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Agosto 2023

CONSTRUIR

De luz bañada
Una pequeña flor.
Mis sueños andan.

DECONSTRUIR

Lo compuse esta mañana, uno de agosto, cuando a las ocho de la mañana me disponía a cerrar la puerta del balcón y bajar la persiana para mantener la casa en penumbra el resto del día. Pero antes de bajar la persiana, mi vista se quedó clavada en esta solitaria flor, única superviviente en un tiesto de geranios, que parecía dar los buenos días al vacío.

 El contraste de su pequeñez y su rojo color contra la inmensidad del cielo azul y radiante de la mañana me hizo soñar no sé qué…

A cuantos conocen la obra de Bashō, el tercer verso podrá recordarles un famoso poema que el maestro compuso aquejado del mal que muy poco después lo llevaría a la muerte:

En el camino,
Enfermo por páramos,
Vagan mis sueños.

 Tabi ni yande
Yume wa kareno o
Kakameguro

たびに病んで
夢は枯野
かかめぐる。

Haiku 54

54

女倶して内裏拝まんおぼろ月

Onna gushite dairi ogaman oborozuki

Junto a una mujer
rezo en el Palacio Imperial,
la luna brumosa

Una atmósfera común envuelve a dos personas desconocidas. El rezo en el Palacio Imperial inmerso en la luna velada, brumosa, es el motivo principal de este poema que transita entre la sugerencia, la inquietud de la noche y la serenidad de la práctica religiosa. Un ejemplo más de cómo Buson pinta el instante y atiende a los detalles.

El camino del medio

Nadie que vaya
Por este camino.
Crepúsculo de otoño.[1]

 Bashô

Fotografía de Luis Bernardo Cano Jaramillo

Es frecuente asociar las enseñanzas del zen y el budismo con la negación del yo. Se atribuye al mismo Buda la afirmación del que el “yo” no existe, de que solo es una ilusión. Más adelante trataré de aclarar esta afirmación errada, pues en ninguna parte de la extensa escritura del canon budista, el buda dijo tal cosa. Nunca afirmó que el ser humano no tenga yo o que no exista el yo, sino que nos invito a “no ser yo” o “ser no-yo” (anatman en sanscrito, anatta en lengua pali)[i].

En palabras de nuestro maestro Vicente Haya: “Solo cuando el ‘yo’ es parte de la naturaleza tiene permitida su entrada en el haiku”. (Vicente Haya, El espacio interior del haiku, p.77). O también: “Por eso escribir haiku es una Vía; un entrenamiento del ‘yo’. En tanto es un proceso de despertar de los sentidos, de atención, de naturalidad, de autenticidad, de paciencia, de desprendimiento, de extinción de la vanidad… Los maestros del haiku nos enseñan que el poeta debe eliminarse de su poesía para que sus versos capten la esencia dinámica de la realidad”. (Vicente Haya, Haiku-dô. El haiku como camino espiritual).

El asunto del yo es entonces un asunto netamente práctico. Ni en el budismo ni en el haiku se trata de tener una teoría o explicación del yo; como cualquier cosa que aparece o existe en el mundo, el yo tiene su lugar y puede ser reconocido como algo más dentro de la naturaleza, siempre y cuando no reclame ninguna supremacía o exclusividad. Podríamos decir que el “entrenamiento del yo” que propone el maestro V. Haya corresponde al “cuidado de si” al “cultivo de sí” de las tecnologías del yo, como las formuló el filósofo Michael Foucault, en sus últimas reflexiones antes de morir. Cercanas pero diferentes del imperativo “conócete a ti mismo”, que apunta más a un sentido de conocer para controlar, para rechazar o renunciar en el sentido de algunas morales religiosas que consideran el cuidado de uno mismo como una inmoralidad, como un camino de perdición (la carne, el mundo como demonio).

“Eliminar al poeta” significa eliminar cualquier idea que se tenga de sí mismo y que se imponga sobre los demás seres del mundo. En la ausencia de una idea limitada de sí mismo es posible captar ampliamente la dinámica total del mundo.  O como lo expresaba bellamente el maestro Eckhart: “Mientras persista cualquier idea de Dios en tu alma. Dios no podrá entrar en ella”.

Renunciar a la idea del “yo” para dar cabida al mundo, tal es el propósito y el camino del haijin. Sus instrumentos están al alcance de su mano: dejando de lado los juicios, críticas, opiniones o puntos de vista, es decir la especulación mental, el haijin se entrena para estar atento, para vivir en el presente, para habitar en el justo lugar en que su contacto con el mundo se da a través de los órganos de los sentidos (seis en la concepción budista, que incluye la conciencia del cuerpo-mente, es decir la propiocepción como un sexto sentido).

[1] Sin yo, sin nadie, el testigo invisible que observa el camino solitario en el crepúsculo de otoño puede ser el haijin o cualquier persona que lea u oiga el haiku. Quizás por eso Cortázar apreciaba tanto este haiku. 99 HAIKUS DE MU-I, traducción de Vicente Haya y Keiko Kawabe, p. 30, MANDALA Ediciones, Madrid, 2010.

[i] Thanissaro Bikkhu (Geoffrey DeGraff), SELVES&NO-SELVE, THE BUDDHIST TEACHING ON ANATTA, https://www.accesstoinsight.org/lib/authors/thanissaro/selvesnotself.pdf

Cabrera G., Mª Concepción, Haikus del yo, Tesis de grado, U. de Sevilla, p. 22.

Haibun 47

Haibun 47

 

Hay un nublado tenue

Hay un nublado tenue, ligeramente gris. El aire, demasiado fresco y constante, impide que me cambie la camisa de manga larga y el pantalón. En la parada me dicen que hace tres días estuvieron a treinta y tantos grados. Por la ventanilla del urbano contemplo las hojas grandes y brillantes del almendro de Indias. Uno de esos troncos ha crecido inclinado hacia donde sopla el viento del norte, el famoso Norte. La “Villa Rica” se ha extendido, llega a Boca del Río. El puente sobre el Jamapa mide como una cuadra de largo. De niño me trajeron unos parientes. Recuerdo las ramadas, esos cobertizos con techo de palma donde vendían comida típica de la costa. Ahora hay edificios de muchos pisos y el poblado es una ciudad conurbada.

Se abren las nubes por momentos; me remango la camisa, pero la corriente de aire es fría y no tardo en desdoblar las mangas. Más tarde, junto al Foro Boca, se reúnen los jóvenes para la foto del álbum. El aire arrecia, lo mismo que el frío. Los varones van cómodamente vestidos de saco y corbata; mas, las chicas, con sus vestidos largos, escotados, sin estola, se cubren con las togas.

El rito de la foto se prolonga. Empieza a pardear la tarde. Las olas cubren, a cada embate, el musgo de las rocas. Chillan las gaviotas, un pelícano se zambulle. Aparece la forma oscura, inmóvil, de un rabihorcado. Semeja un papalote. No aletea. Lo pierdo de vista. Después, una escuadrilla de esas aves acapara la atención de los adultos:

-Miren unos albatros.

-Son fragatas.

-Aquí les dicen de otro modo, pero me asustan. Son como murciélagos gigantes.

-Sus líneas son angulares, aerodinámicas, más bellas que un avión de caza.

Esos reyes del aire, de patas cortas, me recuerdan la poesía “El albatros” de Baudelaire: “sus alas de gigante le impiden caminar”.

Sus figuras flotan en el cielo gris claro. Los pescadores los relacionan con la presencia de peces. Mis ojos se detienen en sus siluetas casi inmóviles, sus cuerpos de sombra.

Las palabras, muchas veces, suplantan las cosas, las deforman. También son capaces de señalar su presencia.

Silencio
Cuando lo nombro
se esfuma

*Villa Rica: Villa Rica de la Vera Cruz, nombre antiguo del puerto de Veracruz

Jorge Moreno Bulbarela “Jor”
Xalapa, Ver., México

La luz del haiku

Tan breve, tan abierto en su aparente sencillez, pero qué sorprendente… Hasta en su forma más convencional, el haiku es capaz de abarcarlo todo y de expresar los matices más sutiles. Si, por ejemplo, evocamos la luz, la memoria se enciende con un caleidoscopio de imágenes, que afloran desde todas partes y se imponen, se mezclan y se relacionan, más allá de los nombres que las imaginaron; como si, siendo ya tan nuestras, acabaran por ser anónimas: el pálido centelleo de la escarcha; la niebla luminosa flotando en el aire del embarcadero, y la niebla con llovizna que impide ver el Fuji; el rastrojo que empieza a ennegrecerse con el primer chubasco; aguas turbias fluyendo bajo las flores de cerezo; la marea olvidada entre las piedras, junto a algas verdosas; el color de unos iris un día de lluvia y la emoción al ver de pronto unas violetas en el camino; la sombra de cada cosa, intensificada por la luz del otoño, o desvelada al bajar la marea…

                En los límites del haiku clásico -17 sonidos y palabra o expresión estacional-, no hay límite. Tokugen nos propone este enigma: si nos fijamos bien, no hay nada tan negro como la nieve. Bashô se atreve a hablar del grito, casi blanco, de los patos junto al mar ya oscuro; y Buson -evocando quizá al gran maestro- ve cómo un viento súbito hace empalidecer a las aves acuáticas. A lo largo del tiempo, los poetas de haiku contemplan la Vía Láctea -tenue, pero deslumbrante- y la describen de mil maneras: sobre un mar revuelto, sobre los arrozales, colgada sobre la cima del monte, entrevista por la ventana rota, velando el baile de un borracho, acompañando a la mujer que regresa sola con su fardo de arroz o a la enamorada que acude con el pelo mojado a una cita… ¿Y la luna? Bashô la ve huir entre las ramas goteantes de lluvia, y Taigi asocia la luna brumosa con el chasquido de una red, río abajo.

¿Qué decir de la gran luna llena, de la que un niño se encapricha, y ante la cual se siente peor el mudo que el ciego? Esa luna se detiene un instante sobre las flores para admirarlas, hipnotiza a la libélula, desvela y enmudece a sus contempladores, alumbra a quien lee una carta, ilumina la niebla que gatea sobre el agua, consuela al solitario y recibe la gratitud de quien escribe su último poema: el del adiós… Mokkoku habla de las “gotas de luna” que suben a bordo con la red barredera; observación que recuerda lo que Sei Shônagon anotaba, ocho siglos antes: “En una noche de clara luna, cuando se cruza el río, me fascina ver el agua dispersarse en gotas de cristal al paso de los bueyes”. Chiyo-ni compara la “flor de luna“ (yûgao) con la piel de una mujer al desnudarse (Yûgao es el nombre de una de las amantes secretas del príncipe Genji), pero Chiyo-ni se fija también en el rojo de labios que fluye con las aguas primaverales, en la libélula que persigue su propio reflejo, y en las jóvenes hierbas: en el resplandor del agua entre hoja y hoja…

                Todo lo que brota, florece o se marchita, se llena de luz. Y vuelven a bullir las imágenes. La garza blanca se hace invisible en la nieve, pero la nieve resalta la palidez violeta de la “flor de u” y la esbeltez del ciervo, y su fulgor inunda de quietud la casa… Hay una flor tan blanca, que no deja ver el rocío; dos valles que se alumbran uno a otro bajo el relámpago; una hortensia dudosa que acaba decantándose por el azul… El oro empañado y el verdor fresco avivan la nostalgia de Chora por los tiempos antiguos, un sentimiento compartido por Tanizaki en su “Elogio de la penumbra”, cuando habla, por ejemplo, de la estancia más apartada de la casa, cuyos tabiques móviles y biombos dorados “captan la extrema claridad del lejano jardín”: “¿No han percibido nunca sus reflejos, tan irreales como un sueño? Dichos reflejos, parecidos a una línea del horizonte crepuscular, difunden en la penumbra ambiental una pálida luz dorada… A veces, el polvo de oro que hasta entonces sólo tenía un reflejo atenuado, como adormecido, justo cuando pasas a su lado se ilumina súbitamente con una llamarada y te preguntas, atónito, cómo se ha podido condensar tanta luz en un lugar tan oscuro…”

***

Agosto 2023

Les saludo desde un frío Santiago. Al elegir el haiku de este mes, me encuentro en la disyuntiva estacional entre elegir un haiku que se ajuste a la estación del hemisferio sur, en el cual me encuentro físicamente, o del hemisferio norte, en el cual está Japón, o que calce con el calendario lunar en uso en la época de Bashou. Al final he decidido elegir uno de fines de verano, y que viene compilado en la que, probablemente, sea la obra más conocida del maestro en el mundo entero, el Oku no hosomichi.

桜より松は二木を三月越シ

sakura yori matsu wa futaki wo mitsuki goshi

desde el cerezo al pino de dos troncos he visto pasar tres meses

Bashou comienza su famoso viaje relatado en este “kikou” o crónica viajera, a inicio de primavera, ocasión marcada por el florecimiento de los cerezos, y después de tres meses de camino llega al pino de Takekuma, hito natural famoso en la literatura desde tiempos remotos, ya que es un árbol que creció con dos troncos. Lo famoso del lugar puede ser atestiguado por la gran cantidad de poemas en que es mencionado o utilizado como tema compositivo, de los cuales Bashou toma inspiración.

Tenemos, para comenzar, un poema de Tachibana no Suemichi (¿? – 1060), compilado con el número 1041 en el Rollo XVIII de la cuarta antología imperial, Goshuui Wakashuu, compilada el año 1086.

 

武隈の松は二木を都人のいかがと問はばみきとこたへむ

takekuma no matsu wa futaki wo miyakobito no ikaga to towaba miki to kotaemu

en Takekuma los pinos entrelazados, si la gente de la capital me pregunta ¿cómo son? Responderé que he visto sus dos troncos

 

Este tanka puede sonar demasiado descriptivo, pero era la función requerida, ya que Suemichi lo compuso al visitar Takekuma en camino a Michinoku en compañía de su padre, Tachibana no Norimitsu.

El tanka que sigue en esta antología, Goshuui Wakashuu, compilado con el número 1042 es de Nouin (988 – 1051), y utiliza el mismo tema.

 

武隈の松はこのたび跡もなし千歳を経てや我は来つらん

takekuma no matsu wa kono tabi ato mo nashi chitose wo tate ya wa wa kitsuran

del pino de Takekuma en este viaje no queda ni rastro, aunque pase una eternidad volveré

 

Los “uta makura”, lugares utilizados en poesía, y los “meishou”, lugares famosos, ofrecen al poeta y al lector un mundo detrás de unas pocas palabras; mundo que hay que conocer y comprender para poder apreciar la complejidad de contenido escondida detrás de estos versos engañosamente cortos.

“武隈の松 takekuma no matsu”, el pino de Takekuma, tiene como rasgo característico los dos troncos o “二木 futaki”; algunos lo interpretan como dos árboles unidos o entrelazados, por lo que se utilizaba en poemas románticos o de amistad. También es interesante notar el uso de la palabra pino o “松 matsu” que tiene su kakekotoba (palabras homófonas) en el verbo esperar, que se dice de la misma forma “待つ matsu”. Otra homofonía con la que Bashou juega en el haiku, es la de “三月 mitsuki” tres meses, que suena parecido al verbo ver “見 mi”, y que combinado con “より yori”, partícula que puede utilizarse para hacer comparación o marca de tiempo. Considerándola con la última acepción, sería “desde”, es decir, “desde que vi los cerezos hasta que llegué en mi viaje al pino de Takekuma, han pasado tres meses”. Una vez más permitiendo entregar muchísimo más significado del que los 17 sonidos nos pueden ofrecer a simple vista.

Espero hayan disfrutado del camino por el que los llevé en este artículo, el cual, así como los de montaña que van y vienen entre los árboles, lo hace entre las palabras y los poemas, el tiempo y los poetas ¡Que tengan un hermoso mes de agosto!

¡¡Imágenes, imágenes, imágenes!! (1 de 2)

Una de las cosas que nos puede dar una idea de la trascendencia de Shiki en la cultura japonesa, es la cantidad de imágenes que se crean sobre él y se muestran en la red (dibujos, caricaturas, carteles, obras de arte como pinturas, relieves o esculturas, sellos, etc.). A continuación, una amplísima muestra de lo hallado. Recomendamos la visualización detenida de las mismas, pues algunas contienen curiosos matices imperceptibles en una mirada superficial. Se añade (o deja puesto) el nombre del autor/a cuando ello ha sido posible.

Empezamos con este curioso cartel que anuncia «El día del caqui». Claro, quién mejor que Shiki:Lo dicho, es a propósito de la celebración el 26 de octubre, del Día del caqui, y el dibujo con caqui y templo, hace referencia al famoso haiku de Shiki:
    Comiendo caquis: / el sonido de la campana / del templo Hôryûji

¡Sorprendente! Esta imagen que sigue, aunque no lo parezca, está hecha exclusivamente con manos, no se ve otra cosa en cabeza, letras, fondo  y ropa que no sean manos… amplía, amplía…

Y a continuación… ¿eso? ¿qué mira Shiki de reojo? ¿eso? ¡Su oreja! Porque su oreja es él…y la oreja de ese otro él vuelve a ser él … en fin un lío, mejor observar despacio… nuevamente… amplía…

 

Y caricaturas, imágenes y dibujos a decenas…

 

 

 De Suichi

 

Ilustración para un texto en prosa que escribió 3 días antes de morir: Mañana del 14 de septiembre. Shiki escucha como un vendedor pregona natto desde la calle.

 

 

 

 

 

 

Imágenes de  Una cama de enfermo de seis pies de largo hecha en comic. Y más comics…

Unos sellos:

 

 

Matsuyama fu la tierra que vio nacer a las dos grandes figuras literarias del periodo Meiji, Soseki y Shiki (grandes amigos por otra parte) y por ello el frecuente que se le homenajee conjuntamente: relieves, monumentos, muñenos, sellos, carteles…

De Warabi-za

 

Y aún quedan muchísimas más, algunas muy interesantes, pero ya una selección de ellas las reservamos para la próxima entrega y evitamos el atracón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los orígenes espirituales del haiku 5. El Confucianismo (1 de 2)

El confucianismo aportó cierta sobriedad, reserva, falta de extravagancia e hipérbole, brevedad y concisión, y un sabor moral que a veces puede percibirse vagamente, pero que nunca se separa, como en Wordsworth y Hakurakuten, de la poesía misma. La relación entre haiku y el confucianismo es tanto más profunda cuanto que la influencia de uno sobre el otro es aún más sutil, debido a la aparente disparidad entre ambos. Pero el confucianismo es mucho más poético de lo que la mayoría de la gente supone. De hecho, como el cristianismo y todas las demás religiones, se puede decir que lo que hay en él de poético es verdadero, usando la palabra verdadero en el sentido de algo que alimenta la vida del hombre, que puede ser absorbida en nuestra propia vida y, sin embargo, tener vida propia, que es orgánica y creciente. Por ejemplo, al comienzo de las Analectas, Confucio dice:

有朋自遠方来、不亦禁平

¿No es delicioso tener un amigo que viene de tan lejos?

 

Bashō lo repite en:

淋しさを とうてくれぬか きりひとは

Sabishisa wo   toute kurenu ka   kiri hito-ha

Una hoja de la paulonia ha caído;
¿Por qué no vienes a mí
en mi soledad?

(Bashō[1])

dirigido a Ransetsu.

 

En Confucio nunca se olvida su amor por la música y la poesía. Su devoción por las Odas, su desconocimiento del sabor de la carne durante tres meses después de escuchar cierta pieza de música[2], esto es lo que le dio el poder de influir en la raza china durante tres mil años. Los hombres son poetas y músicos en un sentido en el que no son filósofos ni sabios. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra poética que sale de la boca de Dios. Confucio dijo:

子目興於詩,立於薦、成於築(論語八八)

Levántate con poesía;
párate con propiedad;
crece con la música.

 

La mente se despierta con la poesía, se mantiene firme con la corrección…, y se perfecciona con la música. Esta cualidad poética, musical y encantadora en los actos y palabras de Confucio le hizo difícil de entender, y es por eso que dijo:

 

得其門者或寡英       (論語十九、ニ十八)

Pocos son los que encuentran la puerta

 

Si Confucio hubiera sido un mero moralista, nunca podría haber dicho esto.

Confucio se acerca mucho al Zen y al haiku en el siguiente pasaje:

子在川上日、逝者如斯夫、不舎書夜

(論語九、十六)

De pie junto a un arroyo, Confucio dijo:

“*No cesa ni de día ni de noche, fluyendo sin cesar así”.

 

El Zen no consiste tanto en captar directamente el significado de algo, como en expresarlo sin expresarlo. Esto también es peligroso, pero no tanto como las palabras. Confucio mismo dijo,

不知言無以知人也

(論語二十、 三)

Si no conoces (el significado de) las palabras,

no conoces a los hombres.

 

Un ejemplo de ello es una frase como “Sin conocer la corrección, no podemos establecernos”[3]. Si tomamos las palabras “conocer”, “decoro”, “establecerse”, en su significado cotidiano, antipoético, intelectual, esta afirmación tiene poco sentido, además de ser fría y pedante, sin poder para conmovernos. Pero si tomamos “saber” como “creer y tener fe en”, “confiar en”; “propiedad” por “un modo armonioso de vivir”, “un modo poético de manera poética de hacer las cosas”, “una profunda e interior rectitud de relación entre nosotros y todas las circunstancias externas”; “establecernos” significa “convertirnos en un verdadero ser humano, ser las vicisitudes del destino”. Entonces cobra vida la expresión de Confucio: “Mantente en lo correcto”. Lo sentimos en su propia persona lo que las palabras endurecen y desfiguran al tratar de manifestar. Con el mismo espíritu debemos leer pasajes como los siguientes, todos de las Analectas:

人落度哉、人帯慶設、(ニ十)

¿Cómo puede un hombre ocultar su naturaleza? ¿Cómo puede un hombre ocultar su naturaleza?

 

渡罪於天、無所遠也 (三、十ニ)

Quien ofende al Cielo, no tiene a quien rezar.

 

祭神如神在 (三、十ニ)

Él sacrificó a los espíritus como si los espíritus estuvieran presentes.

 

仁者安仁。(四、ニ)

Un hombre virtuoso encuentra descanso en su virtud.

 

Hay rastros de elementos taoístas en las Analectas:

季康子恵盗、 問於孔子、孔子 日萄子之

(十ニ、 ナ八)

君子之風、小人之徳草、草上之風必低。

不欲、 賞之不稿。

(十ニ、 十九)

Kikō estaba preocupado por los ladrones, y preguntó a Confucio sobre el asunto. Confucio respondió, “Si no tuvieras deseos, no robarían, ni siquiera por recompensas”.

El sabio es el viento, la gente común la hierba; con el viento encima, la hierba debe doblarse.

 

El animismo del que surgieron la religión y la poesía y que sigue siendo la fuente y la fuerza motriz de toda nuestra religión y la poesía de hoy, puede ilustrarse, en el pensamiento chino primitivo de la Doctrina del Medio, Capítulo XVI:

子日、鬼神之鶴徳、 北盛犬平、鴨之而売

見、鴨之而ル、管物 而不可遺

Confucio dijo: “El poder de los espíritus, ¡cuán abundante! Los miramos, pero no los vemos; los escuchamos, pero no los oímos; sin embargo, ellos sostienen todas las cosas, y nada es descuidado por ellos”.

 

En Rōshi XIV, éstas se identifican con el Camino:

親之不、 名目夷。 惑之不、名香、

神之不得、 名日。

Mirándola, no se ve, y por eso se la denomina incolora. Al escucharla, no podemos oírla y la llamamos insonora. Al querer sentirla, no podemos y la llamamos informe.

 

En China, como en Japón, la tendencia gradual, durante tres mil años, fue la mezcla de lo que empezaron siendo tres corrientes de pensamiento distintas: confucianismo, taoísmo y budismo, para añadir una cuarta, el zen. Como ejemplo tardío de esta síntesis podemos tomar el Saikontan, escrito por Kōjisei, こうじせい, se desconocen los detalles de la vida del autor, así como la fecha del libro, pero ya existía en 1624.

El Saikontan consta de trescientas cincuenta y nueve piezas de prosa y verso, la más corta de catorce caracteres y la más larga de setenta y cuatro. Esta forma de escritura epigramática, o algo así como un poema en prosa, se hizo popular y universal en la dinastía Ming. El nombre Saikontan significa literalmente “discursos de raíz vegetal”, para dar a entender que sólo un hombre de vida sencilla es capaz de ser poeta o filósofo. Llegó a Japón probablemente a través de sacerdotes zen[4] o comerciantes de Nagasaki.

Los siguientes extractos darán una idea de su no siempre asimilación completa del zen, el taoísmo y el confucianismo. Pero el lector debe aplicar cada uno de los extractos siguientes, cualquiera que sea su propósito ostensible, a la poesía, a la religión y a la conducta práctica, recordando que si estos tres no son uno, no son tres.

(七) 競肥辛甘非属味、r味具是淡、沖奇阜発

非至人、至人只是常。

Vino fuerte, carne grasa, cosas picantes, cosas muy dulces, no tienen verdadero sabor; el verdadero sabor es simple y llano. Lo sobrenatural, lo extraordinario no caracteriza a un hombre real; un hombre real tiene un comportamiento bastante común.

 

(ニー) 家庭有個還伸、日用有種資道、人能誠心

和無、愉色境言、使父録兄弟間形骸

意 交流、勝於調 息観心薬倍実。

El verdadero Buda está en el hogar; el verdadero Camino es la vida cotidiana. Un hombre que tiene sinceridad, que es pacificador, alegre en su aspecto y amable en sus palabras, armonioso en mente y cuerpo, con esa mente y ese cuerpo con sus padres y hermanos. Un hombre así es muy superior al que practica el control de la respiración y la introspección.

 

(六五)心頭光明、暗室中有青天、

金頭暗味、自日下生属鬼

Si la mente es clara, una habitación oscura tiene su cielo azul; si la mente es sombría, la luz del día da nacimiento a demonios y espíritus malignos.

 

(九一)貞士無心微薦、天郎就無心虚曜其哀、憶

人著意避藤、天郎就著、意中奪其競、可

見天之機構最前、人之智巧何能。

El hombre justo no tiene mente para buscar la felicidad; el Cielo por lo tanto, debido a esta falta de mente, abre su corazón más íntimo. El hombre malo se ocupa en evitar las desgracias; por eso el Cielo lo confunde por este deseo. ¡Cuán inescrutables son los caminos del Cielo! Qué inútil la sabiduría de los hombres.

 

(一五ー)道起一重公衆物事、富降人而接引、 堅是

一個幕常 家飯、

常簡事面警慢。

El agua no perturbada por las olas se asienta por sí misma. Un espejo no cubierto de polvo es claro y brillante. La mente debe ser así. Cuando desaparece lo que la nubla, aparece su brillo. No hay que buscar la felicidad; cuando lo que la perturba desaparece, la felicidad aparece por sí misma.

 

(一六ー)道起一重公衆物事、富降人而接引、 堅是

一個幕常 家飯、常簡事面警慢。

El Camino es propiedad común. Hay que señalar a todos los que nos encontremos. Aprender es tan común como comer arroz en casa. Según las circunstancias, debe aplicarse con circunspección.

 

(一七三) 鳥鼠常 留飯、憐峨不野燈、古人此等等念頭

是吾 人一懸生生之機、 無此便所謂士木形

弦面己。

Los antiguos dejaban arroz para los ratones y no encendían lámparas por piedad de las polillas. Esos pensamientos son el punto de operación de la humanidad en la vida. A falta de esto, un hombre es un mero cuerpo de tierra, un cuerpo de madera.

 

(二三ー)

売静夜之鐘葉、喚醒夢中之夢、

観澄涼之月影、窺見身外之身。

Al sonido de la campana en la noche silenciosa, despierto de mi sueño en este mundo de ensueño nuestro. Contemplando el reflejo de la luna en un claro estanque, veo, más allá de mi forma, mi forma real.

 

(二三二)

鳥語轟解穂是傷心之訣,

花英草色無非見道之文。

幕者要天機清徹、胸茨玲職、

鋼物皆有食心之蔵。

El canto de los pájaros, los sonidos de los insectos,
son todos medios de transmitir la verdad a la mente;
en las flores y las hierbas vemos mensajes de El Camino.
El erudito de mente pura y clara, sereno y abierto de corazón,
debe de hallar en todo lo que le alimenta.

Imagen 6

Texto: shiki soku ze kû = la forma es vacío, caligrafía de Takuan.

(NT: es una parte del Sutra del Diamante: shiki soku ze kû, kû soku ze shiki: “la forma es vacío, el vacío es forma”).

 

(二三三) 人解液有字博 、不解詩無字書、如弾有縦

琴、不知弾無琴、以川不以跡用、何

以得琴書之趣。

Los hombres saben leer libros impresos, pero no saben leer los no impresos.
Pueden tocar un arpa con cuerdas, pero no una sin cuerdas.
Aplicándose a lo superficial en vez de a lo profundo,
¿cómo van a entender la música o la poesía?

 

(二三六) 食得個中趣、五湖之煙月素入寸縄、

破得眼前機、 千古ン挑雄素鯖学撮

Si conoces el significado interno de las cosas,
la luna brumosa de los Cinco Lagos está dentro de ti.
Si comprendes la actividad de los fenómenos humanos,
el heroísmo y la nobleza de los grandes hombres de todas las épocas
están a tu alcance.

 

(二四八)

松覇浄、携杖猫行、立虚雲生破柄、

竹窓下、乾書高臥、 登時月使寒無。

Caminando solo, apoyado en un bastón, por un valle de pinos,
las nubes se elevan alrededor de mi túnica de monje.
Duermo con un libro como almohada junto a la ventana bajo los bambúes, me despierto cuando la luz de la luna empapa las mantas del suelo.

 

狐雲出軸、

去留 一無所係、

朗鏡懸、静陳雨不相干。

Una nube solitaria sale de la cueva de una montaña;
se queda o se va sin referencia a nada más.
El brillante espejo de la luna cuelga en el cielo;
es ajeno tanto a la quietud como al clamor.

 

(二六O)灘宗日、磯束喫飯倦束眠、詩旨日、眼敵

景歌日頭語、蓋極高演 於極不、至難出於

至易、有意者反遠、無心者自近也。

La secta Zen dice: “Cuando tengas hambre, come; cuando estés cansado, duerme”.
El objetivo de la poesía es describir en lenguaje común paisajes hermosos.
Lo sublime está contenido en lo ordinario, lo más difícil en lo más fácil.
Lo que es autoconsciente y ulterior está lejos de la verdad; lo que es está cerca.

 

(二七四)    身如不繋之舟、一任流行炊止 、 心似能

之木 何妨 刀割香塗。

El cuerpo es como un barco a la deriva, flotando o inmóvil en un estanque profundo.
La mente es como un trozo de madera quemada;
¿qué importa si es combustible partido,
o barnizado con laca perfumada?

 

(一七九)       譲易萌窓、丹砂研松間之露、 談経午案、

資磐宜竹下之風。

Leyendo el Libro de los Cambios en la ventana de la mañana,
froto un bastón de bermellón en el rocío que gotea de los pinos.
Discutiendo los sutras con un visitante, el sonido del kei
[Una especie de badajo de piedra, utilizado en un templo zen] se aleja con el viento de los bambúes.

 

(一八八)    古徳云、竹影掃確慶不動、月輪寧 水無

痕。吾儒云、水流任念境常静、花落離頻

意自間。 人常持北意、以夢事接物、身心

何等自在。

Un anciano respetable afirma: “La sombra del bambú se extiende sobre la escalera,
pero el polvo no se mueve. El círculo de la luna pasa a través del agua del lago, sin dejar rastro”. Uno de nuestros confucianos dice:
“El arroyo se precipita velozmente, pero todo está en silencio a su alrededor.
Las flores caen incesantemente, pero nos sentimos tranquilos”.
Si has comprendido el significado de esto, en todas tus relaciones con las cosas serás libre de mente y cuerpo.

 

—–Continúa en próxima entrega lunes 7 de agosto—–

 

[1] NT.- La autoría de Bashō, en este hokku, se discute.

[2]  士笹舞開紹、三月不知肉味(論語七、十三)

[3] Otra traducción de “permanecer con corrección”.

[4] Por ejemplo, Ingen,隠元 que se naturalizó en Japón, adonde llegó en 1654, diez años después del nacimiento de Bashō.

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