Haiku: Carmen Lage
Dibujo: Félix Arce Momiji
Duermevela…
al ritmo de mi respiración
la voz del cárabo
De Mari Angels Hikari:
Haiku: Carmen Lage
Dibujo: Félix Arce Momiji
Duermevela…
al ritmo de mi respiración
la voz del cárabo
De Mari Angels Hikari:
Redes al agua
Los patos se refugian
tras el recodo
En mis huaraches
el rocío del páramo
Sol de invierno
Macá Tobiano
El Macá Tobiano es una especie de ave zambullidora endémica de lagos y lagunas de la provincia de Santa Cruz. En los últimos censos realizados se estimó que la población rondaría los 800 ejemplares, lo que representa una alerta para proteger esta especie en estado de peligro crítico.
Habita únicamente en esta provincia, en primavera verano migra a los lagos del N.O. los lugares son de difícil acceso.
Utilizan una planta, el vinagrillo, para construir sus nidos, lo arman en las aguas de esos lagos, sólo si las condiciones son toralmente adecuadas…
Durante los meses invernales, al congelarse gran parte de los cuerpos de agua en que habita, atraviesa la estepa patagónica y se desplaza hacia la costa Atlántica de la misma provincia, en los estuarios de los ríos Santa Cruz, Coyle y Gallegos.
Se zambullen
los macá tobiano.
Gaviota cocinera
22 de enero… en las noticias informe de nacimiento de cría de macá tobiano después de cuatro años. Emitido por Programa Patagonia
Gaviotín sudamericano (ave migratoria)
El gaviotín sudamericano, en esta parte de la costa se desplaza todos los años a unos pocos kilómetros de distancia. Varía su ubicación. Es colonia integrada por gran cantidad de individuos.
Por la tarde me dirijo al lugar, cerca del paraje La Lobería, alejado de población humana. Una playa de cantos rodados con acumulación abundante de valvas de almejas, mejillones, restos de bellotas de mar.
Han armado concavidades, el sol directo sobre los polluelos recién nacidos.
En otros nidos solo huevos expuestos al sol.
Algunas crías en nidos armados bajo matas secas que bordean la playa.
Tarde en la playa.
En el nido una cría
junto a un huevo
Viento de mar…
se filtra por el plumaje
de un polluelo
Los padres caminan cerca de los nidos
Otros se sumergen en las aguas y cada tanto aparece alguno con un pescado que brilla en su pico.
Se acercan con mucha confianza.
Caminando unos km bordeando el mar dos ostreros con sus cantos…
La marea está baja y allá, lejos, observo un pingüino…
Restinga soleada…
Envuelto por la espuma
un pingüino
早春 [los comienzos de la primavera] [1]
LA CONMEMORACIÓN DE HÔNEN
36
なには女や京を寒がる御忌詣
Naniwa me ya kyou o samugaru gyoki moude
Las mujeres de Naniwa
se quejan del frío en Kyoto;
ceremonia de Hônen.
Desglose:
なには [Naniwa –actual Osaka-], 女[me: mujer], や [ya: partícula], 京 [kyou: kyoto], を [o: partícula], 寒がる[samugaru: quejarse del frío], 御忌詣 [gyoki moude: memorial, ceremonia o conmemoración de Honen].
Comentario y notas culturales:
Naniwa es el antiguo nombre de Osaka: aquellas señoras portaban ropas elegantes para la ceremonia, y quizá demasiado ligeras para el clima.
Hônen Shônin (1133-1212) fue un conocido sacerdote budista. A comienzos de primavera se convirtió pronto en un evento el memorial en honor a este sacerdote, vistiendo las mejores galas (las mujeres, en kimono). Buson nos habla de mujeres de Osaka que se quejan del frío, al vestir manga corta por una cuestión de moda. El adjetivo “samui” -frío-, añade el sufijo garu para formar un verbo propio sobre la acción del frío en las personas. Se realizaron diversas ceremonias para conmemorar su muerte, en el templo Chion’in de Kyoto. Desde Osaka, sus fieles de la corriente budista de la Tierra Pura, viajan en peregrinación hasta Kyoto. El shogunato de Tokugawa, casualmente, pertenecía a esta escuela del budismo, de tal modo que serían muy vistosas las celebraciones. No deja de ser un haiku con tono humorístico.
El clima de Kyoto en la temprana primavera solía ser más frío que en Osaka. En el fondo se compara la cálida, cercana cultura de Osaka, con colores más brillantes frente a la tradición, la cultura más fría, educada y contenida de Kyoto, con colores elegantes y sobrios, sede por entonces de la corte imperial.
Hay varios kigo relacionados con Hônen:
Gyoki no tera 御忌の寺 Templo con un espacio conmemorativo sobre Hônen
Gyoki no kane 御忌の鐘 Tocar la campana por Hônen (véase el siguiente haiku)
Gyoki kosode 御忌小袖 Kimonos festivos para la competición de Hônen
En 1524 se emite un edicto imperial para la realización cada año de una ceremonia o conmemoración (solía realizarse a principios de año nuevo, en la fecha de fallecimiento de Hônen (25 de enero), a las puertas de la primavera.
Como en el haiku siguiente, esta ceremonia recibe el nombre de “Gyoki-Daie” y se celebraría entre el 18 y el 25 de enero. A partir de 1877 se lleva a cabo del 18 al 25 de abril.
Durante la ceremonia, se llevan a cabo una ofrenda de flores, un hōjō-e (acto en que se liberan peces, insectos y aves, que simboliza la prohibición del budismo contra los asesinatos) y el canto del nembutsu a la medianoche.
[1] No deja de ser enigmático este subtítulo de “los comienzos, la temprana primavera” al relacionarlo con la conmemoración o ceremonia de Hônen, celebrada antiguamente a finales de enero (un poco antes del comienzo del nuevo año). Quizá se refiera a los últimos días del invierno que anuncian ya la llegada de la primavera, bien derritiendo el hielo del valle o destacando la permanencia del frío, como en los dos haikus siguientes.
Este mes hablaremos de dos haikus de Bashou referidos al segundo mes del calendario lunar. Ambos aparecen ― uno después del otro― en la crónica viajera de Bashou del año 1687, Oi no kobumi. En esta relata un viaje de seis meses por varias ciudades como Wakanoura, Nara, Osaka, Suma y Kyoto.
Como siempre, comencemos por la inspiración. El siguiente poema está en Sankashuu, antología de poemas de Saigyou. En ella el monje poeta se refiere a las flores.
なにごとのおはしますかは知らねどもかたじけなさに涙こぼるる
nani goto no ohashimasu ka wa shirane domo katajikenasa ni namida koboruru
no sé quién eres, pero, asombrado y agradecido, mis lágrimas se desbordan
Como dije, ambos haikus están juntos en el Oi no kobumi, y si bien es el segundo el que utiliza más claramente el tema del segundo mes lunar, en el nombre antiguo “kisaragi”, los dos quedan enmarcados en la misma estación, primavera, dado que en este, el kigo es 花 hana: flor. Bashou, pues, convierte el tanka de Saigyou en el primer haiku:
何の木の花とはしらず匂哉
nani no ki no hana to wa shirazu nioi kana
no sé de qué árbol es la flor, pero ¡qué aroma!
Y para el segundo se inspira en un pasaje de Senjuushou, que es una colección de cuentos budistas o “bukkyou setsuwa shuu” de principios de la era Kamakura, y que hasta el período Edo fue atribuida a Saigyou, pero cuyos estudios posteriores han establecido que fue redactada por encargo a una persona desconocida en una fecha posterior. En ella se dice que cuando Saigyou visita el Santuario de Ise recibe la indicación de abandonar su egoísmo, quitarse la ropa que vestía y dársela a un mendigo. Bashou toma esta anécdota y compone el segundo de los haikus:
裸にはまだ衣更着の嵐哉
hadaka ni wa mada kisaragi no arashi kana
desnudo aún no, tormenta del segundo mes
Es interesante notar que una de las formas de escribir el nombre del segundo mes lunar, Kisaragi, y que es la que Bashou usa en su poema, está compuesta por tres kanjis: 衣 ki: ropas; 更 sara: más y más; y 着 gi o ki: vestirse. Por lo tanto, podría traducirse como “vestir más ropa”, algo muy propio para un mes aun invernal.
Enero, inicia con fuertes vientos típicos en primavera-verano.
Las temperaturas son muy elevadas, no habituales en esta parte de la Patagonia…
Hoy amanece en el pueblito azul, con un aire marino que lo recorre, con su frescura. A las 5 am claridad total y la embriagante melodía de los pájaros del amanecer: zorzal, golondrinas, jilgueritos y como no puede faltar el bullicio de las aves marinas que llegan y se expanden: gaviotas, gaviotines, petreles…
y raya el alba
cuando el bostezo
ilumina su mirada
quietud inmensa
se mete por los resquicios
lentamente el fulgor
de su canto la atrapa
sus ojos recorren
el espacio
como cada mañana
él acude a la cita
esa que no acordó
pero ahí está
y de a poco
por sus venas
se suma el placer!
Así transcurre el día
y cuando cae la tarde
Llega y se despide
Con el frío en su plumaje
el último canto
hasta mañana
zorzal patagónico
Transcurre la mañana, el nublado, el sol, el olor del mar, el olor de tierra seca.
Ha cambiado…
Con una brisa suave sigo el sendero sinuoso de la estepa marcado por el paso de caminantes.
El aroma característico de la vegetación del lugar se une con el de algas provenientes del mar que rodea el paisaje.
Un chingolo con su canto me acompaña saltando entre algarrobillos, duraznillo, malaspinas, molles, zampas y otras plantas que crecen junto a la senda.
Llegando al pie de este cerro otros olores, otros colores, mutisias que resplandecen amarillos; y… otros ruidos
Desde el matorral…
la voz de un pájaro
también, de crías
Mutisia
Voy por un nuevo ascenso entre matas achaparradas y pedregal.
Un tomillo rosa me regala la belleza de sus flores dispuestas entre espinas y tallos agrisados.
Llego a la meseta y descubro unas plantas a ras del suelo que ocupan la mayor parte de esa extensión, con pequeñas flores blancas y otras cuyas hojas, diminutas, se tornan rojizas
Por la meseta,
la brisa del ocaso
entre tomillos
Siento entusiasmo por el hallazgo que me deleita con ese olor que se expande por todo el espacio.
De repente un bullicio muy fuerte, al levantar la vista, el ave que amenaza con vuelo en picado. Levanto los brazos y tapo mi cara. Parece venirse encima…
Siento alivio al ver que desvía su vuelo hacia otra loma.
Olor a tomillo –
Desciende chillando
un halcón
¿Quizás tiene su nido?
Desde la cima un tanto lejos se ve el mar, es momento de comenzar a descender pero en esta ocasión lo hago por otra parte del cerro. No hay marcas de sendas.
Un nuevo día. Al escuchar las noticias: fuertes nevadas se registran al sur y hacia la cordillera en esta provincia, Santa Cruz. Es verano!!!
Deseo que tengan un feliz inicio de año y que termine siendo mejor que el anterior. Para comenzar con una buena lectura, he preparado un conjunto de traducciones de poemas sobre macacos japoneses (Macaca fuscata). Estos animales son una presencia constante a lo largo del año en algunos lugares de Japón, sin un periodo de celo bien definido y con vocalizaciones constantes, además de un rango de actividades que varía con las estaciones. Son la especie de primate, si no se incluye a la nuestra, que habita más al norte, lo que los expone a climas fríos y nieve durante parte del año. Se hicieron conocidos fuera de Japón por imágenes del Valle del Infierno (Jigokudani 地獄谷), en la prefectura de Nagano, donde se sumergen en aguas termales durante el invierno, pero también han sido estudiadas las costumbres de algunos grupos de lavar la comida antes de consumirla. Entre la gran cantidad de haikus sobre estos animales, seleccioné casi exclusivamente invernales para estar en armonía con esta temporada en el hemisferio norte. Sin embargo, en cuanto a tanka 短歌 y kanshi 漢詩, no logré encontrar ninguno que se situara en ese periodo del año, por lo que elegí los que consideré más relevantes, siendo la mayoría de otoño o sin asociación estacional.
El nombre más común en japonés para estos animales es saru さる, pero también existen mashi まし y mashira ましら, todos escribibles con el sinograma 猿, además de masaru 真猿, que podría interpretarse como monos genuinos, y yaen 野猿, monos silvestres. Ninguno de estos apelativos se vincula con alguna estación específica y existen haikus sobre monos de cualquier momento del año. Un nombre que sí es considerado como palabra estacional de invierno es kan’en 寒猿, que significa monos del frío, pese a que aparece en un kanshi otoñal del príncipe Motohira 具平 (964-1009). Sin duda, la conexión con el invierno se estableció debido a que es la estación caracterizada por el frío (samu, kan 寒).
Una de las asociaciones más comunes que tienen en la poesía clásica es con la melancolía. Esto se debe, por una parte, como con el resto de los animales, a que el verbo que expresa la emisión de sonido, naku 鳴く o 啼く, es homófono con llorar, naku 泣く. En este caso, ese efecto se intensifica por la similitud de sus vocalizaciones con las de nuestra especie. No obstante, con los monos, también influyó el poema chino incluido al final del tercer apartado, que conecta sus gritos (ch: jiào; sakebi 叫) con un pathos de la madrugada. Por otra parte, los macacos han tenido una gran importancia religiosa en Japón, observable en el culto a deidades como el Indestructible de Rostro Azul (Shômen Kongô 青面金剛), cuyas ceremonias se realizaban en días marcados por el signo del mono (kôshin 庚申), o el Avatar Rey de la Montaña (Sannô Gongen 山王権現), cuyos mensajeros eran estos animales, etc. El grupo de los tres (sanzaru 三猿), cuyo sentido se explica en la cuarta entrada y que se conectó estrechamente con los dioses arriba mencionados, es el ejemplo más representativo por su presencia en muchos lugares.
1.
Ôtomo no Tabito 大伴旅人 (665-731), político y militar. Es el poema número 344 de la Antología de la miríada de hojas (Man’yôshū 万葉集; c. 759).
痛醜賢良乎為跡酒不飲人乎熟見者猿二鴨似
あな醜賢しらをすと酒飲まぬ人をよく見ば猿にかも似む
Ana miniku / sakashira o su to / sake nomanu / hito o yoku miba / saru ni kamo nimu
¡Pero qué feo!
Cuando se está de fiesta,
el que no bebe
puede parecer mono
si se lo mira bien.
2.
El Emperador de Saga 嵯峨 (786-842), poeta sinófilo, promotor del budismo tántrico, uno de los grandes calígrafos de su época y quien comisionó las primeras tres antologías imperiales. Éste es el poema número 11 de la Antología que sobrepasa las nubes (Ryôunshū 凌雲集; 814) y tiene el título «Paso las noches en la parada de Kayô y extraño la ciudad capital» (Héyáng yì jīng sù yǒu huái jīng yì 河陽驛經宿有懷京邑).
河陽亭子經數宿 月夜松風惱旅人
Héyáng Tíngzi jīng shù sù / Yuèyè sōngfēng nǎo lǚrén
雖聽山猿助客叫 誰能不憶帝京春
suī tīng shānyuán zhù kè jiào / shuí néng bù yì dìjīng chūn
En el Pabellón de Kayô, hemos pasado varias vísperas;
en noches de luna, el viento entre los pinos aflige a estos viajeros.
Aunque oigo a los monos de los montes que me acompañan con sus gritos,
¿quién puede no extrañar la capital imperial en primavera?
3.
Ôshikôshi no Mitsune 凡河内躬恒 (859-925), gobernador de provincias, poeta y uno de los compiladores de la Antología de la poesía japonesa antigua y moderna (Kokinwakashū 古今和歌集; 905). Éste es el poema número 1067 de esa colección, compuesto durante una visita del emperador monje de Uda 宇多 al río que corre entre Arashiyama y Nagaoka.
わびしらにましらな鳴きそあしひきの山のかひある今日にやあらなむ
Wabishira ni / mashira na naki so / ashibiki no / yama no kai aru / kyô ni ya aranamu
No chillen, monos,
desoladoramente.
Parece que hoy
no habrá ningún barranco
en el monte de arduo acceso.
En este poema, kai かひ funciona como palabra pivote (kakekotoba 掛詞) al remitir a dos términos homófonos: kai 峡, que significa barranco o quebrada, y kai 甲斐, que quiere decir efecto, función, valor o uso. El primer sentido se refuerza por las otras palabras del mismo campo semántico (engo 縁語): el monte (yama 山), «arduo acceso» (ashibiki あしひき) y el mono (mashira ましら), todas las cuales remiten al paisaje de la zona. El segundo cobra relevancia ante la petición de evitar entristecer el día y la explicación en prosa que nos sitúa en el contexto de una salida festiva. Por esta razón, los últimos tres versos podrían traducirse como: «Hoy no parece / que vaya a haber motivo / en el monte de arduo acceso». Ambas interpretaciones complementarias remiten a un poema de Xiè Guān 謝観 que ya sólo se conserva en la Antología de poemas japoneses y chinos para cantar (Wakan rôeishū 和漢朗詠集; c. 1013), con el número 454, que dice:
瑤臺霜滿 一聲之玄鶴唳天
Yáo tái shuāng mǎn / yī shēng zhī xuán hè lì tiān
巴峽秋深 五夜之哀猿叫月
Bāxiá qiū shēn / wǔ yè zhī āi yuán jiào yuè
El pabellón enjoyado, lleno de escarcha;
las grullas negras lloran al unísono hacia el cielo.
En el Barranco de Bā, el otoño se profundiza;
en la tristeza de la madrugada, los monos aúllan a la luna».
4.
Ryôgen 良源 (912-985), nombrado el Gran Maestro de la Compasión (Jie Daishi 慈恵大師), décimo octavo patriarca de la Escuela de la Terraza Celestial (Tendaishū 天台宗), abad y restaurador del Templo de Enryaku (Enryakuji 延暦寺). Éstos son los «Poemas de los siete monos» (Shichienka 七猿歌), ofrendados al Avatar Rey de la Montaña o Sannô Gongen 山王権現, deidad guardiana de su monasterio.
つらつらとうき世の中を思うにはまじらざるこそまさるなりけれ
Tsuratsura to / ukiyo no naka o / omou ni wa / majirazaru koso / masaru narikere
Si consideras
este mundo flotante
con gran cuidado,
no te harás parte de él
y serás todo un mono.
見聞かでもいわでもかなわざるものをうき世の中にもまじるならいは
Mikikademo / iwademo kanawa / zaru mono o / ukiyo no naka ni mo / majiru naranai wa
Aunque no digas,
aunque no veas ni oigas,
no se hará real
si no evitas mezclarte
con el mundo flotante.
つれもなくいとわざるこそうかりけれ定めなき世を夢と見ながら
Tsuremonaku / itowazaru koso / ukarikere / sadamenaki yo o / yume to minagara
Sin tener vínculo,
no habrá resentimiento
y pasarás
este mundo flotante
como si fuera un sueño
何事も見ればこそげにむつかしや見ざるにまさることはあらじな
Nanigoto mo / mireba koso geni / mutsukashi ya / mizaru ni masaru / koto wa araji na
Es muy difícil
si se ve alguna cosa.
Sólo al no ver
se vuelve muy seguro
que serás todo un mono.
きけばこそ望みもおこれはらもたて聞かざるぞけにまさるなりけり
Kikeba koso / nozomi mo okore / hara mo tate / kikazaru keni / masaru narikeri
Al escuchar,
nacen las esperanzas
y la intención.
Al no oír, por milagro,
todo un mono serás.
こころにはなにわのことを思うとも人のあしきにはいわざるぞよき
Kokoro ni wa / Naniwa no koto o / omou to mo / hito no ashiki ni wa / iwazaru zo yoki
Aunque pensaras
en cosas de Naniwa
en tu corazón,
sería mejor que no hables
de la maldad humana.
見ず聞かずいわざる三つのさるよりも思わざるこそまさるなりけり
Mizu kikazu / iwazaru mitsu no / saru yori mo / omowazaru koso / masaru narikeri
Más que los tres monos
que no ven, que no escuchan
y que no dicen,
por no pensar en ello
todo un mono serás.
La expresión «mundo flotante» (ukiyo うき世) se refiere al ciclo de nacimientos y muertes en este mundo ilusorio de sufrimiento. Es decir, se trata de una traducción del sánscrito saṃsāra (vagancia). Se puede escribir con dos mezclas distintas de sinogramas: 憂世, que enfatiza el malestar, y 浮世, que resalta la transitoriedad. En este sentido, las recomendaciones del poema van dirigidas a evitar el apego a esta realidad y la aflicción que conlleva. Como se puede extraer del poema que menciona a la ciudad portuaria de Naniwa, lo principal es no inmiscuirse en los males que nos rodean, pues eso nos ataría a ellos.
Las tres abstenciones mencionadas son: no mirar (mizaru 見ざる), no escuchar (kikazaru 聞かざる) y no decir (iwazaru いわざる), lo que implica no actuar deliberadamente ni en la atención a esos fenómenos fugaces ni en el discurso sobre ellos. De ese modo, uno viviría espontáneamente recibiendo las cosas como llegan, sin encadenarse a nada, de forma incondicionada (ch: wúwéi zìrán; j: mui shizen 無為自然). El juego está en que cada amonestación incluye el verbo auxiliar de negación zaru ざる, el cual suena como mono, saru さる o zaru ざる (cuando es antecedido por algún modificador). Por eso, en el último poema se habla de los tres monos (mitsu no saru 三つのさる), que son las tres omisiones. Además, masaru まさる es una palabra pivote (kakekotoba 掛詞) que remite por un lado a un macaco japonés (masaru 真猿) y, por otro, a ser excelente o superarse (masaru 勝る), por eso, fue traducido por “ser todo un mono”. Dominar la vía, desde la perspectiva de Ryôgen, es vivir como uno de los monos que sirven a la deidad Rey de la Montaña, sin intenciones, sin bien ni mal, sin apegos ni resentimientos, entre los cambios del medio en los que no mantienen la atención. Debido a esas homofonías, los monos están presentes en todos los poemas, aunque no lo parezca en la traducción y, en el último, donde se habla de los tres, aparecen tres veces.
5.
Sakanoue no Korenori 坂上是則 (d. 930), funcionario y poeta. Éste es el poema número 425 de la Nueva antología seleccionada para cantar (Shinsenrôeishū 新撰朗詠; c. 1135)
秋山のかひにみかへり鳴く声を夜深く聞きて袖ぞぬれぬる
Aki yama no / kai ni mikaeri / naku koe o / yobukaku kikite / sode zo nurenuru
Si oigo a altas horas
al voltear al barranco
voces que chillan
entre montes otoñales,
he de mojar mis mangas.
Aunque este poema no nombra a los monos, hace claras referencias al poema de Xiè Guān, por lo que se entiende que las voces de las que habla son de esos animales.
6.
Minamoto no Tadafusa 源忠房 (siglo XII). Éste es el poema número 698 de Las secuencias de cien poemas del cuarto año de la era Eikyū (Eikyū yonen hyakushu 永久四年百首; 1117).
みたひてふこゑたにきけはよそひとにものおもひまさるねをそなくなる
Mitai chô / koe tani kikeba / yoso hito ni / monoomoi masaru / ne o so naku naru
De otra persona
la voz que oigo en el valle
parece ser.
Es el ruido que emite
un mono que cavila.
La expresión «naku naru» なくなる con que termina el poema se entiende en el contexto como emitir sonido o chillar (naku 鳴く), sobre todo por la partícula o を que nos indica la transitividad del verbo. Sin embargo, suena a desaparecer (nakunaru 無くなる) o morir (nakunaru 亡くなる), lo que refuerza la tristeza de la escena.
7.
La dama de Higo 肥後 (siglo XII), también llamada de Hitachi 常陸, poetisa y servidora de la corte del Emperador Retirado del Claustro del Río Blanco (Shirakawa-in 白河院). Éste es el poema número 700 de Las secuencias de cien poemas del cuarto año de la era Eikyū (Eikyū yonen hyakushu 永久四年百首).
あしひきのやまへにあそふこのはさるおもふこころそありてなくなる
Ashibiki no / yama e ni asobu / kono hasaru / omou kokoro so / arite naku naru
Aquellos monos
que juegan en el monte
de ardua subida
se lamentan al tener
un corazón que siente.
La palabra que traduje como corazón, kokoro こころ, además de referirse al centro de los afectos, significa mente, es decir, donde se realizan los procesos cognitivos. Por lo tanto, no implica ningún órgano específico. De la misma forma, el verbo omou おもふ conlleva el sentimiento, pero también el pensamiento. Ella afirma que los macacos comparten esos rasgos con los humanos, lo que nos hace muy parecidos. Por otra parte, el último verso, en el que aparece otra vez la expresión «naku naru» なくなる, puede entenderse no como una consecuencia (sienten o piensan, entonces chillan), sino como una ineluctable sucesión (sienten o piensan, después mueren). Este cogito invertido exacerba la apreciación de la fugacidad (mujôkan 無常感) al hacernos ver que, como ellos, vamos a desaparecer con todo nuestro intelecto y sensibilidad. Como resultado, los juegos efímeros de los monos en un mundo que provoca chillidos/llanto remiten a la «Parábola de la casa en llamas» (Katakuyu 火宅喩) del Sutra del Loto.
8.
Daishin 大進, dama de compañía de la residencia de la Sexta Avenida en tiempos del emperador del Claustro de Toba 鳥羽. Éste es el poema 701 de Las secuencias de cien poemas del cuarto año de la era Eikyū (Eikyū yonen hyakushu 永久四年百首; 1117).
さらぬたにおいてはもののかなしきにゆふへのましらこゑなきかせそ
Saranu tani / oite wa mono no / kanashiki ni / yūbe no mashira / koe na kikase so
Deja ese valle
sin visitar, no me hagas
oír la voz
del mono en el crepúsculo
con su melancolía.
Este poema, más que los dos anteriores aquí presentados de la misma secuencia, muestra el arraigo de las imágenes de Xiè Guān y de Ôshikôshi no Mitsune. En el poema de Daishin, la quebrada ha sido sustituida por un valle, pero el aullido de los monos ya está ligado a la melancolía nocturna. Esta poetisa enfatiza la sensibilidad de esos animales, ya que son capaces de percibir la tristeza de las cosas (mono no kanashiki もののかなしき), algo ligado a su impermanencia.
9.
Dōgen 道元 (1200-1253), monje fundador de la escuela budista Sōtō 曹洞 (ch: Cáodòng) en Japón, filósofo y poeta. Éste es el segundo de los “Cinco poemas sobre el Sutra del Loto” (Dai Hokkekyō goshu iwaku 題法華経五首云く).
渓の響き峰に鳴猿妙妙に只此経を説くとこそ聞け
Tani no hibiki / mine ni naku saru / taedae ni / tada kono kyō wo / toku to koso kike
Eco en el valle,
en la cumbre, aúllan monos
muy débilmente:
escúchalos predicar
justo así este sutra.
En contraste con los poemas de Ryôgen, el de Dôgen invita a contemplar el mundo de los fenómenos a nuestro alrededor, la única realidad que existe. Ahí se encuentra la misma sabiduría que en el texto más importante del budismo japonés, por lo que los sonidos de los monos que reverberan tenuemente en el valle son como una predica a la que hay que poner atención. Los ecos, usualmente signos de lo derivativo, condicionado y carente de sustancia, aquí transmiten esa verdad. En consecuencia, ¿no es la doctrina budista de la misma naturaleza que esos sonidos replicados? Desde su perspectiva, estar despierto (satoru 悟る) es vivir en el presente tal cual se nos presenta, algo que todos podemos lograr, pese a recaer por momentos en otros estados mentales, transitorios como todo lo que existe. Así, la revelación suprema de Śākyamuni de que todos podíamos ser budas, incluso si pasábamos por los infiernos, se cumple cotidianamente al estar en concordancia con el mundo.
10.
Yamaguchi Sodô 山口素堂 (1642-1716), empleado del gobierno militar, poeta de haikai y de tanka discípulo de Kitamura Kigin 北村季吟, calígrafo y practicante de la ceremonia del té.
炭がまや猿も朽葉も松の雪
Sumigama ya / saru mo kuchiba mo / matsu no yuki
Ah, la carbonera:
con monos y hojarasca,
nieve en los pinos.
Hay tres palabras estacionales de invierno en este poema: sumigama 炭がま, traducido por carbonera, que nombra un horno temporal de madera y adobe utilizado para producir carbón; kuchiba 朽葉, que traduje como hojarasca, pero que implica su proceso de desintegración después de acumularse al final del otoño; y yuki 雪, nieve.
11.
Takarai Kikaku 宝井其角 (1661-1707), uno de los diez discípulos principales de Bashô en torno al que se formó el gremio de haikai de Edo.
炭竃の蓋をひらけば猿の声
Sumigama no / futa o hirageba / saru no koe
Al remover
tapa de la carbonera,
voces de monos.
12.
Shiba Sonome 斯波園女 (1664-1726), poetisa de haikai discípula de Bashô, crítica y oftalmóloga.
この猿はやしろ久しき時雨かな
Kono saru wa / yashiro hisashiki / shigure kana
¿Está ese mono
por la llovizna continua
en el santuario?
Shigure 時雨, que nombra a las lloviznas intermitentes que caen en el archipiélago a finales de noviembre, es una palabra estacional del inicio del invierno, que comenzaba por el 8 de ese mes en el calendario lunar vigente hasta la era Meiji.
13.
Yosa Buson 与謝蕪村 (1716-1784), poeta de haikai y pintor.
猿どのゝ夜寒訪ゆく兎かな
Saru-dono no / yozamu toiyuku / usagi kana
¿Visita al conejo
en esta fría noche
el señor mono?
このむらの人は猿也冬木だち
Kono mura no / hito wa saru nari / fuyugidachi
Macacos son
la gente de esta aldea:
árboles que hibernan.
Fuyugi o fuyuki 冬木, que significa literalmente árboles de invierno, hace referencia a los caducifolios durante ese periodo en el que han quedado sin hojas. Las ramas desnudas son la imagen característica de esas plantas que hibernan, aquí habitadas por monos.
14.
Bakusui 麦水 (1718-1783), poeta de haikai, ajedrecista, practicante de la ceremonia del té y anticuario.
霜多き山路になりぬ猿の声
Shimo ôki / yamaji ni narinu / saru no koe
Las sendas del monte
se cubrieron de escarcha.
Voces de monos.
La escarcha, aunque puede presentarse desde el otoño, como en el poema chino de Xiè Guān, es una palabra estacional de invierno.
15.
Masaoka Shiki 正岡子規 (1867-1902), reformador de la poesía japonesa, haikuísta y editor.
世の人はさかしらをすと酒飲みぬあれは柿くひて猿にかも似る
Yo no hito wa / sakashira o su to / sake nominu / are wa kaki kuite / saru ni kamo niru
Para la gente
cuando estamos de fiesta,
yo que no bebo
puedo parecer mono
al comerme algún caqui.
Este tanka de Shiki retoma y se apropia del poema de Ôtomo no Tabito, producido más de un milenio antes, pero que había sido olvidado frente al prestigio de la poesía china. El caqui (kaki 柿) da frutos a mediados del otoño, por lo que es una palabra de esa estación.
CONSTRUIR
Puras y trémulas,
Las hierbas ignorantes
De esta Noche Vieja.
DECONSTRUIR
Anteayer, 31 de diciembre, el paseo me hizo pensar en la pureza de los árboles, robles y castaños, cuando los veo desnudos de hojas en esta época del año; pensar en su feliz ignorancia de la circunstancia del cambio de año. Felices en su esencia, viviendo el presente eterno, un presente donde no hay ayer ni mañana, ni Noche Vieja ni Año Nuevo. Ni 2021 ni 2022.
Al llegar casa, compuse estos versos:
Puros, desnudos,
Ignorantes los árboles
De que es Noche Vieja.
Pero, en una vuelta de tuerca, me pareció que seres más humildes todavía podían expresar mejor este desdén por el pasado y el futuro, este enamoramiento perpetuo con el momento en que viven. Las hierbas. Las hierbas que han sobrevivido el verano tórrido y las embestidas de los primeros fríos del invierno. Y siguen ahí, sin color, o tal vez grises o marrones o amarillentas o de un verde vencido, medio escondidas a las miradas, entre arbustos y zarzas, puras en su anonimato. Esta pureza yo he querido destacar también en mis versos: son “puras”. Y también su resistencia a los fenómenos, como, por ejemplo, al viento frío de esta última noche del año; de ahí, el adjetivo de “trémulas” del primer verso.
Sin querer, me viene a la memoria un ilustre haijin moderno, gran enamorado también de las hierbas. Era Santōka (1882-1940). En español conozco tres libros con sus poemas: Tres monjes budistas, El monje desnudo: 100 haikus, y Saborear el agua: cien haikus de un monje zen. En el volumen 2ª de su Historia del haiku, R.H Blyth, cita estas palabras de Santōka, monje itinerante, tomadas de una entrada en su diario con fecha del 19 de agosto de 1940, y escritas poco antes de morir:
«Los que no conocen el significado de las hierbas no conocen el alma (el corazón, la mente, el kokoro) de la Naturaleza. Las hierbas apresan su esencia y expresan su verdad».
Santōka escribió muchos poemas sobres hierbas. Por ejemplo en estos versos que ilustran, además, el escaso respeto que le merecía la estructura canónica del 5-7-5 del haiku tradicional:
Aki no natta, zassō ni suwaru
秋 と なった、雑草 に 座る
Una traducción:
Fundidas con el otoño, las hierbas;
Y en ellas me siento.
¡El poeta sentado en el otoño!
La siguiente cita corresponde a otra entrada de su diario:
«No creo en el mundo venidero. Niego el pasado. Yo creo enteramente en el presente. Hay que emplear toda nuestra energía, cuerpo y alma, en este momento eterno. Creo en el espíritu universal, pero niego el espíritu de un ser humano concreto. Todas las criaturas venimos del Todo y vamos al Todo. Desde este punto de vista, pudiéramos decir que la vida nos hace acercarnos y la muerte nos hace regresar».
Las hierbas sin nombre, adivinadas a la hora del crepúsculo en el sotobosque a un lado y otro del camino de un 31 de diciembre, nada saben de bullangeras celebraciones, ni de amables intercambios de buenos deseos. Con su insignificancia nos recuerdan, hermanas humildes, que estamos juntos en un barco solitario. Sin mañana y sin ayer. Sin origen y sin rumbo. Sin nada.
梅遠近南すべく北すべく
Ume ochi kochi minami subeku kita subeku
Ciruelos aquí y allí-
debo ir al sur,
debo ir al norte…
Desglose:
梅 ume: ciruelo,
遠近 ochi-kochi: aquí y allí, por todas partes,
南 minami: sur,
べく beku: deber,
北 kita: norte.
Comentario y notas culturales:
Haiku con estrofa 6-6-5 (ume ochi kochi/ minami subeku/ kita subeku).
Es un haiku muy sonoro: ochi-kochi y subeku-subeku.
La obligación, la necesidad de desplazarse tanto al sur como al norte para contemplar el nacimiento de la primavera con la floración de los ciruelos, sus flores blancas por todas partes.
Por Mari Angels (Hikari)