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El barbero me trajo ayer este bonshai

昨日床屋ノ持テ来テクレタ盆栽

El barbero me trajo ayer este bonshai

 

Notas.-

 Los visitantes traen siempre algún regalo o recuerdo para consolar a Shiki por su enfermedad. Esto es una maceta con un bonshai que trajo ayer el barbero. Se puede decir que el haiga, en este caso boceto con unos versos con toque de humor japonés, que hace Shiki, es en agradecimiento.

 

Figurita de una rana de pie sobre una pata

一本足の蛙の置物

La figura de una rana que me dio Yasutami hace unos días. Él mismo la fundió.

por delante / por detrás / a tamaño natural

Una figura de una rana de pie sobre una pata (7 cm de alto).

 

 

Notas.-

Yasutami: Se refiere a Yasutami Hara原安民, uno de los amigos poetas de Shiki. Además de haijin, él era también orfebre.

Shiki aprovecha la figura que su amigo le había regalado y este 9 de septiembre la dibuja, y por su extraña forma, además, escribe unos versos (senryus) cargados de humor.

Yasutami Hara nació en la familia Kawasaki, que dirigía la posada Miyashiroya en Oiso, pero fue adoptado cuando se casó con Chiyome Hara, 26 años mayor que él, por su familia. Chiyome era graduada en la Escuela de arte femenina de Tokio. Junto con Shuma Katori, fue miembro de la primera promoción de estudiantes de Fundición de metales en la Escuela de Bellas Artes de Tokio (actualmente Universidad de las Artes de Tokio). Experto en evaluación de pinturas y caligrafía, y crítica de arte, disfrutó del haiku con su esposa, Chiyome, y tomó el nombre de Mukashijin. Yasutami fue alumno de Shushin Katori, los pintores Taikan Yokoyama y Kanzan Shimomura, y admiraba a Tenshin Okakura como su maestro.

En la casa de la que es dueño desde 1923, esta obra de arte de unos 7 centímetros de alta, y que realizó como regalo a Shiki Masaoka, con quien en ese momento tenía una estrecha amistad, se ha convertido en todo un icono del orfebre y escultor del metal. En el recinto también hay una obra del mismo modelo que “ha crecido” hasta aproximadamente 1 metro. Aquí unas imágenes de la figurita y la escultura grande desde diversos ángulos.

Observación desde la cama

病牀所見

 

 

 

Notas.-

Una vista del porche y su chozubaki desde la línea baja de visión de la cama de enfermo. Las maderas del marco del shoji, intencionadamente dibujadas, junto al verde intenso de las hojas, resaltan las pequeñas flores rojas de las plantas otoñales.

Shiki recibió unas acuarelas de Fusetsu Nakamura, pintor amigo que participó activamente en las ilustraciones de los periódicos «Nippon» y «Hototogisu».

Chozubachi: es una pila, un recipiente grande con agua para lavarse las manos, generalmente de cerámica o piedra tallada.

Futón: Colchoneta de algodón que sirve como asiento o como cama, típica del Japón.

Tatami: Una estera hecha de juncos. Está colocado en el suelo de una habitación tradicional japonesa.

Shoji: Una puerta o ventana corredera cuyo marco es de madera, y los paneles de papel. Es normal en una habitación tradicional japonesa.

Nota de Youko Akinaga: El punto de vista de Shiki desde la cama es interesante. Shiki expresa su afecto por las begonias, que tan bien conocía en su jardín. Dice que se ha cansado de la flor y, sin embargo, parece que le gustaban las begonias. Fueron las flores que Shiki eligió para su primer boceto en acuarela.  Youko Akinaga

Desayuno, almuerzo, merienda

朝,昼,間食

 

8 de septiembre. Soleado primero, nu-blado alrededor de las 3:00 p.m., y nueva-mente soleado después de un rato.

 

Desayuno: 3 tazones de kayu* (gachas de arroz), tsuku-dani* (conserva agridulce), ume-boshi* (ciruelas saladas), 5 shakus* (90 cc.) de leche con cacao y varios bollos de pan dulce.

Almuerzo: 3 tazones de kayu, sashimi* de shougyo* (bonito crudo marinado), fuji mame* (frijoles dulces), tsuku-dani*, ume-boshi* y nashi* (pera).

Merienda: 5 shaku* de leche con cacao y varios bollos de pan dulce.

junto a pan 1: Los puntitos oscuros en ese pan son perilla.

junto a pan 2: Este pan es seco y desmenuzable.

junto a pan 3: Este otro pan contiene frijoles rojos endulzados y machacados en su interior.

junto a pan 4: Este pan es muy suave.

Cuando hay varios bollos dulces de pan, disfruto comiendo los diferentes tipos uno por uno.

Trazos de esponja vegetal

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Notas:

– Shiki tenía solo 35 años cuando escribió sus ensayos tipo diario en su lecho de enfermo. Gyoga-Manroku especialmente, y como podemos comprobar, tiene características muy fuertes de “un diario”.

– En sus dibujos, a veces usa un único color en diversos tonos, a veces le encanta jugar con colores muy diferentes.

* los bollos dulces en los tiempos de Shiki eran mucho más pequeños de lo que son ahora en Japón.

*kayu: gachas de arroz.

*tsuku-dani: una especie de comida en conserva que lleva marisco guisado, verduras o algas marinas en salsa de soja, azúcar y mirin (sake dulce).

*las gachas de arroz y las ciruelas saladas son la dieta típica para un desvalido en Japón. Las ciruelas saladas y el tsuku-dani añaden sabor al arroz cocido y son muy familiares para los japoneses en su vida cotidiana, incluso hoy en día.

*ume-boshi: ciruelas saladas.

*shaku: una unidad de capacidad (alrededor de 0,018 litros).

*shou-gyo: es un pescado muy familiar en la cocina japonesa, conocido más comúnmente como icatsuo*, es nuestro bonito o atún listado. Tiene un sabor fuerte, incluso cuando se come crudo, por lo que su superficie se marca ligeramente y luego se marina en salsa de soja, jugo de limón, ajo picado, jengibre y varias hierbas, para suavizar el olor. Por todo ello, para comer un bonito completamente crudo como sashimi, tiene que estar absolutamente fresco. Esto demuestra que Shiki era un gourmet que disfrutaba de platos raros.

*sashimi: plato de pescado crudo.

*syou-gyo: un bonito.

*fuji mame: frijoles cocidos en azúcar.

*nashi: un tipo de pera japonesa.

*katsuo (icatsuo) es el bonito o atún listado.

*shiso o perilla: una hierba asiática de la familia de la menta con usos medicinales y culinarios, muy común y popular entre los japoneses.

– Nota de Rie Yamanouchi: Es interesante conocer la dieta de su época, sobre todo los detalles sobre el tamaño y la variedad de los bollos. Me parece muy humano que Shiki registrara minuciosamente todo lo que comía, como para guardar el recuerdo de cada sabor. Siento una naturaleza humana común con él.       Rie Yamanouchi

Una niña vestida con Ch’ima-Chogori

チマ・チョゴリの少女

 

 

 

El vecino de al lado de Shiki era Katsunan Kuga, su mejor amigo, miembro y editor del periódico “Nippon”, donde Shiki escribía sus artículos. Al regresar de su viaje a China y Corea, Katsunan vistió a su hija Tomoe con el Ch’inia-Chogrori que le dio el emperador coreano especialmente “para sus hijitas”, y la envió con su esposa a visitar a Shiki para darle consuelo.

Shiki quedó tan impresionado por los colores brillantes de Ch’ima-Chogori* que dibujó a la niña e hizo este haiku. Provocando un poco, afirma que prefiere que las mujeres japonesas usen este kimono Ch ‘inia-Chogori* en lugar del kimono estampado Yuzen*.

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Notas.-

  • Ch’ima-Chogori: Vestido de mujer tradicional coreano. Priman los colores lisos.
  • Rosa confederación: Rosa mutabilis.
  • Flor de asagao: Rostro de la mañana, gloria de la mañana; como su nombre indica florece y sale en las primeras horas de la mañana. La forma de campanilla de esta flor simboliza la mortalidad y nos permite ver que la vida puede ser corta pero hermosa. Suelen ser de colores violetas o azules. Es kigo de verano.
  • Yuzen: Vestido de mujer tradicional japonés, priman los estampados llamativos sobre seda.
  • Kimono: Vestido de mujer tradicional japonés.
  • Las niñas que se citan, son las mismas que un año después visitan a Shiki y se quedan dibujando con él, tal y como se narra en un entrañable y bonito episodio en la entrega 103 de 23 de agosto de Una cama de enfermo seis pies de largo, que puedes leer (y ver dibujos) clicando aquí.
  • Nota de Fumi-Bai: Shiki elogia la belleza del traje tradicional coreano, en lugar del traje tradicional de su propia cultura. Cuando Shiki compuso este haiku, estaba enfermo en la cama, por lo que el mundo que podía experimentar era bastante limitado. A pesar de esto, tenía una visión muy amplia. Me impresionó profundamente su manera global de pensar (no solo ideas sino sensibilidad y sentimiento) y respeto por otras culturas.
    El sentido de la belleza trasciende las barreras culturales. Fumi-Bai.

 

 

 

«Mono no aware», impermanencia y las flores de «sakura»

Empecé a interesarme por Japón cuando de manera fortuita terminé en un curso sobre literatura e historia japonesa en mis primeros años de universidad. Introducirme en una cultura tan diferente, con una historia tan particular y una sensibilidad tan novedosa para mí, exigió de mi parte un enorme esfuerzo. Ese esfuerzo no ha cesado, y ha venido acompañando de un enorme placer y satisfacción que aparecen en cada lectura o investigación. Recuerdo cómo el profesor explicaba con genuino entusiasmo la literatura de la época Heian (794-1185), los concursos de poesía cortesana (uta awase, 歌合せ), la literatura escrita por mujeres, y un concepto que me resultaba fascinante: el mono no aware (物の哀れ).

La primera explicación que oí sobre este concepto lo definía como “la tristeza por las cosas”. El Mono no aware se me presentó como una particular tristeza melancólica que nos embarga cuando nos topamos con la naturaleza perecible de las distintas cosas del mundo. Una sensación que aún así nos permitía disfrutar y potenciar el placer estético de lo apreciado. El ejemplo más claro y conocido lo tenemos en la contemplación de las flores de cerezo. Los árboles de sakura (桜) son la estampa más representativa de la primavera japonesa, florecen al inicio de la estación, están pocas semanas en la plenitud de su belleza y caen del árbol antes de marchitarse. Contemplar el cerezo en flor es disfrutar de su belleza sencilla y delicada, pero también es reflexionar sobre lo efímero de esa flor que apenas está en su plenitud por pocos días, es conmoverse por lo frágil que es a los cambios de temperatura o al viento, es sentir la precariedad de esa belleza. Contemplar las flores de cerezo no es solo contemplar lo presente, es anticipar la ausencia, es sentir y vivir esa precariedad y abrirle el corazón.

En lecturas posteriores buscando profundizar en ese término fui notando que “mono no aware” es un término muy rico, complejo y que tiene una larga historia de sentidos e interpretaciones. En japonés, el término mono (物) significa “cosa(s)” y hace referencia “al vasto mundo material, incluyendo todas las cosas existentes y vivas, visibles e invisibles” (Kato, 1962: p. 558)[1]. Éste se encuentra conectado con el término aware (哀れ). Ahora, la traducción de aware resulta más arriesgada. El kanji puede entenderse directamente como “tristeza”, o conformar el adjetivo “triste” (哀しい). Haya Segovia traduce el mono no aware como “la conmoción del contacto con lo existente” (2002: p.101)[2], entendiendo que el aware sería una emoción profunda de asombro que experimentamos por las cosas del mundo. Como dice Hisamasu Sen’ichi, “es un sentimiento que se experimenta en la alegría de una mañana de primavera y en la tristeza de una tarde de otoño” (Hisamasu, citado en Haya Segovia, 2002: p. 101). Según el filósofo japonés del S. XVIII, Motoori Norinaga (1730-1801), este sería el sentido original que mono no aware tenía en la época antigua, antes de la penetración de la cultura budista: Una apertura completa e intuitiva al mundo en su multiplicidad, un intento de resonar con “las cosas” (mono) y dejarse conmover profundamente (Marra, 1995: p. 379)[3] y que no se limitaría a sensaciones tristes o melancólicas. (Rubio, 2007: p. 206)

Aún así, también hay otra interpretación del término y es a la que me referí más arriba. Y es que de todas las emociones la “tristeza” se hace más patente, y esa tristeza está referida a una de las ideas budistas más influyentes: el sentimiento de la impermanencia de las cosas (Mujôkan, 無常感) (Haya Segovia, 2002: pp. 102-103, y la nota 274). Hay que señalar que este término incluye a “mujô” (無常), la noción misma de que los objetos de este mundo son transitorios e insustanciales. Que todo es efímero y que no debe haber apego por ninguna de esas “cosas”. Cómo ya deben haber notado los lectores aguzados, en mujô, está presente Mu (無), la nada budista, la vacuidad. En el centro de la naturaleza está Mu, manifestando la inesencialidad de todo lo presente, una inesencialidad que se manifiesta para nosotros como el tiempo inexorable que todo lo desgasta, que todo lo marchita, que todo lo caduca.

No obstante, mal haríamos en considerar esa “tristeza” como algo similar a la angustia (Wicks, 2005: pp. 95-96)[4]. Se trata de una cierta melancolía que realza la emoción del presente, y que, por lo tanto, nos lo entrega “más intensamente”. La flor del cerezo no sería tan bella si no fuera tan fugaz, lo que acentúa el gozo de contemplarla. Resulta muy interesante cómo la doctrina budista del mujô, no se traduce en Japón en un desprecio ascético de las apariencias (como Platón, que despreciaba el mundo sensible, y las artes, en favor del mundo de las ideas eternas). El Japonés, no aparta su vista de las apariencias, las percibe y abraza más. Aún más apreciadas porque son efímeras, lo que las hace más bellas. Las cosas (mono) movilizan nuestro sentimiento no en torno a su presencia, sino en torno a una ausencia que, paradójicamente, se actualiza virtualmente en el encuentro con ellas. La conmoción que sentimos por la flor de cerezo no orbita a la flor misma. La flor nos impulsa a orbitar junto con ella el centro vacío de la ausencia (Mu, 無), ese orbitar es esa tristeza extraña, teñida de un gozo melancólico que acepta, sin aferrarse, el regalo de ese presente, que el tiempo, con seguridad, extinguirá.

La experiencia estética del mono no aware es tremenda y profunda. Me animo a afirmar que (usando terminología heideggeriana) se trata de una disposición afectiva que nos pone en una actitud de goce estético, pero también de reflexión por la naturaleza de todas las cosas, incluyendo a cada uno de nosotros. Espero que esta presentación y reflexión baste para incitarnos a ese pequeño viaje hacia la sensibilidad japonesa. Personalmente, hace ya tantos años, ese término me intrigó y capturó, y aún me sigue intrigando y maravillando, tanto y más que en aquel salón universitario de hace tantos años.

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[1] KATO, Kazumitsu. 1962. “Some notes on mono no aware”. En: Journal of the American Oriental Society, Vol. 82, No. 4 (Oct. – Dec., 1962), pp. 558-559.  Recuperado de: http://www.jstor.org/stable/597529, el 10-12-2013.

[2] HAYA SEGOVIA, Vicente. 2002. El corazón del haiku: La expresión de lo sagrado. Madrid: Mandala.

[3] MARRA, Michele. 1995. “Japanese Aesthetics: The Construction of Meaning”, En: Philosophy East and West, Vol. 45, No. 3 (Jul., 1995), pp. 367-386. Recuperado de: http://www.jstor.org/stable/1399394, el 19-12-2016.

[4] WICKS, Robert. 2005. “The Idealization of Contingency in Traditional Japanese Aesthetics”. En: The Journal of Aesthetic Education, Vol. 39, No. 3 (Autumn, 2005), pp. 88-101. Recuperado de: http://www.jstor.org/stable/3527434, el 19-12-2016.

Jeancarlos K. Guzmán Paredes
Pontificia Universidad Católica del Perú

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2 de septiembre de 1901 (año 34 de Meiji), lluvioso, húmedo y caluroso

明治卅四年九月ニ日        蒸暑

 2 de septiembre de 1901 (año 34 de Meiji), lluvioso, húmedo y caluroso.

En mi jardín, veo plantas colgando de una repisa:

2 o 3 calabazas de botella, 2 o 3 fukube, 4 o 5 calabazas de lufa y 4 o 5 plantas en forma de kinchaku que son difíciles de identificar como calabazas de botella o fukube.

 

 

女郎花     女郎花真盛  鶏頭尺ョリ尺四、

五寸のもの二十本許

Unos 20 ominaeshi en flor/

están unos 4 o 5 sun más altos/

que los keitou

NT: “Unas veinte patrinias en flor / están un palmo más altas / que las crestas de gallo”.

 

 

 

 

 

 

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Notas de traducción:

– Calabazas de botella (llamadas así por su forma) y de lufa (utilizadas por su jugo que alivia el exceso de flemas y seca, sirve de esponja natural)

– Fukube es una variedad de calabaza de botella

– Kinchaku es un monedero o bolso de tela con un cordón que cierra en círculo por arriba. A Shiki hay unas calabazas que le recuerdan esta forma (aparecen en su dibujo) y las “bautiza” con el nombre del tipo de bolso.

– Se han dejado los términos ominaeshi y keitou porque fueron los usados y anotados en la traducción por la profesora Hirai. Directamente al español se diría: “Unas veinte patrinias en flor / están un palmo más altas / que las crestas de gallo”.

– Esta disposición de flores en su jardín, también la narra un año después, en la última prosa que escribió 3 días antes de morir “Mañana del 14 de septiembre” que puedes leer traducida aquí)

– Ominaeshi: una de las “Siete flores silvestres representativas” del otoño que presenta racimos de pequeños brotes amarillos (Patrinia scabiosifolia o nardo sirio).

Ominaeshi

– Keitou: otra flor típica del jardín de otoño, muy roja (flor “cresta de gallo” por su aspecto).

– Sun es una unidad de longitud (aproximadamente 3.03 cm).

– Cicada: Del género de las cigarras. Su chirriar (estridular) se considera uno de los encantos poéticos del verano en Japón. El sonido varía: ruidoso, musical o estridente. Para los japoneses, escuchar cicadas implica escuchar el silencio que hay detrás.

– Shaku es una unidad de longitud (son 10 sun = aproximadamente 30.3 cm)

– Nota de Hiroe Monguchi aportada por Masako Hirai:

Tal vez Shiki esté asociando su corta vida con la de las plantas, cuyas flores pronto caerán. Puede que comparta lo que de débil y efímero tienen como propio las plantas, que deben abandonarse a la naturaleza.

Masako Hirai: su Presentación del texto, de Shiki y su diario

Masao Hirai (1949-2007) era Profesora en el Departamento de Inglés en el Kobe College en Nishinomiya, Japón, donde enseñó desde 1977. Licenciada en Letras por el Kobe College, Master en Letras por la Universidad de Kobe y Doctora en letras por la Universidad de Kyoto. Como estudiante de secundaria, estuvo con una familia estadounidense cerca de Chicago en 1967-68. Fue miembro visitante del Clare Hall de la Universidad de Cambridge en 1968-1988 y fue nombrada miembro vitalicia. Realizó ponencias en prestigiosas Conferencias internacionales y tiene numerosas publicaciones.

 

Presentación (por Masako Hirai)

Shiki Masaoka (1867-1902) es un poeta extraño. Antes de explicar por qué, quizás debería repetir lo que es ampliamente aceptado en Japón: que si Bashō (1644-1694) es el “dios”, Shiki es el “padre” del haiku moderno. El estilo poético espiritual de Bashō recreó o convirtió el haikai anterior (poema corto satírico o lúdico que consta de 17 sílabas) en un verdadero “arte” del haiku. No es que todo el mundo pueda ser creativo con el haiku. Shiki señaló que incluso Bashō solo podía escribir “doscientos buenos haiku de más de mil” y que los seguidores y adoradores de Bashō, en la época de Shiki, no tenían creatividad ni comprensión genuina del haiku como una experiencia de lectura. De esta manera, criticando a sus contemporáneos, Shiki examinó los innumerables haiku de diferentes épocas y trató de establecer los valores y principios del buen haiku, mientras producía haiku como un poeta. El método principal o esencial que descubrió fue el shasei: hacer un dibujo de un objeto vivo, observar, captar y reflejar la vida del sujeto que el haiku intenta representar.

Lo que mis estudiantes y yo tratamos de resaltar en este libro (Now, to Be!) sin embargo, no es esta información crítica general. Es Shiki como un alma humana extraña, vivaz y brillante que nos atrae a través de sus palabras e imágenes aparentemente simples. Encontramos en Gyouga-Manroku algo que puede conmover a cualquiera, incluso a aquellos que no están familiarizados con el arte del haiku, y que representa el espíritu del haiku en su esencia. Nuevamente digo que Shiki es un poeta extraño. Murió a la edad de treinta y cinco años, de tuberculosis espinal, que terminó por abrirle siete heridas a lo largo de su espalda y cadera izquierda. Todos los días gritaba cuando había que cambiarle los vendajes. Su dolor era inimaginable, sin importar la posición que tomara, y apenas podía moverse en su futón (ropa de cama japonesa extendida sobre el piso de tatami). También sufría de dolores de cabeza y fiebre, que casi lo volvían loco. A pesar de todo, su imagen es sumamente alegre y viva.

Fue por una extraña coincidencia, quizás por el destino histórico, que Gyouga-Manroku llegó a ser traducido por los estudiantes de posgrado y pregrado del Kobe College, cien años después de la muerte de Shiki. Hace unos cincuenta años se perdió el diario. Se había convertido en un diario “visionario”, hasta que, en 2001, justo antes del 100 aniversario de su muerte, fue descubierto nuevamente detrás de un casillero en el almacén construido junto a la casa de Shiki en Tokio. La noticia se informó ampliamente en los periódicos, con fotografías de sus escritos característicos y pinturas coloridas que de alguna manera eran muy frescas y conmovedoras.

De acuerdo con el deseo de la familia Masaoka, Gyouga-Manroku fue entregado al Museo Conmemorativo de Kyoshi, el lugar que contiene documentos relacionados con Kyoshi y otros poetas modernos de haiku. Kyoshi era el amigo más cercano y sucesor de Shiki, quien editó la revista nacional de haiku Hototogisu, iniciando la difusión del haiku moderno entre el público japonés. El Museo Kyoshi, además de exhibir ocasionalmente el diario, imprimió el Gyouga-Manroku como folleto. La directora del Museo Kyoshi y actual editora de Hototogisu es Teiko Inahata, la nieta de Kyoshi. Como una de sus alumnas de haiku y colaboradora habitual de Hototogisu, mi madre me mostró el folleto de Gyouga-Manroku.

En ese momento, mis alumnos y yo buscábamos una selección o antología de haiku, con algunas imágenes para ilustrar. Queríamos traducirlos y publicar un libro, escrito en inglés y japonés, para dar una introducción simple pero conmovedora al espíritu del haiku. Había dos propósitos inmediatos para esto.

De junio a julio de 2003, la Conferencia Internacional de Lawrence se llevará a cabo en Kioto. La Conferencia se ha llevado a cabo en varias partes del mundo, siguiendo el espíritu de DH Lawrence (1885-1930) quien, creciendo en una comunidad minera en Inglaterra y llegando a criticar la civilización europea moderna como “muerta” en cuerpo y espíritu, se fue a vivir al sur de Alemania, Italia, Australia, Sri Lanka, Nuevo México y México, en busca del paisaje, la cultura y las personas que pudieran darle una nueva vida. A causa de la tuberculosis, Lawrence se vio obligado a regresar a Europa y murió en Francia. Para los cincuenta ponentes del extranjero en la Conferencia de Kioto, mis alumnos y yo queríamos traducir un libro de haiku. Quisimos introducir nuestra cultura tradicional “viva”, no muerta, a través de nuestro sentir.

En ese momento, mis alumnos y yo buscábamos una selección o antología de haiku, con algunas imágenes para ilustrar. Queríamos traducirlos y publicar un libro, escrito en inglés y japonés, para dar una introducción simple pero conmovedora al espíritu del haiku. Había dos propósitos inmediatos para esto.

Además de en la Conferencia Internacional de Lawrence, hay otro lugar para el que queremos hacer nuestro libro de haiku. Ese es Clare Hall, de Cambridge, que va a construir un Centro de Estudios Internacionales, con un teatro central, salas de seminarios y dormitorios-suites, donde las culturas asiáticas y otras étnicas, así como las investigaciones académicas, pueden ser compartidas y apreciadas por personas de diferentes culturas y razas.

Los alumnos que se reunían en mi despacho después de clases se mostraban especialmente animados, teniendo la visión inmediata de aquellos futuros lectores disfrutando de “nuestro libro”; durante horas, algunos estudiantes graduados y no graduados leyeron y discutieron literatura, sin importarles el hambre o la oscuridad que se acumulaba entre los árboles en el campus de la ladera. Aunque nos conocimos en el espíritu de “novatos” en la literatura haiku, y tal vez porque nos reunimos con el espíritu de “novatos”, descubrimos mucho cada vez que nos reuníamos y nos gustaba más Shiki, capturados por una extraña simpatía con Gyouga-Manroku.

¡Oh, gloria de la mañana,

late mi corazón

deseando dibujarte!

 El encanto de Gyouga-Manroku también dependía de los bocetos de acuarela de Shiki allí. ¿Por qué nos gustan las pinturas de Shiki? No es que las pinturas de Shiki fueran “profesionales”. Tal vez eran incluso de aficionado, pero tenían la frescura que sólo podría tener la obra de un aficionado o, tal vez debería decir, sólo podría tener la obra de un genio. Todo el mundo conoce el nombre de Shiki como poeta y crítico. Probó con sus acuarelas solo en los últimos años de su vida. Shiki simplemente disfrutó y dedicó su energía a esas pinturas, aunque es difícil imaginar cómo se las arregló para dibujar líneas y aplicar colores en su dolorosa y apretada postura en su cama. Es como si el espíritu de la literatura de Shiki, en su forma más pura, entrara en sus pinturas, mientras que la dicha y los descubrimientos de la pintura se hacían eco en su haiku y sus notas y reflexiones impresionistamente anotadas en la misma página.

A través de mi madre conocí a Teiko Inahata y le expliqué todo esto, y ella amablemente nos permitió imprimir fotografías no solo de Gyouga-Manroku sino también algunas imágenes importantes de Shiki. Mis alumnos, que visitaban el Museo Conmemorativo de Kyoshi en Ashiya, no podían apartar la vista de los retratos y las letras cuya caligrafía y palabras revelaban el espíritu y la amistad de Shiki, Kyoshi y Soseki. Viajamos al lugar de nacimiento de Shiki, Matsuyama, respirando el aire cálido y relajante de la ciudad-castillo rural, y en el Museo de Shiki paseamos por las diferentes fases de su historia, como su abrumadora tarea de leer y clasificar montones y montones de la literatura haiku, su entusiasta presentación del béisbol a sus compatriotas, su desesperado deseo como periodista de ver la Guerra Japón-China con sus propios ojos, lo que le hizo toser sangre en su viaje de regreso, y una copia a tamaño real de su amigo y más tarde la casa del gran novelista Soseki, a la que Shiki fue invitado a descansar después de su hospitalización en Kobe, y tomamos prestadas más fotos de Shiki. Para rematar esas experiencias de mirar y sentir a través de nuestros propios sentidos, sentí que tenía que visitar el dormitorio de Shiki en su última casa en Tokio. De hecho, me acosté allí para hacer un boceto, la experiencia que cuento al final de este libro para hablar más a fondo del arte y la literatura de Shiki.

Masako Hirai. 30 de mayo de 2003

Índice

2 consideraciones previas

Masako Hirai y su “Presentación del texto, de Shiki y su diario”.

Gyouga-Manroku: breves notas de Masako Hirai

 

Entradas de Shiki en el diario

2 de septiembre de 1901 (el año 34 de Meiji), lluvioso, húmedo y caluroso

Una niña vestida de Ch’ima-Chogori

Desayuno, Almuerzo, Merienda

Observación desde la cama

Un molde de una rana puesta en pie sobre una pata

El peluquero me regaló esta maceta enana

La gloria de la mañana

La carta de arriba vino del Sr. Asai en París

La etiqueta del Pan de Pollo

Frente a la habitación de enfermo

Kohaku llamó, “Ven”

Gloria de la noche y dos calabazas de secar

Etapas en la ruta de Tōkaidō

Teidou Oshou me regaló un pergamino con cien flores de Nangaku

Lirios y ojos

Yūgao

Tsuku-tsuku-boshi

El haiku de Bashō

Lo que encuentro divertido en los periódicos y todavía lo recuerdo

Despunta el joven ciruelo…

Materiales de referencia

 

2 consideraciones posteriores

De Shiki a Kyoshi, el mensaje del «corazón-bambú”, de  Teiko Inahata

El cielo azul de Shiki-an – El mundo de Shiki visto tumbado, de Masako Hirai