PARTE 3
HAIKU Y POESÍA
HAIKU Y POESÍA
En Biographia Litteraria (capítulo XIV), Coleridge nos da una definición de la poesía que difícilmente encajará con el haiku, aunque puede aplicarse a otras formas de poemas:
Poesía es aquella especie de composición que se opone a las obras de la ciencia, por proponerse como su objeto inmediato el placer, no la verdad.
Es extraño que un crítico que también era poeta, no se diera cuenta de que la poesía es algo que, por su naturaleza, no puede definirse. Cuando tenemos la experiencia de la poesía sentimos,
A través de todo este vestido de carne,
brotes brillantes de eternidad.
No es placer; o si lo es, es placer poético, y estamos en la misma dificultad que antes.
La vida es una llama pura, y vivimos por un sol invisible de nuestro interior.[1]
Es invisible, pero sabemos que la llama está ahí. No vemos la luz; vemos por ella.
El haiku es la expresión de una iluminación temporal, en la que vemos la vida de las cosas.
稲妻にこぼるる音や竹の露
inazuma ni koboruru oto ya take no tsuyu
¡Un relámpago!
el sonido de las gotas
cayendo entre los bambúes.
(Buson)
Imagen 20Alcaudón chillando en una rama muerta,
de Miyamoto Musashi
No hay distinción entre el momento de la composición y el de la apreciación, entre lo interior y lo exterior. La vida discurre tan libremente entre ambas partes que percibimos las cosas mediante introspección, y nuestras experiencias del mundo exterior tienen la misma inmediatez, validez y certeza que los estados de pura autoconciencia. Mientras Hōjō (法常) agonizaba, una ardilla voladora (麗鼠) chilló. Entonces dijo:
御物、 非他物。北等諸人普護持之, 春今題
Lo inmediato es esto; no es eso. Todos ustedes, monjes, aférrense a esto (la inmediatez). Ahora me marcharé.
De la misma manera Confucio dice:
二三子以我盛呼、春無隠平。
(龍番七、ニ十三)
Amigos míos, ¿creéis que os oculto algo? No os oculto nada.
Este es el trabajo de un poeta, no ocultarnos nada. Cuando lo hace, se ve claramente la naturaleza búdica de una cosa.
Cada cosa predica incesantemente la ley, pero esta ley no es algo diferente de la cosa misma. Haiku es la revelación de esta predicación, al presentarnos algo desprovisto de toda nuestra distorsión mental y decoloración emocional; o más bien, muestra la cosa tal como existe al mismo tiempo fuera y dentro de la mente, perfectamente subjetiva, nosotros inseparados del objeto, el objeto en su unidad original con nosotros mismos.
傘におしもどさるいしぐれ設
Karakasa ni oshimodosaruru shigure kana
Caminando bajo la lluvia invernal,
el paraguas
me empuja hacia atrás.
(Shiseijo)
El haiku, por tanto, plantea la mayor exigencia a nuestra pobreza interna. Shakespeare derrama su alma universal y nos humillamos ante su omnisciencia y su poder desbordante. Los haiku exigen de nosotros que nuestra alma encuentre su propia infinidad dentro de los límites de algo finito. En este sentido, nada se nos oculta. El haiku es el resultado del deseo, del esfuerzo, de no hablar, de no escribir poesía, de no oscurecer más la verdad y la talidad de una cosa con palabras, con pensamientos y sentimientos. De estas cosas, digo con Emerson,
Lo que eres habla tan alto, que no puedo oír lo que dices.
Las cosas deben hablarnos tan alto, que no podemos oír lo que los poetas nos dicen de ellas.
Un haiku no es un poema, no es literatura; es una mano que señala, una puerta entreabierta, un espejo limpio. Es una manera de regresar a la naturaleza, a nuestra naturaleza lunar, a nuestra naturaleza de flor de cerezo, a nuestra naturaleza de hoja que cae, en definitiva, a nuestra naturaleza de Buda. Es una manera en la que la fría lluvia invernal, las golondrinas de la tarde, incluso el mismo día en su calor y la duración de la noche cobran verdadera vida, comparten nuestra humanidad, hablan su propio lenguaje silencioso y expresivo.
舟と岸と話してねる日永かな
Fune to kishi to hanashi shiteiru hinaga kana
Qué largo el día:
el barco está hablando
con la orilla.
(Shiki)
Es un lenguaje silencioso porque sólo llama a una determinada área y no explica por qué, dónde ni cómo. En el poema anterior de Shiki, el simple significado de que el hombre en el bote está hablando con el hombre en la orilla no es, a pesar de su brevedad poética, el punto realmente significativo del poema. Esto se encuentra en un ámbito completamente diferente, donde los barcos y las costas hablan libremente entre sí y continúan sus eternas conversaciones, indiferentes a nuestra prosaica e intelectual protesta.
¿Qué es un poeta? Un poeta es un espíritu que habla a los espíritus.
相見阿阿笑
園林落葉多
(頑林旬集)
Al encontrarse, los dos amigos ríen en voz alta:
en la arboleda, las hojas caídas son muchas.
Confucio no está pensando en un poeta, pero sus palabras son válidas:
唯天下至誠、能索共性、能恭其性、 能盛人之性、 能憲人之性、則能輩物之性、 能哉物之性、則可以賛天地之化育、 可以 質天地之化育、 則可以奥天地参夫。
(中庸中ニ)
Sólo aquel que ha alcanzado la sinceridad (perfecta) bajo el Cielo puede agotar (las infinitas potencialidades de) su naturaleza. Quien hace esto, puede agotar la naturaleza del hombre y, por tanto, la naturaleza de (todas las demás) cosas, logrando así (el poder de) participar en la (actividad) transformadora y vivificante del Cielo y la Tierra, y como Hombre, haciendo un tercero con ellos.
¿En qué idioma se hablan los poetas entre sí?
No se expresan ni con palabras ni con silencio. En esa condición que no es ni palabras ni silencio, se capta su naturaleza. (Sōshi, 25).
¿Qué dicen los poetas de los que no lo son?
道郎太禁道
貝道得八成。
(碧、八十九)
Cuando hablas, hablas bien,
pero tu hablar es incompleto.
Por eso es tan agotador leer poesía, por eso la evitamos instintivamente. Entrar en estrecho contacto con cosas o personas es a menudo una tarea dolorosa. Incluso con Dios esto es así.
Dios ama todas las cosas por igual.
Gott ist in allen Dingen und an allen Orten gleich, und ist uberall gleich bereit sich dem Menschen zu schenken, so weit es an ihm liegt.
(NT: Dios es el mismo en todas las cosas y en todos los lugares, y está igualmente dispuesto a entregarse a los hombres en todas partes, en la medida que a él le corresponde.)
La intuición de Eckhart se expresa de un modo típicamente zen:
虚容無脊面
鳥道紙東西
(障林旬集)
En la vasta inanidad, no hay detrás ni delante;
el camino del pájaro conquista el Oriente y el Occidente.
Pero todas las cosas no reciben ni pueden recibir ese amor por igual, Dios está en todas las cosas por igual, pero las cosas no lo manifiestan en el mismo grado. Eckhart dice,
Nun habe ich schon oft gesagt: wenn ich von Gleichheit spreche, so meine ich nicht, dass man alle Werke und alle Orte und alle Leute fur gleich halten soll. Das ware unrecht; denn Beten ist ein besser werk als Spinnen, und die Kirche ist ein edlere Statte als die Strasse. Aber du sollst in den Werken ein gleiches Gemut und ein gleiches Zutrauen und einen gleichen Ernst zu deinem Gott haben.
(NT: Ahora bien, he dicho muchas veces: cuando hablo de igualdad, no quiero decir que se deban considerar iguales todas las obras, todos los lugares y todas las personas. Eso estaría mal; porque mejor trabajo es orar que hilar, y la iglesia es un lugar más noble que las calles. Pero debéis tener el mismo espíritu, la misma confianza y la misma seriedad hacia vuestro Dios en vuestras obras.)
Y estas diferencias en las cosas, estas limitaciones son, de la manera más asombrosa, las mismas cualidades que manifiestan a Dios. Es en virtud de la falta de algo, que una cosa tiene valor.
樹呈風態
波弄月神
(林句集)
El árbol manifiesta el poder corporal del viento;
la ola exhibe la naturaleza espiritual de la luna.
Si el árbol fuera lo suficientemente fuerte no manifestaría nada. Si la ola fuera rígida, la naturaleza de la luna no se podría expresar en ella. Esta fuerza perfeccionada en la debilidad es lo que Eckhart llama convertirse en hijo, alguien que no rechaza nada, que deja de lado todo lo que dificulta la unión perfecta con todas las cosas, buenas y malas, provechosas y no rentables, puras e impuras.
Sollt ihr also ein Sohn sein, so müsst ihr ablegen und von euch scheiden alles, was eine Besonderheit an euch ausmacht.
(NT:Por eso, si queréis ser hijos, debéis descartar y separar de vosotros mismos todo lo que tenéis de especial.)
Un poeta ve las cosas como son, en la medida en que es desinteresado.
Mi juicio es justo porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.
En relación con cada circunstancia, debemos ser como los sirvientes en la fiesta de Caná:
Todo lo que Él os diga, hacedlo.
Las flores dicen “¡Florece!” y florecemos con ellas. El viento sopla y nos balanceamos entre las hojas. Lawrence describe al poeta con las siguientes palabras:
El hombre animal puro sería tan hermoso como un ciervo o un leopardo, ardiente como una llama alimentada directamente desde abajo. Y sería parte de lo invisible, como lo es incluso un ratón. Y no dejaría de maravillarse, respiraría silencio y asombro invisible, como lo hacen las perdices que corren entre los rastrojos. Sería todos los animales, por turnos, en lugar de la cosa fija y automática que es ahora, machacado por los nervios.[2]
Podemos llegar a la misma conclusión desde el otro extremo de la escala. En la medida en que existe un tomate, existe Dios. Cuando un tomate se pudre, Dios se pudre. Dios florece en las flores del verano, cae en las hojas del otoño, yace tranquilo y frío en la nieve y el hielo del invierno.
青山元不動
白雲自去楽
(碑林句集)
Las colinas azules son por naturaleza inamovibles;
las nubes blancas van y vienen por sí mismas.
De nuevo decimos: Dios ama a todas las cosas por igual, al ratón que atrapa el gato, el agua que engulle al marino, el hombre que mata a golpes a su madre. Sustitúyase la palabra “Dios” por la palabra “poeta”, y las afirmaciones anteriores serán igualmente verdaderas. Si usted piensa que el universo le es hostil, es simplemente un reflejo de su enemistad con el universo. Si usted piensa que
estoy tan contento de que Jesús me ame
eso es un reflejo de tu amistad con él. De hecho, no es ni hostil, ni amistoso, ni indiferente. Eres tú, tu verdadero yo. La vida poética, la religiosa, es la de los ángeles
que siempre contemplan el rostro de su Padre en el Cielo.
Así, aunque la vida del poeta es de dolor, también es de paz. La interpenetración de la vida con la vida es un asunto agonizante, pero es como la punción de un forúnculo, como el nacimiento de un niño, en el lenguaje de Dante,
com’ acqua recepe
raggio di luce, permanendo unita.[3]
como el agua recibe
un rayo de luz, permaneciendo íntegra.
Lo siguiente, es obra de Bashō
古池ふるいけや蛙飛びこむ水の音
Furuike ya kawazu tobikomu mizu no oto
El viejo estanque;
una rana salta dentro;
el sonido del agua.
Es de muy dudosa autenticidad, y en cierto modo estropea la sencillez y aparente espontaneidad del original. De hecho, se siente una tendencia a arrancar del inconsciente y lo instintivo lo que debería quedar allí, una cierta artificialidad y convencionalismo esotérico que es repulsivo para la mente poética. No obstante, ilustra una de las formas en que el zen y el haiku están relacionados y, además, muestra una cierta forma del pensamiento poético que ha acompañado al haiku desde la aparición de Bashō.
Bucchō, (柳頂), del Templo Komponji, (常州島根本寺), un monje de amplia lectura y profunda iluminación, se convirtió en el maestro de Bashō. Tras trasladarse al templo Chōkeiji, (長慶寺), en Fukagawa, cerca de Edo, un día visitó al poeta, acompañado por un hombre llamado Rokusō Gohei, (六前五兵衛). Este último, al entrar por primera vez en la ermita, gritó: “¿Cómo es la Ley Budista en este tranquilo jardín con sus árboles y hierbas?”
如包なるか是れ庭草木中の仰法。
Bashō respondió: “Las hojas grandes son grandes, las pequeñas son pequeñas”.
葉に大は大、小底は小な
Bucchō entró entonces y dijo: “¿qué ha conseguido recientemente?”.
近日何の有る所ぞ。
Bashō respondió: “Se acabó la lluvia, el musgo verde está fresco”.
雨過ぎで青苔を洗よ.。
Bucchō le preguntó además: “¿Cuál era esta ley budista antes de que creciera el musgo verde?”
如何なるか是れ青昔未生前の働法。
En ese momento, al oír el sonido de una rana que saltaba al agua, Bashō exclamó: “El sonido de la rana que salta al agua”.
駐飛び込む水の音
Bucchō se llenó de admiración ante esta respuesta, considerándola una prueba del estado de iluminación de Bashō…… En ese momento Sampū (杉風) felicitó respetuosamente a Bashō por haber compuesto este verso, reconocido por Bucchō, añadiendo al arte la gloria de la religión; Ransetsu (嵐雪) dijo: “Puede decirse que esta frase del sonido del agua representa plenamente el significado del haiku, pero falta la primera parte del poema. Por favor, complételo”. Bashō respondió: “Yo mismo estaba pensando en ello, pero me gustaría escuchar sus opiniones primero y luego decidiré”. Varios de sus alumnos lo intentaron; Sampū sugirió
宵闇や El crepúsculo de la tarde;
como las cinco primeras sílabas;
Ransetsu,
林しさに En la soledad,
Kikaku,
山吹や La rosa de la montaña
Bashō, mirándolos, dijo: “Todos y cada uno de ustedes en su primera línea expresaron un aspecto del asunto y compusieron un verso de calidad por encima de lo común; especialmente el de Kikaku es brillante y fuerte. Sin embargo, no seguiré el modo convencional, lo haré solo por esta noche,
古池や El viejo estanque
Todos quedaron impresionados y con un profundo asombro. En este poema, el Ojo del Haiku se abre por completo. Conmueve al Cielo y la Tierra y a todos los Dioses y Demonios que hay en ellos hasta la admiración. De hecho, este es el camino de Shikishima, equivalente a la creación de un Buda. El Dharani de Hitomaru (人丸) y el Alabando la Venida del Buda (来迎和讃) de Saigyō, están contenidos en estas diecisiete sílabas.
De alguna manera todo esto no me importa. En mi opinión, el haiku y la práctica del Zen deberían mantenerse separados. El Zen como ejercicio que conduce a la iluminación es una cuestión de vida o muerte para el alma. El haiku sólo se ocupa de la vida. Es la flor de la vida. Es bastante cierto que en el Zen nos esforzamos por ver el mundo como un poeta ve un árbol en flor, pero para llegar a ese estado se necesitan esfuerzos violentos, convulsiones espirituales extremadamente antipoéticas, muy diferentes de las que se ven en el Zen, es la
emoción recogida en la tranquilidad,
que es el flujo de entrada y salida del objeto y la mente en momentos de percepción poética. Un mejor ejemplo de la relación entre Zen y haiku es el siguiente. Cuando Sotōba (蘇東坡), el gran poeta chino de la dinastía Sung, estaba estudiando el problema de la Predicación Insensible (無情説法), en el templo Ryukōji, (りゅこう寺), en Rozan, (蕗山), bajo la dirección de Jōchō (常張), saliendo del templo al amanecer, de repente se iluminó y expresó su comprensión en el siguiente poema muy conocido;
演弊便是度長舌、山色登非非清浄身。
夜来八高四千優、他日如何撃示人。
El torrente de la montaña es la lengua ancha y larga de Buda;
los colores de las montañas, ¿no son su Cuerpo Puro?
Toda la noche, ochenta y cuatro mil versos budistas,
pero en días venideros, ¿cómo mostraré esto a los demás?
Este es también el problema del poeta: transmitir algo de lo que ha visto, transmitir más bien el poder de ver, la vida creativa que forma la parte esencial de lo que aparece en palabras, rima y ritmo.
Esta misma identidad de poeta y santo la tenemos en los versos de Sotōba, en los que describe su experiencia en los montes de Ro (魔:):
虚山姻雨所江潮、不到千般恨未、
到得師楽無別事、虚山蝦雨所江潮。
Lluvia brumosa en el monte Ro, sube la marea en Sekkō,
te arrepientes mucho por no haber estado antes;
cuando ya has estado allí y regresas,
es simplemente una lluvia brumosa en el monte Ro, subiendo la marea en Sekkō.
Esta experiencia de Sotōba, el hombre, es más profunda de lo que el lector podría suponer, pero también lo es la de Sotōba el poeta. La diferencia entre los dos es que la experiencia poética puede estar, y generalmente está, confinada a esa área de la mente que se ocupa de las cosas particulares, mientras que la del iluminado se extiende, quiera o no, por toda la personalidad, por toda la actividad. En Sotōba tenemos la combinación de hombre y poeta en uno, y desde ambos puntos de vista se puede intuir su experiencia total. Los picos vistos a través de la lluvia que parece humo, el poeta los percibe como la deidad manifiesta; el agua creciente del arroyo es Dios mismo, pero sólo si así se percibe inmediatamente; cuando hay un mínimo de separación entre ellos, entre la cosa y Dios, entre él mismo y Dios, tenemos una división intelectual que ninguna pasión puede volver a unir. Cuando pensamos que esto es eso, no es así, y ninguna intensidad de pensamiento lo hará así, porque es el resultado de nuestra inmediatez de percepción que sea así. Además, cuando se percibe este estado de las cosas, es con éxtasis, pero tan pronto como se ha convertido en una experiencia cotidiana y ha perdido su primer impacto de sorpresa, ese mundo recién creado se convierte en el mundo cotidiano en el que vivimos, y este mundo no es el del hombre práctico, apoético, no iluminado, desprovisto de religión o poesía. Esto es lo que Sotōba quiere decir cuando dice que estas montañas brumosas y estas olas agitadas no son nada especial, nada fuera de lo común. Las personas que viven en el Cielo, aquellos que tienen una paz sin deseos, que miran las cosas sin tener en cuenta las ganancias y pérdidas para ellos mismos, encuentran sus vidas bastante ordinarias y aburridas.
Para el lector, cada haiku es un kōan, una pregunta zen, una puerta abierta que parece cerrada, que conduce a ¿…? A nada ni a ninguna parte, porque la puerta es aquello a lo que te conduce y aquello de lo que se sale. Ni siquiera es diferente lo que la atraviesa, que no tiene existencia real alguna. Todo a lo que nos enfrentamos es a un kōan, un examen en el que podemos fracasar o aprobar, cosas del pasado, del presente y del futuro, cosas cercanas y cosas lejanas, reales e irreales, abstractas y concretas. Y todas estas cosas son en sí mismas poemas como esas flores de agua artificiales secas (水造花) que se abren cuando se sumergen en el agua de la mente. Nosotros damos a las cosas su vida, ellas nos dan nuestra vida.
No debemos ser ni esclavos ni amos de las cosas. Hoy es Año Nuevo, y cuando salimos al pozo por la mañana temprano y vemos los rayos del sol brillar en el agua mientras la vertemos en el cubo, decimos:
汲上る水に春たつ光りかな
Kumiageru mizu ni haru tatsu hikari kana
En el agua que saco,
brilla el comienzo
de la primavera.
(Ringai)
Pero
Cada día es un Buen Día, 日々是好日
o como lo expresa el poeta:
やつと家た元且も只ひと日哉
Yatto kita gantan mo tada hitohi kana
Este día de Año Nuevo
que ha llegado por fin;
es sólo un día.
(Hōrō)
La luz en el agua no es diferente a la de cualquier otra mañana. Nos debatimos entre el sentimiento de que es especialmente brillante y significativo, y la certeza de que no lo es. Aférrate a ambos; no dividamos lo que se da de lo que damos. Todo es como es, pero todo es maravilloso. Todo es ley, pero somos libres. Por un lado, las cosas son como son:
El mar estaba tan mojado como podía estarlo,
las arenas estaban secas …secas.
No podías ver una nube, porque
no había ninguna nube en el cielo:
ningún pájaro volaba sobre nuestras cabezas;
no había pájaros para volar.
Por otra parte, nada es lo que parece, todo es tremendamente improbable y contradictorio. Sentimos nuestro profundo parentesco espiritual con el Caballero Blanco:
“Dijo: Busco ojos de abadejos
entre los brezos brillantes,
y los transformo en botones de chaleco
en la noche silenciosa.
A veces busco panecillos con mantequilla,
o pongo ramitas encaladas en busca de cangrejos,
a veces busco las lomas cubiertas de hierba
buscando ruedas de carruajes.”
Estamos con Puck en que
las cosas absurdas
son las que más me gustan
Es decir, las cosas son impredecibles, únicas, sin ley. Sin embargo, las cosas son simplemente lo que son, sin ningún significado ulterior. Las cosas tienen un significado infinito; pero también son decepcionantes, son finitos y limitados. Pero en el fondo, en el fondo de nuestra existencia, no pedimos nada, ni siquiera que las cosas sean como son. A pesar de todos nuestros deseos y odios, nuestro instinto más profundo es:
元且や何ももとめぬ宿のさき
Ganjitsu ya nanimo motomenu yado no saki
Día de Año Nuevo;
la cabaña tal como está,
nada que pedir.
(Nanshi)
Fin primera parte: Continúa
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
[1] Browne, Hydriotaphia.
[2] St. Mawr.
[3] Paradiso, 2, 85-56.