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Poniendo el ‘Makoto’ en práctica: Hitorigoto, de Onitsura.

Corregido y actualizado a 7 de noviembre de 2023

Se añade la traducción del artículo de Peipei Qiu titulado «El makoto de Onitsura y el concepto daoísta de lo natural», como broche de oro a esta edición ya cerrada.

Un documento fundamental sobre/del considerado autor de primer haiku.

Descargar aquí gratuitamente el pdf:

Poniendo el makoto en práctica. Hitorigoto de Onitsura

 

La contemplación estética y la muerte

En nuestra entrega anterior hemos hablado un poco acerca del aware y el mujôkan. En particular es importante recordar la importancia de ese sentimiento de la impermanencia de las cosas. Pensar en la impermanencia del mundo (mujôkan, 無常感) es ponernos directamente en una posición afectiva y reflexiva frente al mundo y a la vida. No se trata, solamente del hecho de que el mundo fenoménico es inescencial y transitorio, sino que cuando el ser humano se abre a ese hecho, se pone en una particular apertura emocional ante el mundo que lo rodea. En occidente la consciencia de nuestra finitud muchas veces llevaba consigo el sentimiento de angustia. Heidegger decía que esa angustia (o luego el aburrimiento) eran las tonalidades afectivas que ponían al ser humano (Dasein) ante el ser y su interrogación. Podemos interpretar eso como la interpelación de la negatividad al ser humano, y cómo ese ser humano reacciona con emociones que (al menos de primera intención) buscan huir o negar esa negatividad. Podríamos decir que el mujôkan es también una tonalidad afectiva que nos pone frente al ser, pero es una tonalidad diferente a la angustia. De la misma manera, el ser de las cosas nos interpela desde la consciencia de la fugacidad de todo cuanto nos rodea, nos pone ante los entes, nos cuestiona por los sentidos que pueden tener cada uno de ellos, y aún así, la respuesta es serena y conmovida.

En el pensamiento budista, se busca activamente neutralizar la ilusión del ego. El yo, no es algo substancial, no es algo que tenga una existencia absoluta o fundamental, es un aparecer de formas e imágenes cuya esencia es siempre, en última instancia, el vacío (mu, 無). El caer de las flores de cerezo, el desvanecimiento del rocío en la mañana, lo efímero de ruido en el agua del estanque al que acaba de saltar la rana; todas esas escenas suponen la misma realidad que el yo que las experimenta. Lo efímero de cada una de esas cosas nos vincula con lo efímero de nuestra propia vida y consciencia, y con lo efímero de las montañas, los bosques, el cielo y la tierra. Robert Wicks diría que lo único constante es un ahora, este instante, frente al que todo es contingente, y naturalmente ese ahora es efímero (2005: 94)[1]. La consciencia, el yo, es el flujo de imágenes, de posibilidades de actos, es como un río cuya realidad no está en otro lado que en el fluir mismo. En el budismo, se cree en la reencarnación, se cree que renacemos tras la muerte, y lo hacemos indefinidamente a menos que logremos la iluminación, el satori (悟り), que podríamos decir que es la plena consciencia de la insustancialidad del mundo y de nosotros mismos. Curiosamente ese “yo” que renace no es la consciencia con su continuidad (como identificaban a la persona filósofos como Locke, Hume, Parfit, etc.), es una entidad que es sufrimiento mientras no reconozca su inesencialidad. De esta manera, no hay razón para aferrarnos a esta existencia, a esta consciencia ni a este momento. No hay razón para tratar de buscar “algo” que permanece en el cambio, ya que lo constante es el fluir. Así mismo la muerte misma se nos aparece como la desaparición de ese “yo” que más que conservar, debo buscar disolver.

El maestro Soyen Shaku nos dice:

… nosotros los budistas creemos que los hombres aparecen en esta tierra una y otra vez y no descansarán hasta que se haya alcanzado el fin, esto es, hasta que hayan alcanzado su ideal de vida; porque las vidas siguen prevaleciendo. Es una característica peculiar de nuestra fe que apela poderosamente a la imaginación japonesa, que la vida del hombre no está limitada solo a esta existencia, y que, si él piensa, siente y actúa con verdad, nobleza, virtud y desinterés, vivirá para siempre en esos pensamientos, sentimientos y obras… (Soyen Shaku 1907: 1)[2]

Lo que sobrevive a ese hombre, no es su yo, ni su consciencia, ni su perspectiva sobre las cosas. Los pensamientos, sentimientos y obras sobreviven como sobrevive un poema, como una experiencia que se manifiesta y se recrea cada vez que alguien piensa en ella. La “verdad” de ese hombre, no es para “él”, ni para “su” salvación, sino que es algo que se entrega al mundo, que se manifiesta, aunque su protagonista no exista más.

El mujôkan es esa apertura al mundo desde la perspectiva de la contingencia de todo, empezando con la del propio yo. Desde esta perspectiva, la muerte siempre está presente, no como la destrucción o desaparición del algo precioso, sino como el desatarse de un ramo de pensamientos, sentimientos y obras que se vierten en el cosmos, integrándose en él. La belleza de la flor de cerezo que cae no es solamente análoga a, por ejemplo, la belleza del samurai que muere luego de haber llevado su deber hasta el final; ambas situaciones son iguales en naturaleza, en ambas el ser se ha entregado plenamente al mundo, ha suscitado aware, y se ha disuelto en el inexorable paso del tiempo. Cada emoción, pensamiento, u obra humana es parte de la naturaleza, está integrada en ella y en su fluir. Contemplar estas cosas (mono, 物), con la perspectiva del mujôkan, no solo nos lleva a una reflexión, sino que nos dispone afectivamente de una manera concreta y nos abre a que esa contemplación sea una experiencia estética. En esa dimensión, el aware (哀れ) adquiere toda su profundidad.

[1] WICKS, Robert. 2005. “The Idealization of Contingency in Traditional Japanese Aesthetics”. En: The Journal of Aesthetic Education, Vol. 39, No. 3 (Autumn, 2005), pp. 88-101. Recuperado de: http://www.jstor.org/stable/3527434, el 19-12-2016.

[2] SOYEN, Shaku. 1907. “The buddhist conception of death”. En: The monist, Vol. 17, No. 1 (January, 1907), pp. 1-5.

 

Jeancarlos K. Guzmán Paredes
Pontificia Universidad Católica del Perú

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MÁS ALLÁ DE SHIKI

Hace cien años, de haber contado con las traducciones de la obra de Shiki, José Torres Orozco, médico y filósofo, habría incluido al haijin en el ensayo El estado mental de los tuberculosos (Un poeta filósofo: Giacomo Leopardi), que escribió en su celda del Hospital General de México, días antes de morir a causa de la tisis, incurable en esos tiempos.

      Seguramente, José Torres se habría conmovido al leer el episodio de la “señorita Watanabe”, esa encantadora dama de la que se enamoró Shiki a primera vista, y lo habría utilizado para ejemplificar aquello que denomina “las derivaciones propias del eretismo bacilar”. Ese affaire, efectivamente, nos cautiva desde el principio y aguardamos el desenlace de la historia llenos de esperanza. La presencia de la “señorita Watanabe” viene a ser más real que la de Shimamoto, la evanescente dama de Al sur de la frontera, al oeste del Sol, de Murakami.

SHASEI

Shiki renovó el haiku. Precisando: revitalizó la práctica del haiku y renovó sus principios. Su principio más importante, el shasei, es equívoco. Para algunos significa boceto, esbozo, algo que tiene que ver con la no completud del haiku. Otros lo consideran pintura o fotografía. Para no sufrir más despistes vayamos a uno de sus kus.

kaki kueba

kane ga narunari

hôryû-ji

 

Al comer caqui

resonó la campana

del templo Hôryû

                                          (trad. Antonio Cabezas)

El suceso ocurrió en el templo Tôdai-ji, pero, el poeta, a fin de expresar más adecuadamente su estado de ánimo, lo cambió por el del templo Hôryû-ji.

El shasei, aquí, esbozo o pintura de la vida, es modificado en virtud del principio de “realismo selectivo” para lograr la veracidad o makoto. Claro, para Shiki, el haiku es una forma literaria, un poema.

El Dr. José Torres diría que la idea fija de la muerte, propia de los enfermos bacilares, hace que el poeta relacione el sonido de la mordida del caqui con la campana y, para lograr una expresión más gráfica, anota el nombre de otro templo, famoso por sus huertos de caqui.

Como ejercicio, bajo principios que no consideran el haiku como un poema convencional, y, para evitar esa mentirijilla artística, se recomendaría al haijin dejar abierto el último verso, para que los lectores colaboren. Así, en vez de mencionar el nombre del templo, referirse a él escribiendo “ese templo”, “aquel templo”, etc.

Probando:

kaki kueba

kane ga narunari

are tera ya

 

Al comer caqui

resonó la campana

Aquel templo  

 

Kyoshi Takahama, el discípulo de Shiki que se hizo cargo de Hototoguisu, al fallecer su maestro, despierta gratos recuerdos de este lado del Atlántico. Nempuku Sato, un discípulo suyo, llegó a Brasil con la misión de cultivar el “haicai” entre los inmigrantes. Kyoshi, en tanto defensor de los principios de Shiki, fue criticado por los poetas disidentes, entre ellos Shûôshi.

Mizuhara Shûôshi publica en 1931, en la revista Ashibi, un manifiesto: Verdad natural y verdad literaria. Considera que los principios de la escuela basada en el Shasei corresponden más bien a la actividad científica que al haiku. Que el científico se encarga de describir fielmente la naturaleza, y esa reproducción de la realidad constituye la verdad natural. Este criterio de ciencia es decimonónico, y como Shûôshi era médico y los médicos de esos años, en su mayoría, seguían siendo positivistas, uno queda a la espera de que concluya afirmando que lo bello es lo verosímil.

La verdad literaria, según Shûôshi, consiste en un retrato, no de la naturaleza sino de las emociones del haijin.

Si nos basamos en ese criterio literario, el poema de la mordida del caqui tiene todo el derecho a presentar el templo que refleje exactamente el estado de ánimo del autor. Afortunadamente Shiki, en sus últimos días, predicó el daguerrotipo en lugar de la selfie.

VICISITUDES DE UNA RANA

Saitô Sanki (1900-1962), un haijin occidentalizado que impulsó el nuevo haiku (shinkô haiku), cuyo seudónimo significa “tres demonios”, considera que el valor poético del ku de la rana no depende de si el autor vio o no el estanque, sino de la emoción que las palabras “estanque, rana, ruido” puedan transmitir al reunirse en el texto del poema.

Interesante afirmación, sin embargo, la frase y la oración que encierran esas palabras siguen siendo problemáticas para nosotros. Y seguimos sin saber cómo saborear ese ku.

Hasegawa Kai, un haijin de la actualidad, califica el haiku basado en el realismo objetivo como garakuta haiku (haiku basura), y propone utilizar la imaginación creativa al componer haiku.

Acerca de la ranita, opina que Bashô escuchó el ruido del agua, un hecho real, el cual completó en su imaginación. Así que el ku resulta mitad real y mitad imaginado.

Respetable opinión, la de Kai; sin embargo, seguimos con el ansia de paladear ese ku tan sencillo, tan simple como el agua. Si es un mito, recordemos que el rito renueva el mito. Si la lectura del haiku es un rito ¿por qué la nuestra no lo renueva? ¿Cuál será la manera adecuada de leerlo? ¿Habrá que recurrir a la enseñanza del pino? ¿Será posible eso en nuestra tradición?

De Shiki a Kyoshi, el mensaje del Corazón-Bambú

子規から虚子へ、『心竹」のメッセージ

por Teiko Inahata      稲畑汀子

«Corazón-Bambú»: el espíritu de la naturaleza como haiku y como regalo, de Shiki a Kyoshi»

NT: Dado que el Gyouga-Manroku está depositado en el Museo Memorial de Kyoshi junto a otros importantes documentos del haiku (ver imagen), la profesora Masako Hirai, seguramente agradecida por la deferencia de ceder el diario para su traducción al inglés, añadió en esa traducción un artículo de Teiko Inahata sobre documento que encontró trascendente: el carteo entre Shiki y Kyoshi, y una fotografía de lo que el maestro envió al alumno: un “corazón-bambú”. Fieles a lo dispuesto en su traducción y recopilación por la profesora Hirai, a continuación, pasamos a reproducir en castellano, el resultado de su traducción.

Esta es una cita parcial de la conferencia pronunciada por la Sra. Teiko Inahata, nieta de Kyoshi y actual editora de Hototogisu, en conmemoración del centenario de la muerte de Shiki en el 36º Encuentro Nacional de Haiku en honor a su obra (organizado por la revista de haiku Hototogisu). El mensaje de «Corazón-Bambú» simboliza el espíritu del haiku, que fue transmitido de Shiki a Kyoshi; y es también «un mensaje para aquellos que recuerdan la mente de Shiki y el intento de Kyoshi por ser una respuesta».

Fue en mayo de 1891 (el 24º año de Meiji) cuando Kyoshi contactó por primera vez a Shiki, que era de la misma prefectura y estudiante de la Universidad Imperial en aquella época. Kyoshi escribió a Shiki a través de Hekigotō. Kyoshi tenía entonces 18 años y estudiaba en el Instituto Iyo. Shiki tenía 24 años y cursaba el segundo año en la Universidad Imperial de Tokio, tras haberse trasladado del departamento de Filosofía al de Literatura Japonesa. Ya tenía experiencia en la clasificación de haiku, enseñaba haiku en el alojamiento de Tokiwakai* y escribía artículos de viaje, aunque no le iba muy bien en la universidad y empezaba a pensar en dejarla.

La carta de Kyoshi estaba llena de ingenua pasión:

Hace tiempo que he oído hablar de ti …. No puedo evitar admirarte, y creo que es porque tengo los mismos gustos que tú, así que puedo ser valiente… Me inclino ante ti y te ruego que en adelante me corrijas a veces y me enseñes sin escatimar tu reprimenda, y así serás un salvador.

Shiki respondió a la carta inmediatamente:

Te ruego que prestes un gran servicio a la nación. Nunca desaproveches tus aptitudes. No hay persona que no anhele la llegada de hombres de talento y eruditos en derecho, economía, política y medicina. Sin embargo, también se necesitan auténticos eruditos de la literatura… Dices que me acompañarías, aunque nos separaran miles de kilómetros. ¿Cómo puedo ser reacio a tener una amistad con usted? Sin embargo, no tengo claro cuál es el campo de estudio que sería más útil para el país…

En junio, renunciando a su examen final, Shiki regresó a Matsuyama tras recorrer Kisoji. Fue entonces cuando Kyoshi conoció a Shiki por primera vez. Conocido como poeta de haiku, Kyoshi, a partir de octubre, compuso asiduamente haiku y se los enviaba a Shiki a Tokio para que criticara y corrigiera su trabajo. Sin embargo, en enero de 1892 (el 25º año de Meiji), Kyoshi recibió un inesperada y muy severa carta de Shiki, adjuntando unas hojas de bambú rayadas que llamaba «Shin-Chiku» (Corazón-Bambú, ver imagen) con haiku escritos en rojo sobre ellas:

Seido [Hekigotō] me escribió contándome que te quejabas de que no podrías ganarte la vida siendo escritor. Si realmente dijiste eso, no puedo evitar suspirar. ¿Has nacido para ganarte el pan de cada día? Aunque mi vida esté en declive, te daré la mitad de mi pan si abandonas la idea de dejar de ser escritor para ganarte la vida. Te ruego que sigas intentándolo. Y espero que aceptes este pequeño regalo llamado «Shin-Chiku» (Corazón-Bambú) como epílogo. Es de mi jardín. Apenas llega a 1 shaku*, pero no mengua ni siquiera bajo las heladas y la nieve. Espero que aprecies la naturaleza de esas hojas, aunque estén manchadas con el polvo de la ciudad.

De hecho, Shiki había dejado el alojamiento que le proporcionaba Tokiwakai* en diciembre del año anterior y había alquilado una habitación. Así que estaba escribiendo su novela Tsuki no Miyako (La ciudad de la luna) en la pobreza. Su progreso era difícil y lento, y se irritó cuando supo por Hekigotō que Kyoshi decía que no podría ganarse la vida como escritor. Debió de ser por eso por lo que se enfadó y envió la carta a Kyoshi.

No obstante, este intercambio se debió a un malentendido. Kyoshi no había hecho nada para merecer que Shiki se lo reprochara, pero aun así entendía lo que Shiki quería decir en realidad. Kyoshi explicó que era Hekigotō quien le había malinterpretado. Kyoshi aclaró la situación, diciéndole a Shiki que Hekigotō se había reunido con él el verano anterior y le había dicho: «Puede que seamos escritores, pero aun así no deberíamos ignorar el ganar la comida y el vestido», y el propio Kyoshi había argumentado en contra del comentario, escribiendo un ensayo al respecto. Continuó en su carta a Shiki:

Sin embargo, no digo que no vaya a disculparme contigo. ¿Por qué? Me complace que tomaras nota de cualquier palabra mía, sin escatimar esfuerzos, para amonestarme y reprenderme como ha hecho tu carta. Y, de hecho, las lágrimas resbalaron por mi rostro sin darme cuenta, mientras leía tu carta, tan llena de simpatía.

Además, compuso un ensayo, «No puedo ganarme el pan», y se lo envió a Shiki.

Shiki no tardó en darse cuenta de que había sido un malentendido y devolvió a Kyoshi una carta en la que elogiaba el ensayo.

Este Corazón-Bambú, que ahora se exhibe en el Museo Conmemorativo de Kyoshi, todavía parece enviar un mensaje a aquellos que recuerdan la mente de Shiki y el intento de respuesta de Kyoshi, y la amistad entre estos dos escritores.

Notas.-

Tokiwakai. Fundación educativa de la familia Hisamatsu, el antiguo jefe samurái de la zona de Matsuyama, que ayudaba a los jóvenes a ir a Tokio y estudiar, proporcionándoles becas y un dormitorio.

Shaku: Unidad de longitud de unos 30,3 cm

Materiales de referencia

《参考資料》

Junto al Gyoga Manroku se suelen exhibir otros documentos y materiales que suponen una referencia al diario, realizados en la misma época y que por algún motivo finalmente no quedaron incluidos plenamente en él.

Hay materiales que suponen una referencia de Shiki que nunca se llegaron a publicar y se escribieron de forma paralela al diario. Por ejemplo, el manuscrito de Shiki titulado «Agonía» (también depositado en el Museo Memorial de Literatura  de Kyoshi).

El manuscrito, sin terminar, comienza con

«Son aproximadamente las 8:00 de la tarde y la temperatura de mi cuerpo es de alrededor de 38,5 grados. Me duelen la barriga, la espalda y las nalgas…»

Nunca se publicó ni se terminó, y se desconoce la fecha de escritura, pero por su contenido, se puede suponer que fue alrededor de 1902, que coincide con la época en que se escribió “Gyoga Manroku”.

Despunta el joven ciruelo…

蓄つく梅の苗木や

 

 

 

 

 

Notas.-

 Seitan: Un ermitaño, un hombre que ha abandonado el mundo ordinario para vivir y meditar en las montañas. El «valle de los leones» nos recuerda la leyenda de que una vez una leona empujó a sus hijos por el escarpado valle para prepararlos para la vida adulta, y también las pinturas budistas que representan a Buda arrojándose por el escarpado valle para ser devorado por tigres hambrientos. Probablemente, Shiki miró una pintura china y dejó volar su imaginación.

Eboshi: Sombrero alto parecido a un toque, lacado en negro como las plumas de un cuervo, que en la época moderna sólo se lleva en ocasiones ceremoniales.

Bellows’s Festival (Fiesta del Fuelle) Ceremonia tradicional que celebran los herreros y metalúrgicos ante el santuario de Inari (el dios-zorro) el 8 de noviembre según el calendario lunar (en diciembre).

Lo que encuentro divertido en los periódicos y aún recuerdo

脳裏二残リ居ル者ヲ誠二列記センカ

Creo que ya son las diez.

Haré una lista exacta de las cosas de los periódicos y revistas que me parecieron interesantes y que aún recuerdo:

Primero,
Bismarck dijo que los periódicos eran solo tinta que había sido absorbida por el papel.

Segundo,
Dijo el rey de la montaña, dijo el lento y bonachón hijo mayor, dijo un hombre de estricta rectitud moral, dijo un gran tonto, dijo un hombre que fingía no saber nada, dijo un hombre de campo, dijo un lascivo, dijo alguien… dijeron esos muchos hombres de talento.

Tercero,
Un verso cómico sobre el día en que los Barcos Negros llegaron a Uraga: «Los he asustado», dijo Penuri*, sacando la punta de la lengua.

Cuarto,
En el escenario de un teatro de provincias, un gran número de actores se repartían las líneas de modo que cada actor recitaba una línea. Un actor dijo no sólo su parte, sino también la del siguiente. Al no saber qué hacer, el siguiente actor, confundido por un momento acertó a decir: «No tengo mi línea».

Quinto,
Cuando Gazan Oshou* estaba dando un paseo junto a la fuente del templo Tenyuji, un chico, que parecía ser un aprendiz, llegó y dijo: «Oshou-san*, ¿puedes darme una carpa de este estanque?». Oshou respondió: «No debes coger nada de este estanque». El aprendiz contestó: «Aunque digas eso, tú mismo cogerás una, ¿verdad?». El propio Gazen Oshou se quedó perplejo ante esta respuesta. Dijo Oshou a sus alumnos: «Al final, la inocencia es más fuerte que todo».

Sexto,
Los geta* del príncipe Ito, fabricados en Satsuma con madera de paulownia de veta recta, cuestan 15 yenes. Los komageta* de Enyu, un cuentacuentos cómico tradicional, hechos con cualquier material, cuestan 7 yenes.

Notas.-

Peruri: Shiki hace un juego de palabras: 1) Con Perry, un comandante (Matthew C. Perry) de la escuadra norteamericana de las Indias Orientales que en 1853 llegó a Japón con aquellos “Barcos Negros” (黒船, kurofune). El aspecto amenazante de aquellas enormes embarcaciones que arrojaban humo debió de horrorizar a los japoneses de la época, que nunca habían visto nada parecido y 2) con la palabra japonesa “perori”, que significa sacar la punta de la lengua.

Uraga: Ciudad y un puerto japonés en la entrada de la bahía de Tokio

Oshou: bonzo superior de un templo budista

-san: un sufijo utilizado como título honorífico

Geta: Zuecos tradicionales japoneses de madera

Komageta: Otro tipo similar de zuecos (huecos) de madera

El haiku de Bashō

芭蕉について

 

アラ海ヤ佐渡ニ横タフ天ノ川       芭蕉

araumi ya, Sado ni yokotou, amanogawa   (Bashō)

un mar revuelto:

sobre la isla de Sado,

la Vía Láctea

(Bashō)

 

 

Este haiku no tiene ningún error en su técnica, pero las personas que viven en una sociedad sofisticada como la de la Era Meiji, no aceptarán un haiku tan simple.

 

 

 

 

Notas.-

Shiki realiza una entrada muy breve sobre un haiku de Bashō, maestro al que ya criticara muy duramente hacía 9 años en su obra Bashō Zōdan (puedes leer esos importantísimos artículos en español clicando aquí).

Isla de Sado: Una isla en el Mar de Japón, cerca de la actual prefectura de Niigata. El Mar de Japón es famoso por sus aguas tormentosas.

Nota de Rie Yamanouchi (ayudante de traducción): Es interesante que Shiki, por un lado, admirara la sencilla perfección técnica de la obra de Bashō, pero por otro lado, era consciente de que importa la época en que se escribe. Pensaba que los estilos y temas del haiku deben cambiar a medida que cambia la sociedad. – Rie Yamanouchi.

 

Tsuku-tsuku-boshi

ツク、、ボーシ  

ツクヽヽボーシツクヽヽボーシバカリナリ

Tsuku-tsuku-boshi tsuku-tsuku-boshi bakari nari

Tsuku-tsuku-boshi*
tan sólo cantar
tsuku-tsuku-boshi

 

ツクヽヽボーシ明日無キヤウニ鳴キニケリ

Tsuku-tsuku-boshi asunaki youni nakinikeri

Tsuku-tsuku-boshi:
canta como si no hubiera
un mañana

 

ツクヽヽボーシ雨ノ日和ノキラヒナ

Tsuku-tsuku-boshi ameno hiyorino kirainashi

A las tsuku-tsuku-boshi
no les importa
que llueva o haga sol

 

家ヲ遶リテツクヽヽボーシ樫林

ie o megurite tsuku-tsuku-boshi kashi-bayashi

Las tsuku-tsuku-boshi
cantan en el robledal
en torno a la casa

 

 夕飯ヤツクヽヽボーシヤカマシキ

yu-han ya tsuku-tsuku-boshi yakamashiki

Hora de cenar,
las tsuku-tsuku-boshi
son muy ruidosas

 

Notas.-

Nota de Rie Yamanouchi (ayudante de traducción).- Shiki parece haberse sentido cercano a las cigarras. Las quejas de Shiki sobre la monotonía y el ruido de su canto son probablemente una especie de burla afectuosa. Tal vez viera un reflejo de sí mismo en las efímeras cigarras.  – Rie Yamanouchi

Tsukutsukuboushi ( ツク、、ボーシ , ツクツクボウシ, Meimuna opalifera) es un tipo de cigarra clasificada en la familia Hemíptera (Hemiptera), Homoptera (Homoptera), Cicadae . El nombre «Tsuku-tsuku-boshi» procede de su forma de cantar. Los insectos adultos cantan desde fines del verano hasta principios del otoño. El término «tsuku-tsuku-boshi» es kigo de «otoño» en el haiku.

Yūgao

夕顔 ( ゆうがお)

夜会草の花(一名夕顔) 明治35年9月3日夜写

Flores yūgao, dibujo nocturno, 3 de septiembre de 1902

Notas.-

Aunque quedan algunas pocas entradas más, en lo que respecta a bocetos y dibujos, esta es la última del diario. Shiki esbozó una flor de yūgao que tenía en maceta y aclara que lo hizo de noche, pues es cuando su flor permanece abierta.

Nuevamente vuelven a entrecruzarse este diario de Gyoga Manroku con el de Una cama de enfermo de seis pies de largo que publicara en el periódico Nihon. Esta flor que Shiki esboza, es comentada también el mismo 3 de septiembre (publicada en prensa el día 5) en el diario Una Cama… Apenas quedan 14 días para que Shiki fallezca y aún sigue dibujando, componiendo y publicando.

Shiki comenta cómo este boceto es de una flor en maceta que Sachio Ito, poeta y discípulo de Shiki, compró en Mukaishima. Reproducimos aquí aquella entrada de Shiki que incluye una chōka, así como el enlace al diario por si se quieren conocer también las interesantes notas a dicha entrada:

Entrega 116. Publicada el 5 de septiembre

Un día caluroso, penoso y melancólico está llegando a su fin, y de repente, las molestas voces de los carpinteros y escayolistas ya no se escuchan ahí al lado. Aunque todavía no había desechado mi bandeja de la tarde, con su deliciosa berenjena en salmuera que me ha hecho chascar la lengua, me entregan una planta en una maceta que llega desde Mukojima. Entre las amplias hojas verdes, eclosionan generosamente flores blancas de siete u ocho pulgadas, ondulan y su aroma y frescura es indescriptible. En el tallo, hay atado un trozo de papel donde está escrito “yakaisō (planta de reunión vespertina)”, que es un nombre decepcionante para una planta, pero al lado, en letra más pequeña dice: “En otras palabras, yūgao”. En el dintel de la hornacina, completamente en el lado opuesto, en lugar del sempiterno paraguas, han colgado dos banderolas marrones ofrecidas a Rokkotsu de Tianjin por algunas personalidades. He hecho que cambien la planta que recibí de Mukojima de lugar y la sitúen debajo. Ahora, mientras contemplaba todo junto, descubrí otras posibilidades… ¿qué pasaría si bordamos esas flores sobre esas sedas?

Kurenai no

Hata ugokashite

Yûkaze no

Fukiiru nae ni

Shiroki mono

Yurayura yuragu

Tatsu wa dare

Yuragu wa nan zo

Kaguwashimi

Hito ka hana ka mo

Hana no yūgao

 

Escarlatas,

ondean las banderolas

con las ráfagas

del viento del anochecer.

Unas blancuras

ondulan y se balancean

¿Qué es eso que aparece?

¿Qué es eso que se balancea?

Esta dulce fragancia…

¿Es una mujer o es una flor?

Flor de yūgao, flor entre las flores.

-.-

Chōka長歌 : Literalmente «poema largo».