las bases del llamado haiku moderno. A la espera de una traducción directa desde el japonés, lo hacemos desde una traducción realizada por Lorenzo Marinucci al italiano. Previamente a esos Bashō Zōdan y a modo de introducción, presentamos este artículo titulado “Bashō según Shiki: enfermedad y modernidad de un encuentro poético”, también de Lorenzo Marinucci y también traducido por Jaime Lorente y Elías Rovira. Se indica con almohadilla y número la referencia a la diapositiva correspondiente.

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Curriculum Vitae del autor: Lorenzo Marinucci es profesor asociado de Estética en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de Tohoku. Su trabajo de investigación incluye la filosofía europea y japonesa, en particular la fenomenología, y el estudio de las atmósferas en un sentido estético. Actualmente está escribiendo un libro sobre el olor y el pensamiento en Japón. También es activo como traductor de japonés, inglés y alemán, incluido el haiku. Ha traducido haiku y ensayos sobre haiku de Kuki Shuzo, Akutagawa Ryunosuke, Natsume Soseki y Masaoka Shiki.

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Bashō según Shiki: enfermedad y modernidad de un encuentro poético

Lorenzo Marinucci, Universidad de Roma – Tor Vergata

Lorem86@gmail.com

Traducción al español: Jaime Lorente y Elías Rovira

Lo primero de todo, una confesión: siempre que me ocupo del haiku o del haikai, me siento como un extraño. En primer lugar, obviamente, porque nací en las realidades indistintas y muy ideológicas que llamamos «modernidad» y «Occidente». En segundo lugar, porque, a diferencia de la mayoría de ustedes, soy filósofo, no un académico especializado en estudios literarios. Como extranjero, sin embargo, intento hacer lo que los extranjeros deben hacer: traducir. A lo largo de 2016, incluyendo un viaje a Matsuyama, y buena parte de 2017, gracias a un querido pero lento editor, he estado trabajando en una traducción al italiano de los Bashō Zōdan de Masaoka Shiki, la relevante serie de fragmentos en prosa que Shiki publicó en el periódico Nippon (# 1) entre finales de 1893 y principios de 1894, ensayos que han sido definidos como «la primera voz de su reforma del haiku» (Tsubouchi 1974, 64). La lectura lenta y profunda que supone la traducción enriqueció mi perspectiva sobre Shiki en varios sentidos: aquí me gustaría compartir parte de mis opiniones, hallazgos e incluso algunas dudas filosóficas.

Celebramos aquí los 150 años del nacimiento de Shiki, y 1894 fue el 200 aniversario de la muerte de Bashō. Creo que se trata de un interesante paralelismo. ¿Por qué son tan importantes estos aniversarios? ¿Por qué no sólo estudiamos, sino que también sentimos la necesidad de reunir y celebrar a una persona muerta, alguien que esencialmente vive a través de, o como un corpus de palabras? ¿Quién o qué es, a nivel ontológico, un autor muerto? Creo que esta serie de preguntas puede ser una buena clave para algunos «contenidos ocultos» de Bashō Zōdan. Viendo cómo Shiki encuentra, destruye y recrea una figura fragmentaria de Bashō en su Zōdan, me gustaría preguntarme y preguntarles en qué medida operamos de la misma manera todo el tiempo en tales encuentros poéticos, también en el caso de Shiki.

1 «A trozos»: los fragmentos teóricos

El Bashō Zōdan es quizá la primera obra importante de un temprano estallido de producción teórica en la biografía de Shiki. Estos textos teóricos, como Dassai Shooku Haisetsu (1892), los propios Zōdan (1893-94) y Haikai Taiyō (1895), fueron los intentos de Shiki de derribar un mundo de haikai percibido como inmóvil, poco creativo, estancado en un mundo de culto al pasado, encarnado por un «santo poético» como el idolatrado Bashō.

La interpretación tradicional, que considera la dura e incluso inmerecida crítica vertida por Shiki como un momento necesario para la refundación del haikai en el haiku moderno, es fundamentalmente correcta (véase Beichman 1982, Keene 2013). Pero, para ser completamente sincero, al terminar mi trabajo la crítica de Shiki seguía teniendo un regusto extraño: algo no encajaba del todo en esta visión. Es algo que no llegué a entender hasta que recibí la invitación para este simposio, pero ahora creo que tengo una respuesta.

¿Cuáles son los puntos básicos de Bashō Zōdan? (#2) Shiki afirma que 1) es «nuestro papel como hombres de letras» (bungakusha to shite), inspeccionar las obras de Bashō, 2) juzgar (hihyō) lo que hay de bueno y de malo en ellas, y 3) observarlas objetivamente, aislando su «valor literario» (bungakutekina kachi). Su infame afirmación acerca de que 4) «el noventa por ciento de los poemas de Bashō son horribles» se vería equilibrada por su primer descubrimiento de 5) la calidad «épica» (yūsō naru) de algunos de los hokku de Bashō, una cualidad de la que carecía casi por completo la literatura japonesa mientras que abundaba en Occidente (ya en 1897, este punto de interpretación bastante llamativo parece completamente soslayado en su Haijin Buson, en el que Bashō se convierte a su vez en el dechado de una «belleza negativa» asiática).

En términos de teoría estética, (#3) 6) Zōdan contiene otra declaración lapidaria, que casi por sí sola mató al haikai como forma poética colectiva, y creó el haiku como «literatura» mundial: «El hokku es literatura, el renpai (haikai no renga) no lo es […] lo que el renpai mantiene de precioso es la ‘variación’. Pero esta misma variación es lo no literario en ella».

Hacia la década de 1930, intelectuales cosmopolitas como Watsuji Tetsurō y Ōnishi Yoshinori empezaron a cuestionar esta afirmación, preguntándose si la «armonía contingente» (kiai) de la variación era un principio literario pleno, nunca explorado en Occidente (Watsuji 1935, Ōnishi 1940). Pero ya era demasiado tarde, y el renpai estaba funcionalmente muerto. Podemos vislumbrar cómo lo «literario» en Shiki se mapea en fuentes occidentales también 7) a partir de su idea de «literatura Genroku». (#4) A pesar de la definición irónica de Saikaku, Chikamatsu y Bashō como «tres genios que vinieron a este mundo por un mandato celestial», es obvio que esta perspectiva historicista y la agrupación del teatro, la prosa y la poesía como tres provincias distintas del mismo reino «literario» habrían sido bastante extrañas para estos autores: El objetivo de Shiki aquí es mostrar cómo Japón tuvo una literatura «premoderna» con la misma anatomía y dignidad que la occidental (a partir de un comentario oral de Aoki Makoto).

2 El gorrión y el pájaro Peng

La fuerza de estos puntos teóricos por sí solos haría del Zōdan un texto notable. Las reacciones a él lo atestiguan en cierto modo: lo chocante de este texto no era sólo el comentario iconoclasta sobre que «los buenos poemas de Bashō son tan escasos como las estrellas al amanecer», sino que quien lo expresaba era un joven periodista sin cualificación, completamente ajeno al largo y costoso currículo necesario para ser considerado un haijin. Los haijin eran normalmente hombres mayores, que estudiaban durante mucho tiempo con uno o varios maestros, celebraban reuniones oficiales y publicaban un bundaibiraki bajo estrictas normas (Aoki, 2008: 25). «Escribir haiku o sobre haiku no significa que alguien pudiera ser llamado haijin» (Aoki, 2008: 26).

(#5) Mimori Mikio 三森幹雄 (1829-1910), un destacado haijin del Shunjun’an, del linaje de Kaya Shirao, rechazó incluso la idea de que un periódico -es decir, un nuevo medio- pudiera ser un lugar para discutir sobre el «buen estilo» del «viejo maestro», y escribió poco después de Shiki:

菜畑に

花見かはなる

雀かな

Nabatake ni

hanami kao naru

suzume kana

(Bashō)

En un campo de mostaza

poniendo cara de hanami

el gorrión

[…] Aquí podemos parafrasear el dicho «el pequeño gorrión no conoce el corazón del pájaro Peng» [el enorme pájaro de Zhuangzi], y mira qué cara de orgulloso hanami puede poner incluso un pequeño gorrión. Este hokku también nos dice algo sobre cierto joven que ha puesto cara de «literato», comportándose como tal después de escribir en un periódico durante uno o dos años y diciendo que los maestros de haikai no son realmente eruditos, pues como no estudian «literatura» no conocen realmente el espíritu de las letras, o incluso que en realidad no escriben en absoluto, y que como las palabras del haikai son pocas, su mundo también ha de ser estrecho. (citado en Aoki, 2008: 26)

Se trata de una refutación bastante rencorosa, y aunque el joven Shiki podría haber sido «solo un gorrión», ha cantado tanto y tan bien que podríamos considerar zanjada la polémica. Sin embargo, Mimori tiene algo de razón: en efecto, hay algo demasiado personal en su ataque a Bashō: una pose, un intento de autodefinición lleno de sentimientos encontrados. Mimori está demasiado preocupado por defender su propia posición como para preguntarse eso, pero ¿qué siente un gorrioncillo frente a un pájaro Peng? ¿Cómo lidió Shiki -cómo lidiamos nosotros- con la mezcla de amor no correspondido, asombro y celos que los antepasados intelectuales, crecidos hasta proporciones gigantescas debido a la perspectiva del paso del tiempo, proyectan en nuestras propias vidas? Esta es, me gustaría argumentar, el conjunto de hilos apenas ocultos del Zōdan, entretejidos con la trama de sus otras preocupaciones «modernas» y «literarias». «El papel de un hombre de letras debería ser el hecho de ver a Bashō a través de su obra», escribe Shiki, y ahí sigue, haciendo grandiosamente todo lo contrario, y discutiendo con loco detalle la mente, los viajes, los gustos alimenticios, la ironía, la aparente asexualidad y la muerte de Bashō. Bashō Zōdan sería ya históricamente relevante como la primera, aunque tosca, crítica moderna de Bashō; pero es una obra maestra literaria por esa tensión casi insoportable entre los niveles intelectual y existencial que contribuyen a su estructura. En la encrucijada de ambos Shiki descubre lo que Kadowaki Kakichi (1990) en su reflexión sobre Bashō como filósofo de michi denominó «la estructura existencial de un encuentro fundamental». Es a través de tales encuentros, sólo posibles «en tiempos de crisis», argumenta Kadowaki, como se desvela por primera vez la dimensión histórica de la existencia humana, la verticalidad metafísica en nuestras propias vidas. Kadowaki aborda las biografías intelectuales de varios intelectuales japoneses que descubren a Bashō, literalmente, bajo los bombardeos o en un campo de batalla; olvida, sin embargo, el que probablemente sea el primero y más profundo de estos encuentros modernos. El encuentro de Shiki con Bashō se desarrolla en un recodo de este «camino» aún más mortífero que un campo de batalla: la habitación de un enfermo, un extraño espacio donde la enfermedad y la modernidad se mezclan para dar al propio tiempo un significado diferente.

3 Una enfermedad llamada tiempo

Sin reconocer esta reflexión temporal, existencial, que recorre el Zōdan, incluso la sección inicial de la obra de Shiki, titulada La edad, es cuanto menos desconcertante. Shiki se pregunta aquí por la edad física de Bashō: ¿por qué un hombre que murió a la relativamente joven edad de cincuenta años es venerado como okina, el viejo maestro? ¿Qué retorcida relación existe entre el tiempo, la distancia temporal y la gloria artística? Es imposible no pensar cómo este pasaje ha sido escrito por alguien con un agudo conocimiento de su propia muerte temprana:

“Si miramos la historia pasada y presente y tratamos de entender un poco cómo van las cosas en este mundo, parecería que la fama de un individuo es en buena medida acorde con su edad.

Y en efecto, al menos entre los hombres de letras y artistas, individuos particularmente necesitados de un ejercicio constante, es normal que en la obra de un “joven inexperto” o del “aprendiz de tal maestro” haya todavía algo de inmaduro, y que en el lapso de una larga vida es posible crear muchas obras exitosas (poéticas o artísticas), de modo que un número creciente de ellas goce de la admiración del público; por el contrario, podríamos pensar que un joven de veinte años, en la primera parte de su vida, luchará por hacerse un buen nombre, generalmente por envidia o falta de consideración de este mundo.

Si tratamos de ver entre los escritores y artistas del pasado de nuestro país, aquellos que se han hecho famosos en vida y que aún gozan de honores milenarios han vivido todos hasta la vejez […]

Pero luego está Matsuo Bashō, y solo él: aquí hay un hombre que nació hace apenas doscientos años, cuya escuela llega a todas las provincias de Japón, y cuyos discípulos son cientos y cientos. ¿Su edad? Apenas cincuenta años.” (BZ #6)

Shiki llega incluso a enumerar casi un centenar de artistas famosos del pasado de Japón, dividiéndolos torpemente entre los que murieron a los 90, a los 80 y así sucesivamente (es una lista que he tenido que trasladar a un anexo). Aquí hay muy poca preocupación por lo «literario». Shiki se está acercando a Bashō en términos de tiempo: en su relación con el arte, la vida, la muerte, la fama, la distancia histórica. Mientras reflexionaba más sobre esta sección, me vino a la mente la famosa noción de Martin Heidegger de Sein zum Tode – «Ser hacia la muerte». Según Heidegger, la existencia humana se convierte en auténtica por primera vez al darse cuenta de la mortalidad, no como un hecho empírico, sino como la anticipación constante de algo apenas pensable y siempre posible, que sólo nos pertenece a nosotros y nos hace existir propiamente en el tiempo:

La muerte es la posibilidad más propia del Dasein […] La muerte no sólo «pertenece» de manera indiferenciada al propio Dasein, sino que lo reclama como algo individual. El carácter no relacional de la muerte, entendido anticipadamente, individualiza el Dasein hasta sí mismo. Esta individualización es una forma en la que el «ahí» se revela para la existencia. Revela el hecho de que todo estar-juntos-con-lo-que-se-cuida y todo estar-con-los-otros fracasa cuando está en juego la propia potencialidad-de-ser. El Dasein sólo puede ser auténticamente él mismo cuando lo hace posible por sí mismo. (Heidegger, 252) #7

Después de que a Shiki se le diagnostique tuberculosis, ya en 1880, toda su vida se ve transfigurada e individualizada por esta temporalidad «más propia», lineal, que avanza directamente hacia la muerte. La poesía de Shiki está progresivamente moldeada por la dimensión temporal de la existencia, una «preocupación» (Sorge) que le lleva fuera de sí mismo a una producción poética que debería trascenderle temporalmente (pensemos en la disputa de 1895 entre Shiki y Takahama Kyoshi, centrada en la negativa de este último a convertirse en «sucesor» de Shiki – aquí Shiki descubre que no puede transferir o compartir su propio esfuerzo poético a otro participante de la cultura za: su muerte es «no relacional»). Heidegger, sin embargo, nunca se pregunta si esta estructura temporal tiene una determinación cultural. Pero no es demasiado absurdo preguntarse si tal «Ser-hacia-la-muerte» tiene una conexión específica con la modernidad europea (la conciencia de la muerte individual en el tiempo lineal de la interioridad europea no es, por ejemplo, la interconexión de los seres y la circularidad del tiempo de la impermanencia budista). Karatani Kōjin, en sus Orígenes de la literatura japonesa moderna, sostiene que el propio «descubrimiento» de esa interioridad temporal durante los años Meiji es más bien una creación de la misma, mediante la importación de elementos occidentales y la reordenación de los premodernos. Este proceso literario produce un yo individual, desvinculado de los espacios socializados, y ese yo interno es a su vez la condición de la existencia de la naturaleza externa del «paisaje» artístico (una observación significativa también en relación con el shasei). Este énfasis occidental en la conciencia individual tiene además una profunda conexión con el privilegio de la temporalidad sobre el espacio en el pensamiento moderno (véase la crítica de Watsuji a Heidegger, Watsuji 1935). Sin embargo, hay un elemento crítico que injerta ese sentido de la temporalidad en el cuerpo: Karatani añade, de hecho, que «ha habido un embarazoso grado de connivencia entre la literatura moderna japonesa y la tuberculosis» (Karatani, 1993: 102). Aunque Shiki nunca ha encajado con la imagen elegante e incorpórea del consumo «romántico» (Karatani, 1993: 103), podemos reconocerlo bastante bien en la transfiguración tuberculosa descrita por Susan Sontag en su La enfermedad como metáfora: «La tuberculosis es desintegración, febrilización, desmaterialización; es una enfermedad de los líquidos -el cuerpo convirtiéndose en flema y mucosidad y esputo y, finalmente, en sangre- y del aire, de la necesidad de un aire mejor […] La tuberculosis es una enfermedad del tiempo; acelera la vida, la realza, la espiritualiza.» (Sonntag 1978, 13-14, el subrayado es mío). #8

La enfermedad y su dolorosa transfiguración -hacia el tiempo lineal de un individuo que acepta su mortalidad y su herencia- es un tema central, aunque oculto, de los Zōdan. No es simplemente su absorción de fuentes occidentales, sino este nexo existencial de temporalidad, individualidad y enfermedad, temiblemente fusionado en el pequeño mundo de «Una cama de enfermo de seis pies de largo», lo que convierte a Shiki en el primer hombre de letras esencialmente moderno de Japón.

Pedir nieve o caer en ella

Después de releer el Zōdan a lo largo de la perspectiva de Karatani, empecé a preguntarme si la elección de Shiki de Bashō como objetivo no tiene un significado aún más específico. Obviamente, Bashō era un gigante que estorbaba, y 1894, con la recurrencia o recuerdo de su muerte, habría sido casi insoportable (1994 fue aparentemente igual de malo). Shiki provoca:

“Nunca he sido seguidor de Bashō, y el bicentenario de su muerte no me alegra ni me entristece: y aquí sin embargo en lugar de callar o tratar de sacar algo de ello, tengo el extraño capricho de pasar algún tiempo en mi escritorio y anotar este discurso en fragmentos, sin prestar demasiada atención a lo que escribo. He aquí mi crítica a Bashō: quien quiera entenderlo, lo entenderá, quien quiera ofenderse puede ofenderse”.

Así que resulta de algún modo obvio que cualquiera que intentara una renovación del mundo haikai habría tenido que enfrentarse a Bashō. Pero en un nivel más profundo, estructural, si estamos de acuerdo en que la propia experiencia de Shiki de la modernidad y la enfermedad le está convirtiendo en un hombre y un poeta del tiempo, sería difícil encontrar un poeta más espacial que Bashō. Un hombre que toma su nombre de un árbol desgarrado por el viento, haciendo una poesía del paisaje y de la interpersonalidad, poseído por los «dioses del camino», viajando casi constantemente en sus últimos diez años de vida. Bashō acoge incluso la muerte, la misma muerte que atormenta a Shiki y que según Heidegger arrojaría a los hombres a una dimensión temporal, en términos absolutamente espaciales, como disolución del cuerpo y del yo en la naturaleza y el sueño (irrealidad):

旅に病で

夢は枯野を

かけ廻る

Tabi ni yande

yume wa kareno o

kakemeguru

Enfermo de viaje

mis sueños vagan

los campos marchitos

#11

Intentemos observar esquemáticamente el contraste entre Bashō y Shiki (permitiéndonos alguna de las simplificaciones que siempre conllevan estos esquemas):

Shiki Bashō
Tiempo Espacio
Modernidad Japón premoderno
Interioridad Exterioridad («sensación de viento» 風情)
Individualidad Colectividad (za)
Haiku (único, puntual, fotográfico) Haikai (plural, dinámico, montaje)
Tiempo lineal, tiempo biográfico; desestimación relativa del kigo (Haikai Taiyō). Tiempo circular, estacional (convenciones kigo y haikai) y Fueki ryūkō: coexistencia hiperbólica del instante y la eternidad.
Esbozo de la realidad (shasei) – separación del observador y el paisaje exterior (véase Karatani) Hacerse uno con el objeto – comunión con el «pino y el bambú» (Cuaderno Rojo)
Perspectiva histórica sobre el pasado y el futuro del haikai (incluido su legado personal) / definición histórica («literatura Genroku» Relación espacializada con el mundo literario de Japón y China (Sado, Matsuyama)

El tiempo espacializado: «Los meses y los años son los viajeros de la eternidad» (Oku no Hosomichi)

Idea objetiva y cuantitativa del espacio:

“El haiku de Bashō solo toca lo que está a su alrededor […] ignorando hechos y personas ajenos a su propia experiencia […] Sin embargo, Bashō fue un gran viajero y supo captar una infinidad de espléndidos temas poéticos a partir de su experiencia directa.» (Bashō Zōdan)

Una experiencia poética y transfigurada del lugar, en la que la historia se mezcla con la imaginación:

«Allá donde miro veo la luna» (Oi no kobumi)

«Hierbas de verano/ las huellas de los sueños/ de antiguos guerreros»

«Realmente se asemeja / al espíritu de Yoshitomo / viento de otoño»

El haiku como parte de un sistema de artes, a través de un criterio individual y consciente de la belleza (bi):

«El haiku forma parte de la literatura […] El criterio de belleza es el criterio de la literatura, y el criterio sobre la literatura es el criterio del haiku […] el criterio de belleza reside en la emoción del individuo». (Haikai Taiyō)

 

La generalidad del arte se fundamenta en lo común del flujo transpersonal y eólico (fūryū/ fūga) de lo Creativo:

«El waka de Saigyō, el renga de Sōgi, la pintura de Sesshū, la ceremonia del té de Rikyū: un hilo conductor recorre los Caminos artísticos. Y este espíritu estético es seguir al Creativo». (OK)

Siete años postrado en cama

Diez años viajando

いくたびも雪の深さを尋ねけり

 

Ikutabi mo yuki no fukasa o tazunekeri

 

Una y otra vez / pregunté a qué altura / estaba la nieve

いざ行かむ雪見にころぶところまで


¡Iza yukamu! Yukimi ni korobu tokoro made

 

¡Vamos! Veamos la nieve / hasta caernos

#10

El haiku de la nieve es un ejemplo doloroso pero perfecto de cómo la enfermedad de Shiki significa concretamente una progresiva restricción del espacio, con la consiguiente expansión o tensión de la temporalidad. Shiki no era un hombre sedentario, más bien al contrario: pero esto no hace sino exacerbar la tensión espiritual derivada de la privación espacial de sus últimos años.

La noche es corta y llena de poesía

Y, sin embargo, esta misma privación se convierte en uno de los principales recursos del arte de Shiki. Como sabemos, Bashō pasó sus últimos diez años viajando casi constantemente, incapaz de detenerse, casi poseído por el espacio. En el Zōdan, en un capítulo titulado «El canto del gallo, los cascos del caballo» (símbolos de la vida viajera) Shiki reflexiona sobre este elemento espacial-existencial en las vidas de Saigyō (uno de los mitos de Bashō también), Sōgi y el propio Bashō. Aquí se da cuenta de que después de esta dedicación total al viaje y su emoción, Bashō es inalcanzable en esta dimensión:

“Después de la muerte de Bashō, no quedó ningún maestro de haikai feliz por pasar su vida como un vagabundo. Buson estuvo lo suficientemente cerca de este ideal, pero no cruzó montañas y ríos como Bashō, no disfrutó hasta tal punto de la tierra y el cielo (天然)”. Para contarlo a través de uno de los poemas del propio Buson:

笠着て草鞋 はきながら  

芭蕉去って

その後いまだ

年くれず

 


Bashō satte

sono nochi imada

toshi kurezu

 

Con sombrero y sandalias de paja

Bashō nos ha dejado

pero nuestro año

aún no termina

(Buson) #11

Como vemos, una vez que Bashō se ha ido (espacialmente), lo único que nos queda es el tiempo… y Buson no está muy seguro de qué hacer con él. Shiki debió de compartir una desesperación similar. En 1895, justo después de la publicación del Zōdan, Shiki intentó llegar a China como reportero de guerra -y muy poco después tuvo que regresar a causa de una salud debilitada y una importante tos con sangre. Creo que es en este momento cuando Shiki se da cuenta, con el horror que podamos imaginar, de que este acceso espacial a la vida y a la poesía sólo le estará cada vez más vedado: «Un hombre con piernas fuertes puede quejarse sin pensárselo dos veces: ‘Ya he tenido todo lo que podía aguantar. Me voy a alguna parte’. Pero un hombre que no puede andar ni siquiera puede hacer eso. No tengo elección». (Una gota de tinta, 15 de enero) Otro pasaje desgarrador de Una gota de tinta describe las etapas finales de este encogimiento espacial.

31 de enero: En sus primeras etapas, los deseos humanos tienden a ser grandiosos y vagos, pero con el tiempo se vuelven pequeños y bien definidos. Hace cuatro o cinco años, cuando quedé inválido por primera vez, mis deseos ya eran muy pequeños. Solía decir que no me importaría no poder caminar mucho si pudiera pasear por mi jardín. Al cabo de unos años, cuando ya no podía andar, seguía pareciéndome que el mero hecho de poder ponerme de pie sería una alegría. Cuando se lo contaba a la gente, solía decir riendo: ‘¡Qué deseo tan diminuto! Anteanoche, había llegado al punto en que sólo refunfuñaba: ‘No espero estar de pie; sólo le pido al dios de la enfermedad que me deje sentarme’. […] Mis deseos están ahora tan reducidos que ya no pueden encogerse más. La próxima y última etapa será el deseo inexistente. El deseo inexistente, ¿lo habría llamado Shaka Nirvana, y Jesús, salvación? #12

Es muy revelador que Shiki, un hombre materialista al fin y al cabo (Johnston 1997: 134), cierre este pasaje con una referencia a la salvación mesiánica del más allá cristiano, uno de los factores mismos de la linealidad en el tiempo occidental (también su idea del Nirvana no es realmente la inmanente del Mahayana). Sin embargo, lejos de un más allá idealizado, a Shiki le preocupa documentar el tiempo demasiado real e hinchado de los postrados en cama: «Cómo se pasa el día, cómo se pasa el día», escribe (Una cama de enfermo de seis pies de largo, 38). Por no hablar de la noche:

Dicen que ahora las noches son cortas, pero si estás enfermo y no puedes dormir, sólo puedes mirar el reloj a la luz de la lámpara de aceite y las horas parecen terriblemente largas. 1 a.m. Un bebé llora al lado. 2 a.m. A lo lejos oigo cantar a un gallo. 3 a.m. Pasa una solitaria máquina de vapor. 4 a.m. El papel de arroz pegado sobre un agujero de la mosquitera empieza a clarear con el amanecer; en el alféizar de la ventana, los pájaros empiezan a trinar en su jaula atestada; luego los gorriones; un poco más tarde, los cuervos. 5 a.m. Sonido de una puerta que se abre, después el agua que se saca de un pozo; el mundo comienza a llenarse de sonido. 6 a.m. Los zapatos repiquetean, los cuencos de arroz tintinean, las manos aplauden, los niños son regañados…. Las voces del bien resuenan contra las voces del mal, se hinchan en un coro de cientos, mil ecos que responden, amortiguando, finalmente, la voz de mi dolor. (6 de junio, en Beichman, 1978: 301) #13

Lo que nos conmueve, o al menos a mí, en estas páginas, es que Shiki explora una «provincia del sentido» extrema (la enfermedad) y nos informa de algo. Todos morimos, todos hemos estado enfermos. Su caso era extremo, sin embargo, y a partir de esa extremidad -y de su esfuerzo por hacerla soportable- desarrolló su poesía más intensa. Lo mismo sucede con Bashō, un hombre que vivió el espacio con una intensidad rayana en la locura, desgarrado por el viento, disolviéndose en él. En su ser estos dos extremos formales y existenciales, como las líneas perpendiculares de dos ejes, se tocan justo en un punto. Este punto, que en cierto modo es también el punto cero del haiku moderno, es donde podemos situar la obra Bashō Zōdan. Shiki no podría haber escrito sin la imagen de Bashō, para destrozarla y refundirla de cara a su proyecto; nuestra lectura de Bashō pasa sin embargo necesariamente por Shiki, y por el haiku moderno, de literatura mundial, que él creó. Estamos reunidos aquí, creo, para fundirlo y refundirlo como Shiki hizo con Bashō. Respondemos, en cierto modo, a la angustiosa pregunta de una de sus enfermas noches de verano:

余命

幾ばくかある

夜短し

Yomei

Ikubaku ka aru

Yo mijikashi

¿Cuánto tiempo

seguiré con vida?

La noche es corta

#14

***

心力省減説 meiji 22

Spencer: «la mejor frase es la más corta»

Whotley «el hombre siente placer al captar el significado fuera de las palabras»

3

Tsubouchi

Beichman

Beichman

Shiki

Haikai taiyo

Haijin Buson

Bashō Zōdan

Donald Keene

Masaoka Shiki no sekai

Aoki

Karatani

Kadowaki Kakichi

Heidegger

Sonntag

Diapositiva de la balada escocesa:

スコットランドのバラッドに El fantasma de Sweet William というのがある。この歌は、或女の処へ、其女の亭主の幽霊が出て来て、自分は遠方で死だという事を知らすので、其二人の問答の内に、次のような事がある。

«¿Hay sitio en tu cabeza, Willie?

¿O alguna habitación a tus pies?

O cualquier habitación a tu lado, Willie,

¿Por dónde puedo arrastrarme?»

«No hay sitio en mi cabeza, Margret,

No hay sitio a mis pies,

No hay sitio a mi lado, Margret,

Mi ataúd está hecho para cumplir».

Masaoka Shiki y los orígenes del Shasei (Charles Trumbull. Trad. Rovira y Lorente)

A modo de presentación:

El sashei es la piedra angular sobre la que Shiki basó toda su teoría del haiku, y por tanto, una clave del llamado haiku moderno. Pero, de dónde bebió Shiki para llegar al sashei, ¿cuáles fueron sus fuentes? Bien, a aportar luz a esta pregunta es a lo que dedicó tiempo y esfuerzo en sus investigaciones Charles Trumbull, y por ello, hemos querido traducir este texto, a fin de facilitar el acceso a un trabajo que entendemos es imprescindible para entender el haiku actual.

Trumbull es un referente en el haiku anglosajón, codirector de Haikupedia, la web de la Haiku Foundation. Ha sido presidente (2004–2005) de la Haiku Society of America.

Artículo original en inglés:

Charles Trumbull, “Masaoka Shiki and the Origins of Shasei” Juxta (Juxtatwo, 2016), 87-122.

Masaoka Shiki y los orígenes del Shasei

Por Charles Trumbull

Traducción al español de Elías Rovira y Jaime Lorente.

 

RESUMEN: La difícil y corta vida de Masaoka Shiki coincide con un agitado período en la historia política y cultural japonesa. Con la «apertura” de Japón a Occidente, el país se inunda de nuevas ideas del extranjero que llevaron a los jóvenes artistas y escritores japoneses, Shiki entre ellos, a reconsiderar los tradicionales géneros de la pintura y la poesía. La aportación más conocida de Shiki a esta revolución cultural, a principios del siglo XX, fue su estudio y revitalización del haiku y principalmente su teoría del shasei, o “boceto de la vida” . Este ensayo profundiza en las fuentes estéticas del shasei y busca las influencias que las ideas de Shiki tuvieron sobre sus seguidores, tanto en Japón como en el extranjero. 1

__________

Introducción

Masaoka Shiki fue la persona adecuada en el lugar y momento adecuados. Nació justo en plena “apertura” de Japón a Occidente. Un país que había sido culturalmente insular durante siglos comenzaba a ser hostigado con ideas radicalmente nuevas.

Esta corriente de influencias occidentales fue tanto oficial como informal. El gobierno japonés abrazó entusiasmado las instituciones económicas y sociales del Oeste, también aspectos de su tradición cultural y literaria. Artistas y escritores individuales, motu proprio, se apresuraron a introducirse en la cultura y estética occidentales.

“En el período Meiji hubo una estrategia inicial, calculada, de estudiar los métodos de representación occidentales con el propósito último de llevar a Japón a un nivel visible de modernidad. Sin embargo, un pequeño, aunque influyente grupo de pintores se involucró en un intercambio cultural que no pudo ser controlado por las acciones del gobierno”2

El primo de Shiki recapituló la opinión de estos ambiciosos jóvenes: “Llegamos a la adolescencia tras la desaparición del sistema feudal. Todo había sido sembrado de nuevo. Mientras el antiguo orden había caído, nada nuevo se había creado en su lugar”. 3 Shiki estaba decidido a ocupar ese vacío cultural: ofreció con éxito un encuadre nuevo para los antiguos géneros poéticos del haiku y el waka o la tanka, y tanto sus ideas como las reacciones a ellas dominaron la teoría poética japonesa durante un siglo. Aunque actualmente las innovaciones de Shiki se hallan bajo una especie de asedio, continúan siendo esenciales para comprender el haiku tal y como se desarrolló en el siglo XX en Japón y Occidente.

Mi interés en este artículo se centra en esa corriente cruzada clave en la historia cultural japonesa cuando Occidente se encuentra con Oriente, en Masaoka Shiki y sus obras, y en los principios estéticos que introdujo en la composición del haiku, en particular el shasei. Primero, hablaremos sobre el contexto literario en que nació Shiki. Repasaremos brevemente su vida exponiendo sus teorías estéticas y poéticas. Nos centraremos en el shasei: su enfoque del arte o la literatura que implica «bocetar del natural», y presentaré mi teoría sobre los orígenes profundos del concepto. Analizaremos los cambios posteriores del shasei que se le ocurrieron a Shiki, es decir: «realismo selectivo», en el que el artista o poeta puede elegir algunos aspectos de una escena para usar en su creación; y makoto, o “veracidad poética”, que permite al creador ir más allá al retratar subjetivamente una escena. Para terminar, hablaremos ligeramente sobre el estado actual del shasei en el haiku actual, sobre todo en Occidente. En todo momento alternaremos la historia del arte y la historia literaria, pues considero que la llegada a Japón y el impacto de la estética occidental, en ambas disciplinas, fueron prácticamente simultáneas y significativas.

Situación al comienzo del período Meiji (1868-1912)

Las corrientes estéticas de la época son contrarias al impacto que origina Shiki en la dirección de la literatura japonesa. Después de la apertura de Japón y la restauración de los emperadores Meiji en 1868, el país se integra en una dinámica de rápida occidentalización. Estas nuevas ideas de Occidente anegaron todos los aspectos de la vida japonesa, incluyendo el arte, la literatura y la poesía. Unos pocos ejemplos del mundo de la pintura nos mostrarán dramáticamente la situación a la que se enfrentaron Shiki y otros “prooccidentales” en Japón a finales del siglo XIX.

Observaremos al respecto unas cuantas obras de arte tomadas de sitios web de museos.

Primero, dos pinturas japonesas tradicionales que representan el «estado del arte en el arte», a mediados del siglo XIX:

El primer trabajo, titulado “Ondas ásperas«, es del artista Ogata Korin en 1704-9.

Son dos paneles en tinta y oro sobre papel dorado. El tema y la presentación recuerdan quizá al dibujo japonés clásico más famoso, “La gran ola en Kanagawa «, de Katsushika Hokusai.

A estas dos pinturas les separa poco más de un siglo, pero el tema y la presentación estilizada son notablemente similares. Las imágenes en este estilo fueron muy comunes para los japoneses en los inicios del Período Meiji.

A continuación, veamos cómo los pintores occidentales representaban el mismo tema, las grandes olas, en el siglo XIX. Estos motivos son los que Shiki y sus contemporáneos estaban experimentando por primera vez, algo radicalmente nuevo que provenía de Occidente. Primero, la obra de JMW Turner, “Un desastre en el mar”, en torno a 1835:

y luego “La novena ola” de Ivan Ayvazovsky en 1850, el pintor de paisajes marinos más famoso de Rusia:

Ahora un lienzo del pintor francés Gustave Le Gray, llamado “La gran ola, Sète”:

y una de las muchas pinturas de olas del también francés Gustave Courbet: “La Vague” (Los mares tormentosos) de 1869:

A continuación, “Un mar tormentoso” de Claude Monet de 1884:

y por último, un lienzo del estadounidense Winslow Homer llamado “Prout’s Neck, Breaking Wave” de 1887:

El enorme poder de la Naturaleza, en concreto del mar, es el tema común que relaciona todas estas pinturas. Hokusai representa botes muy pequeños y un monte Fuji en miniatura ahuecado en los canales entre las olas; del mismo modo, Turner pinta, pero de manera casi invisible, seres humanos abandonados a su suerte durante las tormentas más feroces en el mar.

Sería entretenido señalar las diferencias entre las obras japonesas, muy estilizadas y enrarecidas, y las pinturas occidentales mucho más realistas y vernáculas… pero más allá de esta crítica de arte tenemos, como se suele decir, otro asunto al que atender.

Dado que la pintura en Japón había llegado a un punto de estancamiento y falta de innovación a mediados del siglo XIX, también sucedió con las artes literarias. El gran traductor Burton Watson (1) proporciona una idea del callejón sin salida al que había llegado la lírica en Japón en ese momento:

“En su entusiasmo inicial por lo extranjero, algunos [escritores japoneses] llegaron a opinar que las formas literarias niponas tradicionales como la poesía tanka y haiku, irremediablemente vinculadas a la cultura del pasado, ahora eran obsoletas y en poco tiempo dejarían de existir”4

Además, lo que ahora denominamos con el término “literatura” no existía en Japón en ese momento. Janine Beichman, biógrafa de Shiki, explica lo siguiente:

Durante el período Tokugawa (1603-1867) no existía palabra alguna que pudiera traducir el moderno término inglés «literatura», como un nombre empleado para denotar colectivamente cualquier tipo de poema, novela, cuento, ensayo, drama o, a veces, incluso historia y biografía. Además, no había ninguna forma de literatura que se considerara con un valor intrínseco, como un medio para expresar por sí mismo la verdad”5

Por tanto, un poeta de haiku escribía haiku, un dramaturgo escribía drama, etc., y no se aventuraba mucho más allá de su propio terreno, pues estas formas literarias estaban distanciadas. Por desgracia, a la mayoría de estos géneros, incluidos el haiku y la novela, se les tenía en baja consideración y ni siquiera se consideraban formas de arte; más bien eran percibidos como entretenimientos populares.

En las décadas de 1870 y 1880, tras el período Tokugawa y en los albores de la Era Meiji, el nuevo clima social en Japón cambia el terreno sobre el que descansaba la composición del haiku. Harold Isaacson, traductor del trabajo de Shiki, explica los cambios:

En los días de Tokugawa el haiku fue una forma de literatura japonesa que produjo muchos grandes maestros por entonces. Sin embargo, resultó imposible que en las inestables circunstancias de los tiempos de Meiji el haiku y otras formas literarias continuaran y se hundieron gradualmente en la decadencia… No se pretende criticar el haiku de Meiji, cuyos poemas son de un poder extremo. Pero el público japonés en general encontró casi incomprensibles sus ajustes del haiku, aunque eran válidos y profundamente conmovedores. Esta incapacidad para su comprensión produjo un sentimiento de desinterés y de vago resentimiento entre los japoneses. El haiku, que siempre tuvo la intención de ser del interés más amplio y universal, se estaba limitando ahora a un grupo cada vez más pequeño de personas que escribía casi en exclusiva para que los demás los leyeran. Shiki comenzó a buscar una manera más simplificada de haiku”.6

Como dijimos al principio, Masaoka Shiki era el hombre adecuado en el lugar y momento adecuados. En su breve vida ayudó a elaborar un concepto de literatura para los japoneses, reconsideró y sentó las bases para una renovación del haiku y de la tanka; también desarrolló un sistema estético para la poesía corta japonesa: el shasei y sus ramificaciones, que permitieron la composición de nuevas obras innovadoras en forma de poemas de mayor brevedad.

Hagamos una breve pausa para observar la vida de Shiki.

 

Masaoka Shiki 7

Dos imágenes de Shiki.

Datos biográficos

  • Nace el 17 de septiembre de 1867 como Masaoka Tsunenori en Matsuyama, en la isla sureña de Shikoku, en una familia de samuráis de bajo rango (como Bashō). Nace una hermana tres años después.
  • Su padre, alcohólico, muere en 1872 cuando Shiki había cumplido cinco años.
  • Al año siguiente, Shiki comienza la escuela primaria y estudia los clásicos chinos con su abuelo, un maestro severo al estilo samurái. Shiki se vuelve bastante competente y conocedor de la poesía china bajo la mirada de su abuelo y otros maestros.
  • En 1880 tose sangre por primera vez y se le diagnostica tuberculosis. Adquiere el seudónimo de «Shiki»: un nombre para el cuco japonés del que se creía capaz de cantar con tanto entusiasmo y esfuerzo que escupía sangre.
  • En 1883, Shiki deja la escuela secundaria en Matsuyama, se marcha a Tokio y se matricula en la escuela.
  • En 1884 aprueba el examen de ingreso a la Escuela Preparatoria Universitaria, una especie de Bachillerato.
  • Al año siguiente, suspende sus exámenes escolares. También cambia los objetivos de su carrera de político radical a filósofo.
  • En 1888 descubre el béisbol y se convierte en un apasionado jugador y aficionado. También conoce el campo de la estética y lee On Stylede Herbert Spencer.
  • En 1890 se gradúa de la Escuela Media Superior y entra en la Universidad Imperial en el departamento de literatura japonesa. Los últimos 10 a 12 años de su vida son tremendamente productivos y efímeros; Shiki cambia de dirección a menudo. En su última década, Shiki compone la mayor parte de sus más de 10.000 haikus, 2.000 tanka y 2 diarios.
  • En la primavera de 1891 no realiza los exámenes finales de la universidad y pierde interés por la filosofía.
  • En 1892 continúa escribiendo artículos de crítica literaria, emprende un profundo estudio del haiku y waka/tanka; en 1893 vuelve su atención a su reforma del haiku dejando la universidad y convirtiéndose en editor de haiku de Nippon. En ese periódico publica numerosos artículos o ensayos, entre ellos su famosa crítica a la obra de Bashō [Bashôn zôdan] y elogios a la de Buson [Haijin Buson]. El desarrollo de la idea del shaseidata de estos años.
  • En 1895, con su típico entusiasmo impulsivo, Shiki decide que debe ir a China como corresponsal, en plena guerra con Japón. Sin embargo, el conflicto termina pronto y Shiki nunca llega al frente. Lo envían de regreso a casa, sufre una hemorragia pulmonar a causa de su tuberculosis y es hospitalizado en Kobe. No se espera que viva, pero de alguna manera sale adelante. Regresa a su ciudad natal de Matsuyama y se hospeda con su amigo Natsume Sōseki, estudiante de literatura inglesa y luego gran novelista, quien también escribió haiku influenciado por Shiki. 8
  • La revista Hototogisucomienza a publicarse en Matsuyama en 1897 bajo la tutela de Shiki. Debido a su enfermedad no puede editarlo por sí mismo.

Durante las próximas décadas, con diversos editores, Hototogisu (otro nombre para el cuco japonés) es la revista de haiku dominante en el país. Shiki se muda a Tokio y se somete a una cirugía para erradicar la tuberculosis.

  • Su condición médica sigue empeorando. Beichmann escribe:

Desde 1897, Shiki estuvo postrado en cama con tuberculosis espinal, lo que le provocó un dolor de espalda insoportable. También sufría de forúnculos tuberculosos intratables que supuraban pus sobre sus caderas y nalgas. Su condición empeoró de manera constante a partir de entonces. En 1901 escribió: “Todos los días tengo fiebre. No puedo ponerme de pie ni sentarme, y últimamente me cuesta incluso levantar un poco la cabeza. El dolor también hace que sea imposible cambiar de posición libremente en mi cama, así que debo permanecer quieto. Cuando el dolor es muy fuerte, me duele girar a la derecha o a la izquierda, y aun acostado de espaldas sufro como si estuviera en el infierno”.

  • Pese a su condición, o tal vez porque se siente impulsado a completar el trabajo de su vida, aunque sabe que le queda poco tiempo, emprende en 1898 su reforma de la tanka.
  • Mientras tanto, la dirección editorial de Hototogisupasa a manos Takahama Kyoshi, quien dirige la publicación de Matsuyama a Tokio y la convierte en una revista literaria general, paralelamente a su propio cambio de interés del haiku hacia las novelas. Sin embargo, después de 1913, Kyoshi vuelve al haiku y continuará editando Hototogisu hasta su muerte en 1959.
  • Ya en 1901 Shiki requiere atención médica constante ofrecida por su hermana y su madre.
  • El 19 de septiembre de 1902 Shiki muere en Tokio. Horas antes había logrado escribir de su puño y letra sus tres famosos últimos haikus (traducciones de Beichman):

Shiki. Facsímil del manuscrito de sus tres últimos haiku, 1902. 9

     絲瓜咲て痰のつまりし佛かな

     hechima saite tan to tsumarishi hotoke kana

 

          las flores de calabaza florecen,
pero mira, aquí yace
¡un Buda lleno de flema!

     痰一斗絲瓜の水も間に合はず

     tan itto hechima no mizu mo ma ni awazu

          un litro de flema;
incluso el agua de la calabaza
no puede limpiarlo.

     をとゝひのへちまの水も取らざりき

     ototoi no hechima no mizu mo torazariki

          nadie recoge
el agua de la esponja,
tampoco anteayer.

Influencias en Shiki

No es fácil indicar alguna influencia literaria concreta en el pensamiento de Shiki. Sus biógrafos dejan claro que era un hombre intelectualmente inquieto, de ideas propias y propenso a la acción inmediata, espontánea. No fue un erudito que diseccionaba y estudiaba cuidadosamente cada idea. Su perfil se asemejaba más al de un estudioso inconstante que cambió varias veces sus aspiraciones profesionales y su enfoque intelectual: político, escritor, crítico, esteticista… Vio que su gran misión en la vida  era el intento de reconciliar la filosofía, que era un área de estudio respetada en Japón, con varios tipos de escritura y literatura que Shiki amaba pero que eran considerados de escasa relevancia a nivel intelectual.

Shiki admiró el trabajo del novelista y crítico Tsubouchi Shōyō, quien creía, como indicaba el propio Shiki, “que la novela era un arte y no debía despreciarse”. 10 [citado en Beichman, 13]. Shōyō estaba ansioso por incluir la novela en su nueva categoría de literatura japonesa, aunque, como señala el propio Beichman, excluyó al haiku y la tanka de esa definición.

Shiki buscó racionalizar dos disciplinas opuestas en el status del pensamiento nipón: la filosofía y la literatura. Beichman cita los garabatos de Shiki : 11

“Pese a mi intención de estudiar filosofía, mostraba gran interés por la poesía y sentía que no podía vivir sin novelas. Me pareció extraño: ¿cómo me podían gustar cosas tan opuestas e incompatibles como la filosofía y la literatura al mismo tiempo? (Las razones por las que pensé que se oponían eran que los filósofos eran hombres serios, ajenos a las trivialidades de la literatura; los sacerdotes budistas no escriben novelas; y aún no había descubierto que Spencer escribió poesía). Me pareció raro. Pero no pude decidirme por una disciplina, así que declaré que tanto la filosofía como la poesía formarían mi vocación. Mientras tanto, me preguntaba cómo se relacionaban entre sí. Tiempo después supe de la existencia de la estética. Comprobar que se podía hablar de artes como la literatura y la pintura en términos filosóficos me hizo tan feliz que casi salté de alegría.

Beichman resume que[Shiki] buscó una justificación para las formas poéticas tradicionales de Japón (el haiku y la tanka) en las ideas occidentales (de Herbert Spencer), pero no se dedicó libremente a la literatura como vocación hasta que pudo ajustarla a la racionalismo y enfoque erudito de la tradición confuciana” . 12

Las principales influencias en el desarrollo estético de Shiki llegaron a través del pintor de estilo occidental Nakamura Fusetsu. Shiki lo conoció en 1894 mientras trabajaba como editor del periódico Shōnippon , “y, bajo la influencia de Fusetsu, comenzó a aclarar aún más sus ideas sobre el haiku, tomando prestados ciertos conceptos de realismo del arte y combinándolos con los ya recibidos del novelista Tsubouchi Shōyō”. 13

Fusetsu heredó el mensaje de su maestro, Asai Chū, quien a su vez había sido uno de los alumnos de Antonio Fontanesi (1818-1882). Este pintor fue un destacado paisajista italiano del siglo XIX que había sido invitado a Japón por el gobierno para enseñar en la Escuela Técnica de Arte y, aunque sólo estuvo allí dos años, influyó en toda una generación de artistas japoneses. De acuerdo con las notas de clase tomadas por sus alumnos, Fontanesi resumió así su teoría de la pintura: “El método básico de la pintura occidental es: primero, la forma correcta; segundo, el equilibrio de color y tercero, imaginar siempre mientras pintas que están mirando una hermosa escena a través de una ventana”. Al mismo tiempo, apreciaba mucho la observación y el esbozo de lo natural. 14

Esta es la única imagen de Fusetsu que pude encontrar en la Web, “La luna en Sodegaura en Shinagawa” de la serie Seis Vistas de Tokio con la estética de la línea curva (Kyokusenbi Toto rokkei ). No está fechado.

Nakamura Fusetsu, “La luna en Sodegaura en Shinagawa” de la serie Seis Vistas de Tokio con la estética de la línea curva  ( Kyokusenbi Toto rokkei ), xilografía en color. [Colección Leonard A. Lauder de postales japonesas, Museo de Bellas Artes, Boston].

 

El desarrollo del Shasei

Definición

Fue principalmente de Fusetsu, es decir, del campo de la pintura, de donde Shiki tomó la idea del shasei aplicada a la literatura. Beichman escribe (54): “bajo la influencia de Fusetsu Shiki agregó el término shasei, ‘el bosquejo de la vida’, a los otros términos que había usado hasta entonces para denotar realismo, ari no mama ni utsusu , ‘para representar las cosas como son’, y shajitsu, para indicar la ‘realidad’“ . En una nota al pie posterior (149), Beichman agrega: “Los artistas usaron originalmente shasei para traducir el inglés ‘sketch’ y el francés ‘dessin’.

Otra definición de shasei ofrecida por el Proyecto Shiki en Matsuyama parece revelar lo que Shiki encontró en el argot de los pintores: “escribir exactamente lo que ves para que el lector también pueda experimentar la escena y comprender lo que te conmovió”. 15 Una advertencia importante es que el shasei en la pintura se centraba más en el método de pintar que en la selección del tema o de los objetos a pintar. Shiki trasladó este punto de vista al haiku y la tanka.

Las raíces del shasei

Entonces, ¿dónde se originó la idea del shasei? ¿De dónde extrajeron el concepto los pintores japoneses prooccidentales? La respuesta sencilla es que la idea se basaba en la doctrina del realismo en las bellas artes y la arquitectura de Inglaterra y Francia a mediados y finales del siglo XIX y que llegó a la pintura japonesa poco después. Pero tracemos la línea de shasei desde los pintores en Japón, antes de retomar nuestro impulso nuevamente hacia adelante.

Ciertos estudiantes buscaron precedentes del shasei en las tradiciones asiáticas. 16 El sentido común nos dice, sin embargo, que shasei fue inicialmente una noción totalmente occidental. Watson, por ejemplo, afirma inequívocamente que shasei era una importación:

Como préstamo del vocabulario de la pintura occidental, se adoptó el término shasei , o «boceto del natural», para describir la técnica que subyace en gran parte de su propia poesía y prosa. El escritor debía llevar a cabo una observación minuciosa de las escenas que lo rodeaban y componer obras basadas en lo que vio allí, aunando el estado de ánimo o el tenor emocional que deseaba mediante el uso adecuado de las imágenes encontradas en la vida real. Como aconsejó Shiki a los poetas en un artículo llamado Zuimon suitō (Preguntas y respuestas aleatorias) escrito en 1899: “Coge tus materiales de lo que te rodea: si ves un diente de león, escribe sobre él; si hay niebla, escribe sobre la niebla. Los materiales para la poesía están a tu disposición en abundancia”. 17

Ya manifestamos que Shiki recibió inspiración indirectamente de escritores y pintores occidentales. La poesía de Occidente comenzó a circular por Japón alrededor de 1882. Beichman registra que en 1888 Shiki leyó On Style de Herbert Spencer, trabajo donde el reputado literato británico argumentó que la claridad y la lucidez son indicadores de un buen estilo de escritura y que la síntesis en la expresión, a su vez, promueve la claridad. Por el contrario, cuantos más adornos incluya un autor, enseñó Spencer, menos probable es que se manifieste la esencia de la escritura. Quizá el aspecto de la escritura europea que más sorprendió a los japoneses fue que el lenguaje de la poesía occidental estaba muy cerca del habla cotidiana, lo que ciertamente no era el caso de la dicción tradicional de la tanka y el haiku. ¡Es comprensible que todos esos pensamientos resultaran atrayentes para Shiki, en pleno proceso de revisión de las formas poéticas más breves del mundo!

Volviendo a la historia de los pintores occidentales, la Escuela Técnica de Bellas Artes [Kōbu Bijutsu Gakkō] fue establecida en Tokio en 1876 por el gobierno como parte de su programa de internacionalización. Se contrataron tres artistas italianos para enseñar técnicas occidentales, siendo el más influyente Antonio Fontanesi (1818–1881). Aunque enseñó en Japón durante solo un año, Fontanesi demostró ser muy popular entre sus jóvenes estudiantes, entre los que se encontraba Asai Chū (1856-1907), quien luego estudió en Europa y fue el principal pintor de estilo occidental del período Meiji. 18 Nakamura Fusetsu, a quien ya hemos conocido, fue otro pintor japonés que trabajó a la maniera occidental con el apoyo de Asai Chū. Fusetsu llevó algunas de las pinturas de sus estudiantes a Shiki en el periódico Nippon. Shiki quedó bastante impresionado y continuó usando el trabajo gráfico de Nakamura para ilustrar su columna de haiku hasta un año antes de su muerte, cuando Nakamura se marchó a estudiar a Europa.

La brecha cultural y estilística que estaban cicatrizando Asai, Nakamura y los demás pintores de estilo occidental era inmensa. En una palabra, esa diferencia entre los dos mundos se reduce en la palabra “realismo”. El realismo era la moda en Europa occidental, especialmente en Gran Bretaña, y el principal impulsor del movimiento del realismo fue el crítico de arte y reformador social John Ruskin (1819-1900). En una serie de ensayos y libros de enorme influencia en Occidente, Ruskin privilegió el trabajo de los paisajistas contemporáneos, especialmente JMW Turner, frente a la pintura de generaciones anteriores, particularmente la de los Viejos Maestros.

Ya hemos visto una pintura sobre un tema marítimo de Turner. Aquí hay otro lienzo, “Esclavistas arrojando por la borda a los muertos y moribundos: se acerca el tifón (el barco de esclavos)”, en torno a 1840.

Los escritos de Ruskin, aunque muestran su especial interés en la pintura y arquitectura, extendieron su influencia a la literatura y otros géneros. Conviene detenernos para analizar las ideas de Ruskin, pues creemos que están en la raíz de la noción de shasei de Shiki.

John Ruskin

John Ruskin (1819 – 1900) en 1845,
cuando escribió el Volumen III de Pintores modernos.

Creo haber encontrado la clave del argumento de Ruskin en el Volumen III de su obra maestra, Pintores modernos. Evalúa y clasifica a los pintores por cómo seleccionan y tratan su tema:

“Así pues, tenemos tres rangos: el hombre que percibe bien porque no siente y para quien la prímula es con mucha precisión la flor amarilla, porque no la ama. Luego, en segundo lugar, el hombre que percibe mal, porque siente, y para quien la prímula es otra cosa que una flor amarilla: una estrella, un sol, o un escudo de hadas, o una doncella desamparada. Y luego, por último, está el hombre que percibe correctamente a pesar de sus sentimientos, y para quien la prímula es siempre nada más que ella misma: una pequeña flor aprehendida en el hecho muy simple y frondoso de ella misma, al margen de las asociaciones y las pasiones que se amontonan a su alrededor”. 19

Éste es un fragmento excelente, lleno de ideas útiles para el estudiante de la estética del haiku.

Ruskin siempre coloca los pintores o poetas en orden jerárquico, y aquí también postula una jerarquía cualitativa. Al hacerlo, presenta un cuarto rango, que sería una especie de superpoeta.

Y así, en su totalidad, hay cuatro clases: los hombres que no sienten nada, y por lo tanto ven verdaderamente; los hombres que sienten con fuerza, piensan débilmente y ven mal (segundo orden de poetas); los hombres que sienten con fuerza, piensan con fuerza y ​​ven con verdad (primer orden de los poetas); y los hombres que, por fuertes que sean, están sometidos a influencias más fuertes que ellos, y ven de una manera falsa porque lo que ven está por encima por ellos. Esta última es la condición habitual de la inspiración profética.

Considero que el esquema de Ruskin es per se la representación de los fundamentos de la estructura estética del haiku de Shiki. Hablaremos más sobre las etapas superiores de la noción de shasei de Shiki a continuación, pero antes quisiera señalar otros aspectos del pensamiento de Ruskin que ganaron el favor y respeto de Shiki.

El aspecto clave del realismo para Ruskin era la verdad, tanto en pintura como en literatura. De hecho, el punto de apoyo del argumento de Ruskin era esencialmente realismo vs. imaginación. La excelencia estética, para Ruskin, se basaba en el conocimiento perfecto de las propiedades del objeto. La precisión de los hechos per se no era el fin más alto del artista para Ruskin. . . . Pero sostuvo que «la representación de los hechos” era «la base de todo arte», insistiendo en que «nada puede compensar la falta de verdad, ni la imaginación más brillante». De hecho, Ruskin afirmaba que “la verdad material es de hecho una prueba perfecta de la jerarquía relativa de los pintores, aunque en sí misma no constituye ese rango20

Para Ruskin hay cuatro pilares que forman la grandeza del estilo: verdad, belleza, sinceridad e invención. La verdad se acerca a través de la belleza. La sinceridad es evidente en sí. No es lo mismo “invención” que “imaginación”, que es la re-presentación de algo que no está presente.

La realidad en el arte todavía contiene un grado subjetivo que Ruskin intenta rebajar con su énfasis en la sinceridad. El artista intenta hacer justicia al objeto que describe mediante la expresión honesta de sus percepciones. 21

Un aspecto de una imaginación hiperactiva es un exceso de adorno, otro punto que puede encontrar resonancia con el escritor de haiku.

Ruskin elogia al poeta que puede conmover al lector sin frases impresionantes.” La habilidad no está en la efusividad, sino en cierta mesura”22

A Ruskin también se le atribuye haber acuñado el término “falacia patética” (la personificación de los objetos inanimados como si tuvieran sentimientos, pensamientos o sensaciones” 23 ), otro término que no será desconocido para los estudiantes del haiku. La falacia patética es, para Ruskin, el ejemplo ideal de la imaginación no deseada en una creación estética.

Finalmente, Ruskin fue el primero en presentar una definición completa y detallada de realismo, destacando la importancia de una representación sincera y fidedigna de un objeto en la Naturaleza:

El realismo ruskiniano pretende crear una relación responsable entre el espectador y lo real a través del objeto de arte. Para Ruskin, la representación es valiosa porque, tenga éxito o fracase, nos enseña una nueva relación con el mundo24

https://www.victorianweb.org/technique/levine2.html.]

 

 ¿Shiki conocía a Ruskin?

Hemos pintado una imagen de una progresión más o menos lineal desde los ideales victorianos de John Ruskin hasta la estética de la restauración Meiji de Masaoki Shiki. Imagino que están viendo a Shiki con su yukata tirado en el tatami leyendo los cinco volúmenes de Pintores modernos de Ruskin en el inglés original, que descubrió gracias a su buen amigo, el pintor Nakamura Fusetsu. ¡Nada de eso! Debo confesar aquí que mi teoría de los orígenes profundos del shasei, aunque espero que sea original, no está completamente probada y tiene agujeros solo un poco más pequeños que el Monte Fuji. Algunos de los problemas para probar que Shiki derivó el shasei de Ruskin son:

  • El principal erudito japonés sobre Ruskin y sus influencias en la literatura japonesa, Masami Kimura, no ve necesario mencionar a Shiki. En verdad, Kimura se enfoca en períodos posteriores de la historia literaria japonesa, pero si Ruskin hubiera tenido un efecto en la primera ola de escritores japoneses prooccidentales, ciertamente habría valido la pena mencionarlo.
  • Shiki tenía poco interés en leer trabajos formales sobre estética. En una nota (1:4), Beichman menciona que Shiki estaba interesado lo justo en el tema como para poseer una copia del volumen 2 de Aesthetik(1887) de Eduard von Hartmann, pero incluso con la ayuda de amigos de habla alemana e incluso después de que apareció una traducción al japonés, Shiki no pudo llegar a entender el libro. Beichman deja en claro que el interés de Shiki por la estética no era académico y dice rotundamente que nunca leyó un solo trabajo sobre este asunto. [11, 12] Además, las listas de los libros de la biblioteca de Shiki y las de las instituciones educativas de Matsuyama no incluyen nada de Ruskin. 25
  • Aunque Shiki estudió inglés y aparentemente logró cierto nivel de competencia, no está claro que pudiera haber leído a Ruskin en el original incluso si hubiera estado dispuesto a hacerlo y hubiera dispuesto de los libros.
  • Ruskin no se tradujo al japonés hasta 1896. Shiki, sin embargo, estaba trabajando con la idea del shaseial menos dos años antes, ya en 1894. Además:

En mayo de 1900, Tenzui (Tikuji) Kubo (1875–1934), un joven estudioso de los clásicos chinos, publicó un libro titulado Sansui Bi Ron [Sobre la belleza de las montañas y el agua], que incluía nueve capítulos sobre la belleza natural de Japón, uno de los cuales introdujo en la traducción la discusión de Ruskin sobre las nubes de sus Pintores modernos (Volumen 1, Parte 2, Sección 3, Capítulos 2–4)” . 26

  • Tōson (Haruki) Shimazaki, poeta que conoció sin duda a Shiki, había estado leyendo a Ruskin durante algunos años y publicó una «traducción de prueba” del Volumen II, Parte 4, Capítulo 13) de Pintores Modernosen 1896-1897. 27

No se puede probar que Shiki conociera a Ruskin directamente, pero parece probable que las opiniones de Ruskin flotaran en el ambiente y fueran parte de la mezcla volátil de ideas occidentales que los intelectuales de la era Meiji de Japón estaban discutiendo. Parece más que probable que la esencia de las ideas de Ruskin se filtrara a Shiki en los últimos años del siglo. No parece, por tanto, que sea demasiado fantasioso citar el realismo de Ruskin y otras ideas como la fuente última del shasei de Shiki.

Más allá del simple Shasei

Volvamos ahora a los desarrollos estéticos en Japón, avanzando de nuevo en el tiempo.

Conviene recordar ahora que el shasei se centró originalmente en el «bosquejo de la vida»: un nuevo enfoque del poeta lejos de los vuelos fantasiosos de los escritores del pasado hacia una nueva representación realista del objeto en sí. Sin embargo, no pasó mucho tiempo después de que comenzara su reforma del haiku cuando Shiki se dio cuenta de las limitaciones de una interpretación estricta del shasei. Si bien siguió defendiendo el boceto del natural para los poetas principiantes del haiku, admitió la aplicación de la imaginación y la subjetividad en la composición poética. No hacerlo, creía Shiki, podría dirigirnos a una composición trillada.

Basándose en el trabajo de Makoto Ueda, 28 Lee Gurga escribe: 29

Shiki recomendó otras maneras de componer haiku para poetas más avanzados. Shiki, de hecho, apoyó el uso de la imaginación en el haiku, aunque propuso que los poetas la usaran sólo después de haber desarrollado una percepción suficientemente nítida del mundo junto a una clara experiencia de la verdad. Solo entonces se podría intentar transmitir su visión personal al lector destilando la imaginación. La progresión del poeta sugerida por Shiki, desde «bocetos de la vida” para el principiante hasta «realismo selectivo” para el poeta más avanzado y makoto o «verdad poética” para el maestro, es tan válido hoy como lo fue hace cien años cuando propuso eso”.

Realismo selectivo

Examinemos con detalle estas etapas superiores del shasei de Shiki. La primera de ellas es el “realismo selectivo”. Ueda (12-13) proporciona una explicación clara de la idea. Tengamos en cuenta que el realismo selectivo no representa una ruptura brusca con la variedad del shasei básico, sino que es más bien una consecuencia orgánica de él.

En su nivel superior, shasei es realismo selectivo, pues la selección del poeta es sobre la base de su sensibilidad estética individual. Cada poeta tiene una predilección personal por cierto tipo de belleza. Cuando se enfrenta a un paisaje, debe activar su antena estética y dirigirla hacia la parte del paisaje que más le atrae. Un poema así compuesto será más que un boceto de la naturaleza: una exteriorización de la sensibilidad del poeta, una expresión de su sentimiento estético, pues al seleccionar un foco recorta una parte específica del paisaje y la enmarca. Esa parte de la naturaleza tiene entonces un centro, un primer plano, un fondo, etc. Comenzará a vivir su propia vida porque los poetas le han dado vida. . . .”

Nótese también que la imagen de Ueda se basa en las artes gráficas, donde el poeta “enmarca” una escena para enfocarse en sus elementos más importantes. El filósofo francés Roland Barthes usa un lenguaje similar: 30

Toda descripción literaria es una vista. Antes de describir, el hablante se para frente a la ventana, no tanto para ver sino para establecer lo que ve en su marco mismo: el marco de la ventana crea la escena”.

Continuando con nuestra larga cita de Ueda:

Shiki parece pensar que un estudiante que había dominado el arte del realismo selectivo podría aumentar la cantidad de subjetividad en su poesía como mejor le pareciera. “A veces”, escribe Shiki, “el poeta puede incluso cambiar las posiciones relativas de las cosas en una escena real o reemplazar subjetivamente una parte de la escena por algo que no está allí. . . .” Shiki, quien disuadió a los escritores aficionados de maquillar la naturaleza, alentó aquí a los poetas más avanzados a hacer precisamente eso” .

Quizás el ejemplo más famoso de Shiki sobre ello es su haiku de 1902 (en la traducción de Beichman):

     柿くへば鐘が鳴るなり法隆寺

     kaki kueba kane ga naru nari Hōryūji

          muerdo un caqui
y suena una campana-
Hōryūji.

Beichman (53) señala que la experiencia real de Shiki implicó morder su fruta favorita: un caqui, en vez del sonido de la campana de Hōryūji escucha la de Tōdaiji, otro templo. Pero al día siguiente, sin embargo, visitó Hōryūji y decidió que el templo encajaría mejor con su haiku debido a su asociación con los famosos huertos de caqui. El haiku de Shiki también tiene éxito en muchos otros niveles, y Beichman señala (54) «Se puede decir que este haiku es el primero en el que Shiki logró, a través de una descripción realista, evocar una complejidad de significado que va más allá del realismo literal».

La idea de que los seres humanos pueden rectificar las imperfecciones de la naturaleza es una parte muy importante de la estética japonesa. Véase por ejemplo las artes del ikebana y el bonsái, donde el ser humano busca reordenar la Naturaleza y mejorarla.

Makoto

La última etapa del shasei de Shiki se encuentra más allá del realismo selectivo: makoto, o “veracidad”. Ueda (17) lo define de la siguiente manera:

“Makoto. . . es shasei dirigido hacia la realidad interna. Se basa en el mismo principio de la observación directa, salvo que lo observable es el propio yo del poeta. El poeta debe experimentar su vida interior de forma simple y sincera, como observa la naturaleza, y debe describir la experiencia con palabras tan simples y directas como las de los poetas antiguos, tan simples y directas que parecen ordinarias”. 31

En cierto modo, la proposición de makoto por parte de Shiki hizo que sus teorías literarias cerraran el círculo, permitiendo que un grado completo de subjetividad volviera a la poesía siempre que tuviera las características de veracidad y sinceridad. Ueda señala (268), “Tradicionalmente, los lectores japoneses han sentido disgusto por el artificio y han apreciado la naturaleza y lo natural”, y sugiere que el makoto de Shiki podría considerarse una manifestación moderna de un valor poético japonés tradicional.

Lo que Shiki estaba promoviendo, como Ruskin, era una fidelidad esencial del poeta a la Naturaleza. Se evitaba la imaginación vacía que no estaba enraizada en la realidad de una escena. En cierto modo, Shiki trataba de evitar en la poesía lo que el satírico político Stephen Colbert ha denominado «veracidad», término que se usa «para describir cosas que una persona afirma saber intuitivamente o ‘desde las entrañas’ sin tener en cuenta la evidencia, la lógica, el examen intelectual o los hechos». 32 — en suma, poesía escrita sin referencia a la naturaleza observable.

El regreso de Shiki al shasei básico

Al final de su vida, en su diario final, Una cama de enfermo de seis pies de largo (1902), Shiki se retractó un poco y volvió a una visión más objetiva del shasei. Beichman traduce (59–60):

“El boceto del natural es un elemento clave tanto en pintura como en escritura descriptiva: se podría decir que sin él, la creación de cualquiera sería imposible. El boceto del natural se ha utilizado en la pintura de Occidente desde los primeros tiempos; en épocas antiguas era imperfecto, pero recientemente ha progresado y se ha vuelto más preciso. En Japón, sin embargo, el boceto del natural siempre ha sido menospreciado, por lo que el desarrollo de la pintura se vio obstaculizado y no progresó ni la prosa, ni la poesía, ni nada más. . . . La imaginación es una expresión de la mente humana, así que, salvo que uno sea un genio, es natural que la mediocridad y la imitación inconsciente sean inevitables. . . . El boceto del natural, por el contrario, copia la naturaleza, por tanto, los temas de prosa y poesía basados ​​en él pueden cambiar como lo hace la naturaleza. Cuando uno mira una obra basada en el boceto del natural, puede parecer un poco superficial; pero cuanto más se saborea, más variedad y profundidad revela. El boceto del natural tiene defectos, por supuesto. . . pero no tantos como la imaginación” .

     南瓜より茄子むつかしき写生かな

     kaboocha yori nasu muzukashiki shasei kana

          Dibujando de la vida –
las berenjenas son más difíciles de hacer
que las calabazas.

                    — trad. Burton Watson, Masaoki Shiki, Poemas seleccionados #140

El legado de Shiki

Para terminar, quisiera compartir algunas ideas sobre el estado actual del shasei en el haiku occidental. Lamentablemente, el término shasei se ha despreciado y en los últimos años varios autores se han superado a sí mismos tratando de insultar al pobre enfermo Shiki y su obra monumental en la reforma del haiku de hace más de cien años. Este punto de vista es sugerido por Akiko Sakaguchi en Blithe Spirit:

“El principio del shasei revitalizó el hokku que se había vuelto estereotipado en ese momento. Por tanto, se puede decir que hubo una brecha entre el hokku antes de Shiki y el haiku después de él. Pero ahora el propio shasei-ku se ha convertido en un estereotipo, por lo que muchos de nosotros buscamos una nueva forma de hacer haiku. El futuro no aparecerá de repente, sino que evolucionará a partir del pasado. Es útil dar un paso atrás y tener una visión amplia del haiku en el mundo33

La australiana Dhugal Lindsay, que vive y trabaja en Japón y escribe haiku en japonés, brindó una mirada profunda al problema en una entrevista de 2003 con Robert Wilson en Simply Haiku:

“La esencia del haiku que admiro busca Verdades fundamentales. Muchos haikus del tipo shasei introducen hechos pero no verdades. Creo que tales Verdades se pueden encontrar incluso en ausencia de hechos, aunque se encuentran mucho más fácilmente en nuestras relaciones con entidades del mundo natural. . . .

Aunque existen muchos haikus excelentes bajo la técnica “shasei” (bocetos del natural), la mayoría de las veces fallan. Esto se debe a que primero intentan capturar hechos, como objetos concretos, y fijarlos en el compartimento de palabras que es el haiku. Los haikus que “funcionan” destacan del resto, lo que da como resultado un gran número de haikus mediocres con solo unas pocas joyas que por casualidad han logrado acercarse a una Verdad. Esta es, por supuesto, una técnica válida para escribir haiku de calidad, siempre que el poeta posea los medios para filtrar el haiku exitoso del malo”34

Lindsay no lo dice en esta entrevista, pero este proceso de seleccionar un tema, escribir tantos haikus sobre él como sea posible (docenas o cientos) y luego eliminar los defectuosos era exactamente lo que Shiki defendía y practicaba con frecuencia. Observo que Lindsay parece estar enfocándose en lo que podríamos llamar Etapa I shasei: la primera de las ideas de Shiki en lugar del más desarrollado “realismo selectivo” y makoto, aunque él había articulado la noción de “veracidad”.

Por lo general, la crítica hacia el shasei cuestiona el esquema estético de Shiki, pues lo considera como una representación fotográfica de la naturaleza mientras se lamenta la ausencia de imaginación y subjetividad: la dimensión humana. Los revisores y editores han comenzado a criticar uno u otro haiku usando frases como «este haiku es simplemente shasei” o «el poeta X rara vez se expande más allá de shasei «, lo que significa que el verso en cuestión es puramente descriptivo, plano y carente de resonancia o cualquier interés particular. Shasei se ha convertido en un puñado de tierra para ser arrojada a un haiku aburrido.

Randy Brooks escribe sobre el tema en su reseña en Modern Haiku 40.1 (invierno-primavera de 2009) de Poemas of Conciencia de Richard Gilbert. Tengamos en cuenta su uso de las afirmaciones clave «meramente shasei” y «mera instantánea»:

  “       Lirio:

          Fuera del agua …

          fuera de sí mismo

                    — Nicolás Virgilio (1963)

Se podría afirmar que la mayoría de los haikus americanos son meramente shasei haiku. El haiku “lirio fuera del agua” de N. Virgilio es solo una observación sobre la forma en que crecen y florecen los nenúfares. ¿Dónde más que fuera del agua podría crecer un nenúfar y dónde podría florecer aparte de sí mismo? El significado no está en el shasei, sino en la parte sin palabras del haiku: las pausas, los silencios, las asociaciones tácitas. En otras palabras, usando la concepción de Shirane, uno puede malinterpretar el haiku al suponer que la superficie horizontal de las percepciones evidentes en las imágenes es todo lo que hay en el haiku, ignorando el significado más profundo que se encuentra en el lenguaje, la expresión, la sintaxis, las asociaciones culturales, implícitas. los contextos sociales, los espacios, los vacíos y los silencios antes, dentro y después de las palabras”.

El ritmo de esta crítica se ha acelerado recientemente y Shiki y shasei, lejos de seguir siendo ejemplos brillantes del haiku del siglo XX, ahora se pintan como la causa de su caída.

Ken Jones, escribiendo en Blithe Spirit35 por ejemplo, llega a esta sombría conclusión: “La tradición de los ‘bosquejos de la vida’ está tan profundamente arraigada en los poetas, editores, críticos y jueces que parece posible que el haiku en inglés no tenga futuro literario y siga siendo una expresión excéntrica y egocéntrica” . 

Jones inclina su mano un poco, revelando que desea que el haiku se acerque y sea aceptado en la poesía convencional. Aquí se hace eco de Haruo Shirane en su discurso de Haiku North America 1999 en Evanston, Illinois, cuando apoya el uso en el haiku de recursos poéticos que consideramos occidentales: “Sin el uso de metáforas, alegorías y simbolismos, el haiku tendrá dificultades para lograr la complejidad y la profundidad necesarias si desea llegar a las principales audiencias de poesía y convertirse en objeto de estudio y comentario serios”. 36

Me parece discutible si esta fusión es posible o deseable.

El mismo número de Blythe Spirit contiene la segunda parte del artículo de Jim Kacian presentado en la Conferencia y Festival Internacional de Poesía Haiku en SUNY Plattsburgh en 2008. 37 Kacian resume la influencia de Shiki y shasei en el haiku occidental con estas palabras:

Occidente llegó al haiku en el único momento de su larga y estimable historia en que había adoptado una orientación objetivista. No importa que el objetivismo sea filosóficamente insostenible, que no haya forma de probar a través del lenguaje la existencia de algún tipo de realidad “allá afuera”. Aún más inverosímil, según Shiki toda la base del arte tradicional del haiku se basaría en una construcción occidental importada. Y el haiku ha sufrido por ello desde entonces”.

Podríamos señalar que el uso del término “objetivista” es particularmente curioso aquí. Tiene asociaciones en Occidente con el movimiento literario que en la década de 1930 surgió del imaginismo o, aún más lamentablemente, con las teorías políticas de Ayn Rand. Tengo entendido, además, que los objetivistas no intentan probar la existencia de una realidad “allá afuera” sino que buscan valorar el poema mismo como una realidad objetiva y enfocarse —literalmente, como en una lente objetiva óptica— en su contenido. Más bien, como vimos en la cita sobre Ruskin anterior, «El objetivo del realismo ruskiniano es la creación de una relación responsable entre el espectador y lo real a través del objeto de arte«. No soy competente para interpretar la crítica literaria japonesa, pero que yo sepa, ninguno de los eruditos occidentales que han escrito sobre el trabajo de Shiki: Keene, Ueda, Shirane, et al. — utilizan esa terminología. Finalmente, Shiki intentaba, como hemos discutido aquí, reconciliar la filosofía japonesa tradicional con la literatura popular. Claramente, fue influido en esta búsqueda por las ideas de Spencer y, estoy seguro, de Ruskin, pero no he visto evidencia que respalde la insinuación de Kacian de que Shiki persiguió su agenda reformista porque era una construcción occidental importada.

Otro de los nuevos críticos del shasei es Scott Metz. En una revisión extensa de la antología de gendai (moderno) haiku, Haiku Universe for the 21st Century , Metz cita el fragmento de Shirane dos veces y Richard Gilbert una vez («Gendai Haiku», en el blog de la Fundación Haiku).

Los efectos y la resonancia de esta modernización, por supuesto, todavía se pueden sentir mucho hoy, tanto en el haiku japonés como en el inglés. El concepto de Shiki de expresar sus sentimientos en un boceto realista ( shasei ), “inspirado, en parte, en el realismo europeo. . . [que fue] entonces. . . reimportado a Occidente como algo muy japonés” , se convirtió en la corriente principal, y en su mayor parte sigue siendo así hoy en día, a pesar de que “el alma esencial de la tradición del haiku nunca ha tenido nada que ver con el realismo. . . .” y que, de hecho, interpretar y componer haiku de esta manera “es básicamente una visión moderna del haiku” . 38

Sin embargo, hay cierto desfase en esta línea de argumentación. Al determinar si el realismo era una parte esencial del haiku del período Tokugawa, Shirane parece afirmarlo en ambos sentidos. Primero escribe (49) “Bashō. . . no habría hecho tal distinción entre la experiencia personal directa y lo imaginario [es decir, ‘que el haiku debe basarse en la propia experiencia directa, que debe derivar de las propias observaciones, particularmente de la naturaleza’], ni habría puesto más alto valor de los hechos sobre la ficción.

Sin embargo, más tarde (52), hablando de haikai, en este caso significa haikai no renga o renga, escribe que “[Bashō] creía que haikai debería describir el mundo “tal como es”. De hecho, era parte de un movimiento más grande que era un retroceso al verso enlazado ortodoxo anterior o renga”. Shirane continúa repitiéndolo mientras muestra su disconformidad con el «haikai estúpido” de moda a finales del siglo XVII, aunque Bashō no excluyó la “ficción”, es decir, un tema menos ajeno al propio realismo. Podríamos llamar la atención sobre el hecho de que esto fue, punto por punto, lo que Shiki hizo por el haiku en la década de 1890: rescatar un género literario que había degenerado en versos sin sentido y fantasía, volver a fundamentarlo en la realidad y luego admitir en su composición elementos de la emoción humana, la imaginación y la subjetividad.

Como resultado de lo anteriormente dicho, Shiki está teniendo mala reputación. No era más que un crítico y reformador que cambiaba de ideas o de formas. Los últimos diez años de su vida fueron un período increíblemente productivo, pues sus ideas evolucionaron y fueron modificadas; con frecuencia se contradecía a sí mismo, lo que sin duda es un sello distintivo de muchos grandes pensadores. El foco ha de ser que su idea de shasei no fue estática, sino que más bien evolucionó con el tiempo a través de la creciente admisión de la subjetividad. Primero, se transformó en “realismo selectivo” y luego en makoto o verdad poética. El factor constante aquí fue el realismo, no el tema.

Kawahigashi Hekigotō (1873 – 1937)
y Takahama Kyoshi (1874 – 1959)

Ahora bien, es cierto que el shasei dispuso de una segunda vida en la historia del haiku japonés, pues tras la muerte de Shiki algunos de sus discípulos recogieron la idea de dibujar del natural y la modificaron significativamente. Creo que es probable que sea la última versión la que descuadra a los críticos occidentales. Recordemos que Hototogisu fue asumido sin mucho entusiasmo por Takahama Kyoshi, el discípulo a quien Shiki se sentía más cercano. De acuerdo con los propios intereses de Kyoshi, pronto se convirtió en una revista literaria generalista en lugar de un órgano de haiku. Unos diez años más tarde, sin embargo, Kyoshi recuperó el interés por el haiku y Hototogisu se convirtió de nuevo en una revista de poesía, de hecho, la revista líder —podría decirse que la corriente principal— de haiku en las próximas décadas.

Por otro lado, un segundo colaborador cercano a Shiki, Kawahigashi Hekigotō, sentó las bases para la introducción total de la subjetividad en el haiku. Hekigotō reemplazó a Shiki en la redacción de la influyente columna de haiku en Nippon. Sus intereses permanecieron con el haiku, pero en una dirección bastante nueva. En el vacío creado por la salida de Kyoshi de la escena de la reforma del haiku, Hekigotō pronto estuvo ocupado fundando el movimiento de Nueva Tendencia (Shin Keiko):

Los objetivos de este movimiento eran ir más allá de la idea de shasei de Shiki, es decir, enfatizar la importancia de la experiencia directa y la inmediatez de los sentimientos y fomentar un enfoque subjetivo del haiku. Intentaron explorar la psicología humana y, para hacerlo, sintieron que tenían que liberar al haiku de la forma y abandonar las reglas tradicionales, en particular la necesidad de palabras de temporada [kigo] y el recuento estricto de sílabas”39

Muchos de los poetas más admirados en Japón se adhirieron al movimiento Nueva Tendencia: Ogiwara Seisensui, Nakatsuka Ippekirō, Ozaki Hōsai, Ōsuga Otsuji y Taneda Santōka.

Mientras tanto, la idea del shasei fue retomada por el mucho más conservador Kyoshi, quien la convirtió en una doctrina bastante rígida en una variante que llamó kyakkan shasei , o “shasei objetivo” . Susumu Takiguchi, el autor de la única biografía de Kyoshi de tamaño de libro que aún no ha aparecido en inglés [Nota de los traductores: ya está disponible bajo el nombre de Kyoshi. A Haiku Master, Tokyo: Ami-Net, 1997] describe kyakkan shasei de la siguiente manera:

Según Kyoshi, el estudiante de haiku primero debe intentar esbozar lo que ve, por ejemplo, flores o pájaros, y captar algún tipo de percepción que emana de sus características objetivas, es decir, sus colores, formas o la forma en que florecen o cantan, lo cual es no forma parte de la subjetividad del estudiante. Luego tiene que convertir la percepción así captada en expresión poética que, con suerte, se convertirá en haiku.

Sin embargo, con la práctica y con una observación más aguda y mayor sensibilidad, el estudiante experimenta una nueva simpatía, o incluso interacción, entre estos objetos, es decir, flores y pájaros o cualquier otra cosa, y su “corazón” . En esa etapa, las flores y los pájaros ya no están separados del estudiante, sino «fundidos en su corazón para que sientan como si el corazón fuera conmovido por ellos«. El resultado final es que el estudiante representa su propia percepción, es decir, él mismo, al representar las flores y los pájaros en la puesta en práctica avanzada de kyakkan shasei. Aquí, el estudiante habrá trascendido la distinción mundana entre lo subjetivo y lo objetivo”40

Entre paréntesis, Ruskin se muestra en su ensayo impaciente con los términos «objetivo” y «subjetivo” y trata de prescindir de ellos para «examinar cuanto antes la diferencia entre la apariencia ordinaria, adecuada y verdadera de las cosas para nosotros; las apariencias extraordinarias o falsas, cuando estamos bajo la influencia de la emoción o la fantasía contemplativa; y las falsas apariencias desconectadas de cualquier poder o carácter real en el objeto, sólo imputadas por nosotros.” 41

A fines de la década de 1920, Kyoshi propuso la noción de kachō-fūgetsu o kachōfuei («flor-pájaro-viento-luna») como tema adecuado para el haiku (ésta es una palabra con resonancia en la pintura, pues la escuela de pintura tradicional de El arte japonés se llamaba kachōga, “pintura de flores y pájaros”). Los inventos de Kyoshi se convirtieron inmediatamente en dogma para el grupo Hototogisu. De hecho, con el paso de los años, Kyoshi se convirtió cada vez más en un autócrata, con el resultado de que muchos poetas de su círculo huyen de Hototogisu para iniciar o unirse a nuevos movimientos. El ensayo del compañero de Richard Gilbert, Itō Yūki, “New Rising Haiku: The Evolution of Modern Japanese Haiku and the Haiku Persecution Incident” 42 casi calumnioso en su descripción de Kyoshi como un fascista y un títere del gobierno, sin embargo, deja claro que Kyoshi tuvo una influencia muy malévola en el haiku japonés.

Las enseñanzas de Kyoshi son bastante diferentes a las de Shiki, sin mencionar los preceptos del movimiento Nueva Tendencia. Es fácil que se rechace su kyakkan shasei no solo por su procedencia sombría sino también porque como dogma sólo podría conducir al embrutecimiento y la regresión. Quisiera sugerir que es la marca de shasei de Kyoshi, no la de Shiki, la fuente de tal ofensa en Occidente.

Conclusiones

Ahora nos hemos alejado mucho de nuevo y necesitamos volver a concentrarnos en “las cosas tal como son”, ¡si me permite la expresión! Pero me he quedado sin espacio.

En este ensayo hemos tratado de pintar los contornos de la corriente más grande que ha afectado al haiku en el siglo pasado, y quizá en toda su historia: la ola de realismo occidental que inundó el Japón literario a fines del siglo XIX y la estética del shasei, la respuesta de Masaoka Shiki. Los remolinos y las ondas llegaron hasta el mismo borde de nuestro planeta y continúan rebotando hoy.

 Posdata

Stephen Addiss, uno de los editores de Juxta, escribe lo siguiente:

Trumbull afirma:

Beichman escribe (54): “Bajo la influencia de Fusetsu, Shiki agregó el término shasei, ‘el bosquejo de la vida’, a los otros términos que había usado hasta entonces para denotar realismo: ari no mama ni utsusu  para representar cómo es y shajitsu  o realidad. En una nota al pie posterior (149), Beichman agrega: “Los artistas usaron originalmente shasei para traducir el inglés ‘sketch’ y el francés ‘dessin’“.

. . .

El sentido común, sin embargo, afirma que el shasei fue inicialmente una noción completamente occidental.

He investigado un poco. Más específicamente, descubrí que el término fue utilizado en China por la última dinastía T’ang (siglo IX).

En la China tradicional, hsieh sheng ( xue shong ), 写生 el japonés shasei , pintar o copiar + vida real, significaba pintar directamente de la vida, refiriéndose principalmente a la pintura de pájaros y flores, animales e insectos. Por contra, hsieh-i ( xue yi ), 写意, japonés sha-i , pintar o copiar + mente/corazón/idea, implicaba pintar la idea o la naturaleza interna del sujeto. (Ver Benjamin March, Some Technical Terms of Chinese Painting [New York Paragon Book Reprint Corp., 1969], 18 y 22.)

En torno al año 500 d.C. aparecen las famosas “Seis leyes de la pintura” escritas por Hsieh Ho (Xue He) que comienzan con ch’i-yun sheng-tung ( qiyun shengdong ), es decir, “resonancia del espíritu y movimiento de la vida” ; también puede traducirse como «vitalidad rítmica” y «elemento espiritual, movimiento de la vida». La tercera ley es representar formas y la sexta es copiar modelos. El énfasis en el movimiento de la vida sobre la copia de formas fue retomado por pintores literatos que escribieron ampliamente sobre xue yi y no valoraron la representación exacta. Por ejemplo, el famoso poeta, artista y calígrafo Su Shi (1037-1101) escribió:

“Si alguien analiza una pintura en términos de semejanza formal, su comprensión es similar a la de un niño” .

En Japón, shasei se conoce desde el Período Kamakura (1192-1333). Durante el Período Edo (1600–1868) adquirió varios usos, incluso para ilustraciones médicas holandesas y para el arte occidental en general. También se usó para describir bocetos realistas de la naturaleza hechos con fines de estudio, a menudo en pequeños formatos de álbum o pergamino a mano. Maruyama Ōkyo 円山応挙 (1733–1795) y su escuela Maruyama Shijō 円山四条派 se asocian generalmente con la pintura shasei, habiendo sintetizado la antigua tradición decorativa yamato-eやまと絵 con un estudio realista de la naturaleza.

Así que está claro que el término shasei se había utilizado en Japón durante algún tiempo, especialmente en los siglos XVIII y XIX, y no solo para el arte de inspiración occidental. Si Shiki estaba al tanto de esto, lo desconozco.

Trumbull responde:

Aprecio los pertinentes comentarios de Addiss y estoy seguro de que tiene razón: la idea de dibujar a partir de la naturaleza seguramente se conocía en China y Japón desde la antigüedad. También considero probable que Shiki supiera ese hecho, inmerso como estaba en la estética china y japonesa. Quizás para Shiki el (re)descubrimiento del shasei, cualquiera que sea su origen, lo condujo a pensar: “bueno, todos los demás parecen estar haciendo esto en pintura y poesía, ¡quizás también deberíamos hacerlo en el haiku!”.

—–

1.- Presentado en Haiku North America 2009, Ottawa, Ont., August 8, 2009, bajo el título “Crosscurrents East and West: Masaoka Shiki and the Origins of Shasei”.

2.- James T. Ulak, “Japanese Visual Arts,” Encyclopædia Britannica, 17:735a.

3.- Janine Beichman, Masaoki Shiki: His Life and Works. Tokyo: Kodansha, 1986, 8, citado por el primo de Shiki, Ryō.

4.- Masaoka Shiki, Selected Poems, trans. Burton Watson (New York: Columbia University Press, 1997), 1.

5.- Beichman 12.

6.-Masaoka Shiki, Peonies Kana: Haiku by the Upasaka Shiki, trans. and ed. Harold J. Isaacson (New York: Theatre Arts Books, 1972), xii.

7.- Siguiendo la cronología de Beichman.

8.- Akiko Sakaguchi sugiere: “Quizás obtuvo su conocimiento de la cultura inglesa a través de Sōseki” . Véase su “Travelling Haiku,” Blithe Spirit 12:3 (September 2002), 50–51. Publicado de nuevo en The Poetry Library website, https://www.poetrymagazines.org. uk/magazine/record.asp?id=11901; Accedido el 6/19/08.

9.- De Janine Beichman-Yamamoto, trans. “Masaoka Shiki’s A Drop of Ink.” Monumenta Nipponica 30:3 (1975), 303–15.

10.- Shiki,” Nihon no shōsetsu,” Garabatos [sin páginas citadas]

11.- Shiki, Scribblings, X: 41-42, citado en Beichman 11.

12.- Beichman, “Preface” 2.

13.- Beichman 19.

14.- Beichman 54–55.

15.- Masaoka Shiki, If Someone Asks . . .: Masaoka Shiki’s Life and Haiku, trans. Shiki-Kinen Museum English Volunteers (Matsuyama, Japan: Matsuyama Municipal Shiki-kinen Museum, 2001), 2.

16.- Akiko Sakaguchi escribe en Blithe Spirit, “En la poesía china había un elemento ganzen (ante los ojos), similar a shasei. Así que también podría haber una influencia inconsciente de la poesía china. En Japón había un elemento keiki (estado de ánimo de una escena) anterior al período de Bashō, pero era un poco diferente del shasei” .

17.- Watson, 6–7. Shiki cita esto de Beichman 46.

18.- Grove Dictionary of Art;
https://www.artnet.com/library/00/0044/T004490.asp.

19.- John Ruskin, Modern Painters (New York: Knopf, 1987, reedición del original en cinco volúmenes). Esta cita está en la página 365 (Volume III, página 209, en el original).

20.- Lawrence Buell, The Environmental Imagination: Thoreau, Nature Writing, and the Formation of American Culture (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1995);  disponible online en Environmentalhttps://books.google.com/ books?id=Nnvoh8t2nOwC&pg=PA90&lpg=PA90&dq=ruskin+selective+realism&source=bl&ots=Qnt6WWG7an&sig=tBHymaq2ftv3XARFkfSMjRTM_0&hl=en&ei=RcJMSvuyPJGoMOKfjewD&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=4.

21.- Luc Herman, Concepts of Realism (Columbia, S.C.: Camden House, 1996), 30; books.google.com/books?id= VeHhIf6q6dMC&pg=PA20&lpg=PA20&dq=ruskin+realism+truth&source=bl&ots=23mpDjoWnz&sig=IsAe1GLjISU9MPdoqYBAvz_728s&hl=en&ei=5cdMSq-bGIn-MK_SrfED&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=7>.

22.- David Goff, “Truth and Falsehood in Ruskin’s Modern Painters” (Course notes for English and History of Art 151, Pre-Raphaelites, Aesthetes, and Decadents, Brown University, 2009); https://www.victorianweb.org/authors/ruskin /goff3.html.

23.- “Pathetic fallacy,” Wikipedia.
https://en.wikipedia.org/wiki/Pathetic_fallacy. ↩

24.- Este fragmento ha sido extraído de Philip V. Allingham from Carol Levine’s The Serious Pleasures of Suspense: Victorian Realism & Narrative Doubt (London and Charlottesville: University of Virginia Press, 2003), que se reseña en otra parte de Victorian Web [GPL]

25.- Kimiyo Tanaka realizó una verificación de los fondos de la biblioteca personal de Shiki en los registros del Museo Municipal Shiki-Kinen de Matsuyama para el autor.

26.- Masami Kimura. “Japanese Interest in Ruskin: Some Historical Trends,” en Robert Rhodes and Del Ivan Janik, eds., Studies in Ruskin: Essays in Honor of Van Akin Burd (Athens, Ohio: Ohio University Press, 215–44), citado en p. 220.

27.- Ibid., 220–21.

28.- Makoto Ueda, Modern Japanese Poets and the Nature of Literature (Stanford, Calif.: Stanford University Press, 1983).

29.- Lee Gurga, “Toward an Aesthetic for English-Language Haiku,” Modern Haiku 31.3 (Fall 2000), 62.

30.- Roland Barthes, S/Z, citado en Mark Morris, “Buson and Shiki: Part Two,” Harvard Journal of Asiatic Studies 45:1 (June 1985), 255–321.

31.- Ueda 17.

32.-“Truthiness,” Wikipedia;
https://en.wikipedia.org/wiki/Truthiness; accedido en junio 19, 2009.

33.- Akiko Sakaguchi, “Traveling Haiku,” Blithe Spirit 12:3 (September 2002), 50–51, reeditado en the Poetry Library website,

https://www.poetrymagazines.org.uk/magazine/record.asp?id=11901; acceso en junio 19, 2009.

34.- Robert Wilson, “Interview with Dhugal Lindsay,” Simply Haiku 2:3, May–June 2003;
https://www.poetrylives.com/SimplyHaiku/SHv2n3/features/Dhugal_Lindsay.html; accessed July 19, 2009.

35.- Blithe Spirit 19:2 (June 2009), 30.

36.- Haruo Shirane, “Beyond the Haiku Moment: Bashō, Buson, and Modern Haiku Myths,” Modern Haiku 31.1 (Winter–Spring 2000), 55.

37.- Blithe Spirit 19:2 (June 2009), 31.

38.- Scott Metz, “Reboot,” Modern Haiku 40.3 (Autumn 2009), 104.

39.- Citado de una breve esbozo de la vida de Hekigotō, fuente perdida.

40.- Susumu Takiguchi, Kyoshi: A Haiku Master (Bicester, Oxfordshire: Ami-Net International Press), 1997.

41.- Ruskin 363.

42.- Disponible en Simply Haiku Web journal:

https://www.simplyhaiku.com/SHv5n4/features/Ito.html y publicado en 2007 en el libro de Red Moon Press.

Mañana del 14 de septiembre (Shiki Masaoka)

Nota de introducción al texto.

A escasos días de su muerte, Shiki seguía escribiendo breves entradas en su diario Una cama de enfermo de seis pies de largo. El día 16 de septiembre no se publicó ninguna, sin duda porque dos días antes (los que tardaban en publicarse una vez escritas), el 14 de septiembre, escribió su último trabajo en prosa, que tituló Mañana del 14 de septiembre. Como no tenía fuerzas para escribirlo, se lo dictó a Kyoshi.

He hallado dicho texto hace un par de días (finalmente se publicó en Hototogitsu el 20 de septiembre), y solamente publicado en idioma japonés. Sin tiempo para pedir ayuda, he pensado publicar el texto traducido por Google Traslations y DeepL Traductor. Lo sé, no es lo deseable, pero al no tratar sobre una teoría que pueda conducirnos a errores extremadamente graves, nos permite hacernos una idea de qué escribía Shiki unos días antes de fallecer, y quedamos a la espera por si alguien se quisiera animar a traducir, corregir, sugerir cambios, etc. pues el texto original se puede encontrar en japonés pinchando aquí. Cualquier mejora, comentario, etc. o nueva traducción, será muy bienvenida. No hay nada comparable, ni cercano, a una buena traducción realizada por una persona conocedora del idioma y experta en ello. Gracias

Mañana del 14 de septiembre

(Shiki Masaoka)

Traducción: Google Traslations y DeepL Traductor
Compilación: Elías Rovira

Esta mañana, me he despertado cubierto por el mosquitero. Todavía estaba medio absorto, pero me desperté y dije: ‘Eh, eh, eh’. Mi hermana menor, que dormía en la habitación de al lado, y Kyoshi, que dormía en el tatami, respondieron al mismo tiempo y se levantaron.

Kyoshi se había quedado desde la noche anterior para cuidarme. Abrió las persianas. Ha quitado la mosquitera. En ese momento, sentí una especie de malestar en la boca y una sed que me dejó completamente seco, así que me comí unas diez uvas Koshû que me habían puesto en la bandeja junto a la almohada. El sabor era indescriptiblemente delicioso. Me he sentido como si hubiera estado bebiendo de un tallo de oro. Desaparecido el sueño y cada vez más despierto, he empezado a sentir una sensación de ansiedad y dolor en mi cuerpo. Por supuesto, había un motivo para hacer venir a alguien en este momento, así que inmediatamente se llevaron las cosas sucias esta mañana.

Mi estado cambió repentinamente hace cuatro o cinco días, y mis piernas, que apenas había podido mover, se hincharon de repente como si estuvieran llenas de agua, y no pude moverlas durante unos cinco minutos. Cuando he intentado mover las manos parece que estuvieran bajo una gran roca, y en mis piernas, que permanecían inmóviles, sentí un dolor extremo. He experimentado a menudo varios tipos de dolor, pero es la primera vez que siento un dolor tan extremo.

Por esta razón, desde hace unos días hay signos de una especie de malestar en esta “habitación de hospital”, debido a mi sufrimiento, al alboroto en la casa y a las visitas de mis amigos que también me cuidan. Muchos de mis amigos (Hekigotô, Rokkotsu, Sachio, Hotsuma, Takashi y Setsu) que habían venido la noche anterior también se fueron, y era alrededor de la una cuando me dormí. Esta mañana me he despertado y he comprobado que mis piernas estaban tan inmóviles como el día anterior, pero mi espíritu estaba muy tranquilo, probablemente porque anoche había dormido profundamente casi sin interrupción. Tenía la cara un poco girada hacia el sur y no podía moverme en absoluto, pero seguía mirando tranquilamente por el shoji de cristal. Eran poco más de las seis y el cielo estaba brumoso y nublado, pero no había ni una pizca de viento. Los estantes de bambú frente a la ventana tienen una altura de un ken y medio con tres paneles de caña sobre ellos, y las diez o más calabazas-esponja (luffas) que suben desde el lado este de los estantes, son todas estériles y aún no han llegado a la parte superior de los mismos. Sólo hay unas pocas flores. Delante de ellas, la patrinia es la más alta, y hay cinco o seis crestas de gallo dispersas un poco más abajo que ella. Los árboles Tang, que florecen en otoño, siguen mostrando sus copas. Nunca había mirado este jardín con tanta tranquilidad desde que enfermé como esta mañana.

Shiki enfermo, junto a su madre, en la mañana del 14 de septiembre de 1902, escuchando al vendedor desde la calle: ¡¡Natto!! ¡¡Natto!! Fuente: Federación japonesa de sociedades cooperativas de natto (comida típica hecha con semillas de soja cocidas y fermentadas).

Hago gárgaras. Hablo con Kyoshi. En la casa del lado sur de la calle, una voz como la de un niño de segundo grado comienza a revisar un libro. Poco después, llegó un vendedor de natto. El lado sur de mi casa es un pequeño callejón, pero como solía ser una parte de la villa de Kaga, este callejón es un callejón sin salida, por lo que incluso los vendedores de tofu rara vez vienen a este callejón trasero. Por eso, cuando raramente viene un comerciante de comida o bebida, me siento tentado a comprarle para animarme. Esta mañana, inusualmente, ha llegado un vendedor de natto, y se oía a la gente de la manzana comprar natto de aquí y de allá. No quería comerlo yo, pero dejé que compraran un poco.

Cuando miré al exterior mientras hablaba con Kyoshi sobre la mañana que pasamos en Suma, vi una sola hoja de luffa revoloteando como si hubiera caído rocío sobre ella. Cada vez que esto ocurría, el aire fresco del otoño parecía penetrar en mi piel y me sentía indescriptiblemente bien. Me resultaba extraño que hubiera sufrido tanto dolor y que ahora no me sintiera mal desde hacía unos momentos, así que quise escribirlo. Cuando terminé de escribir, mi madre se acercó a mí y me dijo: «Sop está aquí, ¿verdad?”.