Todas las entradas de: el rincón del haiku

El yo en la enseñanza budista

“Así como un campesino riega su campo,
así como un arquero endereza su flecha,
así como un carpintero talla un pedazo de madera,
así el sabio disciplina el yo.”
Dhammapada, 80.

 

El budismo es un camino para cultivarse a sí mismo tal como lo hizo el propio Buda hace 2600 años. Estrictamente hablando no es una religión en los términos en que estas se definen habitualmente. No tiene creencias ni dogmas. No se basa en la fe en un ser superior o en una revelación sobrenatural de cualquier tipo. Cuando más, el budismo promueve el estudio de unas “verdades” a modo de hipótesis para ser probadas. Se podría afirmar que el eje central de la práctica budista es el sufrimiento/insatisfacción (Dukhha, en sanscrito). En varias ocasiones el Buda afirmó que el enseñaba solo una y la misma verdad: “Dukkha y la liberación de Dukkha”.

Esto se encuentra claramente expresado en la formulación de las Cuatro Nobles Verdades que se consideran son el corazón del primer sermón que predico a sus primeros discípulos. Estas son expresadas del siguiente modo en el sutra de Poniendo a girar la rueda del Dharma:

    1. “Esta, oh monjes, es la Noble Verdad del Sufrimiento (Dukkha). El nacimiento es sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento. La pena, el lamento, el dolor, la aflicción, la tribulación son sufrimiento. Asociarse con lo indeseable es sufrimiento, separarse de lo deseable es sufrimiento, no conseguir lo que uno desea es sufrimiento. En una palabra, los cinco agregados de apego a la existencia son sufrimiento.”

2. La causa del sufrimiento son las ansias (ingobernables), el aferramiento.

3. El sufrimiento puede ser abandonado, se apaga, se extingue como la llama de una fogata (Nirvana).

4. El camino para superar el sufrimiento es el Noble Óctuple Sendero.

Este último se compone de tres áreas que deben ser cultivadas de acuerdo con las condiciones de cada budista:

I. Cultivar la sabiduría:

1.     Visión recta (sabía, hábil…)

2.      Intensión recta

II. Cultivar la ética:

3.     Habla recta

4.     Acción recta

5.     Sustento recto

III. Cultivar la mente:

6.    Esfuerzo recto

7.   Atención plena recta

8.   Concentración recta

Cuando el Buda se expresó de este modo por primera vez tenía, según los sutras, unos 35 años. Era hijo único de una familia noble y rica, heredero del jefe del clan de los Sakyas. Con seguridad, fue un ser dotado de una gran sensibilidad e inteligencia quien recibió una educación muy esmerada especialmente para hacerse cargo de la administración de su nación. Como kshatriya (reyes, guerreros), la segunda casta a cargo del poder y la guerra en las jerarquías brahmánicas de la India decidió abandonar, como muchos otros kshatriyas de su época, su destino y convertirse en un sramana (mendicante) para “buscar la verdad”. Siguió por seis años la exigente vida de un asceta extremo, bajo lo guía de algunos de los maestros del bosque más reputados. Insatisfecho con las enseñanzas y prácticas que le habían sido ofrecidas para superar el sufrimiento y lograr la liberación interior, abandona a sus maestros y la vida ascética extrema, formulando en ese momento su primera gran enseñanza conocida como la “vía del medio”, un camino que evita conscientemente la entrega al placer o a la mortificación como camino hábil para llegar al despertar. A punto de morir de inanición, acepta recibir alimentos no aprobados para los ascetas y toma la resolución de encontrar por sí mismo la respuesta (salida) a su pregunta sobre la razón de ser de Dukkha (sufrimiento) y el camino para superarlo. Tras una prolongada práctica de meditación (de varias semanas, según algunas fuentes) bajo la sombra de una higuera en las que explora prácticas de atención plena y concentración, desvela el carácter ilusorio de nuestra visión de la realidad y logra soltar cualquier tipo de aferramiento mental, tras lo cual llega al Despertar o Iluminación. Cuando el mismo expresó su compresión de esta experiencia afirmo que entre él y todos los seres no hay ninguna separación.

Hasta su muerte, pasó 45 años compartiendo su experiencia con todo tipo de personas para invitarlos a realizar la misma experiencia que él había logrado, pero comprendiendo que cada uno lo haría de acuerdo con sus condiciones (karma[1]) y su propia intención. Algunas de sus enseñanzas fueron formuladas como una crítica y abandono de las religiones védicas y brahmánicas basadas en una liberación ritualista dependiente de la eficacia dictada por las fórmulas y textos sagrados (Vedas). En su época, la liberación (moksha) se expresaba como la unión del atman (el alma o yo individual) con Brahman (el Ser Supremo Único), pero el buda se aleja también de esta visión espiritual al proponer como una de las Tres características de la existencia anatman (el no-yo)[2], lo cual resultaba bastante desafiante en su época prolífica en reflexiones filosóficas y metafísicas.

Con esta afirmación el Buda invita a ver ante todo no lo que nos separa, las características y rasgos individuales con los que se construye el yo, sino la totalidad de todo lo que existe y que incluye a todos los yo y los agregados que los constituyen, al tiempo que la realidad de su cambio continuo, su transformación y fugacidad: “Todo lo que se origina, desparece”.

 

[1] Concepto hindú anterior al budismo que se refiere a la energía que pone en relación las causas y los efectos. Toda acción tiene consecuencias. En el budismo, supone un flujo natural de hechos que están relacionados por la intensión y la intensidad de los actos humanos creando consecuencias tanto materiales como mentales, en uno mismo y en los otros seres.

[2] Las otras dos características son sufrimiento/insatisfacción e impermanencia.

¡¡Imágenes, imágenes, imágenes!! (2 DE 2)

¡ATRACÓN! Continuamos con una lluvia de imágenes de Shiki, una mínima selección de todo lo hallado por la red. Puede observarse cómo casi todos los retratos toman como base la última fotografía que se le hizo a a Shiki, en 24 de diciembre de 1900.

 

 

 

 

 

 

 

 

Y también imágenes experimentales y de vanguardia…

 

 

 

 

 

 

 

 

Septiembre 2023

CONSTRUIR

Sopla la brisa
por la ventana abierta.
Luna menguante.

DECONSTRUIR

En medio de estas calores estivales, el soplo de un aire, por mínimo que sea, es grato para la piel y para el alma. Hace dos semanas, de madrugada, por la ventana de mi dormitorio, sorprendí a la luna. Y al mismo tiempo, inesperadamente, recibí la caricia de un airecillo fresco que barría el monte, la Cabeza del Oso, donde está la casa.

¡Qué placer tan simple y delicioso!

Haibun 48

Haibun 48

Sopa de invierno

 Pelar y cortar cebollas es un ejercicio de limpieza. Los ojos y la nariz comienzan a producir lágrimas y mocos. Entra la premura de sonarse rápidamente.

A veces, también sirve para limpiar el alma. Es una buena excusa para llorar a lágrima viva sin que nadie pregunte porqué.

Mi padre, que padeció toda la vida de asma, solía poner una partida al lado de la cama para respirar mejor. La piel transparente que hay entre capa y capa también servía para que las gasas no se pegaran a las heridas.

Lo que sea que emana de las cebollas me está afectando…

Los almendros ya tienen brotes. El sol ha deshecho casi toda la escarcha. Aún quedan restos de su brillo en las coles.

Un gato color canela merodea por el techo de las barracas.*

Pongo atención para no cortarme. El cuchillo que uso es de hoja ancha. Nunca me han gustado los cuchillos. Las navajas, en cambio, me recuerdan la calidez de las manos paternas partiendo un trozo de tocino apoyado sobre el pan. ¡Qué destreza!

Cojo dos hojas de salvia…las chupo mientras acabo de partir lo necesario para la sopa.

Del cerezo cae una hoja. Recogeré dos o tres del montón para secarlas entre los libros.

Una nube tapa el sol de la mañana. No tarda en desplazarse empujada por el viento frío.

De nuevo vamos a poder disfrutar del calorcillo…

 

Nieve en las montañas.
El vecino ahumando
carne de cerdo

 

Angeles Millán (Hikari)
Palamós (Girona) España

*Caseta o albergue construido toscamente y con materiales ligeros.

El color de un té

resbala la sopa
por la pared lacada
del gran tazón

Santiago Larreta Irisarri (España)

 

Cuenco de arroz;
Su luminosidad
en cada grano.

Xaro Ortolá (España)

 

En el borde
de un cuenco con agua,
hormigas quietas.

Leticia Sicilia (España)

 

Mañana de otoño.
En el cuenco de avena
cae un mosquito

Mari Ángels Millán (España)

 

De madrugada
un breve sorbo de agua.
Invierno profundo

Sergio Pinteño (España)

 

Por la ventana
un pedazo de cielo
Cuenco de té

Idalberto Tamayo (USA)

 

lluvia nocturna –
el color de un té
con pétalos de amapola

Ángeles Hidalgo (España)

 

Luna llena de noviembre
El cuenco
aún más negro

Bibi Varela Gibb (Argentina)

 

 


Año Nuevo;

el sol entibia
un cuenco con uvas.

Mercedes Pérez (España)

 

luz de los fuegos
brillando en mi tazón
de chocolate

Elías Rovira (España)

 

Brilla la sopa.
En cada cucharada,
sorbos de sol.

Anna María Santolaria (España)

 

Té de la tarde.
Alrededor del tazón
coloco las manos.

Raonel Cruz Díaz (Cuba)

 

Cuenco desportillado
La mella absorbe
el vaho del té

Mavi Porras (España)

 

Cha-dô otoñal,,,
el colorido kimono
de la anfitriona

Julia Guzmán (Argentina)

 

En el cuenco
de una madre mendiga,
restos de leche

José Luis Vicent (España)

Septiembre 2023

A fines de septiembre llega al hemisferio norte el otoño, y precisamente, del primer día de otoño es el haiku que les traigo este mes; un haiku que se refiere a la sensación de la estación por venir, cuando recién empezamos a percibirla con nuestros sentidos. En estos momentos el viento de tormenta azota mi edificio, así que, aunque el viento de este haiku es más gentil, me resuena en el alma y en los vidrios.

秋来にけり耳をたづねて枕の風

aki ki ni keri mimi wo tadzunete makura no kaze

al llegar el otoño el viento visita mi almohada

El kigo es 秋 aki = otoño, que también se puede utilizar como 初秋 shoshuu o 立秋 risshuu; ambos significan inicio del otoño, incluso primer día de otoño. Bashou toma la inspiración de un tanka de Fujiwara no Toshiyuki (¿? – 907), poeta y destacado calígrafo del período Heian, considerado uno de los Sanjuu Rokkasen, los 36 Poetas Magistrales. Este poema está compilado en el primer rollo de Otoño del Kokin Wakashuu (905), la primera antología imperial, con el número 169, y dice así:

秋来ぬと目にはさやかに見えねども風の音にぞ驚かれぬる

aki kinu to me ni wa sayaka ni miene domo kaze no oto ni zo odorokarenuru

al venir el otoño claramente con mis ojos no lo puedo percibir, pero el sonido del viento me lo hace notar

El maestro utiliza también el viento como heraldo del otoño, pero mientras que en el poema de Toshiyuki la sensación es, podemos interpretar, sonora, en su haiku Bashou introduce la almohada ―枕 makura― ya que es lo primero que ven nuestros ojos al despertar. Si unimos a este factor el sonido del viento, que en este caso hace que el poeta mire, por ejemplo hacia la ventana, y sienta la estación que llega, este 音 oto = sonido, se convierte en una sensación táctil.

Otro poema compilado en el mismo rollo del Kokin Wakashuu y de autor desconocido, es el 184, que también habla de la estación otoñal, la cual percibe el poeta, una vez más, través de las sensaciones más que de claros signos de su llegada, como podría ser el cambio del color de las hojas:

木の間より  もりくる月の  影見れば  心づくしの  秋はきにけり

ko no ma yori morikuru tsuki no kage mireba kokoro dzukushi no aki wa kini keri

si entre los árboles filtrándose de la luna la luz veo, sé que el conmovedor otoño ha llegado

En este caso es la luz de la luna la que da la sensación otoñal, ya que la de esta estación se considera la más brillante de todo el año.

Una de las características que más aprecio de la poesía asiática es su capacidad de insinuar sensaciones, emociones, de pintar un paisaje o una situación en nuestra mente, y estando en ella invitarnos a sentir y experimentar lo que el poeta sintió.

Espero disfruten de los últimos días de verano o invierno, dependiendo del lugar del planeta en el que se encuentren, y que se abran a sentir las señales de la estación que se avecina. Me despido desde un Santiago de Chile mostrando las últimas cartas del invierno ¡Hasta la próxima!

Los orígenes espirituales del haiku 6. Arte oriental y haiku (3 DE 3)

En el poema y en la ilustración de Issa, frente a la página 365, vemos otra faceta de su carácter, invariable tal vez, en personas de naturaleza fuertemente crítica y escéptica.

Imagen 26

La golondrina, de Issa

El poema es:

又むだに日あく鳥のまま 子かな

Mata muda ni kuchi aku tori no mamako kana

Abriendo la boca
inútilmente inmóvil,
el hijastro del pájaro.

(Issa)

Debajo del pájaro, dice: Tanto la Golondrina como Issa.

Vemos aquí la autocompasión en la que las personas de mente tierna caen fácilmente. (Aquí radica la necesidad de poetas de haiku como Kikaku, y para el senryu). Issa era un hijastro, y sufrió profundamente debido a su naturaleza sensible y deseosa de amor. Se compara a sí mismo con una cría de golondrina. El boceto de la golondrina es bastante pobre, pero su angulosidad sugiere, tal vez, la crueldad de la madre adoptiva.

El poema de Tanehiko, 1782-1812, frente a la página 291, es más oscuro, ya que se basa en una anécdota:

Imagen 21

Sauce al amanecer, de Tanehiko

 

かっらぎの神やさくらの朝がへり

Katsuragi no kami ya sakura no asagaeri

Los cerezos en flor,
regresando al amanecer desde el Yoshiwara;
¿fue la diosa del monte Katsuragi?
[1]

En el cuadro sentimos la temprana mañana primaveral; el sauce da la sensación de extravagancia y enervación; la toalla que rodea la cabeza del hombre que regresa a casa sugiere el ligero frío en el aire; y la linterna, la vaguedad del periodo entre la noche y el día. Hay un equilibrio entre los cuatro objetos; el poema es uno de ellos, y flota como exhalado en el aire de la mañana.

Para el tratamiento de los pinos en el haiga podemos tomar las dos ilustraciones de la página 243.

Imágenes 18

                                   Pino de Ryōto               Pino de Gijōen

En la imagen de Ryōto [fallecido en 1717], el árbol se simplifica hasta sus límites más extremos; se percibe cómo el diez 十 del  primer verso une la imagen y el poema, que es:

十の指そろへて松のみどりかかな

Tõ no yubi soroete    matsu no    midori kana

El pino,
diez dedos seguidos:
¡qué verde es!

El pino de Gijōen también es original en su visión y expresión. El poema dice:

松脂 はなしかねてやせみの

Matsuyani wo   hanare kanete ya   semi no koe

¿No puede escapar
de la resina del pino?
¡la voz de la cigarra!

Esto significa que hay algo desesperado en el sonido del llanto de la cigarra, como si estuviera pegada en la resina del pino y no pudiera liberarse.

El haiga que aparece en el interior de las cubiertas que ya vimos de este volumen es de Chora, 1729-1781.

呉竹のよよにあふひのまつりかな

Kuretake no    yoyo ni auhi no    matsuri kana

Hoy, el Festival de Aoi:
saludamos nuevamente a los bambúes de muchos nudos,
generación tras generación.

(Chora)

Hay aquí un juego de palabras muy complicado, yoyo significa “generaciones sucesivas”, y la parte del bambú entre los nudos. Aoi significa “día de reunión”  y “Malvarrosa”, el nombre del festival que se celebra en el santuario de Kamo en Kioto el 15 de mayo. El dibujo, sin embargo, es muy sencillo e infantil, característica también de muchos poemas de Chora.

Para que nos quede clara la diferencia entre haiga y la pintura clásica, podemos comparar las dos ilustraciones de las páginas 46 (imagen 3) y 360 (imagen 25).

 Imagen 3                                                         Imagen 25

     

 

         Paisaje, de  Shōkei                                             Paisaje, de Isshō

El paisaje de Shōkei, un japonés de finales del siglo XV, es típico del tratamiento romántico chino. Las montañas a lo lejos son creaciones imposibles del artista soñador, los pinos trágicos en su intensidad, el sabio y su ayudante, el pescador en su barca, casi insignificantes entre las sobrecogedoras formas de la naturaleza. El haiga de Isshō, fallecido en 1707, parece a primera vista una mera mancha en comparación, una parodia de la otra, pero cuando nos detenemos un poco, los juncos en el agua, el pescador remando su barca, se ven como algo vivo. No hay duda de quién es el mejor artista o cuál es el mejor cuadro, pero el haiga tiene algo que el otro no tiene;

El algo que contagia el mundo.

Como ejemplo de obra contemporánea, podemos tomar los haiga de Shimada Tadao. El kappa (o chimpancé de agua) retratado frente a esta página[2] es una criatura acuática verde, parecida a un ser humano, con pies y manos palmeados. Su cabeza es cóncava, con un flequillo de pelo, como un sacerdote tonsurado, que tal vez se imaginó de los de la época Tokugawa. Un senryū de Sakyu:              –

水の中出ると河童風邪をひき

Mizu no naka   deru to kappa    kaze wo hiki

Cuando el kappa
sale del agua,
se enfría

Imagen 8

Kappa nadando, de Shimada Tadao

Veamos La calabaza en la página 223, de Mushakoji Saneatsu, que tiene un “imperio vegetal”, una vida intensa propia que la hace superior incluso a las flores.

Imagen 19

La Calabaza, de Mushakoji Saneatsu

El haiku tiene cierta debilidad, una evitación del poder; está de acuerdo con Pater en que el fin de la vida no es la acción, sino la contemplación.

Llegando por fin al quid de la cuestión, la relación entre el arte japonés, en particular la pintura, y el haiku, podemos considerar la cuestión así: ¿qué tipo de pinturas vio Bashō, en sus primeros cuarenta años, como para hacer su creación de un nuevo mundo de vida poética? La respuesta es que en Sesshu, Shōkado, Kōetsu, Kōrin, Chokuan, Miyamoto Musashi, Itchō y así sucesivamente, debe haber visto hecho en el arte lo que quería hacer en verso. Puede que haya visto muchas grandes pinturas chinas de las dinastías Tang y Sung, especialmente aquellas de Mokkei y Gyokukaku, traídas a Japón en el siglo XV, que influyeron enormemente en los pintores del Periodo Muromachi, 1334-1573, por ejemplo en Kano Motonobu.

Lo que Bashō quería hacer, sin embargo, era condensar sin pesadez, refinar sin diletantismo, filosofar sin intelección. Esto ya lo podía encontrar hecho en imágenes.

La trinchera y la desinhibición del Zenga, su paradoja y humor, también debieron impresionarle, pero los sacerdotes estaban preocupados por la expresión de su propia vida espiritual, mientras que Bashō deseaba más bien manifestar en un breve lapso de tiempo la vida interior de las cosas del mundo. Sin duda la vida del poeta y la vida de los pájaros y los árboles y las nubes son una, pero hay una diferencia de énfasis, una cierta delicadeza, patetismo, pasividad en el haiku que aparece también en el haiga a diferencia del zenga. Dicho de otro modo, el Zen como un cuerpo de experiencia religiosa, tiende a subestimar la importancia del amor, de eso que Byron llamó

la quietud de un ojo amoroso.

Resumiendo, podemos decir que el haiga justifica su existencia de dos maneras: por su humor y por su rudeza. La insistencia en el hecho de que el humor se ve en todas partes, en cualquier circunstancia, que es la virtud especial del haiku, es también la cualidad distintiva del haiga, y la que lo mantiene más estrechamente ligado a este mundo y a esta vida.

El arte baja a la tierra; no somos transportados a un mundo mágico e irreal de puro placer estético. La rudeza le da esa cualidad peculiar de sabi sin edad; los cuadros inacabados, las casas a medio construir, las estatuas rotas cuentan la misma historia.

En poesía se corresponde con el hecho de que lo que queremos decir es justo lo que se escapa a las palabras. Por lo tanto, el haiku y el haiga no intentan expresarlo y consiguen lo que no han intentado.

[1] Hay una obra noh sobre este tema, Katsuragi.

[2] NT.– En la edición original de 1949 aparece el siguiente texto en su lugar: “El kappa o chimpancé de agua, retratado frente a la página 218, está sentado mirando fijamente a la luna. A su lado hay un melón. El poema es de Imozeni:

Ni una voz
en campo y aldea:
el después de la luna.”

ANIVERSARIO DE LA APARICIÓN DE HAIKUS Y AUTORRETRATOS DE SHIKI

Por Elías Rovira Gil (AGHA)

Se cumplen en estos días 6 años de la publicación del hallazgo de 5 haikus inéditos de Shiki. El hecho fue ampliamente recogido y comentado hacia finales de agosto de 2017 por la prensa japonesa y también tuvo eco en webs especializadas del ámbito anglosajón, si bien no hubo, que sepamos, la más mínima repercusión en el mundo de habla hispana. Por ello hoy queremos recoger aquel suceso y publicarlo en ERDH.

La Sociedad para la Preservación de Shiki-an (literalmente “la casa de Shiki) anunció que se había encontrado el “Saitan-cho” (1901), un cuaderno que contiene cinco haikus inéditos y dos autorretratos del poeta y haijin Masaoka Shiki (1867-1902).Autorretrato 1, con trazos básicos

Autorretrato 2, algo más elaborado

El librito está encuadernado en estilo tradicional japonés y mide 24 por 16 centímetros y tiene 32 páginas. En su portada está escrito en japonés: 1 de enero del año 34 de la era Meiji, así como “Saitan-cho”, una especie de libro de visitas para los visitantes de Año Nuevo.

 

 

 

 

 

Aunque se conocía la existencia del cuaderno, hacía tiempo que se desconocía su paradero.

Los dos autorretratos fueron dibujados mirando el retrato de perfil tomado el 24 de diciembre de 1900, la última fotografía en vida de Shiki, hoy archiconocida, pero que en aquel momento apenas tenía una semana de existencia. Uno iba acompañado de un poema.

El cuaderno incluye también una pintura coloreada del pintor Fusetsu Nakamura, que fue colocado junto al dibujo de Shiki.

Hay poemas del haijin Kawahigashi Hekigotō, del escritor Sato Koroku y del poeta Sachio Itō, todos ellos trabajos inéditos… y así hasta un total de 13 colaboradores.

Recorte de la prensa nipona

Parte del libro “Seicho” se había reproducido ya en las obras completas de Shiki, pero esta es la primera vez que se aclara el panorama completo.  En diciembre de 2014, la Sociedad de Preservación Shikian recibió el texto en depósito y desde junio de 2015 Ichiro Fumoto, profesor emérito de la Universidad de Kanagawa (Literatura japonesa), realizó una investigación y descubrió que el cuaderno contenía cinco poemas que fueron escritos por Shiki Masaoka basándose en su letra.

Es un documento valioso que muestra cómo era Shiki en sus últimos años y cómo interactuaba con sus discípulos.

En conmemoración del 150 aniversario, se celebró una exposición especial “El día de Año Nuevo de Shiki” en Shiki-an del 1 al 30 de septiembre por parte del profesor emérito Ichiro Fumoto.

Aunque había estado postrado en cama debido a una caries espinal avanzada, los poemas de Shiki parecen alegres, lo que sugiere que el poeta debía haber tenido un estado de ánimo de celebración a medida que se desarrollaba el nuevo año.

Referimos a continuación las cinco obras, que fueron recibidas por la crítica como fruto del cansancio y la mala salud del poeta, además de la banalidad de no ser preparadas ni revisadas sino más bien improvisadas para un libro de visitas de Año Nuevo. Dejamos algunos de los durísimos comentarios de la prensa. La traducción es completamente “amateur” y si alguien con más conocimientos de traducción quisiera mejorarla, sería muy bien recibido.

::::::::::::::::::::::

Los poemas son:

1.

寝後れて新年の鐘を聞きにけり

neokurete shinnen no kane o kikinikeri

Aún sin dormir,
escuchar las campanas
de Año Nuevo

Comentarios en prensa: Retrata a Shiki escuchando las campanas del templo tocando el Año Nuevo después de perderse la hora de acostarse. En la víspera de Año Nuevo, me preguntaba si había pasado la noche bebiendo con mis amigos durante mucho tiempo. Una frase con una idea divertida. Hoy en día, es común hacer un festejo desde la víspera de Año Nuevo hasta el día de Año Nuevo, pero en esa época era un evento peculiar que podría usarse como poema. “Neokutete” Falta de sueño.

-.-

2.

暗きより元朝を騒く子供かな

kurakiyori gancho o sawaku kodomo kana

En la oscuridad,
unos niños alborotan
en la mañana de Año Nuevo

Comentarios en prensa: Describe a los niños que se levantan antes del amanecer, cuando todavía está oscuro, y corren para celebrar haciendo ruido al jugar el día de Año Nuevo. Tanto la idea como la representación son algo mediocres. “kana” está escrito en hiragana.

-.-

3.

うらうらと初日の影や枯木立

uraura to hatsuhi no kage ya karekodachi

A la sombra de un rodal
de árboles secos,
el primer sueño

 

 Comentarios en prensa: El verso “Ura ura to” expresa con elegancia que hasta las ramas secas se llenan de la alegría del día de Año Nuevo, dándole un sabor poético. Sin embargo, el poema en sí es mediocre.

-.-

4.

初夢や巨燵ふとんの暖まり

hatsuyume ya kotatsu futon no atatamari

El primer sueño,
en la calidez del enorme futón
del kotatsu

Hatsuyume es el significado que tiene el primer sueño del año en Japón, algo muy importante para ellos. Un futón es una especie de cama/sofá tradicional japonés consistente en un colchón y una funda unidas; y kotatsu es un marco de mesa bajo hecho de madera y cubierto por un futón, sobre el cual se apoya la superficie de la mesa. Debajo hay un brasero.

Comentario de prensa: Es la mediocridad misma con estos cuatro términos consecutivos: hatsuyume, futon, kotatsu y calidez. Para ser de Shiki…, es inevitable inclinar la cabeza y pensar que algo tan mediocre sea posible.

-.-

5.

留守の戸に名刺投込む御慶かな

rusu no to ni meishi nagekomu gyokei kana

Me pregunto si es bueno
arrojar tarjetas de presentación en la puerta
cuando no estoy

Comentario de prensa: Es genial. Se dice que habían venido a dar las felicitaciones de Año Nuevo, pero lamentablemente no estaban (debían estar fuera en algún lugar para celebrar el Año Nuevo), por lo que arrojaron la tarjeta de presentación por el hueco de la puerta como señal de su visita. Shiki, que sí que estaba, pero postrado en la cama con tuberculosis severa (caries vertebral tuberculosa), no pudo salir él mismo, pero quizás uno de sus discípulos lo visitó. Es una frase que te pone triste cuando comprendes las circunstancias. Cuando se piensa en ello, se puede sentir la melancolía de las últimas palabras “Gyokei kana”. Es un poema que te hace asentir involuntariamente. Por supuesto, en los últimos años, la costumbre de visitar para los saludos de Año Nuevo se ha vuelto obsoleta.

-.-

Todos estos poemas representan escenas del Día de Año Nuevo.

No es una exageración, es una forma de capturar la atmósfera del Año Nuevo como si la vida cotidiana hubiera cambiado un poco y todos pudieran simpatizar con ella.

Aparte de eso, no creemos que sean unos buenos poemas en general, y no se puede evitar sentir que las ideas de Shiki estaban aplastadas por su enfermedad y su libertad de pensamiento se hallaba atormentada.

:::::::::::::::::::::::

Y hasta aquí esta noticia sobre algo que ocurrió ahora hace 6 años (sobre algo que a su vez ocurrió hace más de 150) y que esperamos os haya resultado de interés.

Como siempre, infinitas gracias a Félix Arce Momiji por su ayuda con la escritura japo ¡Un abrazote, amigo!

Fuentes en inglés y japonés:

https://mainichi.jp/maisho/articles/20170824/kei/00s/00s/002000c

https://www.poetryfoundation.org/harriet-books/2017/08/pending-found-five-unpublished-poems-by-haiku-poet-masaoka-shiki

https://mainichi.jp/english/articles/20170823/p2a/00m/0na/005000c

https://www-cobalog-com.translate.goog/entry/masaokashiki_newhaiku?_x_tr_sl=ja&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=wapp

https://ameblo.jp/takatanbosatsu/entry-12304505798.html

Los orígenes espirituales del haiku 6. Arte oriental y haiku (2 de 3)

El boceto de Sesshu, 1450-1505, que se ve más adelante, junto a la página 120, era evidentemente un estudio para una obra mayor y más ambiciosa; así lo demuestra la ausencia de sellos. Es demasiado brillante, demasiado buena para el haiga, le falta algo, la calidez y el sentimiento humano que infunden las imágenes más torpes y menos hábiles de aquellos que se preocupan más por la cosa representada que por la representación. El esbozo muestra, sin embargo, una simplificación y una captación de lo esencial, que son el objetivo del haiku.

Imagen 10

Escena en el río (detalle), de Sesshu

Miyamoto Musashi, 1582-1645, que murió un año después del nacimiento de Bashō, continúa el desarrollo inconsciente hacia el haiga. Su Alcaudón chillando en una rama muerta, más adelante junto a la página 271, tiene la quietud del ojo y la penetración en la naturaleza del pájaro y la rama, pero aún aspira a una perfección que para el haiga y el haiku es limitada y finita. El gran problema es cómo combinar el arte con la naturaleza, una naturaleza que es siempre incompleta, nunca acabada. Es la misma paradoja en todas partes, “rechazar a la gente” y sin embargo valorar sobre todas las cosas “el calor humano”; amar y odiar; retener y renunciar; ser uno mismo y ser todas las cosas; pintar la forma y ser consciente de esa forma y, sin embargo, ser consciente sólo del espíritu de la cosa.

Imagen 20

Alcaudón chillando en una rama muerta,
de Miyamoto Musashi

El Zenga, de Hakuin, 1683-1768, frente a la página 234, tiene, curiosamente, un haiku añadido:

よしあしの葉をひつ布レいて夕涼み

Yoshi-ashi no    ha wo hisshiite    yûsuzumi

Esparciéndose
los juncos del bien y del mal;
se refrescan al atardecer.

Imagen 17

Daitō Kokushi, de Hakuin

Este cuadro tiene una concentración y una intensidad bastante ajenas al haiga. Es un retrato espiritual, al estilo de Blake, de Daitō Kokushi, 1282-1337, uno de los más grandes de los primeros sacerdotes Zen de Japón.

Un haiga extraordinariamente bueno (aunque podría llamarse zenga) también de Hakuin, quizás el más grande de los monjes zen posteriores, es la pintura de un misosazai, o chochín, junto a la página 307; el pájaro sin cola tiene un peculiar sabor Zen. El poema dice:

驚になりが似以たとてみそさじ

Uguisu ni    nari ga nita tote   misosazai

Su aspecto
es el de un ruiseñor;
¡pero es un reyezuelo!

Imagen 23

Un reyezuelo, de Hakuin

El poema es una especie de crítica de su propia pintura; evita que el conjunto resulte demasiado lírico, ya que a la rama que se utiliza para remover el miso en el mortero de barro parece que le quedan unas pocas hojas, lo que denota una persona de sensibilidad artística. El mortero está pintado con gran habilidad. Su forma irregular, los seis puntos que representan la superficie interior, las manchas blancas del exterior que representan el reflejo de la luz en la superficie vidriada, el pico abierto del pájaro sin cola, todas estas cosas están bien hechas. Pero es un hecho, el pájaro es demasiado delgado para un chochín, y Hakuin rectifica esto en su poema. Todo el asunto es apuntar a algo de más valor que la perfección, a través de la imperfección voluntariamente elegida.

El esbozo de Bashō de las campanillas, que vimos junto a la página 26, es un verdadero haiga. Sentimos la frescura de la mañana; el rocío sigue todavía en las hojas y brilla en la fina caña que las sostiene.

El poema es:

朝顔に我は飯食ふ男哉

asagao ni    ware wa meshi kū   otoko kana

Yo soy alguien
que desayuna
contemplando las glorias de la mañana.

(Bashō)

En la primera página interior de este volumen, una pintura de Bashō despidiéndose de su discípulo Sora[1], es obra de Buson. Es bastante imaginario, ya que Buson nunca conoció a Bashō, pero mejor así, ya que Buson es libre de mostrarnos cómo deseaba verle. No es una figura romántica.

Bashō tiene un rostro sencillo, viste con sencillez, es una criatura amable, criatura de aspecto frágil, nada en él que lo muestre como lo que era, el hombre más grande que Japón ha producido. Ilustra la transcripción de Buson de Oku no Hosomichi, un breve diario de viaje, que respira a través de él y dónde está la cálida sencillez de Bashō.

El cuadro de Senna, 1650-1723, frente a la imagen 22, página 263. La ladera de Osaka, al este de Kiōto, ha captado el espíritu del lugar, sus montañas, sus cerezos en flor y sus pinos. Tiene también algo peculiarmente japonés, algo que es casi exclusivo del haiga, un cierto infantilismo, una cualidad que vemos, pero nunca podemos reproducir, en los dibujos de los niños.

Imagen 22

La Ladera de Osaka, de Senna

El poema es:

食坂のかたまるころや初ぎくら

Ôsaka no katamaru koro ya hatsuzakura

En el momento en que
la ladera de Osaka se endurece,
florecen los primeros cerezos.

(Senna)

En Kōrin, 1661-3716, contemporáneo de Bashō, vemos la tendencia opuesta, el placer de pintar por pintar; se corresponde a Swinburne en la literatura inglesa. Así, el cuadro de azaleas, frente a la página 114, tiene un parecido superficial con el haiga, pero es completamente diferente en espíritu y técnica. Las azaleas son sólo la excusa para una brillante exhibición con una forma significativa, pero, ¿forma de qué?

Imagen 9

Azaleas, de Kōrin

Lo que sigue es un interesante uso de imágenes en lugar de las palabras de Buson:

[2]

En el segundo ejemplo, la imagen se encuentra en medio del haiku:

[3]

El haiku y el cuadro de Ryōta, 1707-1787, frente a la página 192 (NT: aquí lo vemos a continuación),

Imagen 15El canasto de carbón, de Ryōta.

es un ejemplo en el que la conexión entre ambos es bastante distante. El poema de Seira, fallecido en 1791, es:

ともしびを見れば風あり夜の雪

Tomoshibi wo   mireba kaze ari   yoru no yuki

Mirando la luz.
Hay viento,
esta noche de nieve.

(Ryōta)

El viento se ve, no se siente, y la mente tiembla con la llama en la oscuridad que le rodea. La nieve cae silenciosa e invisible. Este es el poema, pero la imagen es la de un canasto de carbón, que está medio fuera del cuadro. Es negro, pero brilla a la luz de la lámpara que sólo se ve en el verso.

Otro haiga, frente a esta página, que tiene algo bastante coreano, representa un barco en la orilla de noche.

Imagen 7

Un barco anclado de noche, de Seira.

 

El poema es de Seira, fallecido en 1791:

競をとさへ開へてさむし月の夜

Hane-oto sae    kikoete samushi   suki no yoru

Incluso se oye
el sonido de las alas;
una noche fría, iluminada por la luna.

Se ven los gansos salvajes, pero no la luna, que brilla sobre el techo de la barca y sobre los juncos de la orilla. El poema es de sonido, la imagen de la vista; es el sonido de los pájaros, la vista de la orilla cubierta de juncos y el sampán amarrado. Habría sido mejor aún, tal vez, haber omitido los gansos salvajes.

La imagen de Issa de la campanilla (lirio de la mañana), frente a la página 344,

Imagen 24

Campanilla, de Issa

tiene este poema:

(朝顔) ふで

(Asagao) no   hana de fuitaru   iori kana

Mi casa…
está cubierta
con lirios de la mañana.

(Issa)

Cuando salió por la mañana temprano, vio que todo el tejado estaba cubierto con las flores del convolvulus; su casa estaba “techada” con ellas. El poema es bastante sencillo, pero el esbozo, al serlo aún más, está en perfecta armonía con él. Sólo hay una flor, cuyo dibujo sustituye a la palabra asagao, y un corto trozo de vid, pero todo está ahí. Todas las flores se mecen con la brisa de la mañana, e Issa también está allí, aunque de espaldas a nosotros, contemplándolas.

…Continúa con nueva entrega el lunes 28 de agosto

…………………………………………………………………………

[1] El hecho de que los poetas japoneses tuvieran discípulos y los ingleses no, es una de las cosas más significativas en el estudio comparativo de las dos literaturas.

[2] Una imagen del monte Fuji de Buson que sustituye a las letras en el haiku.

[3] 鰯 una sardina. Esta ilustración es demasiado buena.