Entrega nº 108. 28 de agosto
-En las reseñas de “Conversaciones sobre Haiku en el refugio de la nutria (Dassai shooku haiku-chô shô)”, publicadas por Hekigotô en el número diez de la quinta serie de Hototogisu, se critica el siguiente poema:
Sunahama ni
Ashiato nagaki
Haruhi kana
Sobre la arenosa playa
Unos largos trazados de huellas
¡Día de primavera!
Hekigotô se pregunta si se trata de los pasos del poeta o de alguien más. En mi opinión, no son necesariamente los pasos del poeta, sino simplemente lo que este último sintió al observar esos rastros en ese lugar.
Hi ichinichi
Onaji tokoro ni
Hatake utsu
Todo el día
En el mismo sitio
Arando el campo
Al comentar estos versos, Hekigotô se pregunta si el poeta trabaja en el campo. En mi opinión, el poema fue más bien compuesto con la intención de cantar el trabajo de otra persona, pero también podría considerarse como su propio trabajo.
Issen no
Tsurigane tsuku ya
Hirugasumi
Por un centavo
¡Se hace sonar la campana!
Niebla del mediodía
Al comentar estos versos, Hekigotô dice que es cuestión de echar un centavo en una ofrenda y luego tocar la campana, pero mi idea no es esa. Hay lugares donde, por un centavo, directamente compras el derecho de tocar la campana. Es en ese tipo de toque de campana en el que pienso aquí.
Hitooke no
Ai nagashi keri
Haru no kawa
De un balde
Se ha vertido el añil.
El río en primavera
Al comentar estos versos, Hekigotô explica extensamente que, en realidad, uno no pone el tinte añil en un balde para verterlo, sino que se colorea el agua utilizada para el tinte y es esta la que se vierte. Pero esa no fue mi idea. Se trata de verter directamente un balde de tinta añil: no sé si se hará así o no en Tokio, pero en provincias sí que es así como lo hacen los tintoreros.
Kannon de
Ame ni aikeri
Hanazakari
En Kannon
Volví a encontrar lluvia
¡Qué eclosión de flores!
En estos versos, yo estaba muy orgulloso de usar la sencilla frase “Kannon de” (En Kannon). Me sorprendió encontrar en los comentarios de Hekigotô apreciaciones como “está en el tono de Otsuni”, o “este poema es del estilo de Ryôta”; por no hablar, que por otra parte enumera en su trabajo al menos veinte poemas sin que conste mayor comentario. Estas son críticas muy atrevidas: ¿no sería ese el punto débil de Hekigotô? Hay personas realmente negligentes… “y los héroes, esperan ahí para engañar al común de los mortales”.
Nagaki yo ya
Hito hi o totte
Niwa o yuku
Larga noche
Un hombre con su linterna
Camina por el jardín
Al comentar este poema, Hekigotô se pregunta si es que hubo algún inconveniente en elegir como primer verso de cinco sílabas «Frescor nocturno» (yo samusa ya). Pero, en mi opinión, no se trata de una noche fría. Se trata de resaltar un pequeño incidente que perturba la monotonía de una larga noche o, para decirlo más específicamente, una noche donde no sucede nada, simplemente interminable, y en la que, de repente, alguien camina por el jardín con una linterna, antes de que se reanude esa larga e interminable noche, como si nada hubiera pasado. (Continuará…)
Notas del traductor y las fuentes
– Shiki parece querer dejar bien aleccionados a sus dos principales discípulos antes de morir. Hechas las aclaraciones a Kyoshi, ahora es el turno de Hekigotô, a quien dedica también muy duras críticas. Con esta, inicia una serie de tres entregas consecutivas sobre su trabajo.
– Conversaciones sobre Haiku en el refugio de la nutria (Dassai shooku haiku-chô shô) es una de las antologías de haikus de Shiki, realizada por él mismo, la primera de las cuales fue publicada unos meses antes, en abril de 1902.
– El primer haiku se ha traducido de Lozerand. También Fernando Rodríguez-Izquierdo lo reproduce, traduce y comenta directamente del japonés en Ruego a la mariposa (ed. Satori, 2013, Gijón) del siguiente modo:
“suna-hama ni
ashiato nagaki
haruhi kana
Sobre la playa, un largo
reguero de pisadas,
en día primaveral.
¿A dónde irá esa larga sarta de huellas humanas sobre la arena? Seguramente, su rastro se pierde ya a simple vista. El caso es que, mientras lo seguimos, contemplamos el mar, y nos refresca su orilla en plena primavera.
*suna-bama: con cierta redundancia, «playa arenosa».
*ashiato: compuesto apositivo «pies – huella»: «huellas de pies humanos» o «vestigios de pisadas».
* nagaki: adjetivo predicativo -nagai «largo»- con sufijo arcaico -ki. Se refiere a que esa secuencia de pisada es larga para el observador.”
– Más adelante, ya en otro haiku, Shiki usa una expresión coloquial, “En Kannon” (Kannon de) para designar un templo, más que probablemente el Sensô-ji de Asakusa, dedicado a la deidad Kannon (Guan Yin).
– Iwama Otsuni (1756-1823), es un haijin que ha cantado mucho las costumbres de Tôhoku.
– Ôshima Ryôta (1718-1787), fue un haijin, influyente maestro de haiku y coetáneo de Buson (1716-1784).
– … “y los héroes, esperan ahí para engañar al común de los mortales” es una expresión del chino clásico, que puede interpretarse literalmente, o también como que los líderes, gracias a la superioridad de su inteligencia, actúan frecuentemente de tal manera que la gente común no puede entenderlos.
Entrega nº 107. 27 de agosto
-En el número diez de la quinta serie de Hototogisu, sumados a los versos recopilados en el llamamiento público, encontramos entre los versos seleccionados por Kyoshi algunas de sus propias composiciones.
Honjin no
Yari ni karasu ya
Akeyasuki
El cuervo y la lanza
De la tienda del general –
Está a punto de amanecer
¿Es la escena de un cuervo descansando sobre una lanza? ¿O es que el cuervo está volando cerca de la lanza? Como no lo tenía del todo claro, quise preguntarle al autor, pero me respondió que, incluso si uno no podía imaginar la escena, la imagen era buena, y que el cuervo podía estar volando, posado o cantando; que todo eso carecía de importancia, que el interés era que estuviesen unidas las figuras de una lanza de un cuartel general y la de un cuervo. Pero incluso después de escuchar este tipo de explicación, no puedo sentirme interesado por una escena que es confusa. Cuando leo «El cuervo y la lanza / de la tienda del general», siento el deseo de representar objetivamente la escena, como si la tuviera ante mis ojos… Es por eso que yo sigo insatisfecho, ya que la posición del cuervo no está claramente establecida.
Matsu o kiru
Nata ya ayamatte
Tsuchi o ran o
Cortar un pino.
En el hacha, por error,
la tierra y las orquídeas.
Estos versos presentan aspectos incomprensibles. Nuevamente intenté preguntarle al autor, y se me dijo que cortar un pino, era realmente cortar un árbol. Pero si se trata de cortar un árbol en pie, generalmente usas una sierra y casi nunca un hacha. Si es un árbol que se puede cortar con un hacha, se debe considerar que es un pino muy pequeño. Pero admitamos que eso no importa, y lleguemos al segmento final, “la tierra y las orquídeas”: es una manera muy atrevida y demasiado extraña de explicarse, lo que me transmite una impresión de mal gusto. Cuando tienes una idea arriesgada como esta, la mayoría de las veces, es el mal gusto el que gana y se da la impresión de ser un aprendiz.
Ishi ni koshi
Yuri no naka naru
Kojiri kana
Sentado en una piedra
En el interior de unos lirios
¡El fondo de la vaina de un sable!
Tampoco entendí el significado y le pregunté al autor: parece que el fondo de la vaina de un sable dentro de los lirios, no significa que el fondo de la vaina esté en el interior de un lirio propiamente dicho, sino que se encuentra en medio de muchas flores. Pero no sé si está perfectamente claro al leer este poema … No solo es una idea extraña que este trozo de la funda de un sable esté en medio de las flores, sino que, por añadidura, ya que lo refiere usando una expresión que a la vez da a entender también que todo ocurre “dentro de un instante” (naka naru kojiri) es aún más extraño, y no entendemos en absoluto de qué se trata. Como el autor escribió intencionalmente admirado ¡El fondo de la vaina de un sable! (Kojiri kana), debió considerar que escribía un verso muy dinámico. Por otro lado, podemos preguntarnos si este verso muestra al autor mismo, o si está a un lado y compone sobre una tercera persona que observa. Cuando hice la pregunta, Kyoshi dijo que estaba a un lado.
Sin embargo, tanto “sentado en una piedra” como “En el interior de unos lirios / ¡El fondo de la vaina de un sable!”, ambos dan la impresión de ser contados desde el punto de vista del autor, y no lo observado por otro guerrero sentado. De lo contrario, parecería que el autor expresó sus sentimientos porque estaba extremadamente contento con el espectáculo de ese trozo de la vaina de un sable en medio de los lirios, pero… en fin, objetivamente, creo que no funciona.
Sairen o
Mite iru bushi ya
Tabigatana
Atrapa-lotos
¿Qué está mirando el guerrero?
Sable de viaje
Aquí, como el autor no entiende el significado de un juego de China llamado “Atrapa-lotos”, ha metido en escena a un guerrero japonés, y eso, realmente, no tiene coherencia.
Bien, si tomamos en cuenta todos estos versos, ¿dónde están los puntos de conflicto entre Kyoshi y yo? Al final, Kyoshi, para dar dinamismo a sus versos, adopta un método de composición que podría describirse como «dinámico». Este método de composición dinámica conduce, en mi opinión, al mal gusto, a lo absurdo y, en cualquier caso, a resultados insuficientes en términos de haiku. No es que esté en principio en contra del dinamismo, del movimiento, mas es extremadamente difícil escapar de los inconvenientes que lo acompañan, como este mal gusto o estos absurdos. Pero como Kyoshi sobresale en estos dos registros, no es sorprendente que estos versos me disgusten tan violentamente.
Notas del traductor y las fuentes
– Shiki vuelve a cargar muy duramente contra los haikus de su íntimo amigo, cuidador, colaborador y discípulo Kyoshi. Cabe recordar que él fue quien se hizo cargo de Hototogisu tras el fallecimiento del maestro.
– Sobre el primer haiku, afirma el traductor al francés Lozerand que en el original en japonés que <<el vínculo entre la lanza (yari) y el cuervo (karasu) (se supone, sin que haya certeza, que solo hay una lanza y solo hay un cuervo) es impreciso, ya que está establecido por la partícula “ni” por lo que no aporta ninguna precisión particular. Así, él ha traducido vagamente como “y”, pero no es imposible que fuera por ejemplo “en”, o “al lado” o “debajo”…>>.
– Sobre el segundo haiku (cortar un pino…) Lozerand comenta que <<se trata de un haiku bastante particular en el plano sintáctico, ya que comienza dando un complemento directo (matsu = el pino), indicado por la partícula “o”, seguido de un verbo transitivo (kiru = cortar), como es costumbre; para luego, finalmente, dar otros dos complementos colocados paralelamente (tsuchi o run o = la tierra y las orquídeas), lo que en realidad es extraño y sí, bastante atrevido>>.
– Lozerand traduce inicialmente en el haiku “koriji kana” por “complemento” para luego explicar que concretamente, estas breves sílabas japonesas deben ser entendidas como “el fondo de la vaina de un sable”. Aquí, con el fin de facilitar la comprensión de lo expresado, desde el primer momento se ha traducido de esa manera y no brevemente como «complemento», a pesar de las muchas sílabas.
– El juego “atrapa-lotos” era un juego proveniente de China y que venía a representar una carrera de barcos, una regata.
XARO ORTOLÁ “Destellos”
Unas palabras de la autora
(Nota explicativa: Además de su reseña personal –publicada más abajo- Xaro nos envía esta entrevista recopilada por ella misma a partir de preguntas y respuestas que considera de interés y que extrae directamente de su actividad en foros y revistas.)
– ¿Cómo llegó el haiku a tu vida?
Escuché por primera vez la palabra «Haiku» en el Facebook, había gente que los escribía y yo no tenía ni idea de qué era… me resultaba extraño leer pequeñas poesías de tres versos; alguien dijo que se trataba de poesía japonesa de 17 sílabas…Intenté escribirlos era como un juego y todo un reto el poder expresar algo con sentido con tan sólo 17 sílabas.
Busqué por Internet información y cuanto más leía más respeto y conexión sentía: sencillamente me atrapó, me enamoró su sencillez, su belleza, su humildad…
Estudié a los clásicos, me fascinaban Bashô, Buson, Santôka, Onitsura, Chiyo-ni… y recuerdo que me quedaba sin respiración al leerlos, hoy día aún me pasa.
¿Cómo vives el haiku?
Vivo el haiku de forma intensa, quizás por mi carácter, no sé…Mi atención ha ido “in crescendo”, esas pequeñas cosas que antes eran invisibles a mis ojos, ahora las veo, las siento, me asombran y conmocionan en un sinfín de percepciones y emociones…pero también hablan: la luna, el viento, la lluvia… y pienso: – ¿Cómo es que nunca antes las había percibido, mirado, escuchado, sentido de esta forma tan profunda?
Supongo que como a todos los que escriben haikus se nos otorga el don de la “mirada de haijin” jeje
– ¿Quién o quiénes han sido o son tus maestros?
Conocer y estudiar bajo el paraguas del maestro Vicente Haya, para mí fue como un antes y un después en el camino del haiku, doy gracias por haberle conocido y aprender directamente de él. También aprender de otras personas relevantes como son el profesor Fernando Rodríguez, JL Vicent, Kotori, Mavi, Momiji, Elías… no puedo olvidar a mi buen amigo Gorka, el cual empezamos juntos, conectamos a nivel espiritual y después comenzamos a caminar por esta senda donde he ido haciendo amigos y son más que eso, son como familia, por nombrar a algunos: Unsui, JC Durilén, Leti, Grego, Enrique, Frutos, Mª Jesús, Toñi, Sandra,…
Un amigo me dijo en una ocasión:
«El Haiku es un pequeño poema que intenta atrapar el tiempo, son como fotografías hechas con palabras. El Haiku es un arte para expresar y tocar nuestro Budha interno».
– ¿Eres bloguera de haikus?
Jeje sííí, creé un blog y los empecé a escribir y cuando leo los de los primeros tiempos, me entra la risa, por supuesto que no eran haikus ni de lejos jajaja… no los borro porque veo la evolución. Ahora empiezo a eliminar algún que otro porque formo parte del profesorado de la «Escuela de Haiku Makoto» y los alumnos consultan el blog y la verdad es que da un poco de cosa leer los NO Haikus de mis principios de aprendizaje…
El segundo blog, dedicado a esta noble senda en pro del haiku, y que está en constante cambio y renovación, dedicado a los haijines clásicos y a los contemporáneos donde intento acercar al haiku y al haijin de todo el mundo y de todos los tiempos.
– ¿Por qué Xaro Ortolá, Xaro La, Destellos?
Xaro es el nombre en mi lengua natal, Ortolá el apellido de mi padre entonces tomé la «La» de la última sílaba Xaro La. Destellos, no lo sé…me llegó como una inspiración en una meditación, cuando me dijeron que tenía que ponerme un seudónimo de “haijina” porque así es como lo hacían los japoneses.
– ¿En qué momento del proceso de aprendizaje te encuentras y cómo lo vives?
Lo vivo de forma profundamente intensa, enamorada perdidamente del haiku dô jeje.
Sobre el aprendizaje, pues ¿qué decir?… tal como voy aprendiendo, más principiante me veo, más aprendiz soy.
¿Para qué sirven los foros?
¡Oh! para mucho, mucho, mucho…Son de una grandísima ayuda, cada comentario hecho a mí o a los compañer@s son verdaderas joyas. Los foros el Rincón del Haiku y Paseos.net son tesoros para aprender a escribir verdaderos haikus cosa de la que me siento verdaderamente afortunada por tener tan buenos maestros.
Me da mucha pena ver a ciertas personas, libros, entrevistas, Facebook, etc. en donde se hacen la propaganda de que escriben haikus, para mí, siento decirlo, pero son tan solo charlatanes que engañosamente se autodenominan escritores de haiku. Una pena denigrarse tanto, hasta el punto de autodefinirse haijines, y es que encima se lo creen jajaja. Pero bien, en esta existencia todo camino que uno toma son lecciones de vida.
– ¿Podrías definir tu estilo de escribir haiku?
Pues no lo sé, escribo lo que me gusta o disgusta, lo que me emociona, conmociona, asombra o me llega al corazón, la verdad es que cuanto más escribo más me maravilla la sacralidad de la naturaleza. En una ocasión me comentaron que mi estilo está entre Bashô y Buson, con chispas de Onitsura.
– ¿Sientes que has alcanzado el rango de maestra?
Jajajajajaa, me llaman maestra porque corrijo y enseño en la Escuela de Haiku Makoto, pero te puedo asegurar que no hay maestro que se precie en este mundo del haiku, aprender, evolucionar y entonces ves lo grande que es este camino y que, en realidad, cuanto más aprendes, más te das cuenta de lo que te falta por aprender… El haiku son 3 versos, 17 sílabas, o más si escoges la métrica libre, pero te puedo asegurar que su profundidad es infinita, sin metáforas, sin florituras… escogiendo las palabras justas, no solo se trata de escribir más o menos bien, el haiku es una forma de vida…
– ¿Cuál considerarías que es tu mejor haiku?
No lo sé, he escrito muchos malos y alguno bueno, pero elegiría el primer haiku titulado «pozo» en el que me felicitaron los compañeros, cada uno de ellos me dio las 3 estrellas, era en los principios de mi aprendizaje en el foro paseos.net bajo la atenta mirada de JL.Vicent cuando me dijo: «Destellos, un haiku precioso, para exponer en un calendario». Este haiku también fue el ganador en la sección de «Haikus destacados».
***
Biografía
Xaro Ortolá nace en Pego, un pequeño pueblo en el interior de Alicante rodeado por una parte de montañas y por otro de arrozales. Estudia filosofía oriental con los Lamas tibetanos. Escribe bajo el seudónimo de «Destellos “en los foros de “El Rincón del Haiku” y «paseos.net». Bloguera desde el año 2012.
Forma parte del profesorado de «La Escuela de Haiku Makoto».
Colaboradora en la gaceta «Hojas en la Acera, Hela» en el espacio “Celebrar la Vida”.
Colaboradora en la revista digital de ERDH. Ha publicado haikus inéditos en las revistas literarias, «Barcarola» y «Crátera».
Galardonada: con el primer premio de la «Asociación Ronnin» (2012);
Primer premio del II Concurso Internacional de «El Vuelo del Samandar»(2015);
Finalista del «Certamen de Haiku de Haikunversaciones» en homenaje a Santiago Larreta (2016);
Premio Literario Grau Miró haikus en catalán (2017);
Primer premio a la mejor colección de haikus en el VIII Concurso Internacional de Haiku de la UCLM (2017);
«Maestra de Afinación» en cada uno de los cuatro elementos, título otorgado por el maestro Vicente Haya por los haikus para el Concierto de Haiku Ciudad de Medellín: “Ser Agua” (2016), «Ser Aire» (2017), «Ser Tierra» (2018), «Ser Fuego-Luz»(2019).
Bibliografía:
– “Los cuatro elementos: Concierto de haiku” Fundación Montaña de Silencio, con Juan Felipe Jaramillo y Vicente Haya. (Editor: Independently published, 2019).
-«Pisar la Hierba». Facultad de Derecho de Albacete, UCLM (2019).
– “Antología de haiku «la mujer y la luna» (Colección Haibooks – UNO editorial, 2017).
– “Luna en el río” (UNO Editorial, 2017).
– “Los silencios del músico” (Ed. Shinden, 2016).
– “Haikus” (Ed. Diversidad literaria, 2016).
– “Clarea el día. Antología de haiku en castellano” (Mandala Ediciones, 2014).
helecho de agua;
el zigzag de una anguila
rozando el fondo.
*
el campo baldío
cubierto de escarcha…
piar de lavanderas
*
luna creciente…
el agua llovediza
entre el borrajo
*
nubes rosadas…
los quiebros de un murciélago
por el arroyo
*
la luz de luna;
el rumor de las hojas
de la chopera
*
un viejo estanque;
bajo el estramonio en flor
saltan las carpas
*
hojas mordidas;
el brillo de la lluvia
en el rosal
*
juegan los niños,
en la barca partida
del arrozal
*
almendro silvestre,
una mitad con hojas
la otra con flores
*
tierra arada;
las huellas de los jabatos
llenas de lluvia
*
han florecido
las grietas de la costra
del almendral
*
humo de incienso,
a la luz del eclipse
silban los mirlos
*
el gato persigue
a una mantis azulada…
flores de níspero
*
caña inclinada…
los amagos de vuelo
de dos gurriatos
*
sol de la tarde.
rodeado de plantas
un pozo seco
¡SALUD HAJIN@S DEL MUNDO!
_()_
Noviembre 2019
Noche de verano-
el mar mueve las piedras
hacia mis pies.
Mencía Peña (13 años)
Colegio Mayol, Toledo, España
-.-
La autovía-
un poste en la noche
aún parpadea.
Candela Gauna (12 años)
Colegio Mayol, Toledo, España
-.-
Atardecer
Todas las vacas comen
una me mira
Nombre del niño/a: Elier Bazán Infante
Edad: 9 años
Colegio: Mártires del Moncada
Ciudad: Santa Clara
País: Cuba
-.-
Día de calor
Una mariposa
volando hacia mí
Nombre del niño/a: Liz Daniela Morales López
Edad: 10 años
Colegio: Ramón Pando Ferrer
Ciudad: Santa Clara
País: Cuba
Del treinta y cuatro al treinta y ocho
treinta y cuatro
Están limpiando el gallinero. Nos hemos divertido muchísimo persiguiendo a las gallinas moñudas y a las pescuezopelado, que son tan raras, hasta que nos regañaron. Con la caca de gallina fertilizaron luego los tomates. ¡Qué asco! Debo recordar lavarlos bien antes de comérmelos de la mata.
Uno… dos… tres.
Lanzar desde la colina
los huevos cluecos.
treinta y cinco
Abuela no lava en el río porque dice que ya está muy vieja. Mi tío le hizo hace años un lavadero con la goma cortada de un tractor y unos postes de madera. Ella no usa detergente, machaca las hojas de una planta llamada Maguey que hace mucha espuma.
«¿Extrañas al abuelo?, le pregunto.
Ella escupe el tabaco en el suelo y dice que no porque el abuelo la está esperando sentado, al lado del pozo.
Sosteniendo
el cordel de la ropa,
el espantapájaros.
treinta y seis
Nos han castigado a los dos. Todos vienen a hablarnos de lo feo que es hacer lo que hemos hecho. Han dicho tantas cosas que ya nos convencieron. Juramos no hacerlo más. Helem juró por Dios, yo por mi papá. Mi madre se fue a llorar al patio cuando mencioné a mi padre.
Bajo el anón,
hemos asado a escondidas
la carne robada.
treinta y siete
¡Ya me sé subir a los árboles! Helem me ha enseñado. Mi favorito es el tamarindo porque entre el follaje parece que estamos en una cueva. El de Helem es el úpito. Dice que ya veré en enero cómo se llena de flores rosas. Al pie del árbol hay unas hormigas que pican durísimo. Les hemos rociado limón para que sepan lo que es bueno.
¡Si Nadia nos ve!
Mamoncillos.
Hemos abierto ya cinco,
¡todos jimaguas!
treinta y ocho
Ya casi llega el tiempo de escuela. Empiezo a extrañar a mis amigos y a mi papá. Mi madre se ha sentado de nuevo a conversar y me ha dicho que, si quiero, puedo elegir entre irme con mi padre a La Habana o quedarme con todos en el rancho. No sé qué hacer y me quedo en silencio. Ella me pasa la mano por la cabeza.
Creo que me comprende.
Sobre el sillón de la abuela
ya no da el sol.
Fin del verano.
Haiku 9
鶯の日枝をうしろに高音哉
uguisu no hie o ushiro ni takane kana
El canto agudo
de un ruiseñor-
detrás el monte Hiei.
De nuevo la agudeza visual de Buson quien, como un lienzo, plasma un instante convertido en inmortal: el ruiseñor y el monte de marco, la escena de un fondo contrastado. Según cierta leyenda tradicional, hubo un artista a quien se le ha pedido pintar una montaña: se demora en la entrega, incumple los plazos, y cuando se le pregunta el motivo, afirma: “aún no soy la montaña”. Así es, el haijin se funde con la naturaleza, igual que el canto agudo, elevado, de un animal que los occidentales (con nuestra visión del mundo) podríamos considerar insignificante frente a la grandeza de un monte. Pero aquí no hay categorías, sólo una fusión de sensaciones (visuales, auditivas) y la relación entre sus protagonistas: el canto dirigido al monte, donde la voz melódica del ugüisu reverbera por toda la eternidad. Son ecos de propia naturaleza, con sus leyes ajenas al ser humano.
El monte Hiei está situado al noreste de Kioto. Reunía en su espacio cerca 3.000 templos dispersos y centenares de monjes y familiares. En 1571, Nobunaga declara la guerra, elimina su población y quema los templos. Junto al monte Atago, este espacio sagrado de templos protegía a la ciudad de Kyoto de los demonios del norte.
En otras ocasiones, Buson se centra en la dirección del sonido:
鶯の啼くやあちむきこちら向
uguisu no naku ya achimuki kochira muki
El canto del ruiseñor-
primero hacia un lado,
después hacia el otro.
LICENCIAS POÉTICAS EN HAIKU
El haiku japonés, si se escribe enteramente en silabario hiragana –cosa posible- mostrará sus diecisiete sílabas (5/7/5) mediante otros tantos caracteres escritos, con muy escaso margen de variación respecto a tal pauta. La traducción de dicho haiku al español, o bien la creación de haiku en español, debe atenerse a las normas de la prosodia española y a su aplicación métrica, donde existen ciertas licencias para acortar –o alargar- el número de sílabas en un verso, conservando la pauta métrica pertinente.
Para acortar un verso, disponemos de la sinalefa y la sinéresis; para alargar, tenemos la dialefa, el hiato, la sinafía y la compensación.
Voy a fijarme hoy en las dos últimas licencias recién citadas -sinafía y compensación-, por parecerme menos conocidas, siendo por lo demás relevantes para el haiku en nuestra lengua. Dichas licencias pueden tener lugar cuando –conservando la métrica del poema- se necesita una sílaba más para el segundo de un par de versos que entran en juego. Viniendo al terreno del haiku, es aplicable sobre todo al tercer verso (pentasílabo), que es el de cierre del poema, tras el segundo (heptasílabo).
Para darse la sinafía se requiere que el segundo verso termine en vocal átona (en sílaba abierta, por tanto, y no trabada por consonante final), y que el tercer verso empiece por vocal. En tal caso puede darse una especie de sinalefa (reducción de dos vocales contiguas a una sola, a efectos métricos) en la breve distancia de un verso a otro. Así pues, siendo el cómputo normal del haiku 5/7/5 silabas, el cómputo resultante de la sinafía será 5/7/6; pero manteniendo la sonoridad de la pauta normal. Tal “especie” de sinalefa es la sinafía.
La compensación puede darse en un contexto parecido; en nuestro caso, también entre el segundo y el tercer verso de un haiku. Si el segundo verso termina en una palabra aguda (en sílaba tónica, por tanto), sabemos que se debe contar una sílaba más (inexistente, pero es un cómputo que preserva el ritmo, basado este en el normal predominio de la palabra llana). Con todo, esa sílaba inexistente, pero que entra en el cómputo métrico, permanece vacía; y así, su espacio puede ser rellenado por una sílaba más del verso siguiente, el tercero y final el haiku –en nuestro caso- , el cual podría contar ahora seis sílabas. “Compensación” se refiere a rellenar tal espacio vacío, sin ruptura del ritmo. Mediante esta licencia tendríamos también la pauta de 5/7/6 sílabas para el haiku.
Veamos la aplicación de esta teoría a un haiku traducido por mí de Etsujin (1656 ?- 1739), discípulo directo de Bashoo (ver icono).
Una traducción bastante literal sería esta:
Envidioso (estoy)
– cuando me cierro a todo-
(del) amor gatuno.
Una traducción más libre:
Me dan envidia,
cuando me desanimo:
gatos en celo.
Una traducción con sinafía (5/7/6):
¡Qué envidia, al ver
-encerrado en mí mismo-
amores gatunos!
Hay sinafía entre la “o” final de “mismo” y la “a” inicial de “amores”.
Una traducción con compensación:
¡Qué envidia, al ver
-cerrado yo al amor-
los celos gatunos!
Hay compensación de la sílaba vacía tras la palabra aguda “amor”, mediante la sílaba representada por el artículo “los” al inicio del tercer verso.
Ambas licencias poéticas –sinafía y compensación- pueden tener lugar en las traducciones al español de haikus, o bien en la creación de haikus españoles, permitiendo una sílaba añadida al cómputo, y aportando una ayuda a la consiguiente expresividad de los poemas.
Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala.
Universidad de Sevilla.
Entrega nº 106. 26 de agosto.
– En los Encuentros sobre las Colecciones de versos de Buson (Buson kushû kôgi) publicados en el número 10 de la serie de Hototogisu, la interpretación del siguiente haiku no es convincente:
Sobre un tema elegido al azar.
La forma de un vuelo de gansos salvajes
Hitotsura no
Kari ya hayama ni
Tsuki o shirusu
Un vuelo de gansos salvajes –
Al pie de la montaña,
De la luna el sello
Como nadie había reparado en el título, que ya menciona de manera directa la forma de un vuelo de gansos salvajes, lo dejé pasar, ya que, durante la sesión colectiva de comentarios, lo estuve escuchando, pero sin tener el texto escrito ante mis ojos.
La expresión del primer verso «un vuelo de gansos salvajes» que compara a un grupo de gansos alineados en el cielo con una serie de signos gráficos, ya fue forjada en China, luego pasó a la literatura japonesa y, en las composiciones de waka sobre el tema «gansos», se usa a menudo. Como comparamos un vuelo de gansos salvajes con una serie de signos gráficos, la idea original de estos versos era comparar también la luna con un “sello”. Si admitimos que la luna roja y redonda se corresponde con un sello redondo impreso con tinta bermellón, es un juego de espíritu refinado asociarlo con un vuelo de gansos salvajes. La frase “un vuelo de gansos salvajes” es bastante común, pero no hace falta decir que en ningún verso el número específico utilizado para contar un vuelo (hitotsura) de pájaros también recuerda a una columna (ichigyô) de signos gráficos. Por otro lado, no sé si “al pie de la montaña” tiene un significado particular aquí, pero si lo tuviera, ¿no sería lógico pensar que forma parte del paisaje de una pintura? Sin embargo, prefiero considerar que no tiene un significado particular y tomarlo como un simple enlace para conectar el principio y el final del poema. Si desarrollamos este “espectáculo”, entonces sería necesario imaginar a los gansos y la luna en medio de un inmenso cielo, que se observaría de abajo hacia arriba, con la cabeza inclinada hacia atrás; y con la luna ahí, el efecto en la comparación dejaría de ser pertinente. Pero, si la luna roja aparece sobre un lugar bajo, cerca del pie de una montaña, es mucho más evidente el pensar en un sello.
Por cierto, durante mucho tiempo se usaron sellos redondos ocasionalmente, y personas como Ogata Kôrin los usaron mucho.
Notas del traductor y las fuentes
El poema original escrito en kanji es:
(Tomado de Rodríguez-Izquierdo Gavala, F.
El haiku japonés y su traducción. F. Juan March, 1972)
– Con respecto a este haiku en el que Buson juega con el texto, la polisemia e incluso con la grafía de los kanji, se han pronunciado diversos traductores. Varían incluso en la primera traducción al romanji tanto en el primer verso como en el tercero, ya que a veces podrían escribirse términos diferentes con los mismos caracteres.
Por ejemplo:
*Emmanuel Lozerand, el traductor al francés, comenta de forma directa la entrega de Shiki. Recuerda que “el idioma japonés utiliza <números específicos> para contar cada tipo de objeto. Así, hitotsura designa un vuelo de pájaros, e ichigyô una columna de signos gráficos. Sin embargo, estos dos términos se escriben, dependiendo de la circunstancia, con los mismos caracteres <un> e <ir, columna>: 一 行 ”
Él lo traduce tal y como ya se ha reproducido en la entrega:
Hitotsura no
Kari ya hayama ni
Tsuki o shirusu
Un vuelo de gansos salvajes –
Al pie de la montaña,
De la luna el sello
*Seiko Ota, en su libro “José Juan Tablada: su haikú y su japonismo (Fondo de cultura económica, México DF, 2014)” establece semejanzas de un poema de Tablada con unos haikus de Sora y el que estamos tratando de Buson. Hace referencia a un texto de P.L. Couchoud, que Tablada habría leído, titulado Sages et poètes d’Asie (Sabios y poetas asiáticos)
En ese contexto afirma literalmente:
“Al leer este otro poema nos damos cuenta de la semejanza que tiene con el de Sora y el de Buson; los dos están incluidos en Sages et Poètes d’Asie y Couchoud explica así:
…Luego es puesto en su ámbito natural. Su movimiento sólo es retenido; tan sólo es una pincelada en un cuadro. …
…El vuelo de los gansos salvajes:
Una línea de gansos salvajes
Se desvincula por encima del pico aislado
En el claro de luna
.Buson”
Y continúa Ota:
“… el de Buson:
lkko no kari ya
hayama ni tsuki
wo insu
Va una banda de gansos en una línea
al extremo de la montaña
sellan la luna.
Tsuki wo insu («sellar la luna») es una expresión que compara la luna llena -aparecida al extremo de la montaña- con el sello de caligrafía. En el haikú tabladiano el ave no es chorlito ni ganso, sino golondrina, y su número es singular, mientras que en los haikús de Sora y Buson es plural; además, el movimiento del ave es diferente en éstos. No es que el haikú tabladiano sufriera influencia de estos dos haikús directamente; más bien, habiéndolos conocido en Sages et Poétes d’Asie, Tablada compuso el suyo aprendiendo que en el haikú podía describir con sólo un movimiento a un animal: en este caso, un ave”.
*Finalmente, es Rodríguez-Izquierdo Gavala F., quien en dos ocasiones traduce y comenta este haiku de Buson. La primera de ella en su célebre EL HAIKU JAPONES. HISTORIA Y TRADUCCION. Evolución y triunfo del haikai, breve poema sensitivo (Publicaciones de la Fundación Juan March, Madrid, 1972, p. 321) y en él, el profesor refiere literalmente:
“Ichigyoo / no Una línea / ( = poses.)
kari / ya / hayama / ni gansos salvajes / : / pie de
la colina / en
tsuki / wo / insu luna / ( = obj. dir.) / sella
Línea de gansos en vuelo;
al pie de la colina,
la luna puesta por sello.
.Buson
«Ichigyoo» se refiere a una línea de escritura, que en japonés es de arriba hacia abajo. Los gansos no están volando pues en posición horizontal; han dado, la vuelta y vuelan hacia abajo, pero todavía por encima de las colinas y la luna. Los gansos escriben como un verso en el cielo. La luna queda como una nota en rojo, como el sello del artista al pie del cuadro. El artista japonés firma con su sello rojo.
Quién pone el sello de la luna es algo que no dice el poeta, y queda enteramente a la imaginación del lector. Buson ha visto aquí en la naturaleza no solamente el tema de un cuadro, sino el cuadro ya acabado.
Sobre la construcción «in-su», cf. «ryoo-su» (hk. 43).”
Y más recientemente, el 23/11/2014, en la web hermana paseos.net, en un artículo titulado El haiku español: ¿injerto o trasplante?, El profesor Rodríguez-Izquierdo dibuja sobre el haiku que tratamos y lo vuelve a comentar del siguiente modo:“El haiku de Buson (1) dice así:
ichigyoo no
kari ya hayama ni
tsuki wo in-su
Línea de gansos
en vuelo; al pie del monte
la luna es sello.
(Traducc. mía)
Ocas en línea.
La luna en la ladera
hace de sello.
(Traducc. Antonio Cabezas)
Representamos gráficamente la escena descrita (2). «kari» son los gansos u ocas salvajes, que vuelan en línea, la cual es comparable a una línea -«ichigyoo» (3)- de escritura vertical, como puede ser la del haiku japonés, que suele escribirse en una sola línea de caracteres. Cada carácter sería un ave de esa sarta. La luna, rojiza y redonda, pone un sello en la ladera del monte contiguo a esa línea poética, así como el haijin imprime su sello personal al pie de su obra. Diríamos que aquí la naturaleza copia al arte, como en digno tributo de reciprocidad.
Buson, pues, que era poeta y pintor, asimila aquí el haiku a una pintura: «ut pictura poesis», reza nuestra tradición, en forma de adagio latino.
Por no omitir un par de notas, aquí las expreso. La primera: el haiku de Buson, siendo admirable, cuenta seis sílabas en el tercer verso, pues cuentan como silabas los segmentos fónicos que transcribo con mayúsculas, incluida la -n (nasal implosiva): t s U k I w O I N s U. La segunda nota es que la traducción de Antonio Cabezas me parece mejor que la mía”.
– Sobre Ogata Kôrin, se han referido comentarios en las entregas 20 y 27 del 1 y 8 de junio. En ellas se decía que Ogata Kôrin (1658-1716) es uno de los más grandes pintores japoneses. Entre otras muchas exquisitas obras, es famoso especialmente por su “Biombo de los Iris”. “Kôrin gashiki”, el álbum citado en la entrega 27, fue publicado en 1818, un siglo después de su muerte. Se trata de un estudio sobre su estilo, realizado Aikawa Minwa (1806–1821), pero no todo lo que reproduce son las propias obras originales de Kôrin. Para ver (e incluso descargarte) este libro que tenía, comenta y tanto hacía disfrutar a Shiki, puedes clicar aquí (para verlo en otro formato puedes clicar aquí). Si quieres ver y/o descargarte otra obra de Aikiwa Minwa sobre Kôrin (Ehon Kôrin, en castellano “Libro Ilustrado de Kôrin”), puedes clicar aquí.
– Sobre el sello rojo en Japón, Shiki aclara que, si bien los artistas suelen firmar siempre con uno cuadrado, muchos, entre ellos Kôrin, lo hacían a veces con uno redondo. Y por abundar en esto del sello japonés, podemos decir que supone la firma oficial en Japón para todo tipo de documentos, y se llama hanko. En Japón no es frecuente el empleo de firmas tal y como es costumbre en occidente. En su lugar se emplea un sello denominado hanko, que normalmente lleva impreso el apellido de su poseedor escrito en kanji.
Uno puede comprar estos sellos en cualquier papelería e incluso en cualquier tienda de 100 yenes, similares a las tiendas de “todo a un euro”, esto al menos si uno tiene apellido japonés y que sea más o menos conocido. Sin embargo estos hanko, no pueden ser empleados para algunas transacciones importantes como por ejemplo comprar un coche o una casa. Su precio tan reducido se debe a que son producidos en serie. A estos sellos de uso cotidiano los denominamos mitome-in (acuse de recibo). Pero, debe tenerse en cuenta que al estar destinados a cumplir las funciones de una firma debe dificultarse la reproducción del mismo.
Para el uso oficial se requiere registrar el hanko en la municipalidad donde uno vive. Este hanko pasa a denominarse jitsu-in (real, verdadero).
Mientras el hanko (o inkan) es un sello relativamente pequeño, con la forma oval o a veces redondo que se usa para hacer contratos u otros tipos de documentos, el rakkan (rakkan shirushi) es un tipo de sello oriental, relativamente grande y con una forma cuadrada. No se usa para hacer documentos ni en negocios. Se usa en tanzaku shikishi (tiras de papel de color), shodô (caligrafía) o pintura sumi-e, etc. por los artistas. Los más tradicionales son labrados en la base de una piedra de mármol (en forma de pequeña columna, un prisma cuadrangular alargado) por un artesano.
La tinta usada se llama Syuniku. Syu (Syu iro) es un color importante en las culturas orientales. Se puede encontrar en los edificios de santuarios sintoístas, o por ejemplo el Torii de Miyajima. Niku significa carne, pero ¡ojo! la tinta Syuniku no es comida y contiene productos químicos y metales que no recomiendan su ingestión. Syu (Syu iro) es un color resultado de la sabia mezcla del rojo y el amarillo.
Entrega nº 105. 25 de agosto
-Podemos decir que las pinturas pintadas con un pequeño número de rasgos bajo el nombre de «pintura abreviada», “bosquejos” o «pintura con el espíritu del haikai», son uno de los puntos fuertes de la pintura japonesa. No obstante, mucha gente piensa que lo apropiado de la pintura abreviada es simplificar una pintura compleja. Pero no se trata solo de eso. El punto fuerte de estos trabajos también es, por su naturaleza, resaltar el encanto sencillo de las cosas extremadamente sencillas. Mirando Bosquejos de Kôchô, a menudo nos desbordan con una seducción ligera y agradable de una inspiración extraordinariamente sencilla. Por ejemplo, en un cuadrado de unos pocos centímetros, Kôchô pinta grandes cantidades de hierba verde, que recuerda a los brotes de arroz, y en el medio una rana. No es mucho, pero el negro de la rana en el verde de las hierbas da lugar a una sensación realmente agradable.
O simplemente pinta agua azul, en la que una rana acaba de saltar: uno claramente discierne solo tres patas de la rana, pero ni la cabeza ni la última pata. Esta parecería una idea cualquiera, sin embargo, el hecho de pintar solo agua azul y la rana negra, al igual que en la imagen anterior, causa una agradable sensación, pequeña pero muy placentera. Kôchô también pinta una hoja de loto verde, y al lado dos garzas, una mirando hacia arriba y otra mirando hacia abajo. Se ve cuán hábil es para representar una escena complicada de una manera sobria, cómo pinta de forma sencilla, y la disposición de los colores, así como la de las líneas, son inmediatamente reconocibles.
Paradójicamente, todo es mucho más encantador que en obras densas y minuciosas. Las otras imágenes que aparecen en este libro son las más simples de todas las que he tenido la oportunidad de ver hasta hoy, y el encanto en la simplicidad de cada una de ellas, es probable que refleje un singular virtuosismo.
Notas del traductor y las fuentes
– De Kôchô ya se habló en la entrega nº 5 , en la entrega 6 y en la 35, de 10 y 12 de mayo y de 16 de junio respectivamente.
– Ueda Kôchô (1788-1850): Fue el pintor principal de Osaka durante la primera mitad del siglo XIX. Alumno de Matsumura Goshun y Nakai Ranko. Se convirtió en un pintor oficial del 11º señor de Kishu Tokugawa, Tokugawa Ienari. Realizó frecuentes con sashei, pinturas como bosquejos tipo haikai. Algunas de ellas clicando aquí.