Prisa

El hombre, las personas, han ganado mucho en los últimos años. Muchos canales de televisión, contacto instantáneo a través de internet o el teléfono móvil, posibilidad de saber lo que ocurre en cualquier lugar del mundo casi al momento, posibilidad de llegar a un lugar lejano de la Tierra en varias horas, tantas y tantas cosas…

Pero también se conserva, de vez en cuando, quizá en un lugar remoto, esas cosas que nos hacen, por un momento, alejarnos del contacto instantáneo, de la rapidez, de mirar el reloj cada minuto, de consultar el correo electrónico cada segundo y medio…Esos lugares son los pueblos. Las casas de los pueblos…Donde uno aún se tiene que abrigar en invierno, porque en invierno solía hacer frío fuera y dentro de las casas. Un lugar donde tengo que acercarme a la fuente de calor para sentir el calor: la estufa o el fuego.

Un lugar adecuado para relajarse, hablar, contar cuentos o, simplemente, mirar, observar…como el fuego se va consumiendo poco a poco e incluso, para hacer la comida. Una comida que se va haciendo lentamente…pausada, porque aquí no hay prisa.

 

vestida de luto –

da vueltas a las gachas

junto a la lumbre