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Octubre 2022

Durante octubre, que es también mi mes de cumpleaños, llegan los poemas de fines de otoño al mundo del haiku. Y el de esta ocasión, como sucede a menudo en las escasas líneas que utiliza el haijin, es simple, con un toque de humor, tal vez, pero de una profundidad insospechada.

Para este haiku, Bashou se inspira en un zuihitsu ―género literario incomprendido en occidente, que yo defino como crónica autobiográfica ensayística― el Tsuredzure gusa de Kenko Houshi ―escrito entre el 1330 y el 1332― uno de los tres grandes zuihitsu junto al Makura no soushi de Sei Shonagon y el Houjouki de Kamo no Choumei. En esta obra que se compone de un prefacio y 243 pasajes, Kenko relata su vida como monje budista retirado en las montañas, junto con pensamientos sobre el budismo, la muerte y la impermanencia, aunque también incluye pasajes dedicados a la belleza de la naturaleza, o alguna anécdota jocosa.

Hoy nos centraremos en el pasaje 98, en el que habla sobre las lecciones que le dejó la lectura del Ichigon Houdan (Magníficos Pequeños Sermones), de inicios del siglo XIV. La segunda reflexión que menciona es: “Aquel con sus pensamientos fijos en el mundo por venir no debe poseer ni siquiera un pote de encurtir”; esto último se refiere a un pote de cerámica para almacenar vegetales preservados en salvado de arroz y sal. Y es este pote de pasta de salvado de arroz el que Bashou utiliza en este haiku que compuso a sus 48 años, en el templo Yoshinaka-dera.

秋の色ぬかみそつぼもなかりけり

aki no iro nukamiso tsubomu nakari keri

colores otoñales, ni un pote de pasta de salvado de arroz queda

Se dice que Bashou compuso este haiku mientras contemplaba un retrato de Kenko en Yoshinaka-dera. Queda a nuestra interpretación decidir si el significado que quiso expresar es una queja, dado que el final de la estación trae consigo escasez; si es una reflexión sobre la importancia de la frugalidad en un mundo materialista; o simplemente, un bello poema para una tarde otoñal.

Me despido deseándoles un excelente comienzo de estación, ya sea otoño o primavera dependiendo del lugar del mundo en que lean estas palabras, y que cada día les traiga un poema para confortar el alma. ¡Hasta el próximo mes!

Haiku 44

44  

これきりに徑盡たり芹の中
Kore kiri ni komichi tsukitari seri no naka

Aquí termina
el camino,
rodeado de perejil.


Desglose:

 これ [kore: este, aquí (arcaísmo)] きり [kiri: fin, termina; también significa niebla], [ni: partícula], [komichi: camino], 盡たり [tsukitari: agotar], [seri: perejil], [no: partícula], [naka: medio].

 

Comentario y notas culturales:

Con dos kanji chinos arcaicos e inusuales (徑 y 盡) se nos presenta este haiku sobrio, nítido que presenta, desde su sencillez, todo un abanico de sugerencias abiertas al lector.

 Ya hablamos, en el haiku número 17, sobre este Festival de las Siete Hierbas (七草の節句 nanakusa no sekku); el plato gastronómico por excelencia es el okayu, un tipo de arroz, que se consume para protegerse de los demonios, favorecer la longevidad y la buena suerte. Tiene un valor diurético, depurativo, tras las comidas de Año Nuevo. Las siete hierbas son: perejil japonés (seri), jaramago blanco, borriza, pamplina, lampsana, nabo y rábano. Este festival se celebraba el séptimo día del primer mes lunar y cambió al 7 de enero tras la revolución Meiji.

Las flores del nirvana II

La primera parte fue publicada en la Revista Literaria Taller Igitur en marzo de 2021 y ahí pueden referirse si quieren conocer toda la información sobre la Lycoris radiata y sus asociaciones culturales, además de otros ocho poemas. Baste decir aquí que florece en torno al equinoccio de otoño, segundo periodo del año en que se realizan los rituales budistas del higan 彼岸, y se la relaciona con el más allá en varias de sus formas, desde los paraísos hasta los infiernos, sin olvidar la budeidad. En el siguiente conjunto, se traduce manjushage 曼珠沙華 (del sánscrito mañjūṣaka) por “flor celestial” y higanbana 彼岸花 por “flor del nirvana”.

1.
Masaoka Shiki 政岡子規 (1867-1902), reformador de la poesía japonesa, haikuísta y editor.

 

日の落る野中の丘や曼珠沙華
Hi no ochiru nonaka no oka ya manjushage

¡La colina en medio
del campo en que se pone el sol!
Flores celestiales.

曼珠沙花野暮な親父の墓の前
Manjushage yabona oyaji no haka mae

Frente a la tumba
de mi rústico padre,
flores celestiales.

2.
Kawahigashi Hekigotô 河東碧梧桐 (1873-1937), haikuísta discípulo y colaborador de Masaoka Shiki 政岡子規, elector de la sección de haiku del periódico Nihon 日本, promotor del haiku de la «Nueva Tendencia» (Shinkeikô 新傾向), ensayista y editor.

法窟の大破に泣くや曼珠沙華
Hôkutsu no taiha ni naku ya manjushage

Llorar ante el destrozo
en el recinto de práctica.
Flores celestiales.

La palabra hôkutsu 法窟, que significa literalmente «cueva del Dharma», se refiere a un recinto dedicado a las prácticas ascéticas y devocionales. Pese al nombre, suele ser un edificio de madera.

須磨寺や松が根に咲く曼珠沙華
Sumadera ya matsu ga ne ni saku manjushage

El Templo de Suma.
Flores celestiales
que abren al pie de los pinos.

川沿や芒が中の曼珠沙華 
Kawazoi ya susuki ga naka no manjushage

Borde del río.
Flores celestiales
en medio de los pastos.

Susuki 芒 es el nombre de la especie de pasto Miscanthus sinensis, que crece en grupos compactos y produce altos penachos blancos en el otoño. Es una de las siete hierbas de dicha estación y se cultiva con propósitos ornamentales.

3.
Taneda Santôka 種田山頭火 (1882-1940), haikuísta de estilo libre discípulo de Ogiwara Seisensui 荻原井泉水, caminante y monje de la Escuela Cáodòng (Sôtôshū 曹洞宗).

彼岸花さくふるさとはお墓のあるばかり
Higashibana saku furusato wa o-haka no aru bakari

Brotan las flores del nirvana
en una aldea
en que sólo hay tumbas.

4.
Aioigaki Kajin 相生垣瓜人 (1898-1985), haikuísta y elector para la revista Ashibi 馬酔木.

彼岸花彼の岸よりぞ飛来せし
Higanbana a no kishi yori zo hirai seshi

Flores del nirvana.
Justo del otro lado,
vienen volando…

Este haiku contiene un juego de palabras con la etimología del nombre de la flor y de la festividad budista, lo que podría hacer pensar en las flores como almas que llegan desde algún más allá. Sin embargo, el sustantivo hirai 飛来, que se refiere a la acción de venir volando, es usado principalmente en relación con las aves que se posan en la superficie del agua, como los cisnes y patos, por lo que nos sitúa en una ribera.

曼珠沙華雲より鴉下りにけり
Manjushage kumo yori karasu orinikeri

Flores celestiales.
Bajaron esos cuervos
de entre las nubes.

浄土をば偲ぶべしとや曼珠沙華
Jôdo o ba shinobu beshi to ya manjushage

¡Debo pensar
justo en la Tierra Pura!
Flores celestiales.

5.
Yamaguchi Seishi 山口誓子 (1901-1994), haikuísta discípulo de Takahama Kyoshi 高浜虚子 y, luego, adalid del haiku de vanguardia, editor y elector de la sección de haiku del periódico Asahi 朝日.

曼珠沙華地獄の道の軟らかに
Manjushage jigoku no michi no yawaraka ni

Flores celestiales.
Con placidez
por la senda del infierno…

Este haiku sintetiza dos de los mitos asociados con la Lycoris radiata al usar el nombre proveniente del Sutra del Loto y evocar otro de los nombres de la flor: jigokubana 地獄花 o flor del infierno.

6.
Suzuki Masajo 鈴木真砂女 (1906-2003), administradora de un hotel tradicional y, luego, de una fonda, además de haikuísta discípula de Kubota Mantarô 久保田万太郎 y de Azumi Atsushi 安住敦.

恋の夢獏に食はさじ曼珠沙華
Koi no yume baku ni kuwasaji manjushage

No ha de devorar
los sueños de amor el baku.
Flores celestiales.

La criatura mitológica llamada mò en chino o baku en japonés es una especie de quimera con trompa y colmillos como los de un elefante. Es un protector contra las fuerzas malignas y se lo ha asociado particularmente con la habilidad de neutralizar las pesadillas. En este sentido, el haiku nos indica la creencia de su autora de que su amorío del momento tendrá buen término.

7.
Watanabe Hakusen 渡邊白泉 (1913-1969), empleado de la editorial Sanseidô 三省堂, haikuísta de vanguardia y teórico del haiku sin palabra estacional.

トンネルの口や孤独の曼珠沙華
Tonneru no kuchi ya kodoku no manjushage

La entrada al túnel.
Sólo una solitaria
flor celestial.

8.
Katsura Nobuko 桂信子 (1914-2004), haikuísta discípula de Hino Sôjô 日野草城, editora y vicepresidenta de la Asociación de Haiku Moderno (Gendai Haiku Kyôkai 現代俳句協会).

遠きより見る月明のまんじゆさげ
Tôki yori miru getsumei no manjusage

Vistas de lejos,
flores celestiales
a la luz de la luna.

まんじゆさげ月なき夜も蘂ひろぐ
Manjusage tsuki naki yoru mo shibe hiroku

Flores celestiales.
Hasta en noches sin luna
abren sus pistilos.

9.
Matsuzaki Tetsunosuke 松崎鉄之介 (1918-2014), empleado de la Oficina de Recaudación de Tokio, asesor fiscal, haikuísta discípulo de Ôno Rinka 大野林火, directivo de la Asociación de Haikuístas (Haijin Kyôkai 俳人協会) y colaborador del Museo Literario del Haiku (Haiku Bungakukan 俳句文学館).

汀女亡し今年乏しき曼珠沙華
Teijo nashi kotoshi toboshiki manjushage

Este año sin Teijo,
las flores celestiales
son escasas.

La haikuísta Nakamura Teijo 中村汀女 murió en 1988.

10.
Kadokawa Gen’yoshi 角川源義 (1917-1975), doctor en literatura japonesa, haikuísta, empresario cultural fundador de la Corporación Kadokawa, de los premios Kadokawa para haiku y tanka, del Museo Literario del Haiku (Haiku Bungakukan 俳句文学館), etc. y miembro de la Asociación de Haikuístas (Haijin Kyôkai 俳人協会).

野の池に仏微笑す曼珠沙華
No no ike ni hotoke bishô su manjushage

En esa charca,
sonríen los budas…
Flores celestiales.

11.
Sakaguchi Mihoko 坂口三保子 (n. 1922).

老い猫は何処で果てしや彼岸花
Oi neko wa doko de hateshi ya higanbana

El gato anciano
¿dónde va a sucumbir?
Flores del nirvana.

12.
Itami Mikihiko 伊丹三樹彦 (1929-2019), haikuísta, editor, fotógrafo y consultor de la Asociación de Haiku Moderno (Gendai Haiku Kyôkai 現代俳句協会).

彼岸花父母への仏事怠るとは
Higanbana fubo e no butsuji okotaru to wa

Flores del nirvana.
El descuidar las ceremonias
para los padres…

彼岸花帰山仁王は白布ぐるみ
Higanbana kisan niô wa hakufu gurumi

Flores del nirvana.
El Rey Benevolente vuelve a su montaña
con paño blanco.

Los Reyes Benevolentes o Niô 仁王 son manifestaciones guerreras del bodhisattva Vajrapani (Shukongôshin 執金剛神) que sirven de guardianes a los templos. Normalmente, sus esculturas se encuentran en pares que flanquean la entrada a los terrenos de las instituciones budistas. En Japón, suelen llevar el torso desnudo y una especie de pantalón falda que cubre hasta las rodillas. Por su parte, kisan 帰山, que significa literalmente «regresar a la propia montaña», es una palabra budista en la que «montaña» se refiere al templo o monasterio al que se pertenece. Como resultado, parece que el haiku muestra admiración ante la escultura de uno de estos guardianes que ha regresado restaurada a su sitio.

彼岸花蝶あたふたとあたふたと
Higanbana chô atafuta to atafuta to

Flores del nirvana.
Una mariposa con prisa,
con mucha prisa…

彼岸花迷い鴎に火の海ぞ
Higanbana mayoi kamome ni hi no umi zo

Flores del nirvana:
para la gaviota extraviada,
un mar de fuego.

戦友の碑へ火線成す彼岸花
Sen’yū no hi e kasen nasu higanbana

Flores del nirvana
que hacia la estela de los compañeros de armas
forman una línea de fuego.

13.
Satô Yoshiko 佐藤淑子 (n. 1955), pedagoga con doctorado y profesora de la Universidad para Mujeres de Kamakura (Kamakura Joshi Daigaku 鎌倉女子大学).

彼岸花日の神に朱を欺かず
Higanbana hi no kami ni ake o azamukazu

Flores del nirvana.
Sin ser como el rojo
de la diosa solar…

14.
Ogura Yoshiro 小倉喜郎 (n. 1965), haikuísta.

デジャ・ヴユして彼岸花に立眩み
Deja • vu shite higanbana ni tachi kurumi

Un déjà-vu.
Me detengo perdido
entre higanbanas…

15.
Kinoshita Setsuko 木下節子, editora en jefe de la revista Manantial (Izumi 泉) y secretaria general de la sede de Ehime de la Asociación de Haikuístas (Haijin Kyôkai 俳人協会).

石佛を積みし城垣彼岸花
Sekibutsu o tsumi shi shôen higanbana

El muro del castillo
de budas de piedra apilados…
Flores del nirvana.

16.
Hirose Toshiko 広瀬敏子

兵の墓の供華なり彼岸花
Tsuwamono no haka no kuge nari higanbana

Ofrenda floral
en la tumba del soldado:
flores del nirvana.

17.
Yanagisawa An 柳沢杏

どこからも彼岸花見え水の音
Doko kara mo higanbana mie mizu no oto

De cualquier punto,
se ven flores del nirvana.
Sonido de agua.

Septiembre 2022

CONSTRUIR

Acaba agosto
y carretera abajo,
cantan los grillos.

 DECONSTRUIR

Compuesto ayer, o quizá anteayer, mientras descendía por la carretera El Real-Navamorcuende a la hora en que la tarde ya ha sido vencida y se acerca el crepúsculo, pero aún hay luz suficiente para disparar la foto que acompaño.

   La voz de los grillos, cuya fatiga ya se percibe al final del verano, acompasaba mis pasos en el paseo vespertino de cuarenta minutos que realizo a diario desde mi casa. Castaños y robles flanquean esta carretera sinuosa, que baja del puerto El Piélago, en las primeras estribaciones de la Sierra de Gredos.

  Nada más comentarios deconstructores. Solo una sensación –la del sonido y la de mis pasos hacia abajo- y una leve conmoción: el paso del tiempo.

EL PEREJIL Y LAS SIETE HIERBAS. Haiku 43

43  

七くさや袴の紐の片むすび

Nanakusa ya hakama no himo no katamusubi

El festival de las siete hierbas-
el nudo imperfecto
de su pantalón.

Desglose:

 七くさ [nanakusa: día de las siete hierbas], [ya: partícula], [hakama: falda o pantalón tradicional, hasta los tobillos, atado a la cintura], [no: partícula], [himo: cuerda], [no: partícula], [kata: incompleto, imperfecto], むすび [musubi: nudo],

Comentario y notas culturales:

Ya hablamos, en el haiku número 17, sobre este Festival de las Siete Hierbas (七草の節句 nanakusa no sekku); el plato gastronómico por excelencia es el okayu, un tipo de arroz, que se consume para protegerse de los demonios, favorecer la longevidad y la buena suerte. Tiene un valor diurético, depurativo, tras las comidas de Año Nuevo. Las siete hierbas son: perejil japonés (seri), jaramago blanco, borriza, pamplina, lampsana, nabo y rábano. Este festival se celebraba el séptimo día del primer mes lunar y cambió al 7 de enero tras la revolución Meiji.

El hakama es una especie de falda o pantalón hasta los tobillos, utilizado, en su origen, sólo por los hombres: se ata a la cintura. Pronto se convirtió en una prenda nobiliaria, utilizada por los samuráis, hasta que en el periodo Edo comenzó a ser utilizada también por mujeres de alta posición. Actualmente se emplea sobre un kimono. Esta prenda se fija con cuatro tiras: dos largas y dos cortas. Para anudarla, existen dos métodos fundamentales: “la forma del guerrero o sin musubi, nudo correcto” (un nudo cuadrado simple) y el “método común o jumonji musubi” (diez nudos).  Día solemne y aquella persona con el nudo imperfecto: hay belleza en la asimetría, wabi-sabi, pero también preguntas sobre el motivo.

Septiembre 2022

Entramos en septiembre al corazón del otoño, y nada más otoñal que imágenes de cultivos. Con el haiku de este mes, Bashou nos lleva no sólo al centro de esta estación, sino también, al centro de la literatura nipona, e incluso, del propio haiku como estilo poético.

Cuando hablamos del corazón de la literatura japonesa no podemos referirnos a otra cosa que no sea el Genji monogatari, escrito por Murasaki Shikibu en el año 1008 y considerada la primera novela del mundo. Por más vueltas que nos demos a través del tiempo y la historia, una y otra vez volvemos a ella, tal como lo hace Bashou en esta ocasión.

En el capítulo llamado “Utsusemi”, Genji continúa persiguiendo a la dama de este nombre, el cual significa “caparazón de cigarra”, quien se le resiste. Consigue una noche, gracias a la ayuda del pequeño hermano de la dama, entrar en los aposentos de ella, pero al estar oscuro se confunde y se acuesta junto a otra dama, Nokiba no Ogi (que significa “miscanto del alero”). Es en este episodio que Bashou basa hábilmente su haiku.

唐きびや軒端の荻のとりちがへ

toukibi ya nokiba no ogi no torichigae

mijo, en el borde del alero en vez de miscanto

El error del haiku se da porque las espigas de ambas plantas se parecen, pero en el fondo es un juego de palabras, ya que Bashou toma el nombre de la dama “equivocada” de la historia de Genji.

Y aquí encontramos el corazón del haiku. El nombre original de este estilo poético es 俳諧 haikai, y es el que se utilizó durante todo el período Edo (1603 – 1868), hasta que Shiki Masaoka lo cambia a 俳句 haiku a inicios del periodo Meiji (1868 – 1912). Si analizamos los kanjis de haikai俳諧 tenemos 俳: actor, divertirse, jugar, bromear; y 諧: armonizar. En haiku 俳句, el primer kanji es el mismo, y el segundo significa verso. Es decir, en ambas definiciones tenemos el concepto de “broma”, y, de hecho, es fácil encontrar como definición de haiku: “poema humorístico”. Pero el humor no consistía en tratar algo gracioso o risible. Una de las técnicas que introdujo el “haikai renga” 俳諧連歌, y que heredó el haiku, es la mezcla del lenguaje poético o “uta kotoba” 歌言葉 (季語 “kigo” en el haiku) con el 俳言 “haigon” o lenguaje coloquial, y era esta mixtura, no utilizada previamente en la poesía clásica, la que confería sorpresa o humor al poema. En Occidente a veces pecamos de serios cuando nos enfrentamos al haiku, queriendo ocultarlo tras un velo casi mítico o sobrenatural, olvidando que también podemos hallar en él diversión, la diversión de la incongruencia de una situación, pero también la de utilizar nuestras capacidades y conocimientos en su máximo potencial. Vean cómo el maestro de este estilo se da la maña de recordar un pasaje de la obra cumbre de la literatura clásica japonesa, el conocimiento de la flora, el uso lingüístico ―ya que 唐きび toukibi o mijo es kigo de otoño, específicamente de septiembre―, todo en 17 sílabas. ¿No es acaso digno de que sonriamos maravillados de tanta habilidad?

Y quiero despedirme así de ustedes este mes, dejándoles como mensaje la importancia de divertirnos, de encontrar una sonrisa en el mundo que observamos. ¡Qué tengan un maravilloso septiembre!

Las hachas de la mantis

Las mantis son insectos[1] carnívoros del orden Mantodea que se caracterizan por tener cuerpos esbeltos y patas delanteras adaptadas para capturar a sus presas y sujetarlas. Su forma puede recordar a las manos alzadas en plegaria de algún creyente, pero, en el este de Asia, es más común encontrarles parecido con herramientas para cortar, especialmente hachas. Aunque se alimentan principalmente de otros insectos, las más grandes pueden llegar a cazar pequeños vertebrados. También es muy conocido el hábito de las hembras de devorar a los machos, más pequeños, tras el apareamiento. En Japón, habitan trece especies distintas, incluyendo a la famosa Mantis religiosa, cuya área de distribución se extiende por Eurasia y África. Algunas son completamente verdes, mientras que otras son pardas o de una mezcla de ambos colores, lo que les ayuda a camuflarse con la vegetación.

El nombre japonés más común para estos animales es kamakiri, cuya etimología implica un saltamontes (kirigirisu 蟋蟀 o 螽斯) que porta hoces (kama 鎌). Esta palabra puede escribirse como 鎌切 o, más frecuentemente, usando las combinaciones de origen chino 蟷螂 y 螳螂. También se utiliza el sinicismo tôrô, que es precisamente la lectura fonética de las grafías anteriores. En el haiku, es frecuente el uso de ibomushiri, considerado un arcaismo y escrito siempre con los silabarios fonéticos. Finalmente, al igual que en las lenguas europeas, existen nombres relacionados con la aparente postura de adoración a las deidades, tales como ogamimushi 拝み虫, que significa «bicho que rinde veneración», e inorimushi 祈り虫, «bicho que hace plegaria», pero son escasos en comparación con sus similes en la esfera cultural cristiana. No he encontrado ningún poema en el que se usen. Estos apelativos son incluidos entre las palabras estacionales de los tres meses del otoño lunar, es decir, agosto, septiembre y octubre, por eso, los he seleccionado para esta ocasión.

En Japón, es muy famosa una alegoría del capítulo cuarto del Libro del Maestro Zhuang (Zhuāngzi; jp: Sôshi 莊子)[2] en el que una mantis levanta sus brazos para encarar un carruaje que va en su dirección, como si pudiera detenerlo con lo mejor de sí. En el texto, se utiliza como ejemplo tragicómico de quien se obstina en tratar de enfrentar con rectitud a un soberano vicioso y déspota creyendo que lo va a corregir. El sabio consultado en el pasaje, en constraste, sugiere imitar los modos cambiantes del susodicho hasta ganarse su confianza y poder encaminarlo. Esa imagen se convirtió en ejemplo de valor incondicional, aunque inútil. Derivado de ello, se utiliza la expresión «la mantis enfrenta al carruaje con sus hachas» (tôrô ga ono o motte ryūsha ni mukau 蟷螂が斧をもって隆車に向かう) o alguna variante para señalar un esfuerzo vano. Aquí incluyo un par de haikus que aluden a dicha alegoría.

Tsukuba, 14/11/2019

1.
Tachibana Hokushi 立花北枝 (d. 1718), pulidor de espadas y uno de los diez discípulos principales de Bashô.

蟷螂や露引きこぼす萩の枝
Kamakiri ya tsuyu hiki kobosu hagi no eda

¡Una mantis!
De esa rama de hagi
derrama el rocío.

2.
Kobayashi Issa 小林一茶 (1763-1828), monje de la Escuela de la Verdad de la Tierra Pura (Jôdoshinshū 浄土真宗) y poeta de haikai.

蟷螂が片手かけたりつり鐘に
Kamakiri ga katate kaketari tsurigane ni

En la campana colgante,
a aquella mantis
le falta una pata.

 

Tsukuba, 1/11/2019

3.
Masaoka Shiki 政岡子規 (1867-1902), reformador de la poesía japonesa, poeta de tanka, haikuísta y editor.

かまきりのゆらゆら上る芒哉
Kamakiri no yurayura noboru susuki kana

¡Penacho de pasto
por el que sube una mantis
contoneándose!

4.
Kawahigashi Hekigotô 河東碧梧桐 (1873-1937), haikuísta discípulo y colaborador de Masaoka Shiki 政岡子規, elector de la sección de haiku del periódico Nihon 日本, promotor del haiku de la «Nueva Tendencia» (Shinkeikô 新傾向), ensayista y editor.

蟷螂や我行く道に現はるゝ
Kamakiri ya ware iku michi ni arawaruru

¡Una mantis!
Aparece en el camino
por el que voy.

 

Tsukuba, 9/10/2019

5.
Takahama Kyoshi 高浜虚子 (1874-1959), haikuísta discípulo de Masaoka Shiki 正岡子規, editor a cargo de la revista Hototogisu, novelista y dramaturgo.

草むらや蟷螂蝶を捕へたり
Kusamura ya kamakiri chô o toraetari

Esa maleza:
la mantis ha atrapado
una mariposa.

6.
Nishiyama Hakuun 西山泊雲 (1877-1944), productor de sake y haikuísta discípulo de Takahama Kyoshi 高浜虚子.

蟷螂や喰みこぼしたる蝶の翅
Kamakiri ya hami koboshitaru chô no hane

¡Una mantis!
Alas de mariposa que tira
tras comer.

Tokio, 11/11/2019

7.
Ozaki Hôsai 尾崎放哉 (1885-1926), haikuísta de verso libre discípulo de Ôgihara Seisensui 荻原井泉水, vicedirector de la filial de Osaka de la compañía de seguros Tôyô 東洋. Abandonó todo para concentrarse en el haiku mientras trabaja como empleado en templos.

かまきりばたりと落ちて斧を忘れず
Kamakiri batari to ochite ono o wasurezu

Sin olvidar sus hachas,
cae una mantis abruptamente…

8.
Hara Sekitei 原石鼎 (1886-1951), haikuísta discípulo de Takahama Kyoshi 高浜虚子, empleado de la revista Hototogisu, elector para el periódico Mainichi 毎日 de Osaka y editor.

秋風に蟷螂羽をひろげけり
Akikaze ni kamakiri hane o hirogetari

Ante el viento otoñal,
sus alas extiende
una mantis.

Tsukuba, 29/10/2019

9.
Kubota Mantarô 久保田万太郎 (1889-1963), haikuísta discípulo de Matsune Tôyôjô 松根東洋城, novelista, dramaturgo, miembro de la Academia Japonesa de las Artes (Nihon Geijutsuin 日本芸術院), profesor de la Universidad Kokugakuin 國學院, director de la Asociación Japonesa de Teatro (Nihon Engi Kyôkai 日本演劇協会) y miembro del jurado de distintos premios.

蟷螂の斧ふりあげし哀しさよ
Kamakiri no ono furiageshi kanashisa yo

Levanta en alto
sus hachas de mantis…
¡Qué tristeza!

10.
Yamaguchi Seison 山口青邨 (1892-1988), doctor en ingeniería de minas, profesor emérito de la Universidad de Tokio, traductor de alemán, haikuísta discípulo de Takahama Kyoshi 高浜虚子 y editor.

わが庭のもの蟷螂の死をいたむ
Waga niwa no mono kamakiri no shi o itamu

Todo mi jardín
lamenta la muerte
de aquella mantis.Tsukuba, 1/11/2019

11.
Mitsuhashi Takajo 三橋鷹女 (1899-1972), poetisa de tanka, haikuísta y colaboradora en revistas de haiku.

たそがれの蟷螂母を威し去る
Tasogare no kamakiri haha o odoshisaru

A mi mamá
espanta mucho
una mantis al crepúsculo.

12.
Saitô Sanki 西東三鬼 (1900-1962), dentista, director del Departamento de Odontología del Hospital Kôri 香里, editor en jefe de la revista de haiku de la librería Kadokawa 角川 y miembro fundador de la Asociación de Haikuístas (Haijin Kyôkai 俳人協会).

石の上に踊るかまきり風もなし
Ishi no ue ni odoru kamakiri kaze mo nashi

Una mantis que baila
sobre una piedra.
No hay ni viento.

 

雌が雄食うかまきりの影と形
Mesu ga osu kuu kamakiri no kage to kata

Silueta y aspecto
de una mantis
cuya hembra devora al macho.

Tsukuba, 25/09/2019

13.
Hino Sôjô 日野草城 (1901-1956), abogado, director de la filial de Kobe de la Compañía de Seguros Sumitomo, haikuísta discípulo de Takahama Kyôshi 高浜虚子 y, luego, adalid del haiku vanguardista.

蟷螂にひゞける鐘は東大寺
Kamakiri ni hibikeru kane wa Tôdaiji

Doblan campanas
del Gran Templo de Oriente
por esa mantis.

14.
Nakamura Kusatao 中村草田男 (1901-1983), haikuísta discípulo de Takahama Kyoshi 高浜虚子, profesor emérito de la Universidad Seikei 成蹊, presidente de la Asociación de Haikuístas (Haijin Kyôkai 俳人協会) y editor.

蟷螂は馬車に逃げられし馭者のさま
Kamakiri wa basha ni nigerareshi gyosha no sama

Pudo escapar
la mantis del carruaje.
Aquel conductor…

Tsukuba, 1/11/2019

15.
Yamaguchi Seishi 山口誓子 (1901-1994), haikuísta discípulo de Takahama Kyoshi 高浜虚子 y, luego, adalid del haiku de vanguardia, editor y elector de la sección de haiku del periódico Asahi 朝日.

わが病知らず蟷螂吾を攀づ
Waga yamai shirazu kamakiri ware o yozu

Sin conocer mi enfermedad,
a mí se aferra
una mantis.

 

蟷螂の斧くちびるにあてて舐む
Kamakiri no ono kuchibira ni atete namu

Acerca a sus labios
sus hachas de mantis
y las lame.

Aunque los insectos no tienen labios como los nuestros, las partes superiores e inferiores de sus aparatos bucales reciben el mismo nombre, tanto en español, como en japonés.

蟷螂のずしんと降りし砂の庭
Kamakiri no zushin to orishi suna no niwa

El descender
con un ruido sordo de la mantis…
Jardín de arena.

 

かりかりと蟷螂蜂の皃を食む
Karikari to kamakiri hachi no kao o hamu

Con un cronch, cronch,
la mantis devora el rostro
de una avispa.

16.

Yuriyama Ukô 百合山羽公 (1904-1991), haikuísta discípulo de Ikenouchi Takeshi 池内たけし.

招かざる蟷螂舞へり文化祭
Manekazaru kamakiri maeri bunkasai

Una mantis no invitada
sabe bailar.
Festival de artes.

17.
Katô Shūson 加藤秋邨 (1905-1993), especialista en literatura japonesa y haikuísta.

斧あげて風におどろくいぼむしり
Ono agete kaze ni odoroku ibomushiri

Una mantis
levanta sus hachas
y baila al viento

 

死に近き蟷螂闇をかきむしり
Shini chikaki kamakiri yami o kakimushiri

Cercana a la muerte,
una mantis araña
la oscuridad…

18.
Nozawa Setsuko 野澤節子 (1920-1995), haikuísta, diarista y maestra de ikebana.

蟷螂の青き目のうちより視らる
Kamakiri no aoki me no uchi yori miraru

Soy vista
desde el fondo de los ojos verdes
de una mantis

19.
Īda Ryūta 飯田龍太 (1920-2007), haikuísta hijo de Īda Dakotsu 飯田蛇笏, periodista y editor.

園長の留守の机のいぼむしり
Enchô no rusu no tsukue no ibomushiri

Una mantis
en el escritorio vacante
del director del parque.

-.-

[1] Recordemos que los insectos son artrópodos con cuerpos segmentados en tres partes y seis patas, además de que la mayoría de las especies, como todas las mantis, tienen alas.

[2] En el sistema de transcripción Wade-Giles, ya en desuso en la academia, se escribía Chuang Tzu, escritura quizá más conocida en el mundo hispánico.

Agosto 2022

CONSTRUIR

Jugo de adelfas
De un sueño equivocado.
Agua del mar.

 

DECONSTRUIR

¿Es un haiku de amor? En “Construir”, encogiéndome de hombros, respondería con un “no sé” o con “¡que improcedente pregunta es esta!”. Pero, aquí, en esta sección de “Deconstruir”, confieso que sí que lo es, pues un amor (que fuera lejano o cercano, consumado o suspirado o abortado, de aquí o de allá, de la montaña o de la costa, del campo o de la ciudad,  esto sí que no lo revelo) me lo inspiró.

   El amor humano no suele ser cantado en el haiku japonés clásico. Si lo es, se halla muy camuflado. El pudor natural a no revelar abiertamente las emociones es responsable de esta ausencia aparente. O, dicho de otro modo, la sacralidad de la naturaleza es demasiado omnipresente para atisbar en las diecisiete sílabas del haiku algún asomo del sentimiento amoroso del poeta hacia otra persona.

   Por el contrario, la poesía del waka, el antepasado ilustre del haiku, sí que cultivaba rutinariamente este tema. Cinco de las veinte secciones del Kokinshū, del año 905, la más venerable de las antología de waka con sus 1.111 poemas, están explícitamente dedicadas al amor humano; y en numerosos poemas de las otras secciones sobre las cuatro estaciones del año se vislumbra claramente dicho tema, aunque velado por metáforas de la naturaleza.

   En el haiku que este mes veraniego del año 22 presento a la bondad de los lectores del  Rincón, “sueño” es mi metáfora elegida para significar el amor. Admito que es un disparate afirmar que un sueño puede ser equivocado, algo tan absurdo como querer reivindicar la “corrección” de un sueño. Los sueños son por esencia disparatados y absurdos pues escapan por completo al control de la razón. Son por naturaleza incorrectos. A veces vergonzosos, frecuentemente turbadores, vivamente surrealistas. De ahí, tal vez, la riqueza interpretativa que, como herramientas, pueden aportar al mundo del subconsciente, tal cual bien saben los psicoanalistas.  Al igual que el sueño es disparatado y felizmente irracional, el amor humano, bien a pesar de los extraños corsés con que las culturas, cada una a su modo particular, pretenden vanamente adecentarlo y domesticarlo. Así que “sueño equivocado” para referirse a un amor no me pareció inapropiado como expresión de mi experiencia concreta de aquel amor.

    Por otro lado, la metáfora de la adelfa, planta reconocida como una de las siete o diez más tóxicas de nuestra flora cercana (su componente de la oleandrina puede ser mortal), para significar, cuanto menos, la amargura del amor la tomé del famoso endecasílabo de Luis de Góngora (1561-1627): «Flores del adelfa del amor humano».

     Finalmente, el verso final: “Agua de mar”. Aquí va mi comentario “deconstructivo”:  ¡Qué sabor tan salado en la boca la del agua marina!  Tan salada es el agua del mar que, si la paladeamos sin querer mientras nos bañamos en la playa, deseamos escupirla, como escupir de mi boca deseaba yo aquel amor tan amargo. Y, sin embargo, ¡que incontable enormidad de agua hay en el mar! ¿verdad? ¡Y qué profundidad puede alcanzar en algunas simas oceánicas! Grandeza y hondura son, igualmente, cualidades que pudo tener aquel “sueño equivocado! Pues ambas cualidades dan personalidad y gracia al amor, pese a la amargura, pese al insoportable sabor salado de aquella experiencia concreta.

     “Agua de mar”, además, invita, como la contemplación de la superficie plácida del océano, a una especie de serena transparencia. El poeta y crítico chino Lu Ji (Lu Chi, 261-303) cifraba precisamente en este valor de “transparencia en calma” uno de los ideales de la poesía, ideal que iban a asumir los poetas del waka del Japón que dieron a luz a la mencionada antología Kokinshū. Los vericuetos del amor.

 

María Jesús Pérez Núñez

 

 

 

 

 

 

 

Unas palabras de la autora

Nací en la Nochebuena de 1955 en un pueblecito de Cádiz, Campamento. Al cumplir los quince años me trasladé a Madrid con mi familia.

Mi encuentro con el haiku fue hace tiempo.

Recuerdo que había una página que se llamaba Netlog, antes que Facebook, allí comencé a tener los primeros amigos virtuales, de todo el mundo. Empecé a formar parte de un grupo, en el que se hacían juegos de escritura. Dejábamos cinco palabras para la siguiente persona, y escribías un microrrelato con las que había dejado la persona anterior.

Yo había escrito algo sobre una hormiga que, en ese momento, estaba en mitad de una baldosa de la plazoleta.

Un amigo del grupo comentó el texto, dijo que le gustaba y que le recordaba a los haikus. Era la primera vez que oía esta palabra, pero no empecé a interesarme por ellos, hasta unos años después.

Comencé escribiendo tercetos en un foro de poesía, allí les llamaban haikus y bueno, yo así lo creí. Hasta que alguien compartió un enlace de un concurso de haikus, patrocinado por unas conocidas bodegas.

Así llegué al Rincón del Haiku, ya que el concurso se hacía a través del Rincón.

Nunca podré agradecer lo suficiente, la ayuda que me prestaron todos los haijines, que me guiaron por este precioso camino, tanto aquí como en Paseos.net, les guardo a tod@s un especial cariño.

Ell@s me hicieron conocer este precioso camino, me enseñaron a dar los primeros pasos, a soltarme poco a poco… y aquí sigo, recorriéndolo, no con la frecuencia que me gustaría, pero tras las pausas que voy tomando por sucesos que me afectaron mucho, siempre vuelvo.       ¡Bendito haiku!

Un abrazo muy afectuoso para tod@s!!

Bibliografía:

«Un viejo estanque”. Antología de Haiku Contemporáneo. Edit. Compares S.L. 2014.

«Clarea el día». Antología de haiku en Castellano. Mandala Ediciones 2014.

«Trece lunas». Antología de haiku la mujer y la luna. Colección Haibooks, Uno Editorial 2017.

Colaboración en dos números de la revista digital solo haiku HELA.

Actualmente colaboro en la revista digital «Ventanas abiertas magazine».

 

Sol y luna;

la cigüeña coloca

un palo en el nido

 

Aún queda luz;

el vuelo de la golondrina

rozando el charco

 

Árbol sin hojas;

entre sus ramas se pudre

una paloma

 

Flor del membrillo;

en la mano va y viene

una hormiga

 

Primavera;

en el pico del mirlo

hierbajos medio secos

 

Al acercarme

todos los pichoncitos

con los picos abiertos…

 

Calle solitaria;

el canto de los grillos

resuena en la oscuridad

 

En cuclillas

limpia las coles

de orugas muertas

 

Noche sin luna;

el brillo de Júpiter

sobre los pinos

 

Tras el granizo,

las flores en las matas

de los guisantes

 

Hierbajos;

al sacar el azadón

una tarántula

 

Celindo en flor;

el vaivén de las hormigas

entre pulgones

 

Ola de calor;

en la calabaza

dos flores nuevas

 

Flores silvestres;

la perra se tumba

sobre un gorrión muerto

 

El viento apaga

las velas de la procesión;

la luna llena

 

Se va el anciano;

en la acera mojada

migas de pan

 

Día nublado;

en el suelo del cuarto

la perra muerta

Haiku 42

42  

ぶ入は中山寺の男かな
yabuiri wa nakayama- dera no otoko kana

 El criado
del templo Nakayama
regresa a casa por vacaciones.

Fecha: escrito en 1778

Desglose:

 やぶ入 [yabuiri: vacaciones de los criados], [wa: partícula], 中山寺 [nakayama dera: templo de Nakayama], [otoko: hombre, sirviente], かな [kana: partícula].

 

Comentario y notas culturales:

Este haiku acompaña una pintura de Buson con un viejo sirviente de aspecto infantil. El templo de Nakayama-dera se encuentra en la ciudad de Takarazuka.