Octubre 2021

Katatsumuri non-non aruku ame no naka

El caracol camina
a paso lento “pachín-pachín”
en la lluvia

Niño japonés de 6 años

 

                       Compartimos en esta entrega una de las actividades que se llevaban adelante en el taller del Villa Devoto School, en la ciudad de Buenos Aires.

            Para comenzar la actividad de construcción del haiku, consideramos  que el instante en el que se produjo el aware es fundamental como punto de partida. Por esa razón cada participante del taller escribe primeramente su propio relato previo a la escritura del haiku en cuestión. A veces un mismo relato da origen a más de un haiku.

            En principio les sugerimos a los pequeños haijines que el texto sea lo más exacto posible al momento vivido. Que incorporen no solo lo que perciben con la vista sino con todos los sentidos y que además incluyan las sensaciones que  les generó ese momento.

            Al finalizar el haiku algunos eran representados  al estilo HAIGA

Estos son algunos ejemplos:

Al amanecer
el lago se congela,
bajo el hielo, los peces.

Gala – 9 años:

Mediodía  soleado,  había llovido toda la mañana y en el cantero del colegio había una paloma gris tomando sol muy tranquila.

Cantero del colegio,
posando bajo el sol
una paloma.

Connie- 11 años:

Era un día muy húmedo, había llovido y estaba medio embarrado. Estaba corriendo y mientras pasaba vi tirada en un conjunto de hojas una paloma. Sonaba el canto de los pajaritos pero era muy leve. Aunque había sol, lo que predominaban eran las nubes. Se sentía mucho el olor al barro, a la lluvia. Me pareció impresionante ver a la paloma en el medio del camino. Me provocó asco, miedo y ternura.

Olor a humedad,
entre las hojas
una paloma muerta.

 

Juani – 11 años:

En La Catita que es (el nombre de) un campo al cual visitamos en sexto grado fuimos a ver las estrellas. Escuchar el sonido de los grillos en una noche tan bella me generó mucha paz y tranquilidad.

El campo,
en la noche estrellada
el sonido de los grillos.

 

 Abril – 11 años:

En un día tormentoso, la lluvia y las nubes predominaban en el cielo.  Yo desde mi ventana haciendo la tarea observé como las gotas de lluvia caían sobre las hojas de un árbol. El sonido era relajante y brinda tranquilidad.

Media mañana,
el sonido de la lluvia
sobre las Hojas.

 

 

 Micaela – 11 años:

Era una tarde nublada y fresca. Todo estaba calmado en el campo, nada más se escuchaba el ruido de los pajaritos. Cuando fui a ver los terneros, no aguanté y toqué uno. Me asombró mucho su suave y cálida piel y sentí mucha calma.

Tarde nublada,
la cálida y suave piel
de un ternero.

 

 

Día de sol.
Mi tortuga
se come las azaleas.